domingo, 29 de diciembre de 2013

Cada final de año suele ser momento para hacer propósitos con el ánimo de mejorar en el que está a punto de empezar. En el caso del Real Madrid se podría hablar de los de siempre, los que están relacionados con ganar todos los títulos en disputa. Pero para conseguirlo habrá que cumplir con un propósito aún más básico y, a la vez, fundamental: el de mejorar la defensa, uno de los aspectos más problemáticos en el inicio de la 'Era Ancelotti'. 

Es evidente que en las últimas semanas el equipo poco a poco ha ido mejorando en su juego. El cambio de dinámica se apreció a principios de noviembre, cuando el Madrid brilló en la goleada (5-1) que le endosó a la Real Sociedad. Poco después llegó la lesión de Sami Khedira, pero paradójicamente el equipo no se resintió, sino todo lo contrario. La baja del alemán provocó que Ancelotti tuviera que hacer unos retoques en su táctica que lo asemejaron más al 4-2-3-1 habitual de Mourinho, por lo que el Madrid se adaptó mejor a este modelo que al 4-3-3 que se venía empleando con el de Stuttgart.

El proceso no ha sido fácil y todavía está abierto, pero al menos a día de hoy se puede decir que el conjunto blanco está con claras opciones en todas las competiciones. El panorama en la Champions invita al optimismo a corto plazo gracias al benigno del sorteo de octavos, mientras que en Copa el camino parece bastante asequible, al menos hasta semifinales. Y en Liga las diferencias se limitan a 5 puntos con los dos de cabeza, aunque en un par de semanas Barcelona y Atlético se quitarán puntos en su duelo directo. Todo ello hace que la temporada tenga mejores perspectivas que las que teníamos hace 365 días.

Sin embargo, si el Madrid quiere llegar a junio con un balance positivo debe aplicarse en las próximas semanas en la defensa. Hoy por hoy es un equipo frágil atrás, pues no hay más que hacer un repaso de varios de sus resultados ligueros a domicilio para constatarlo: 2-2 frente al Villarreal, 2-3 ante el Levante, 2-3 contra el Rayo, 2-2 en Pamplona o 2-3 en el choque de Mestalla. Muchos goles concedidos que obligan al equipo a hacer un sobresfuerzo en ataque para llevarse las victorias.

En esta tarea será clave el rendimiento de Sergio Ramos. El sevillano está en una de sus temporadas más irregulares desde que está en el club. Mucho se ha rumoreado en estos días sobre su deseo de renovación y su futuro, a lo que hay que unir los cambios (para bien) que se están produciendo en su vida personal. Aspectos que quizás están influyendo en su rendimiento, de forma que en varios partidos se le ha visto poco concentrado. Ramos es un jugador que necesita mucho de su cabeza para rendir al máximo nivel y es imperativo que empiece a recuperar la estabilidad futbolística. Tanto por el Madrid como por la selección, pues siempre que ha sido año de torneo grande ha acabado dando su mejor rendimiento con la 'Roja'. 

Por su parte, Pepe debe mantenerse en este gran nivel que tiene actualmente. El portugués ha ganado en madurez en los dos últimos años y ya no suele perder los papeles como antaño. A día de hoy es el central más fiable del equipo, así que su papel será clave en los éxitos futuros del Real Madrid. De hecho, su relevancia se acrecienta exponencialmente con la ausencia de Varane, el gran enigma de la zaga para comienzos de 2014. El madridismo seguramente asigne una uva de la suerte a que el francés supere de una vez sus problemas de la lesión, pues su regreso ayudaría mucho en esta búsqueda de la mejoría defensiva.

Además, no nos podemos olvidar del papel de los laterales. Ante la 'desaparición' de Coentrao, Marcelo tiene que ganar en regularidad en la izquierda; mientras que Arbeloa y Carvajal también deben subir un punto su rendimiento, pues todavía no están a su mejor nivel. Y, por último, tampoco hay que olvidar que la defensa también es un asunto de centrocampistas y delanteros. El regreso de Xabi Alonso ha servido para tapar muchas goteras, pero en los últimos años prácticamente todos los equipos campeones se han caracterizado por tener diez 'obreros'. Y en eso, hoy por hoy, el Madrid anda todavía algo 'verde'. De ahí que esta vez no sea necesario pedirle al Año Nuevo más goles, que de eso ya vamos sobrados. Mejor centremos las energías en mejorar atrás.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Jugar en casa, un peso para Morata

El Real Madrid impone, es lógico. Y condiciona, pues el hecho de jugar para el mejor club del mundo puede hacer que los jugadores más inexperimentados no den lo mejor de sí cuando se ponen la camiseta merengue. La historia está plagada de casos en la que futbolistas de la cantera no triunfaron en el club por sus altas exigencias, por lo que tuvieron que salir para adquirir un merecido reconocimiento en otros equipos. Y en estos momentos jugadores como Nacho, Jesé o Morata estén en ese período de 'prueba' en el que multitud de ojos escrutan su rendimiento para valorar sus opciones de futuro en el equipo.

El pasado miércoles los tres contaron con la oportunidad de jugar ante el Xátiva en la Copa. Un partido plácido en apariencia que acabó por serlo gracias a los dos tempraneros goles que marcó el equipo. Por lo tanto, la situación era idónea para lucirse, pero al final el encuentro terminó por convertise en un trámite realmente aburrido donde unos y otros se conformaron con este digno marcador. Ninguno de los tres canteranos pudo lucirse, aunque en el caso de Morata ni siquiera se le vio suelto en algún momento del partido. El delantero tuvo una noche negada y en parte fue por sus excesivo deseo de agradar a la parroquia merengue.

El encuentro planteó una paradójica situación para el madrileño, pues se puede decir que hoy por hoy Morata está más cómodo jugando lejos del Bernabéu. En casa se le nota con más ansiedad, con demasiadas ganas de hacerlo bien y de meterse al público en el bolsillo. Esto le lleva a ser más individualista y a buscar la jugada épica que le consagre como un jugador válido para el equipo. Ante el Xátiva el ariete levantó pocas veces la cabeza cuando tuvo el balón en los pies y en la mayoría de las ocasiones buscó acabar él la jugada mediante la opción más complicada. El resultado fue que nada le salió bien y acabó el encuentro tal y como lo había empezado, de vacío.

Al término del choque Ancelotti le mandó un mensaje en la rueda de prensa. "Hay partidos que no salen tan bien como otros, pero para jugadores como él es esencial que trabajen y sigan jugando así. No es importante que marque goles, lo importante es que juegue bien y trabaje.

Los goles llegarán, estoy seguro" comentó el italiano al ser preguntado por él. Un consejo del que seguramente Álvaro ya haya tomado buena nota, pues es justo el aspecto que debe incorporar a su filosofía de juego en esta temporada: debe darse cuenta de que le irá mejor cuanto más sencillo haga el fútbol. Y no tiene muy lejos el modelo a seguir, pues puede fijarse en su partido de la temporada pasada ante el Barcelona: no marcó, pero dio una asistencia de gol y fue básico para el triunfo.

Para un delantero no todo es marcar goles y a Morata no solo se le va a medir por su cuenta anotadora a final de temporada. Lo importante es que demuestre que sabe compenetrarse con sus compañeros, que sabe ser generoso cuando debe serlo y que juegue suelto en el campo. Y una vez que lo consiga, los goles llegarán por pura inercia, como ha comentado Ancelotti. En el fútbol profesional no se puede empezar a construir la casa por el tejado. Muy pocos jugadores están tocados por una 'varita' como Raúl, quien fue capaz de clavar un golazo por la escuadra en su segundo partido como profesional, y además en un derbi ante el Atlético.

Por todo ello, Morata debe estar tranquilo. No debe plantearse cada partido en el Bernabéu como un examen. El Real Madrid tiene confianza en él y si no explota esta temporada seguramente le ceda una temporada para que continúe su progresión. Su única misión debe ser jugar como él sabe, contribuyendo con lo que pueda al equipo. Si consigue goles, estupendo; si no, que busque asistencias o simplemente ofrezca compañerismo, trabajo y buena compenetración. Muchas veces es mejor sumar poco a poco que aspirar a conseguir todo de una sola vez y por la vía complicada. Más que nada porque en este club solo unos pocos elegidos han triunfado desde el primer día. El resto, se lo han tenido que ir ganando durante meses con paciencia, entrega, trabajo y calidad. Cuatro palabras que suelen ser sinónimo de éxito en el club más exigente del planeta.

martes, 10 de diciembre de 2013

Una decisión en la que hay que priorizar

¿Qué es lo que le pasa a Varane? Ésta es una pregunta que el madridismo lleva haciéndose cerca de dos meses, el tiempo que el francés acumula de errática recuperación. El futbolista cayó lesionado el pasado mes de mayo en el estadio de Cornellà-El Prat y desde entonces nada ha parecido ir según lo esperado. El problema en su rodilla se ha revelado como peor de lo que el primer pronóstico dictaminó y ahora el jugador se encuentra en una situación en la que la articulación le pide tregua cada dos partidos.

Las rodillas son uno de los puntos débiles que tiene los futbolistas. Esta zona del cuerpo es básica a la hora de realizar los movimientos y giros que conlleva este deporte, por lo que su cuidado es vital para que un jugador pueda aspirar a tener una larga y fructífera carrera. Lamentablemente Varane se ha topado con una lesión de este tipo prácticamente en los albores de su prometedora trayectoria como profesional, lo que es ya un aspecto muy a tener en cuenta. La historia está plagada de grandes promesas que vieron truncada su proyección por problemas de estas características, de forma que el caso del francés obliga a ir con mucho tiento.

El panorama actual es de tensa espera. La disputa de la repesca mundialista fue demasiado para la maltrecha rodilla derecha del jugador, por lo que el Real Madrid decidió a finales de noviembre que lo mejor era hacerle descansar y someter a la pierna a un cuidado programa de fortalecimiento. Las continuas inflamaciones de la articulación tras aplicarle carga de trabajo preocupan e incluso han llevado a plantear la situación de hacer que el futbolista vuelva a pasar por el quirófano.

Así, Varane está siendo observado muy de cerca por el doctor que le operó, Hervé Silvert, así como por el cuerpo médico del club blanco. Tras la última revisión a la que fue sometido la decisión fue continuar con un programa conservador, dando por (hasta cierto punto) normales sus secuelas de estos meses. La intención es que su rodilla poco a poco vaya regenerándose y mejorando, de forma que en unos pocos meses ya no dé ni un solo problema. Por eso, el futbolista no va a volver a jugar en lo que queda de año, dedicando todo diciembre a trabajar en el gimnasio.
En este caso parece claro que las próximas semanas serán claves para el futuro a corto plazo del jugador. Antes de enero tiene que haber una respuesta clara sobre la situación de su rodilla, pues nos vamos acercando al momento importante de la temporada y entonces el Mundial estará solo a seis meses. Esto implica que, en caso de necesitar un regreso al quirófano, el tiempo empieza a jugar en contra. Varane espera y desea estar en la cita brasileña y debe saber cuanto antes mejor si su cuerpo va a poder responder por sí solo en el tramo final de curso.
Como es lógico todo este asunto también afecta a la planificación deportiva del Real Madrid. El equipo blanco ahora mismo únicamente cuenta con Ramos, Pepe y Nacho como centrales sanos de su plantilla. De ahí que el francés sea un jugador clave en las rotaciones de la defensa y, por consiguiente, en las aspiraciones del equipo de lograr los mayores éxitos posibles. En caso de operación, las previsiones más optimistas hablan de un nuevo regreso del jugador en febrero. Dos meses que facilitarían una espera sin acudir al mercado invernal, pero el panorama quizás cambiaría si las garantías no fueran máximas en este sentido.

Por eso, los próximos días en claves para el futuro de Varane y el Real Madrid. El deseo y la esperanza es que la vía conservadora funcione con su rodilla y lentamente su articulación regrese a la normalidad. Y con este objetivo se está trabajando en noviembre y diciembre. Pero no se puede descartar la necesidad de tener que recurrir inmediatamente a un plan B, el del quirófano, para acortar plazos. En juego hay muchos intereses y la decisión no es fácil. Sin embargo, es de vital importancia que la misma se tome primando la salud del jugador. Porque la temporada del Real Madrid y el Mundial son muy importantes, pero aún lo es más su prometedora carrera.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Una rendición a mitad del camino

Solo cuatro meses después parece ser que Ángel Di María se ha rendido. En verano aseguró que estaba dispuesto a pelear por un puesto, a luchar por demostrarle a Carlo Ancelotti que merecía minutos en el club más importante del mundo. Sin embargo, el Mundial se está acercando cada vez más y su sombra está oscureciendo las ilusiones del argentino, quien ahora parece haber tomado la decisión de acabar abruptamente su etapa como madridista.

"El Real Madrid es un club que trae siempre jugadores y a veces se olvida de la clase de jugadores que tiene. Tiene mucho dinero y todos los años puede traer jugadores importantes. Decidí quedarme porque sabía que podía jugar. Ancelotti confía en mí, me está poniendo y eso es lo más importante". Estas palabras las pronunció Ángel Di María el pasado mes de septiembre. Entonces el futbolista mostraba voluntad de pelear para continuar en este equipo, pero en cuestión de 75 días el panorama ha dado un giro de 180 grados.

La clave de todo está en que en septiembre Di María era titular en el equipo, mientras que ahora es suplente, una vez que Gareth Bale se ha hecho con el puesto en el once. Algo totalmente lógico si se tiene en cuenta lo que ha costado el galés y el rendimiento que está dando en estos primeros partidos. La cuestión es que Di María no tiene hueco en el once tipo de este Real Madrid por el simple hecho de que solo pueden jugar once. La táctica de Ancelotti favorece la presencia de dos mediapuntas o segundos delanteros, y ahí Cristiano y Bale tienen un lugar prácticamente fijo.

Quizás lo que más disguste a Di María en todo este asunto es que su rendimiento ha sido realmente bueno, pues empezó la temporada a un gran nivel y cuando Ancelotti le ha dado la oportunidad prácticamente siempre ha respondido. El italiano le valora positivamente porque considera que es uno de los pocos futbolistas de ataque que tiene en la plantilla que es capaz de trabajar incansablemente sin el balón. Su despliegue físico en tareas defensivas es encomiable y esto es algo que compensa sus carencias en otros aspectos.
Y es que Ángel Di María es un gran jugador, un hombre básico que hace plantilla. Sin embargo, le falta algo para llegar a ser una estrella de primer nivel y aspirar a ser titular indiscutible en este Real Madrid. Por eso Bale le ha adelantado en unas pocas semanas, a pesar de que él siempre ha dado la cara. Su actitud ha sido y es admirable, pero el galés es mejor jugador que él, más completo. Sin ir más lejos, una de las desventajas de Di María es que su pierna diestra prácticamente no la utiliza. Y eso, en fútbol de primer nivel, es un problema importante.
El panorama del 'Fideo' en el Real Madrid se reduce a ser paciente y conformarse con ser el jugador número doce o trece en el club más exigente del mundo o salir ya para ser titular en un equipo de segundo nivel como el Mónaco. Sin embargo, la proximidad del Mundial cambia en este caso el contexto, pues el futbolista empieza a temer que peligre su puesto de titular con Argentina en Brasil. De ahí que su idea de aceptar la oferta del Mónaco esté muy madura, dándose por derrotado solo cuatro meses después de haberse propuesto luchar para ganarse los minutos en el Madrid.

Habrá que esperar para saber qué sucede con Di María, ya que Ancelotti no parece estar muy por la labor de debilitar a la plantilla traspasando en enero al jugador. Lo que está claro es que si el argentino sale el Madrid no debería quedarse con los brazos cruzados si quiere llegar a mayo con la plantilla fresca y con opciones en todas las competiciones. Una negociación con el Mónaco para traspasar al argentino puede ser una buena forma para fortalecer los lazos con el club del Principado, y de paso, para preguntar por Radamel Falcao.

En Francia y España se dice y se cuenta que el colombiano ya ha pedido salir en enero porque no está nada cómodo en el club. Y es de sobra conocido que tanto Falcao como Florentino aspiran a cruzar sus caminos en no mucho tiempo. Con estas pistas se puede decir que la ocasión es 'pintiparada' para, por lo menos, intentar su cesión o incluso su fichaje. Sin duda, sería una buena forma de dejar antes atrás el disgusto de perder a Di María, un hombre no básico, pero sí importante para el correcto funcionamiento de este Real Madrid.

sábado, 30 de noviembre de 2013

La excelencia solo se perfecciona con humildad

Dos años y un puñado de meses es el tiempo que ha tardado Pablo Laso en confeccionar el Real Madrid al que podía aspirar a su llegada. El equipo blanco logró con el título de Liga el espaldarazo de moral que necesitaba para creerse y saberse lo suficientemente bueno como para poder dominar el baloncesto español y, por qué no, el europeo en los próximos años. Por eso, el comienzo de temporada ha sido mejor que bueno, se podría decir que excelente. Pero no hay que bajar la guardia.

El madridismo ha pasado doce, quince años muy difíciles en lo que respecta a la sección de baloncesto. Bien es cierto que en los últimos tres lustros hubo chispazos esporádicos, como las etapas de Scariolo o Plaza, pero nunca fueron lo suficientemente sólidas como para pensar que el equipo podría tener un reinado prolongado en España y el 'Viejo Continente'. En muchas ocasiones el presupuesto se dilapidó en jugadores intrascendentes que lo único que consiguieron fue mantener al Madrid en la puja por los campeonatos nacionales. Pero poco más.

Ahora las cosas han cambiado. El Madrid ha empezado el año intratable, acumulando victorias escandalosas casi sin despeinarse. De pronto todas las piezas han encajado a la perfección, como una gigantesco y precisa maquinaria. La pasada campaña ya hubo síntomas de que algo grande se estaba cociendo, pero faltó algo de madurez y cabeza fría en los momentos claves, como en la segunda prórroga de los cuartos de final de la Copa del Rey o el segundo cuarto de la final de la Euroliga.

Las eliminaciones llegaron, pero el Madrid rescató la temporada ganando la Liga de forma brillante. Fue un momento clave en la etapa de Laso, ya que en caso de derrota el técnico hubiera quedado muy expuesto a las críticas. Sin embargo, por suerte no es más que un hipotético, porque el vitoriano se vio reforzado por el título y ahora acaba de renovar su contrato hasta el 2016 y la afición tiene el deseo y la esperanza de que esta 'bendita locura' no pare hasta junio.

No cabe duda que el Real Madrid es una de las tres o cuatro mejores plantillas de Europa en estos momentos. Si es la mejor es cuestión de gustos y matices. Pero cuenta con una ventaja diferencia que le da un plus respecto a los Olympiakos, Barcelona, CSKA o Fenerbahçe: es un equipo totalmente hecho. Solo ha incorporado a tres jugadores, a Mejri y Bourousis y Dani Díez. Y los tres han encajado a la perfección. El griego está siendo desde el primer día el pívot dominante que el club necesitaba como el comer y, lejos de dar problemas, ha hecho migas en el vestuario con gente como Mirotic.

Han sido tres pequeños y sabios retoques que han facilitado que el equipo tapara las pocas vías de agua que tenía, especialmente la defensa. Laso ha sabido confeccionar una plantilla con talento y unos cuantos 'picapedreros', jugadores como Slaughter, Draper o el propio Mejri que intimidan y realizan una aportación física de altísimo nivel. El técnico ha concebido a este equipo como una máquina defensiva al servicio de su mayor virtud en ataque: el contragolpe y la velocidad. Solo desde la anticipación y la agresividad atrás se puede concebir esta explosión ofensiva que está demostrando el Madrid estos primeros meses.

Y luego, por supuesto, está el tercer punto clave. El enorme crecimiento de diamantes en bruto como el 'Chacho', Mirotic o Llull. El hispano-montenegrino es insaciable en lo que respecta a autoexigencia y sus 22 años ya se puede decir que es el mejor ala-pívot de Europa (Orenga, por favor, la selección española no puede seguir dejando de lado a este jugador). Mientras tanto, el canario está a un nivel sublime y marca las diferencias en cada partido, marcando su mágico estilo. Y en lo que respecta a Llull, el balear ha alcanzado un punto de madurez que le hace más fiable y a la vez, más inteligente sobre la cancha.

Poco más se puede decir que no se haya visto ya de este Real Madrid. Con justicia se ha ganado el derecho a ser el máximo aspirante a ganar todos los títulos de esta temporada. Pero tengamos prudencia, porque este magnífico baloncesto solo tiene una pega. Y es que la 'casi' excelencia ha llegado demasiado pronto. Solo estamos a principios diciembre y resulta muy difícil imaginar a un rival que pueda ganar a este equipo. Sin embargo, lo lógico es que en algún momento dado lleguen las derrotas. Y habrá que estar preparados entonces, porque solo con humildad y sangre fría este equipo podrá perfeccionar su estilo y, de paso, cumplir con la lógica del éxito que dicta su juego actual.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Más que un balón, un 'peloteo' de oro

Todos los años, a estas alturas, toca hacer lo mismo. Hay que hablar del Balón de Oro. Normalmente los meses de noviembre y diciembre no tienen la salsa de lo trascendente en lo que respecta a los títulos, por lo que los medios de comunicación llenan y llenan sus páginas y minutos de televisión, radio e Internet con el debate de qué futbolista debe llevarse el precisado trofeo. Y este año también está siendo así, aunque al menos en esta ocasión el madridismo tiene al candidato más fuerte.

Cristiano Ronaldo ha sido el mejor jugador del año, sin discusión. El fútbol es subjetivo, pero las actuaciones individuales del portugués no han sido superadas por nadie. Son puros datos y evidencias que no se pueden rebatir desde la honestidad. Otra cosa es lo que ha conseguido con sus equipos sobre el campo, pues tristemente no ha logrado ningún título colectivo. Solo este aspecto hace que Cristiano sea menos favorito y Ribery más aspirante, porque el francés fue el líder del triplete de la temporada pasada del Bayern. Es un aspecto importante que compensa la balanza, a pesar de que el galo está uno o dos escalones por debajo.

Hablo de Ribery porque la lesión ha dejado a Messi prácticamente fuera de las quinielas. Otra cosa es que los votos de federaciones de países de la Polinesia (por decir algunos) puedan mantenerle ahí, por el hecho de tener más marketing que nadie. En los últimos años el mundo del fútbol se ha empezado a dividir entre los que son de Cristiano y los que son de Messi y por ahí el argentino tendrá multitud de votos. Pero lo cierto es que, siendo sensatos y por muy bueno que sea el argentino, en esta ocasión no ha estado al nivel del mejor del mundo.

Luego está otro factor. El de Blatter y su metedura de pata. Con Messi fuera de circulación para la FIFA será mucho más fácil premiar a Cristiano con el Balón de Oro. En caso de producirse sería como un acto de purgación, una demostración de que el portugués también puede ganarlo a pesar de que el presidente federativo tuvo la desfachatez de intentar ridiculizarle en público. Este año no es necesario quitarle el caramelo al barcelonista, porque lleva ya varios meses rumiando que no lo tendrá. La afición culé acumula bastante tiempo asumiendo que es más que probable que este año no haya un dorado regalo de Reyes.

Sin embargo, esto no ha impedido que un sector del barcelonismo haya puesto el grito en el cielo por la ampliación de las fechas para elegir ganador. Es cierto que la decisión beneficia a Cristiano Ronaldo y perjudica ligeramente a Ribery. Y no se puede descartar que haya sido una medida encaminada a allanar el premio camino de Madrid. Pero si es así, lo será por simple cargo de conciencia de Blatter, quien ahora está casi obligado a poner de su parte para limpiar su ya deteriorada imagen de cara a los millones de seguidores que tiene el luso. 

Por lo pronto, el suizo se ha dedicado en los últimos días a pelotear a Cristiano a pesar de que el jugador ha pasado 'olímpicamente' de él. Está más que claro que, si por él fuera, no iría a la gala de la FIFA. Pero quizás tenga que hacerlo, por petición expresa del Real Madrid y por obligación protocolaria de hacerse la foto del trofeo. Más que nada porque resulta difícil imaginarse un panorama en el que el portugués esté en el escenario y tenga que ver cómo Ribery o Messi ganan el Balón de Oro. U otro en el que que CR7 sea el elegido y no esté para recogerlo. Si va el madridista, lo más seguro es que lo haga teniendo todo bastante 'atado' en ese aspecto.

La cuestión es que, si el premio se lo lleva Cristiano, la FIFA y su presidente habrán lavado algo su imagen. Y además será lo realmente más justo para el mundo del fútbol. Nadie podrá decir nada, ya que será un panorama en el que todos saldrán ganando (salvo Ribery, claro). Aunque, eso sí, habrá un pero: nada habrá cambiado realmente, pues no será un premio sincero. Blatter seguirá siendo de Messi y el año que viene volverá a mover sus hilos para que se cumplan sus deseos. Lo de este año solo habrá sido una ilusión, una pantomima para subsanar el grave error de Oxford. Sin Messi, no les dolerá tanto dárselo al portugués. Por eso, pase lo que pase, al madridismo le debe importar bastante poco este galardón. Y es que hace tiempo que 'Balón de Oro' y 'justicia' dejaron de ser términos sinónimos; por mucho que ahora a la FIFA no le quede más remedio que serlo.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Casemiro, ante su paso hacia delante


Este verano el Real Madrid reforzó especialmente el centro del campo. El club blanco intentó apuntalar esta zona del terreno de juego a sabiendas del irregular estado físico de su 'brújula' Xabi Alonso, por lo que llegaron futbolistas como Isco o Illarramendi, mientras que Casemiro subió al primer equipo tras haber hecho un decente final de temporada con el Castilla. De hecho, el brasileño fue una de las sensaciones de la pretemporada merengue, aprovechando que en el mes de julio tanto Alonso como Illarra estaban en la enfermería por diversos problemas físicos.
El jugador sudamericano brilló en varios partidos veraniegos con luz propia. En Lyon fue el hombre más destacado y salvó al equipo de la derrota en un encuentro algo gris, mientras que ante rivales de enjundia como el PSG y el Inter también dio la talla. Tal fue su irrupción que, durante unos días, se vivió una pequeña 'fiebre' Casemiro en la prensa deportiva. Algunos medios ya prácticamente le veían como el 'tapado' de la plantilla blanca y le auguraban un papel importante en los planes de Carlo Ancelotti.

Sin embargo, los días, las semanas y los meses han ido pasando y ya no queda ni rastro de Casemiro. A estas alturas es el jugador de campo con menos minutos del Real Madrid, 83, y solo está por delante del tercer portero Jesús Fernández. Su último partido data del 1 de septiembre pasado en el Real Madrid – Athletic (3-1), choque en el que disputó solo 21 minutos. Desde entonces ha acumulado 6 convocatorias más sin oportunidades, la más reciente el 19 de octubre.

Bajo esta perspectiva, resulta evidente que Casemiro ha quedado relegado al último lugar de la rotación merengue. Khedira, Illarramendi o incluso Ramos han actuado en su posición desde que comenzó la temporada. Y ahora que Xabi Alonso había regresado a pleno rendimiento sus opciones parecían reducirse aún más. Esto era así hasta el pasado viernes, cuando la situación del club dio un vuelco por la grave lesión de Sami Khedira.

En los últimos tiempos el Real Madrid está teniendo una mala suerte total y absoluta con el llamado 'Virus FIFA'. Varias de las lesiones graves que ha tenido el club en los últimos años han venido por los encuentros internacionales de sus jugadores. Khedira ha sido el último y tendrá que perderse los 6 próximos meses (prácticamente toda la temporada) tras romperse la rodilla en un choque con Pirlo. Sin duda, un duro golpe para los intereses de Ancelotti, pues el teutón venía siendo imprescindible en el interior derecho de su esquema táctico. 

La pérdida del jugador alemán seguramente provoque un cambio de responsabilidades en la plantilla. El italiano tendrá que decidir ahora como cubrir su baja, por lo que Illarramendi y el propio Casemiro prometen adquirir mayor relevancia. En el caso del brasileño seguramente ahora empiece a tener los minutos en la rotación de los que antes no disponía, a pesar de que la oportunidad se le va a presentar de una triste manera. Sin embargo, como profesional que es, está obligado a cogerla para demostrar que su sitio puede estar perfectamente en este club.

El jugador aseguraba hace unos días estar "tranquilo" y "trabajar duro" en unas declaraciones para la Web del club. No hay duda de que para él es un privilegio jugar en este Real Madrid y se ha tomado estos primeros meses como un aprendizaje. Ha sabido ser paciente por su juventud y ahora probablemente esté ante su hora de la verdad. Hasta hace tres días quizás su mejor destino hubiera sido una cesión a otro club, pero ahora las circunstancias obligan y el Real Madrid le va a empezar a necesitar. Así que su momento ha llegado: el de demostrar que su trayectoria en el club no se va a limitar al simple sueño de un par de noches de verano.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Ancelotti ha roto el molde de Mourinho

Confieso que empiezo a no comprender a Carlo Ancelotti. Muchas de sus decisiones se me escapan. El italiano llegó al Santiago Bernabéu asegurando que pretendía buscar el buen fútbol por encima de todo, pero por lo que se está viendo su nuevo estilo está sacrificando a jugadores que precisamente deberían ser claves en este intento de acercarse al juego más estético. La ruptura con el estilo implantado por Mourinho en los tres años es más que evidente, por lo que ahora todo depende de que la plantilla se adapte a las nuevas directrices del italiano.

Estamos en el mes de noviembre y yo soy incapaz de decir todavía a qué juega este Madrid. De momento la única conclusión a la que llego es que, como un autómata, se limita a intentar marcar más goles que el rival, pues los últimos partidos se han convertido en duelos de golpes en los que los blancos han salido victoriosos porque a pegada nadie le gana arriba. Evidentemente la delantera está siendo lo más destacable de este nuevo equipo, principalmente Cristiano Ronaldo. El portugués está en un estado de forma sublime y, posiblemente, si no fuera por él, quizás la Liga ya estaría casi tan cerrada como lo estaba el año pasado por estas fechas.

Bale es otro de los que se salvan, pues el galés está empezando a coger el 'punto' de forma que le hacía falta para empezar a callar las bocas de sus detractores. Y Di María también merece una mención por su trabajo, esfuerzo y compromiso en estas semanas. Pero poco más, porque cuanto más nos acercamos a la defensa más baja el rendimiento general del grupo. Que la plantilla no está bien físicamente es algo evidente, aunque tampoco puede ser la explicación a todo lo que está ocurriendo cuando normalmente el Madrid juega mejor las segundas partes que las primeras.

Todo esto se puede justificar desde la paciencia. El Madrid necesita tiempo para ir 'metarfoseándose'. En este sentido Ancelotti ha cogido el camino difícil, pues ha roto el molde que había dejado Mourinho. El portugués dejó un equipo hecho con un manera muy reconocible de jugar. Con algunos futbolistas adheridos a una posición muy concreta, como Ramos de central o Khedira de mediocentro defensivo. En este punto quizás lo recomendable hubiera sido ajustar un par de piezas y no cambiar nada, pues al fin y al cabo la plantilla está pensada y confeccionada para jugar así.

Pero el italiano ha preferido derrumbar el edificio para construir uno nuevo. El 4-2-3-1 de Mourinho está pasando en varios partidos a un 4-3-3 (4-3-2-1) donde el sacrificado es el mediapunta. Es decir, Isco. Primero Ancelotti tomó la decisión de prescindir del jugador más talentoso de la plantilla, Özil. Y ahora está dejando a su sustituto natural, Isco, en el banquillo, el único enganche puro que tiene el equipo sin contar a Modric. Quizás sea por el bajo rendimiento del malagueño, pero son un compendio de decisiones que no me encajan con esa promesa del entrenador de buscar el buen fútbol.

Otro de los hombres a los que le ha cambiado la vida con Ancelotti es Khedira. El alemán ahora en muchos partidos es interior diestro. Con Alemania suele jugar ahí, y muy bien. Pero en el Madrid aprecio que está bastante perdido. Sin el apoyo de un enganche el germano suele tener mucho campo por delante y no puede explotar sus mejores características, que son la recuperación y la solidaridad en el campo. Hoy por hoy el equipo le echa en falta en la parcela defensiva, especialmente para equilibrar la medular merengue. De vez en cuando se deja caer por ahí, pero menos de lo necesario. Porque el Madrid actual tiene mucho espacio entre líneas y se echa en falta que Khedira aparezca para sostener al equipo y 'barrer' los balones por delante de la defensa.

Finalmente, el de Ramos es otro asunto que me desconcierta. No es ningún secreto que el de Camas ha empezado bastante mal la temporada. Sin embargo, Ancelotti se empeña en ponerle en una gran variedad de posiciones. Central (bien), mediocentro (¿cómo?) o lateral derecho (vale…). Es decir, en realidad le hace un flaco favor porque le pone las cosas aún más difíciles aún a sabiendas de que no está en su mejor momento de forma. Lo más sorprendente de todo es que probó con él de forma repentina, casi sin entrenarlo antes, en la medular y ante el Barcelona. Pero justo un día antes el técnico había dicho en rueda de prensa que el equipo no saldría al Camp Nou a jugar al contragolpe. Sigo sin entenderlo.

Así pues, ando desconcertado y perdido con este nuevo Madrid. Evidentemente que no se pueden realizar juicios con solo tres meses de trabajo y que todavía hay que esperar para averiguar qué es lo que realmente quiere Ancelotti. Pero empiezo a tener claro que el transalpino ha decidido optar por la vía complicada, la de hacer borrón y cuenta nueva tras los tres años de Mourinho. Su promesa es la de hacer buen fútbol, pero por ahora el equipo no ha hecho más que minutos interesantes en partidos sueltos. Todavía no hay un once tipo ni un esquema claro. Ni siquiera una forma de jugar definida. Pero sí muchas pruebas, cambios y decisiones conservadoras. Y eso, por ahora, no me deja estar tranquilo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Lo que de verdad importa

El Real Madrid está solo. De hecho, se podría decir que es el único club del mundo que puede permitirse ser autosuficiente y no depender de amiguismos en los despachos. Su grandeza le hacer ser objeto de numerosas envidias y, en muchas ocasiones, le convierte en el gran rival a batir. Durante muchos años la afición merengue y el propio club han levantado la voz para protestar por diferentes detalles cuanto menos sospechosos. Al propio Mourinho le llegaron a tildar de loco por insinuar que premios como el Balón de Oro son poco o nada transparentes. Sin embargo, en los últimos días resulta que Blatter ha alimentado las sospechas por querer hacerse el gracioso.

El suizo se sintió muy cómodo la semana pasada durante su visita a Oxford. El presidente de la FIFA es menos protagonista de lo que le gustaría y se soltó ante un pequeño auditorio lleno de gente joven. Se podría decir que se despistó, pues se sintió tan cómodo que quiso llamar la atención haciendo un cómico número a costa de la imagen de Cristiano Ronaldo. Como se suele decir, la mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo. Y Blatter demostró no ser ni uno ni lo otro.
La cuestión de fondo no es la patética imitación que hizo del portugués, sino la perla que soltó al final. Ése "yo no puedo decir quién es el mejor. Pero me gusta ser el jefe de los que votan… y yo prefiero a Messi" lo dice todo. Entre líneas se entiende que desde su poltrona hace campaña para que el argentino se lleve año tras año el galardón, utilizando sus contactos e influencias con el objetivo de cumplir sus designios y deseos. Es decir, lo que algunos como el ya mencionado Mourinho llevaban denunciando varios años. Después vinieron las disculpas, pero el daño estaba hecho. No solo al madridismo o a Cristiano, sino también a la imagen de la FIFA y del Balón de Oro.

Al menos ya tenemos totalmente claro cuál es el panorama. A partir de ahora no merecerá gastar ni un ápice de energía en disgustarse porque el Balón de Oro sea asignado de forma poco justa. Evidentemente, Messi es un jugador que merece acabar su carrera con varios de ellos, pero Cristiano también. Sin embargo, con 28 años y con todo lo que ya ha logrado, únicamente tiene uno. Pero como digo, ya no tiene importancia. Porque Blatter ha abierto los ojos a la afición merengue y le ha dejado claro qué es lo que de verdad importa. 

Y es que el madridismo tiene a Cristiano y Cristiano tiene al madridismo. El portugués ha madurado mucho en este club. Ahora está a años luz del joven que llegó hace cuatro años y que se auto expulsaba tras ser objeto de provocaciones o protagonizaba reportajes sobre las muecas que hacía en cada partido. Hoy en día es más generoso que antes, ha aprendido a levantarse si falla un gol cantado o encajar golpes de los rivales sin una sola queja. Y, por si fuera poco, su comportamiento dentro y fuera del campo es intachable. Todo ello es más que suficiente para que cualquier padre y madre del mundo quisieran tenerlo como hijo. Porque, que yo sepa, el estilismo no es motivo para despreciar a nadie; aunque a Blatter no le guste que se peine mucho. Un argumento, por otra parte, propio de quien no tiene razones futbolísticas para justificar sus preferencias.

Pasarán los años y sus números hablarán, los vídeos de sus goles quedarán en Internet para que los disfruten las próximas generaciones y la leyenda de Cristiano estará a la altura de otros grandes como Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona o Zidane. Pero no es cuestión de adelantar acontecimientos, porque por suerte, todavía nos quedan varias temporadas de seguir disfrutando de su fútbol. El deseo del madridismo es que todavía tenga sus mejores páginas por escribir, pues a Cristiano le queda poner el broche de oro a su trayectoria en el club levantando la 'Décima'. Desde luego, ése es el objetivo primordial. Y si se consigue, el triunfo sabrá mejor que nunca, pues supondrá volver a abrazar el trofeo más deseado en una época llena de zancadillas e incomprensión para el madridismo.

sábado, 26 de octubre de 2013

Bale responderá con fútbol

Ser el segundo jugador más caro del mundo no debe ser fácil. Si pertenecer al mejor club del mundo supone ya de por sí una presión añadida, el hecho de costar además 91 millones de euros lo debe complicar aún más. Por eso, Bale está descubriendo en las últimas semanas que su nueva condición de estrella del firmamento merengue tiene un lado oscuro al que se tendrá que acostumbrar poco a poco. El Tottenham está a años luz del impacto mediático que genera el conjunto blanco, por lo que este joven de Cardiff está obligado a acostumbrarse cuando antes a su nuevo estatus para no defraudar las expectativas.

El Real Madrid es un club que genera muchas envidias. Es lo que tiene haber sido el mejor equipo del siglo XX. Esto es algo que no decimos los madridistas, sino que está en los números y datos que refrendan organismos como la UEFA, la FIFA o la IFFHS. Se trata de un modelo y referente para el resto de conjuntos del mundo, independientemente de que haya ganado más o menos títulos en los últimos años. Por eso, el fichaje del futbolista galés ha originado una cierta corriente crítica en medios y aficionados con el objetivo de desestabilizar al futbolista y, por ende, al club.

Bale no lleva ni dos meses en el equipo, pero ya se escuchan juicios sobre su nulo rendimiento en el Madrid. En las últimas semanas el madridismo ha tenido que aguantar chanzas sobre sus lesiones musculares, además de una pequeña campaña de la prensa culé para colocarle el cartel de ‘piscinero’. Por si eso fuera poco, el programa de 'Tv3' 'Crackovia' ha decidido parodiarlo como si tuviera alguna discapacidad mental, al igual que el cinematográfico 'Forrest Gump'.El programa es muchas veces cómico y tampoco está mal reírse algunas veces de uno mismo, pero en este caso el límite se ha superado con creces.

Así, se puede decir que últimamente está de moda 'atizar' a Bale. Por lo visto hay críticos que afirman que el Real Madrid ha cometido un grave error al ficharle por ese precio. Pero lo cierto es que, sin contar el partido de ayer, el futbolista ha jugado solo 171 minutos repartidos en cinco partidos. Eso no hace dos encuentros completos. ¿Es realmente posible juzgar el rendimiento de un futbolista tras dos míseros choques? Evidentemente, no. Y menos si el jugador a analizar resulta que no ha tenido la oportunidad de hacer una pretemporada decente.

Bale llegó al Madrid a finales de agosto con cinco entrenamientos en las piernas, y mal contados. Solo pudo jugar unos minutos en un amistoso de pretemporada. Y se presentó en el Santiago Bernabéu tal cual. A partir de ahí, como es lógico, llegó la ansiedad por verle debutar. Pero ocurrió lo esperable, una concatenación de lesiones musculares producto de la tensión, los nervios y la mala preparación. Nada de importancia, hasta que llegó el asunto de la grave lesión en la espalda. Una historia rápidamente desmentida por el club, y que tornó en ridícula desde el momento en que todo el mundo empezó a averiguar que hoy en día lo raro es encontrar un deportista que no tenga una protrusión.

Recapitulemos: en menos de 60 días Bale ha sido tildado de jugador frágil y piscinero, se le ha atribuido falsamente una grave lesión de espalda, una lesión crónica y se le ha caricaturizado como una persona con una discapacidad mental. Casi nada. Pero es el plus extra que hay que pagar por ser el segundo jugador más caro del mundo. No queda otra que tener paciencia y ser consecuentes con la lógica del fútbol, la que invita a esperar a que vaya cogiendo una buena forma física, a que gane ritmo y se adapte a la nueva ciudad y a sus compañeros.

Hoy por hoy, es imposible pretender que salga cada partido y dé un rendimiento similar al de Cristiano Ronaldo, por mucho que hayan tenido un precio similar. Bale es un futbolista de carne y hueso como los demás que precisa de tiempo y confianza. Hay que tener claro que el club le fichó por seis años, no por tres meses. Y también que solo él es dueño de su propio destino. Por mucho que se escriba o se invente, el único que va a trazar su trayectoria en el Real Madrid va a ser él. Hasta ahora ha estado callado trabajando para salir de sus lesiones. Pero ha llegado el momento de que empiece a callar bocas en el campo. Solo con fútbol. 'Su' futbol.

domingo, 20 de octubre de 2013

Más allá de Xabi Alonso

En cuestión de mes y medio, poco más de 70 días, Xabi Alonso será un hombre libre para negociar su contrato. El 30 de junio finaliza su unión con el Real Madrid y hasta el momento no ha habido novedades sobre una supuesta intención de renovar. De hecho, el silencio de tolosarra da que pensar, pues todo apunta a que ya ha tomado la decisión de encaminar los últimos pasos de su carrera deportiva hacia otra ciudad y otro club. Él no es hombre de crear falsas expectativas o ilusiones, por lo que a estas alturas es probable que tenga ya bastante meditada su decisión final.

La situación que ha atravesado el futbolista la última campaña no ha sido fácil. Para cualquier otro jugador los casi 32 años que está a punto de cumplir no serían mucho, pero en este caso se trata de un hombre que ha sido exprimido al máximo durante su carrera deportiva. Xabi lleva diez años jugando prácticamente todo en sus equipos y eso le está pasando factura ahora.

Ha sido un jugador prácticamente imprescindible para la Real Sociedad, el Liverpool, el Real Madrid y la selección española, por lo que el cuerpo en este 2013 el cuerpo le ha pedido pausa. Primero con sus problemas de pubalgia, y luego con su fractura en el pie. Por eso a estas alturas todavía no ha tenido la oportunidad de debutar con el equipo blanco en esta temporada y quizás tenga que esperar dos o tres semanas para hacerlo. Lo que supone que hasta al menos mediados de diciembre no habrá recuperado el ritmo de competición que se le puede exigir a un titular en el centro del campo del club.

Quizás la intención de Xabi también sea la de examinarse en los próximos meses para saber si está capacitado para rendir a la altura de lo que necesita el Real Madrid. Él es un gran profesional y lo último que haría sería renovar a sabiendas de que va a seguir cobrando para ofrecer muy poco en el campo. Por eso, los próximos dos o tres meses serán claves en el futuro a medio y largo plazo del club, porque en ellos se decidirá (lo decidirá Xabi) si el equipo mantiene su 'cerebro' de las últimos temporadas o debe acelerar la búsqueda de uno. nuevo.

De momento en los dos meses que se llevan de campaña, el Madrid ya ha dejado claro que lo pasa mal sin el vasco de 'jefe'. Ya sucedió durante los últimos tres años y este parece que no va a ser menos. La plantilla tiene alternativas como Modric o Illarramendi, pero ninguno de ellos aporta la jerarquía de Xabi Alonso. Quizás no sea casualidad que estos momentos de duda del equipo sobre su fútbol hayan coincido precisamente con la larga ausencia del ex de la Real Sociedad. Porque él es uno de esos pocos futbolistas que, con su sola presencia en el campo, aporta un plus de juego.

Así pues, habrá que esperar con expectación para saber lo que finalmente acaba por ocurrir, lo que Xabi acaba por decidir. Florentino ya ha dejado claro que, si él quiere, renovará por el Madrid. Pero hay que prepararse para lo 'peor', pues hay síntomas que indican que está enfilando sus últimos meses como jugador merengue. Su silencio y sus continuas lesiones hacen pensar que él se decantará por el no, y en esta línea el club debe empezar a trabajar.

Porque renueve o no, está quedando bastante claro que el Real Madrid va a necesitar el año que viene un mediocentro organizador. Modric cumple a ratos ahí, mientras que Illarra y Casimiro parecen encajar más en el puesto de un Khedira que cada vez está más fuera del equipo. Y en este punto la solución al dilema parece bastante clara desde hace meses: Ilkay Gündogan. Joven, bueno y fácil de fichar. Las relaciones entre el Real Madrid y el Borussia son magníficas y no pinta a que el conjunto alemán vaya a poner muchas pegas para vendérselo a los blancos.

Y es que no se puede olvidar que el jugador acaba su contrato en junio de 2015, por lo que quizás el mejor momento para darle salida sea el próximo verano. Que Gündogan no haya renovado es sintomático y que decidiera quedarse un año más en Dortmund a pesar de las ofertas lo es más aún. Por eso, y aunque a día de hoy el futuro es realmente incierto, las piezas del puzzle cada vez van encajando mejor. Con Xabi o sin él la vida debe continuar y Gündogan será, desde luego, la solución más sencilla para este dolor de cabeza que se avecina.

domingo, 13 de octubre de 2013

Más que aspirantes, candidatos a todo

En estos días de dudas que vive el madridismo por el fútbol, el baloncesto asoma tal y como acabó la última temporada. El equipo de Laso ha tenido un arranque inmejorable al lograr la Supercopa de manera brillante. A día de hoy no cabe duda de que el Real Madrid es el mejor equipo de España en el deporte de la canasta, por lo que la nueva campaña permite aspirar a ganar los tres títulos que se pondrán en juego. Por delante hay un largo camino que recorrer, pero por lo pronto ya hay una cierta ventaja sobre un rival directo como el Barcelona.

El conjunto catalán terminó en junio pasado un ciclo. Quizás no de forma completa, pues todavía mantiene en su plantilla a jugadores que en los últimos años han marcado su identidad como Huertas, Sada, Navarro, Lorbek o Tomic. Pero sí parcialmente, pues los culés han cambiado prácticamente media plantilla con el objetivo de renovarse y poder limar las diferencias existentes con el Real Madrid. Y es que los blancos certificaron a principios de este 2013 que el gran dominador del baloncesto nacional son ellos, algo que no tenía lugar desde 2007.

Por primera vez en muchos años el Madrid tiene un proyecto estable y ganador. Laso acumula ya dos años en el banquillo, tiempo en el que ha conquistado cuatro títulos, un subcampeonato de Liga y un subcampeonato de Euroliga. La época de dudas sobre su labor ya ha pasado, pues el vitoriano ha demostrado que puede y sabe hacer crecer a un equipo grande para que aspire a todo. El campeonato de la ACB en junio fue el espaldarazo definitivo a su labor, por lo que ahora muy pocos se atreven a cuestionar sus méritos para ocupar el sitio donde se encuentra.

La premisa de trabajo de este verano ha sido la de mantener la columna vertebral del equipo y retocar justo su punto débil, el del juego interior. El esloveno Begic decidió irse por decisión propia, mientras que Hettsheimeir abandonó el equipo tras no contar prácticamente para el técnico. En su lugar han llegado dos jugadores que en conjunto podrán aportar bastante más que los que ya estaban: Bourousis y Mejri. El griego es un pívot veterano, de los mejores del continente, que promete dedicación en defensa, rebotes en las dos zonas y capacidad para atacar defensas en estático.

Por su parte, Mejri llega como una gran 'caja de sorpresas'. El tunecino fue la gran revelación de la temporada pasada y llega para aportar ilusión, intimidación, agilidad en la zona y facilidad para jugar sobre el aro. Sin embargo, su rendimiento dependerá del rol que le quiera otorgar Laso, entrenador muy dado a asignar papeles terciarios a determinados jugadores. Es pronto para saberlo, pero en la Supercopa se pudo leer entre líneas que Mejri será un complemento de la plantilla que tendrá minutos a ratos.

El tercer y último fichaje ha sido Dani Díez, alero de la cantera en el que el club ha decidido apostar. El madrileño es uno de los mejores jugadores españoles de su generación, por lo que tiene por delante una buena proyección. Sin embargo, una vez más el sistema de rotaciones de Laso hacen pensar que el club tendrá que afrontar muchos partidos importantes con Darden como único '3' puro. Y es que no cabe duda de que el puesto de alero alto será el punto más problemático para el equipo en esta temporada que está en sus albores.

Salvando este detalle, estamos ante el Madrid más completo y más compensado de las últimas décadas. Quizás la temporada pasada le llegó un poco pronto a este grupo, por lo que la inexperiencia le pasó factura en algunos momentos como la Final Four de Londres o el segundo partido de la final de la ACB. Pero la semana pasada en Vitoria ya no dio esos mismos síntomas, sino todo lo contrario. Se percibió un equipo más maduro, más experimentado y consciente de que este año está capacitado para cualquier cosa que se proponga. Y es que el capitán Felipe Reyes ya lo dijo hace unos días: ahora el gran objetivo es la Euroliga. Por primera vez en mucho tiempo, el Madrid en octubre no es aspirante, sino candidato a la 'Novena' y a todo lo que se le ponga por delante.

sábado, 5 de octubre de 2013

Sin Higuaín, Karim es menos Benzema

Puede parecer curioso, pero la venta de Gonzalo Higuaín está demostrando haber perjudicado a Karim Benzema. El francés ha comenzado la temporada apático, acumulando ‘conciertos’ de viento en el Santiago Bernabéu por su evidente desgana sobre el césped. La paciencia del madridismo se empieza a agotar al igual que sucedió hace ya meses con la afición francesa, pues en su propio país el delantero ya ha perdido la titularidad y en el equipo blanco solo le está salvando el hecho de tener más caché que el canterano Álvaro Morata.

El de Lyon está sumido en una espiral de insatisfacción donde su mal juego se ve retroalimentado por el mosqueo de los seguidores merengues. El futbolista está incómodo cuando juega en su propio estadio y eso se traduce en fallos evidentes y en un comportamiento que en ocasiones deja mucho que desear. Digamos que el entorno no ayuda y él tampoco es que parezca que esté poniendo mucho de su parte. Aún así, sus propios compañeros han logrado que la afición más exigente del mundo extienda su paciencia con él y de momento no se decante plenamente por los abucheos.

Karim aseguró a la finalización del partido ante el Copenhague que interpreta que el madridismo le pide que trabaje más en defensa. En efecto, lo mínimo que se le debe pedir a un jugador que viste esta camiseta es que lo deje todo por ella. Que se entregue y luche hasta el máximo de sus posibilidades. Pero necesita todavía más: fútbol y goles. Algo donde Benzema también tiene que mejorar mucho. En realidad no se le pide ningún imposible, sino que simplemente recupere el nivel que dio en la temporada 2011/12.

Él puede y sabe, otra cosa es que ahora mismo tenga la cabeza para ello. Actualmente tiene toda la presión sobre él. Hasta el curso pasado podía repartirla junto a su compañero en la delantera, Gonzalo Higuaín. Los dos tenían la misión de ser el '9' del Madrid y José Mourinho nunca se decantó por uno otro, pues se limitó a repartir los minutos según su estado de forma y el rival. En esta situación ninguno terminó de estar cómodo, ya que es muy complicado alcanzar una regularidad alternando el césped con el banquillo.

Aún así, este reparto de tareas permitió esconder las carencias de Benzema en el último año. Tanto el galo como el argentino se complementaban, se motivaban mutuamente y se 'tapaban' en los malos momentos del otro, cumpliendo con lo justo para lo que necesitaba el Real Madrid. Sin embargo, Higuaín optó por cambiar de aires y dejó a Karim con vía libre para hacerse con la titularidad. Con la presión y las obligaciones que eso conlleva.

Y en estas estamos, con el francés en la titularidad haciendo un partido bueno por cada tres malos. Insuficiente para un club como el Real Madrid, un equipo que necesita un delantero que esté a altura de las circunstancias. Por fortuna el conjunto blanco tiene a uno de los mayores goleadores de la historia, Cristiano Ronaldo, sin olvidar la eclosión anotadora de Isco. Con ello ha podido ir sacando adelante muchos de los partidos, aunque menos de lo que le hubiera gustado. Mientras tanto, Benzema sigue desaprovechando las oportunidades que tiene y Morata va comiéndole terreno sin ni siquiera necesitar goles, solo con su entrega.

Sin embargo, todavía no es tarde. Benzema todavía está a tiempo de reaccionar y de demostrar que es consciente de que el madridismo le pide entrega y presencia en el campo. Con eso debería ser suficiente para que lleguen los goles. El presidente Florentino comentó hace unos días que el club no tiene intención de fichar en el mercado invernal, pero seguramente sea una decisión que dependa del rendimiento del delantero. Por delante hay tres meses para testear a Karim. Si no está a la altura ya no tendrá a Higuaín a su lado para dispersar la atención y repartir las 'culpas'. Los focos le apuntan y es su última oportunidad: ahora o nunca, Benzema.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Motivación para escapar de la vulgaridad

Hace una semana comentaba en este espacio que dos meses es muy poco tiempo para pretender encontrar el sello de Ancelotti en este equipo. Y así es. Pero más allá del juego del equipo, hay otro aspecto que merece una reflexión. Hasta ahora está quedando patente es que el Real Madrid cuenta con vicios evidentes del pasado que van a ser muy difíciles de eliminar. Especialmente el de la actitud de muchos de los jugadores cuando el calendario les obliga a jugar en campos de equipos teóricamente inferiores y en partidos donde son claramente favoritos.

Tanto en la última temporada como en el inicio de la presente el Real Madrid se está demostrando como un equipo con problemas de motivación en partidos, a priori, asequibles. La Liga es un campeonato que con el paso de los años cada vez penaliza más los fallos puntuales, pues enfrente está un rival como el Barcelona que solo pierde un puñado de puntos cada año. Por eso, cada empate o cada derrota en este torneo es como una pequeña cornada para las aspiraciones del equipo.

El curso pasado se dio la circunstancia de que prácticamente en el mes de noviembre ya no había título de Liga que disputar. Se perdieron multitud de puntos en campos de equipos de menor nivel que el Real Madrid: Getafe, Sevilla, Granada, Betis, Málaga… Todos ellos con merecimiento, dicho sea de paso. Porque en estos encuentros el Madrid mostró su cara más apática y su juego más vulgar, con un estilo carente de alma y de intensidad.

Por entonces lo sucedido se explicó con base en las diferencias existentes en el vestuario entre jugadores y técnico. Bien, así pudo ser. Sin embargo, a día de hoy hay ciertas sensaciones que se siguen repitiendo como si de un molesto déjà-vu se tratase. Y ya no es una cuestión de jugar mejor o peor, sino de las sensaciones que transmite el equipo sobre el campo. Hay encuentros en los que la movilidad en ataque brilla por su ausencia y en los que todo parece más a expensas de una jugada aislada de Cristiano que de acciones trenzadas y bien diseñadas.

Así se venció en Granada. Luego se mejoró algo, a pocos ratos, ante el Villarreal. Y se ganó el miércoles en Elche. Pero la victoria ante los ilicitanos no puede ni debe tapar que este Madrid sigue teniendo problemas importantes a la hora de afrontar estos duelos de 'pico y pala' ante rivales batalladores.

Durante los últimos días Ancelotti ya se ha encargado de avisar que no se pueden empezar los partidos dormidos como ocurrió ante el Getafe. Y añado que tampoco podemos acabarlos como en el Martínez Valero, porque dos puntos que podía valer media Liga estuvieron cerca de irse al traste por un fallo de concentración.

Y como digo, ya no es cuestión exclusiva de hacer mejor fútbol o peor; pues en esto se tiene que ir mejorando con el paso de los meses. Es un asunto exclusivamente de sacar adelante los partidos poniendo lo mismo que el rival sobre el campo. Si los equipos pequeños juegan con ilusión ante el Madrid, el equipo blanco debe poner tanto o más que ellos. Si no se puede ganar a base de genialidades y de enamorar al público, hay que ir a por la victoria por carácter y orgullo. Es un componente mental, un 'chip' que hay que ponerse ya para no volver a desangrarnos desde el primer momento.

Por fortuna, esta apatía es solo cuestión de días puntuales. En casa y ante los equipos grandes el Madrid casi siempre responde. Mourinho enseñó a competir en las grandes citas a la mayoría de los jugadores de esta plantilla y eso se nota a la hora de la verdad. Ahí no suele haber queja que valga. Pero urge reflexionar sobre los 'otros' partidos y la actitud a la ahora de afrontarlos. Estamos en una época donde la Liga española es una de las más desiguales del mundo entre los aspirantes a ganarla y el resto de equipos. Pero esto sigue siendo fútbol profesional y aquí nadie regala nada. Por eso, el Madrid no puede permitirse el lujo de salir a jugar algunos partidos en segunda marcha. Más que nada porque ya no está Mourinho para cargar con las culpas.

sábado, 21 de septiembre de 2013

No es momento para revoluciones

Solo le han dejado dos meses y ya están empezando a aflorar los primeros comentarios críticos. Un sector de la prensa lleva unos días vendiendo la teoría de que la mano de Carlo Ancelotti no se nota en el Real Madrid y de que el equipo blanco sigue sin tener un juego reconocible. Pero, ¿es que acaso se podía esperar otra cosa a estas alturas de temporada?

El Real Madrid ha jugado esta temporada trece partidos, ocho amistosos y cinco oficiales. Ha ganado doce de ellos y ha empatado solo uno, el último de Liga ante el Villarreal. Sin embargo, ya hay quien le pide más al equipo y empieza a recordar la promesa que Ancelotti hizo el 26 de junio pasado al ser presentado como nuevo entrenador madridista: la de buscar permanentemente el buen fútbol. Por ahora el equipo no se ha lucido demasiado, más allá de momentos concretos y de su espectacular goleada en Galatasaray. Pero es que a estas alturas no le podemos pedir mucho más.

En el fútbol dos meses no son nada. Y menos si en este tiempo ya ha habido dos 'parones FIFA' por los compromisos de las selecciones nacionales. Lo cual se traduce en un par de semanas en las que Ancelotti no ha podido trabajar con su plantilla. Si a eso se le suma que el primero de los meses fue de pretemporada, tenemos que el italiano solo ha dispuesto de unas pocas semanas para inculcar sus ideas y conceptos a los jugadores merengues. Un tiempo escaso para poder ni siquiera pensar que el Real Madrid está en disposición de mostrar su mejor cara a corto plazo.

En el fondo de todo este asunto se intuye una cierta paranoia sobre el legado de Mourinho. Algunos han llegado a vilipendiar tanto al portugués que están impacientes por dejar de ver cualquier rastro del técnico en este equipo. Pero que tampoco se esfuercen demasiado, porque por mucho que les duela, es inevitable que el Real Madrid siga teniendo un cierto toque 'Mou' en su estilo y en su juego. Más que nada porque el ahora entrenador del Chelsea fue el que lo reconstruyó prácticamente de cero desde el caos dejado por Pellegrini en 2010.

A día de hoy no podemos esperar un Real Madrid de juego puramente de toque (digamos tiki-taka), porque no está preparado para eso. Durante tres años el equipo ha sido programado para jugar de una manera muy concreta que, dicho sea de paso, se adapta a como un guante a las características de sus jugadores. La idea que subyace en todo esto es que el conjunto merengue no puede jugar a algo muy diferente a lo que ha jugado en los últimos tiempos porque no sabe hacerlo. El 'leitmotiv' de este equipo es la velocidad y juego directo y sería absurdo intentar cambiar esto.

Así se vio el martes pasado en Estambul, donde el Madrid completó su mejor segunda parte de la temporada. A la contra devoró al Galatasaray por rapidez, calidad y pegada. Y jugó muy bien, haciendo gala del estilo que le ha caracterizado en los últimos años y que en 2011 le permitió ganar la Liga más espectacular de la historia. No en vano, tiene a los dos mejores jugadores del mundo para este estilo, Cristiano Ronaldo y Bale. Y además le agrega otros muy buenos para ello como Di María, Jesé o Modric. Al fin y al cabo, cada uno intenta jugar como mejor sabe y el Madrid lo tiene muy claro desde hace tiempo.

Esto no impide que este año contemos con un equipo con más recursos gracias a los nuevos fichajes. Carvajal aportará más profundidad y ataque por la banda derecha, Isco más llegada y movilidad en segunda línea, Casemiro e Illarra más frescura y salida de balón en el centro del campo... Detalles que permitirán que el Madrid de Ancelotti cuente con más posibilidades a la hora de plantear los partidos, sin que se vea asfixiado ante rivales defensivos de gran orden táctico. Por ello, este conjunto tiene más variables y soluciones que el de Mourinho, pero en el fondo su esencia va a seguir siendo la misma. No nos volvamos locos y busquemos revoluciones, porque el objetivo es aprovechar el trabajo hecho en los últimos años y crecer a partir de él.

sábado, 14 de septiembre de 2013

El escudo pesa más que los nombres

Hace poco de dos meses Carlo Ancelotti llegó al Real Madrid con la vitola de ‘pacificador’. Tras los tres años de constantes agitaciones que había propiciado Mourinho, con el italiano se suponía que iba a ser momento para la paz y la tranquilidad. Sin embargo, hasta el momento la situación nunca ha dejado de estar convulsa. Más que nada porque el nuevo entrenador ha tomado una decisión deportiva muy similar a una de las que llevó al portugués a enfilar la puerta de salida.

El de la portería es un asunto que tiene al madridismo a maltraer desde principios de año. Casillas se lesionó y con ello dio a Mourinho la excusa perfecta para que fichara un portero de los que le gustaban: alto, seguro por arriba y con buen juego con los pies. Diego López. Un pedazo de cancerbero que cogió la titularidad por los 'cuernos' y no la soltó en ningún momento. Hasta ahora. Ni un solo motivo ha dado el gallego para dejar de ser el hombre que defienda la portería del club más importante del mundo. Simplemente no ha fallado y ha cumplido su trabajo con un notable alto.

Así pues, su pretemporada ha sido buena. Mejor incluso que la de Iker Casillas, algo falto todavía en rodaje y, sobre todo, confianza. Al mostoleño se le vio dubitativo en la gira norteamericana, especialmente en el principal punto negro de sus características, los balones aéreos. Aún así hizo buenas actuaciones como la del encuentro ante el Chelsea. Pero insuficiente para ganarle el puesto a su compañero, quien sin duda está en el mejor momento de su carrera deportiva. Todo lo contrario que el capitán, inmerso en un mar de dudas e incertidumbres.

Si Ancelotti ha querido que Diego sea su titular en Liga por algo será. Por mucho que Casillas haya sido y pueda seguir siendo el mejor portero del mundo. La cuestión es que Iker no está en condiciones de esperar mucho tiempo sentado en el banquillo. El de Brasil está llamado a ser su último Mundial. Y eso, para alguien que es y será leyenda del fútbol mundial cuando se retire, es mucho pesar. Tiene que poner en la balanza su carrera profesional o su sentimiento madridista con la perspectiva de pasar muchas tardes a la sombra del banquillo y empezar a clausurar su brillante carrera. Así que es normal que tenga dudas.

Sin embargo, el italiano adelantó el viernes en rueda de prensa que tiene prevista una solución salomónica para este asunto. Por ahora Iker será el portero de la Champions, y quizás también el de la Copa del Rey. Eso, en el mejor de los casos, supone jugar la tercera parte de los partidos de la temporada. Algo que sigue sonando escaso para un portero acostumbrado a jugar hasta los amistosos. Aunque, a la vez, parece una decisión muy justa; porque pocas veces dos porteros de un equipo merecen jugar tanto como Diego y Casillas.

El panorama deja al mostoleño ante pocas oportunidades de evidenciar su valía. Pero opciones, al fin y al cabo. Si tanto quiere recuperar el puesto y quedarse en el Real Madrid, Casillas tendrá que demostrar en el campo que vuelve a estar a su mejor nivel. En su caso ya no puede haber presión que valga, pues tiene 32 años y ha ganado todo. Desde el próximo martes contará con minutos en el escaparate europeo y tendrá que hablar en el campo, dado que fuera está decidido a guardar silencio a pesar de todo lo que se ha escrito y se seguirá escribiendo. Calidad y personalidad tiene para hacerlo.

Pase lo que pase, hay que desearle lo mejor a los dos. Tanto a Casillas como a Diego López. Como madridista yo quiero que siempre que jueguen cada uno de ellos lo haga lo mejor posible. Y que el equipo gane. Porque aquí no hay ningún nombre que pese más que el escudo. El Real Madrid tiene 111 años de historia y su día a día no puede ni debe estar condicionado por quién debe ser o dejar de ser su portero titular. Estamos en el mes de septiembre y se ha hablado muy poco del nuevo proyecto y mucho de los porteros. Es el momento de dejar que Ancelotti haga su trabajo y Diego e Iker el suyo. Los dos van a tener oportunidades y pelearán duro. Todo para conseguir lo mejor para el club: los títulos. Que, al fin y al cabo, es lo verdaderamente importante en todo esto.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Muchas esperanzas, pocas certezas

Nadie podía esperar que la confirmación del ansiado Gareth Bale nos iba a traer a continuación una consecuencia que nos iba a amargar el cierre del mercado de fichajes. El club tenía claro que para hacer semejante gasto por el galés tenía que equilibrar un poco más las cuentas, de forma que se apresuró a vender a un jugador. El elegido fue Mesut Özil, un futbolista que en los últimos días había estado rumiando su situación en el club, pero cuya relevancia en el mismo hacía diíficil de creer lo que al final se acabó cumpliendo.

En el traspaso de Özil todo ha sido bastante extraño. El club ha llevado esta operación con bastante discreción y ha hecho caso omiso de la evidente corriente de madridistas que se oponía a la salida del alemán. Cosa rara en Florentino Pérez, persona muy dada a escuchar a los aficionados y a no soltar a sus mejores jugadores. Por lo tanto, es evidente que el papel del propio jugador ha sido fundamental en todo esto. O más bien de su padre y agente, que como ha evidenciado parece moverse más por los intereses económicos que por el bien deportivo de su hijo.

Es difícil pensar qué aspiraciones puede tener Özil en el Arsenal. El inglés es un buen equipo, con jugadores de primer nivel. Pero lleva ocho años sin ganar un título. Bajo esta perspectiva será complicado que el alemán sea un futurible Balón de Oro, a pesar de que condiciones futbolísticas para ello tiene de sobra. No cabe duda que pasará de ser la 'cola de león' en el Madrid a ser la 'cabeza de ratón' gunner, pero eso difícilmente colme las expectativas profesionales de uno de los jugadores más talentosos de Europa y del mundo.

Solo el tiempo dirá si él se ha equivocado, aunque a día de hoy parece que así es. Un error que también se puede extrapolar al Real Madrid, toda vez que ha accedido a su petición y se ha desprendido de uno de esos futbolistas únicos que quizás sería objetivo del club el próximo verano de no haber vestido ya su camiseta durante tres años. Solo a nivel económico la operación se puede considerar como extraordinaria, con un rentabilidad de cerca de 40 millones de euros en solo 36 meses. La cuestión es que ya sabemos todos que el Madrid es un club de sobresaliente en la parcela económica, pero con defectos en los últimos años en la planificación deportiva. Y once años sin ganar la Champions así lo atestiguan.

En cuestión de dos días el equipo ha pasado de tener 'overbooking' en la mediapunta con Isco, Kaká, Özil y Modric a tener carencias ahí. Dos de estos jugadores han sido traspasados y el croata ahora está haciendo de 'parche' en el mediocentro; así que ahora solo queda 'rezar' para que el malagueño no coja ni un pequeño resfriado. Por lo pronto el jugador lleva unos días tocado de su tobillo en la concentración de la selección y ya hay cierta lógica preocupación. Porque ahora sin Özil y sin Higuaín la plantilla es más débil arriba.

Bajo esta tesitura Bale será el hombre encargado de cubrir la ausencia de estos dos futbolistas. El galés tendrá que multiplicarse para hacer de Özil y de Higuaín, aunque sea muy diferente a ellos. No en vano, lo ingresado por ambos ha ido en su fichaje. La responsabilidad que tendrá será máxima, pues es evidente que el equipo ha perdido 'punch' en ataque. En esta tarea contará con la ayuda de otros como Jesé o Morata, cuyo rendimiento está por ver, aunque ilusiona mucho de primeras.

Y veremos cómo se porta Benzema, quien está cumpliendo de momento por números pero no por entrega y ganas. Los próximos tres meses suenan a prueba de fuego para el ataque merengue, pues la sensación actual es que el Madrid está con lo justo arriba. Hay muchas esperanzas en que los canteranos cuajen y Karim responda, pero pocas certezas. De cómo salga todo en los partidos venideros dependerá que haya o no que pensar en completar en enero una plantilla que sonaba muy bien el 1 de septiembre, pero que el día 2 ya generaba ciertas dudas por la venta de uno de los mejores jugadores que ha tenido el Madrid en los últimos años.