domingo, 30 de diciembre de 2012

Solos, pero unidos por la 'Décima'

Las Fiestas Navideñas no han venido nada mal para templar un poco la tensión que había en los últimos días en torno al Real Madrid. La derrota en Málaga hizo que el equipo entrara en una ebullición que solo se ha calmado con el paso de los días. Y eso que ha habido algunos empeñados en seguir enturbiando las aguas a base de informaciones que sonaban más a venganza personal que a lo que deberían ser realmente, puro periodismo. 

Llevo mucho tiempo constatándolo, pero la sensación actual está más acentuada que nunca: el Real Madrid y su afición están prácticamente solos. Digo 'prácticamente' porque, por fortuna, todavía hay algunos medios como Defensa Central que siguen respetando al club por encima de todo. Hace mucho tiempo que la prensa deportiva madrileña dejó de ser claramente madridista para pasar a desarrollar una política de lo más particular donde la denominación de 'cuarto poder' adquiere un sentido pleno y absoluto.

Hoy en día se lleva lo de atacar a Mourinho. El equipo va muy mal en la Liga y solo ha jugado bien al fútbol en tres o cuatro partidos de toda la temporada. Esto es algo innegable. Por eso, la oportunidad es única para que los medios de comunicación de Madrid y Barcelona hayan acentuado su campaña contra el portugués. Los primeros porque no soportan que el técnico (y, por ende, el club) no faciliten su labor periodística. Y los segundos, por simple inquina a una persona non-grata entre el barcelonismo desde que saliera del club hace más de una década.

Mourinho es un entrenador tan ácido que se convierte en indigesto para muchos, especialmente a los que no les gusta su estilo humano ni deportivo. Se podría decir que el luso ha hecho que el mundo se divida entre los que le adoran y los que le 'odian'. O estás con él, o contra él. Pero no deja a nadie indiferente. De ahí que ahora sus detractores se froten las manos con el objetivo de intentar arañar algo más de desgaste en su labor como técnico merengue. La Liga del Madrid está siendo pésima y toca acentuar la campaña para echarle del Santiago Bernabéu.
 
Cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero hay ciertos límites que con Mourinho se han superado. El entrenador ha sido muchas veces minusvalorado, vilipendiado, linchado y denigrado por un sector de la prensa; y no en pocas ocasiones de forma poco honesta o incluso falsa. Con él se ha llegado a un punto donde prácticamente todo vale para hacerle la vida imposible. Creo que la crítica siempre es constructiva, pero solo si viene acompañada de buenas intenciones. Sin embargo, con el portugués ésta casi siempre ha ido acompañada de veneno.

Después de dos años y medio el mensaje 'anti-Mourinho' de algunos medios ha calado tanto que hoy el madridismo lucha por no desintegrarse en varios bandos. Unos son del míster, otros no. Y dentro de cada uno de estos grupos hay quienes discuten por polémicas recientes como las de Toril, Ramos o Casillas. Algunos dicen que el portero no debería haber sido suplente en Málaga, mientras que otros aplauden a rabiar la decisión del portugués. Y, más allá, están los que se empeñan en crear una guerra entre el de Móstoles y el entrenador, aunque lo más probable es que estos últimos no sean verdaderos madridistas.

La sensación que hay es que esta labor de desgaste de un sector concreto de la prensa está logrando confundir a la afición y dividirla. La película se está planteando como si Mourinho, jugadores y club remaran en direcciones diferentes. Se percibe desconcierto en el ambiente. Y eso es malo. Muy malo. Hay gente interesada en dividir al madridismo, en crear rencillas internas con la intención de moverle la silla al entrenador. Basta con vender que 'The Special One' solo mira por sí mismo y que actúa únicamente por intereses personales. Como si no compartiera objetivos con el club.

Por ello, hay que luchar contra esta propaganda tan nociva. El bien de Mourinho es el del Real Madrid. Y el de Casillas. Con la Liga prácticamente imposible, el gran sueño de esta temporada es la 'Décima'. Por eso, hay que convertirla en el gran nexo de unión. En el eje central que haga de este club y de su afición un uno indivisible. Todos los madridistas queremos que en 2013 se consiga. Todos. Fundamentalmente porque ya son diez años sin levantarla y porque es la única vía a la salvación de la temporada. Sin olvidar además que, el ganarla sería también una cuestión de orgullo. Hacerlo callaría innumerables bocas y demostraría que, aunque algunos lo han intentado desde numerosos frentes, no han podido con este club y su gente. Estamos solos, sí. Pero por eso debemos demostrar que el Madrid es un equipo que, cuanto más se le intenta hundir, más flota.

lunes, 24 de diciembre de 2012

El Madrid todavía respira


Otra derrota más y van... Un momento, que tengo que consultarlo, pues ya he perdido la cuenta. Siete. Son siete los partidos que han acabado con el equipo agachando la cabeza. Tantos que uno ya no sabe cuántos van. Y lo peor, 16 puntos de desventaja con el Barcelona y 7 con el Atlético de Madrid. Duelen, y mucho. Más que nada porque el eterno rival no falla, más allá de ese clásico en el Camp Nou donde el Madrid demostró que, a pesar de todo, les mira a la cara. Mientras los culés rozan la perfección de resultados (que no de juego) el Madrid se desangra. Todo ello en el mes de diciembre, con seis por disputar aún.

Esta Liga se le va a hacer eterna al Madrid. Es duro estar en la jornada 17 y saber que quedan por delante 21 donde el equipo blanco solo podrá luchar por la segunda plaza. El madridismo no está acostumbrado a eso. Y los jugadores tampoco. La dinámica en la que está metida el equipo es realmente negativa, lo cual se nota a la hora de afrontar los partidos. El pesimismo se ha instalado en los futbolistas, donde antes eran implacables ahora fallan ocasiones cantadas. Aunque al menos en Málaga demostraron carácter y jugaron de forma decente, todo lo contrario que ante el Espanyol. Porque si pierden, que al menos lo hagan dejándolo todo en el campo y con dosis de mala suerte.

Esta temporada se están juntando una serie de circunstancias calamitosas que han contribuído a convulsionar al equipo. Se vio en el primer partido ante el Valencia, pues el tanto del empate fue producto de un error defensivo que terminó con Pepe en el hospital. Luego vendrían partidos pésimos como los de Getafe o Sevilla. Los goles en contra llegaban en momentos puntuales y dañinos por errores concretos y, en ocasiones, venían acompañados de actuaciones arbitrales cuestionables. Toda una negra espiral que ha se instalado en el subconsciente de los futbolistas y que lleva más de un mes mermando su rendimiento a la hora de la verdad.

A ello se suma la labor de la prensa, más predispuesta a hacerle la vida imposible a la plantilla que a colaborar por su mejoría. La guerra contra Mourinho es abierta y hay medios que se siente fuertes ahora que el portugués empieza a tener malos resultados. La cuestión es que el entrenador es incómodo para muchos y la solución parece ser moverle la silla. Un egoísmo que está matando al Madrid, pues aquí cada uno rema para su lado y el vestuario está más solo que nunca.

Además, el técnico también parece dispuesto a entrar en este juego de polémicas. Sentar a Casillas el sábado fue un órdago en toda regla. Quizás el mayor en sus dos años y medio en el club. Justo antes de Navidades y en un partido muy importante, más por imagen que por aspecto puramente deportivo. El mensaje era claro: aquí solo mando yo y nadie es intocable. Ni siquiera el emblema del club, el capitán. El motivo, que el mostoleño está mal. Algo evidente pero que nadie se atrevería a castigar por cuestión de estatus. Menos él.

El tema es que Mourinho ha demostrado que le da igual lo que se diga de él. Que hace lo que cree conveniente. Gustará más o menos, pero es genuino. Seguramente Casillas vuelva al once el día de Reyes ante la Real Sociedad. La idea era dejarle claro al vestuario que la intensidad es fundamental, que aquí nadie juega por nombre. Y bajo desde ese prisma es asumible su decisión a pesar de su incomodidad. Nunca gusta ver a Casillas en el banquillo, pero su presencia debe ser leída entre líneas: esta camiseta merece estar al 100% todos los días.

Desde hoy nos quedan por delante dos semanas larguísimas. Muy duras. Días para reflexionar, pero siempre con Mourinho como hombre fuerte. Se habla de dimisión, de cese. De traicionar un proyecto por un fracaso puntual en la Liga. De olvidar lo que consiguió este Madrid el año pasado. Pero todavía hay vida en la Copa del Rey y en la Champions. Son dos títulos que mantienen las constantes vitales de la temporada. Hay quien ya ha matado al Madrid, quien ya ha cogido la pala para enterrar al equipo blanco mientras clama por mandar muy lejos al portugués. Es gente que llevaba años esperando este momento. Porque ahora es cool atacar a Mourinho Pero que nadie olvide que el Real Madrid todavía respira. Y eso ya es mucho.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Actitud, por lo que pudiera pasar


Como muchos madridistas, llevo más de dos meses preguntándome qué es lo que le pasa a este equipo. Si su mal comienzo de temporada se debe a un aspecto simplemente físico o realmente hay un componente mental que desde fuera no se puede explicar. Pero con el paso de las semanas creo que va quedando más claro que no estamos ante un tema de preparación, sino más bien ante una cuestión psicológica donde la 'actitud' cobra mucha importancia.

El primer madridista que lleva mucho tiempo con la mosca detrás de la oreja es el propio José Mourinho. Tras los partidos frente al Getafe, Sevilla, Betis o Celta lo comentó de una forma u otra: no ve a la plantilla lo suficientemente implicada esta temporada. "No tengo equipo", "si no estamos comprometidos es mi culpa", "el equipo ha estado muy mal, inaceptable", ", "Cuando veo a Stepanek, de 34 años, dar todo para jugar tres partidos de Copa Davis y gana, no me puedo creer que jugadores de 23, 24, 25, 26 años no puedan jugar a alto nivel miércoles y sábado" o "Varane lesionado ha hecho mucho más que otros" son análisis que lo dicen todo.

Mourinho hace tiempo que cree que a algunos jugadores les falta actitud. Y yo también empiezo a pensarlo. Son ya cuatro meses de lo más irregulares y el equipo no termina de levantar el vuelo, de ser esa máquina apisonadora del curso pasado. La justificación de que los futbolistas aún no han encontrado su mejor tono físico empieza a perder peso. La plantilla es prácticamente la misma y el trabajo en Valdebebas seguramente también lo sea. Así que, ¿qué falla realmente aquí?

Es difícil decirlo, al menos desde fuera. Hay quien dice que la relación del vestuario con el técnico es mala y que le están empezando a 'hacer la cama'. No me lo creo. Desde que llegó Mourinho algún sector de la prensa intenta vender que el vestuario madridista es un polvorín, pero en mayo pasado ya se vio como los jugadores manteaban a su técnico en San Mamés. Ésa era la imagen de un vestuario unido. Me niego a pensar que todo haya cambiado en siete meses. Y menos con el portugués al frente, un tipo exigente pero que se hace respetar y apreciar.

Así que prefiero buscar otra explicación. A Casillas hace unos días en una entrevista para La Sexta le dio por decir que, si el equipo ganaba esta temporada la Champions, firmaba quedarse a 25 puntos del campeón en la Liga. Huelga decir que yo también. Pero ojo, porque es un pensamiento muy peligroso para rondar la cabeza de un jugador del Real Madrid. Más que nada porque el 25 de mayo, día de la final de la Champions de Wembley, la Liga ya estará prácticamente finiquitada y no sería bueno jugarse toda la temporada a una carta en el caso hipotético de llegar a ella habiendo dejado escapar Liga y Copa. Y es que, ¿qué pasaría si el equipo perdiera la final, algo totalmente posible?

A lo que me refiero es que la hipótesis de cambiar una mala clasificación liguera por la 'Décima' es algo que realmente no puede valorarse en el mes de diciembre. Y ni mucho menos por un jugador. Por lo pronto hay que dar todo en cada partido, aunque la Champions pueda ilusionar más que cualquier otro título. El Real Madrid siempre debe dar todo para ganar las competiciones que dispute, por muy complicadas que sean estas. Ahora el equipo está a once puntos en la Liga, pero tampoco puede desenchufarse y dejarse llevar cuando quedan tantísimos puntos en juego.

Me da la sensación de que en el subconsciente del equipo se ha instalado la idea de que, una vez ganada la Liga y la Copa solo hay que centrarse en la Champions. Bien es cierto que esto salió bien en 1998, en 2000 y en 2002. Se podría decir incluso que el Real Madrid se dio lustro en Europa en estos años gracias a que prescindió de las competiciones domésticas. Pero ahora hay más plantilla que entonces, hay más entrenador. Hay equipo para ganar el triplete y sumarlo a la Supercopa. O, por lo menos, para intentarlo.

El año pasado se ganó la Liga de manera brillante, y el anterior se hizo lo propio con la Copa del Rey. ¿Será que algunos jugadores ya no se conforman con repetir triunfo en ellas y solo se reservan para la Champions? Quizás, al menos eso me parece. Y, si fuera así, mal hecho. El madridismo no se merece que dos de cada tres partidos que juegue el equipo algunos lo hagan a bajas revoluciones por falta de motivación. Sería una actitud que solo se podría pasar por alto si estos mismos futbolistas volvieran a Madrid el 26 de mayo agarrados a la 'orejona'. Pero esto es 'fútbol ficción' y, mientras haya vida en el resto de competiciones será mejor que todos se pongan las pilas. Por lo que pudiera pasar.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El espejo de Callejón


Más allá de los cracks que todo el mundo podría tener en mente, si hay un jugador de la actual plantilla del Real Madrid que siempre querría tener en mi equipo, ése es José Callejón. El de Motril me ha convencido, de hecho ya lo hizo la temporada pasada. Y prácticamente desde el principio. Porque el suyo es un ejemplo de cómo un canterano debe aprovechar sus oportunidades para acabar cumpliendo su sueño de jugar en el mejor club del mundo.

En las oficinas del Santiago Bernabéu llevan varios años siguiendo la política de vender a las jóvenes promesas de la casa con opción de recompra. La idea es similar a la de una cesión, solo que con la estabilidad que agrega el traspaso a otro club. Así no hay obligación de recuperar al futbolista si no cumple con las expectativas. Una opción que tiene, a mi modo de ver, sus claroscuros; pero que también puede dar buenos e interesantes frutos. Como ha sucedido con Callejón, un chaval que se ha ganado, a fuerza de tesón y trabajo, su espacio en la plantilla más competitiva del planeta.

¿Su secreto del éxito? Pues diría que es una receta donde no faltan la calidad, el esfuerzo, la dedicación, la pelea y mucho sentimiento. Madridista, por supuesto. Y es que no es casualidad que se señale siempre el escudo cada vez que marca un gol. Detrás de este gesto hay un mensaje muy claro, la confirmación de que se trata de un futbolista con 'ADN' madridista. Él siempre tiene presente dónde juega y agradece cada minuto que disfruta sobre el terreno de juego. A sus 25 años tiene la cabeza perfectamente amueblada y sabe que es todo un privilegiado por formar parte de esta aventura.

Ha pasado un año y medio desde que fuera repescado por el club blanco tras su magnífico rendimiento en Cornellà. Mourinho sabía muy bien lo que hacía al pedir su incorporación, pues Callejón tenía todo para encajar en su proyecto: era un hombre de la casa, joven, con proyección y que no rehuía las labores defensivas. De hecho, se ha llegado a decir que el portugués habló con él antes de su fichaje para serle claro y comentarle que, si venía, no iba a tener muchas oportunidades. Pero el granadino aceptó sin dudar porque estaba decidido a convencer a su entrenador.

Su historia desde entonces se resume en una suplencia muy dulce. Porque el extremo ha sabido asumir su situación con profesionalidad e ilusión. Nunca ha protestado por no tener más minutos, pues sabe cuál es su rol en este Real Madrid. Su papel es jugar las segundas partes de los partidos más importantes y ser titular en los choques menores. Pero esto le sobra y le basta para llamar la atención de manera habitual. El madridismo ya se ha acostumbrado a sus inteligentes desmarques, a sus definiciones infalibles y a su ardua labor en la presión cuando el equipo no tiene el balón.

Por mi parte, pocas veces he visto un jugador más efectivo que él. En el uno contra uno es 'mortal', ya que desde la época de Ronaldo u Owen no recordaba a un delantero que culminara mejor los manos a mano. El martes se volvió a comprobar con el segundo tanto del Madrid frente al Ajax: control espectacular para bajar el pase de Modric y remate perfecto ajustado a la cepa del palo. Golazo. Un ejemplo más de que el delantero ha venido a Madrid para quedarse, para ser el ejemplo y modelo de todos los jóvenes y niños de Valdebebas que sueñan con triunfar algún día vistiendo de blanco. Porque Callejón es mucho más que un enorme suplente, es el espejo en el que deben mirarse los canteranos merengues.

domingo, 2 de diciembre de 2012

No podrán con Mourinho


Genio. Al ver a Mourinho parado el pasado sábado a las 21:20 horas en la banda del Santiago Bernabéu me viene esta palabra a la cabeza. Es cierto que al portugués le gustan mucho las cámaras, que está encantado de conocerse a sí mismo. Pero también lo es que se trata de un hombre adelantado a su tiempo, de alguien que siempre anda un paso por delante respecto a sus detractores. Solo él puede tener la idea y el valor de salir a un estadio minutos antes de un derbi para originar un referéndum sobre su persona. Y solo él puede salir reforzado de algo así.

La imagen del portugués exponiéndose al veredicto del Bernabéu (de un semi-vacío Bernabéu) tuvo una fuerza espectacular. El debate estaba en la calle después del encuentro ante el Alcoyano, pues un puñado de seguidores habían silbado los cánticos que coreaban su nombre desde el Fondo Sur. Por eso, Mourinho lanzó un órdago el viernes a los cuatro vientos: "el sábado saldré al Bernabéu a las nueve y veinte y estaré en el césped para quien quiera pitarme".

La hora no era casualidad, pues él sabía que era la mejor por ser el único momento en que la respuesta del público sería inequívocamente para él. Además, también era consciente de que el estadio todavía no presentaría una gran entrada, por lo que su reto era evidente: si no me queréis, haced el esfuerzo y venid antes para demostrarlo. Porque él se ofreció a ser silbado, no aplaudido.

Lo que ocurrió después fue una demostración total de apoyo. Tanto en la prometida salida del técnico al césped como en su posterior nombramiento por la megafonía. En el primer caso, la omisión de comparecencia se debía interpretar como la aceptación a Mourinho. No quererle implicaba el esfuerzo de ser madrugador. Así que el Santiago Bernabéu dejó claro que está con él de manera mayoritaria, lo que suponía una sonora bofetada a todos los medios que en estos años se han encargado de intoxicar el trabajo del portugués. Sin ir más lejos, el miércoles de la semana pasada tuvimos que desayunarnos con una de las noticias más absurdas que recuerdo en bastante tiempo. La misma afirmaba que Florentino Pérez se planteaba despedir a Mourinho si el equipo caía en el derbi ante el Atlético de Madrid.

Por lo visto, todavía hay quien no quiere darse cuenta del peso que el portugués tiene en el club. Como si Mourinho fuera un entrenador más y estuviera sometido a los vaivenes habituales del mundo de los banquillos. Me refiero a ese código que dicta que un míster debe hacer las maletas si realiza un mal inicio de temporada, aunque antes haya conseguido grandes cosas. Si no, que se lo pregunte a Pochettino. Pero se equivocan, porque el Madrid y Florentino han aprendido de sus errores. La época de devorar técnicos acabó, ahora está Mourinho y la apuesta es firme tanto para lo bueno como para lo malo.

Resulta increíble poder llegar a pensar que el presidente se haya planteado ni siquiera la opción de finiquitar el contrato de Mourinho en noviembre cuando hace dos meses dejó claro que es el mejor entrenador del mundo. Por mucho que el Madrid esté a once puntos del Barcelona y las sensaciones no sean buenas. No estamos aún ni en Navidades y todavía todo es posible. Se ha ganado la Supercopa, las opciones en Copa y Champions están intactas y el reto de ganar la Liga más difícil de la historia del club 'pone' al madridismo. Así que, ¿en qué cabeza puede caber que el club vaya a despedir hoy a lo mejor que le ha pasado en los últimos diez años, a la persona que ha amargado la mejor época culé de todos los tiempos?

Por eso tengo cada vez más claro que no van a poder con Mourinho. No han conseguido silenciar su trabajo a pesar de que han intentado pisotearlo en todos y cada de los días que han pasado desde que llegara a Chamartín en el verano de 2010. El portugués ha sufrido la campaña mediática más agresiva y brutal que posiblemente haya conocido el periodismo español en toda su historia. Pero aún sigue. Contra y viento y marea. Su imagen del sábado fue una buena metáfora de ello. Salió solo, atisbó el Bernabéu y esperó que la gente hablara. Y la respuesta fue clara: el madridismo quiere a Mourinho. Aunque todavía hay quien ha hecho la lectura negativa de todo ello. Pero da igual, porque lo que escriban sus detractores importa poco. Cada vez lo tengo más claro.

domingo, 25 de noviembre de 2012

El Madrid se aleja de la perfección

Creo que hay motivos para la preocupación. Es evidente que el Real Madrid de esta temporada está lejos de ser el de la pasada. Los motivos se me escapan. Quizás gran culpa de ello lo tiene el haber hecho una temporada prácticamente perfecta como ocurrió con la última. Cuando eso sucede, las comparaciones posteriores nunca van a ser buenas. De ahí que ahora, el equipo blanco se sonroje a la hora de tirar de estadísticas, pues no hay lugar por donde pueda aguantar las asociaciones con el Madrid de los 100 puntos y los 121 goles.

Quizás lo más anormal de todo esto sea lo ocurrido el año pasado, no lo que está pasando ahora. Es más soprendente perder solo 2 partidos en una Liga que caer en 3 de las 13 primeras jornadas. Pero, aún así, chirría mucho que algo así suceda en el Madrid. Y más si al término de la última derrota el técnico explota y hace público lo que era un secreto a voces: el club está lejos de tener una misma línea ideológica definida. Más bien está Mourinho por un lado y el Real Madrid, como institución, por otra.

Diría que no me ciega mi madridismo si digo que al Madrid esta temporada le han perjudicado más (bastante más) que beneficiado. Huelga decir que los grandes deben tener, normalmente, poco de lo que quejarse por malos arbitrajes. Pero esta temporada hay motivos de sobra para hacerlo. La última semana ha sido el mejor ejemplo, con dos labores pésimas de los colegiados en Manchester y Sevilla. Bien es cierto que, más allá de los primeros 25 minutos ante el City, el Madrid no jugó bien esos partidos. Y ello merece una crítica constructiva. Pero también lo es que, por justicia, los blancos deberían haber ganado los dos partidos. O, cuanto menos, haber tenido más facilidades para hacerlo.

Así, resulta normal saber que Mourinho está enfadado. Se siente solo y poco arropado a la hora de hablar ante los medios de comunicación. En marzo de 2011 Florentino dijo que "el señorío del Real Madrid es también defender al equipo de las injusticias arbitrarias. Es lo que hace nuestro entrenador, Jose Mourinho". Ahí está el problema a mi modo de ver. Que solo lo hace el técnico. La sensación que hay es que el portugués es el único que se desgasta en la institución denunciando los malos arbitrajes, mientras que portavoces como Butragueño o Pardeza analizan los partidos con demasiada tibieza.

Últimamente, Mourinho se viene mordiendo mucho la lengua. Como dijo en Manchester, sobre él pende una sación de la UEFA. Pero a ello también se une su hastío por la falta de unidad del club en este aspecto. Su enfado se convierte casi en pasotismo cuando descubre que en el club no hay intención de alzar la voz. Y eso es un problema grave. Porque incomoda al portugués y, por extensión, perjudica al grupo. Falta consenso en todos los estamentos internos y sin unión ya se sabe que es casi imposible conseguir los objetivos.

Se trata de un problema realmente complejo que creo que es preciso atajar cuanto antes. Hace tiempo que Mourinho viene mandando mensajes que evidencian que no se siente escuchado por el Real Madrid. Y, ante ello, la única solución que se me ocurre es sentarse con él y aclarar todo, de forma que se encuentre una salida a este callejón cada vez más cerrado. La temporada pasada estos problemas también fueron evidentes, pero pasaron a segudo plano porque la temporada fue magnífica en lo que respecta a la Liga. Pero ahora que las cosas vienen mal dadas todo empieza a aflorar.

En la mano del club está atajar esta situación o dejar que se enquiste en lo que queda de temporada, lo que posiblemente conllevaría la salida de Mourinho en junio. En estos momentos urge hacer piña, regresar a la unidad que tan buenos resultados ha dado en otras ocasiones. Por X o por Y, el Madrid no es ni la sombra del que arrasó la temporada pasada y la misión debe ser poner freno a esta cuesta abajo de resultados y fútbol. Urge recuperar la alegría y la frescura, enfocar todos los objetivos desde un punto de mira unificado. Y el primer paso debe orientarse hacia estabilizar la silla de Mourinho. Porque si ésta se mueve, todo el equipo se tambalea con ella.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Debe haber paz para Cristiano



No lo entiendo. Por lo visto, Cristiano Ronaldo va a tener que afrontar su temporada más difícil en el Real Madrid. No llevamos ni tres meses de competición y el portugués ya ha protagonizado dos momentos de crisis en los que la prensa ha especulado sobre su continuidad en el club. El primero en septiembre tras el encuentro ante el Granada y el segundo la semana pasada, después del incidente con David Navarro en el Ciudad de Valencia.

Bien es cierto que en septiembre el gran culpable fue él por hacer público su malestar. Cristiano dijo que estaba triste y automáticamente pasó a ser el protagonista de los días siguientes. Pero como era lógico, la tempestad pasó y las aguas volvieron a su cauce. Por poco tiempo, porque la sombra de su supuesta incomodidad le va a rondar durante toda la temporada. O, más bien, hasta que renueve. Y es que la la pasada semana el diario 'As' volvía a la carga con este asunto, prácticamente de improviso y en un momento bastante incómodo.

Todo ocurrió justo cuando la afición del Real Madrid había recuperado al portugués como su gran modelo. Cristiano se rompió la cara ante el Levante y ni siquiera protestó. Un profesional como la copa de un pino. Las alabanzas le llegaron por decenas en los siguientes días y la afición dejó claro que le había perdonado sus malas caras de unas semanas antes. Además, el equipo había ganado un partido difilísimo y lo había hecho con un golazo de su canterano más representativo, Morata.

Había que hablar de la garra de Cristiano. Tocaba apoyar al equipo por su pelea continua, por empezar a parecerse al Real Madrid que arrasó la temporada pasada en la Liga. Pero, en lugar de eso, volvió el tema de que CR7 está triste. De que se quiere ir. Incomprensible. En el mes de noviembre y la prensa ha encontrado un filón para vender periódicos con una historia que no ayuda en nada al equipo. Todo lo contrario. La sensación es que hay interés en desestabilizarlo, en sacar noticias donde no las hay.

El caso del esparadrapo y el escudo es el mejor ejemplo. Estamos en un momento donde cada gesto de Cristiano es analizado hasta el extremo. Una situación diría que ridícula, donde el jugador es más víctima que verdugo. Como digo, el de Madeira es en parte culpable de que se hable de todo esto, pero no tanto como para que se insinúe que le hace desplantes a algo tan sagrado como el símbolo del Real Madrid. Esto es algo que él nunca haría porque, si algo ha demostrado en Madrid además de su calidad, es que es un profesional desde que se levanta hasta que se acuesta.

Creo que no es momento para especular, aunque hacerlo venda más periódicos. No si el Madrid es lo que verdaderamente importa aquí. El futbolista tiene contrato hasta 2014 y el club ya ha dejado claro que no tiene previsto precipitar los acontecimientos. Ya habrá tiempo para hablar de la renovación. Que no me cabe duda de que será un tema que se tratará, antes o después. Más que nada porque Florentino sabe que Cristiano es uno de esos hombres que ha nacido para triunfar de blanco.

¿Paris Saint Germain, Manchester United? El portugués es consciente de que si quiere ser el mejor del mundo debe jugar en la mejor Liga, en el mejor equipo del universo fútbol. En el Real Madrid. Su duelo con Messi es épico y la mejor plataforma para ganar de nuevo el Balón de Oro es vestir de blanco. Solo hace falta que el club haga un esfuerzo acorde a su categoría. Y no me cabe duda de que lo hará. Aunque para eso habrá que esperar.  Así que paciencia. Y, mientras tanto, a pensar en fútbol y en ganar títulos. Para ello necesitamos al mejor Cristiano y éste solo llegará si el portugués está centrado. Así que dejemos, por tanto, de alimentar los pájaros de su cabeza.

viernes, 9 de noviembre de 2012

La cantera nunca debe ser un problema


Ya han pasado varios días desde que surgiera la polémica sobre la cantera en el Real Madrid. Sin embargo, a estas alturas aún sigo sin entender los motivos. Al parecer, en el último año Mourinho ha virado su política de comunicación y ha pasado de criticar los agentes externos a hacerlo con los internos. Antes el Barcelona, los árbitros o los organismos competentes eran objeto de sus análisis, pero ahora todo esto ha cambiado para que la cantera pase a ser el foco de su atención.

No me cabe duda que el portugués está mucho más relajado que hace doce meses. La mejoría en este aspecto es evidente, pues el entrenador se planteó ser mucho más conservador en sus apariciones públicas desde el incidente que tuvo con Tito. Sin embargo, su personalidad le impide rehuir la polémica. Es algo que lleva en los genes, por lo que no sorprende que Mourinho siga dando que hablar ahora por A o por B. Lo último, el tema de la cantera. Unas declaraciones suyas en las que reflexionaba imprudentemente (pero intencionadamente) sobre la labor de Alberto Toril supusieron el inicio de una polémica artificial e innecesaria.

El Madrid no debe airear sus 'trapos sucios' de cara a los medios de comunicación. La jerarquía del organigrama técnico del club es un aspecto que debe tratarse en un despacho, nunca en público. Y mucho menos con la cantera como razón o causa. Como madridista no me agrada ver a Mourinho mandando mensajes públicos a Alberto Toril. Un técnico que creo que se ha ganado el respeto del mundo del fútbol en sus dos años en el club. Con el cordobés el filial ha encontrado un estilo de juego, ha crecido y ha ascendido a Segunda División proclamándose campeón de la Segunda B.

Todo ello no quiere decir que Toril no se equivoque. Posiblemente sea así y haya cometido errores últimamente. Al fin y al cabo, el que manda es Mourinho y el interés primordial es el del primer equipo. Pero esto es algo que debe tratarse en privado, pues hacerlo en una rueda de prensa no beneficia la imagen del club y deja en mala posición al propio técnico del filial. El portugués dejó claro que cuenta poco con los jugadores del Castilla porque no se adaptan a su esquema de juego. Su idea es que la cantera debe jugar como el primer equipo. Algo que tiene mucha lógica, pero que no se puede hacer de un día para otro.

Emplear la misma filosofía de fútbol en todo el club es algo que el Real Madrid debe plantearse seriamente. Pero tampoco puede pretender hacerlo de manera inmediata. El Castilla ha ascendido a Segunda porque ha sabido amoldar el esquema a los futbolistas de los que disponía. El filial no puede jugar ahora mismo como el equipo de Mourinho porque no tiene un mediapunta como Özil ni centrales de alto nivel. Hace tiempo que la cantera no 'crea' futbolistas de este perfil. Y si ahora juegan hombres más veteranos como Mosquera o Iván se debe a que la Fábrica no ha producido jugadores en su posición y con la edad necesaria para merecerse ser titulares en la Segunda División.

Si el equipo subió es porque el míster supo hacer una mezcla de juventud y experiencia que le hizo de lo más competitivo. En 2011 el Castilla se quedó a las puertas del ascenso por candidez. Y en 2012 lo logró porque Toril elaboró un plantel algo más veterano y experimentado con algunos hombres no tan jóvenes, pero muy útiles para que sus compañeros aprendieran y progresaran junto a ellos. El madridismo no puede pretender tener al Castilla en Segunda con únicamente titulares de entre 17 y 20 años, ya que la categoría seguramente devoraría inmediatamente al equipo. Competir en la división de plata tiene un precio y ése es el de recurrir a algunos chavales más hechos que den empaque a la plantilla, aunque estén descartados por edad para el primer equipo.

Por eso, entiendo que juegue más Mosquera que José Rodríguez, por poner un ejemplo. El momento del alicantino está por llegar, pero hay que saberlo madurar. En su momento Toril ha sabido apostar por hombres jóvenes como Morata, Álex, Carvajal, Denis o Casado y lo ha hecho pensandotanto en el primer equipo como en el suyo. Porque el paso necesario para que el Real Madrid crezca desde la cantera es hacer un gran Castilla. Y eso solo se consigue con cordura y equilibrio; no dejando todo únicamente en manos de la juventud y el talento.

En consecuencia, creo que es necesario ser realista en todo este asunto, pues la cantera nunca puede ser la panacea de los males del equipo. Está ahí y hay que mirar a ella. Pero como dice Arbeloa, sin precipitar las cosas ni poner la presión sobre Valdebebas. Se ha pasado de la política de ventas con opción de recompra a pensar que la 'Fábrica' debe dar soluciones inmediatas. Pues ni una cosa ni otra. Hay que apostar y arriesgar con los chavales, sí. Pero no focalicemos el protagonismo del club en ella. El entendimiento entre el Madrid y el Castilla debe llegar en la Ciudad Deportiva, no en los periódicos. El objetivo es conseguir que todos remen en la misma dirección, algo que parece que no está sucediendo. Si hay que dar otro enfoque, perfecto. Aunque con paciencia, desde abajo y tomando la estabilidad del Castilla como prioridad básica. Al fin y al cabo, de su buen rendimiento depende que los canteranos llamen a la puerta del Bernabéu.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Varane y el legado de Mou


Tras los dos primeros meses de competición, las dudas que está presentando el Real Madrid impiden que aún se puedan extraer grandes conclusiones. Sin embargo, alguna se puede sacar ya. Me refiero a Raphaël Varane, un jugador que está empezando a confirmar lo que ya dejó entrever la pasada temporada: que se trata de uno de los mejores fichajes que ha hecho este club en los últimos años. Y de largo.

Su primer año en el club blanco, el pasado, lo solventó sin ningún problema. Lo que ya es mucho decir para un chaval de solo 18 años que había llegado al mejor club del mundo con el simple currículum de un descenso a la segunda francesa con el Lens en su única temporada en el fútbol profesional. De hecho, su fichaje por el Real Madrid sorprendió a todo el mundo, pues muy pocos conocían al jugador y el simple desembolso de 10 millones de euros ya implicaba una apuesta muy arriesgada.
Mucho se está hablando en los últimos días sobre si Mourinho apuesta por la cantera o no. Pero lo que tengo muy claro es que el portugués conoce a la perfección a todos y cada uno de los futbolistas jóvenes que tiene el Real Madrid. Es su trabajo y lo sabe hacer de la mejor manera posible. Por eso, no tengo ni una sola duda de que el entrenador decide en cada momento lo mejor, tanto para el primer equipo como para los chavales. En consecuencia, es sintomática su confianza en Varane desde el primer día, desde el instante inicial.

En la primera campaña intentó proteger al jugador y le dio minutos ante rivales asequibles, la mayoría de los casos en el Santiago Bernabéu. Y como digo, el francés cumplió bastante bien. No llamó la atención al no cometer errores y sus actuaciones tuvieron una solvencia destacable para tratarse de alguien tan joven. Un total de 15 apariciones con el primer equipo que le permitieron ganarse el derecho a otro nuevo año más en el equipo más exigente del planeta.

Sin embargo, su segunda temporada no empezó demasiado bien. Raúl Albiol pareció ganarle la batalla por ser el primer suplente de Ramos y de Pepe e incluso algún periodista llegó a comentar que el futbolista estaba algo deprimido. Pero, de pronto, le llegó el momento: Mourinho le colocó como titular en lugar de Ramos, en la Champions y ante el Manchester City. Y Varane brilló esa noche, a pesar de que no tenía demasiado rodaje al ser su debut en la temporada.

A partir de entonces, todo le ha salido a pedir de boca. Las lesiones de Arbeloa, Marcelo y Coentrao le han abierto las puertas de la titularidad de par en par. Así, en solo dos meses ya ha jugado la tercera parte de todo lo que disputó el año pasado y ha terminado de confirmar que tiene madera para triunfar en el Real Madrid. Porque, aunque a pocos les esté extrañando, Varane tiene 19 años y está llevando la responsabilidad del puesto como si tuviera 30.

Lo que realmente me llama la atención del jugador es su capacidad para no equivocarse. Su juventud invita a hacerlo, desde luego. Porque la inexperiencia y la presión siempre son un lastre que, en ocasiones, han acabado con la carrera de jugadores de lo más prometedores. Pero en el caso de Varane, ni rastro de una ni otra. El francés prácticamente siempre elige bien y cumple a la perfección. Es inteligente, fuerte, rápido y va muy bien al corte. Y tiene salida de balón. Sin olvidar que llega arriba de manera magnífica, pues los córners son un peligro para el rival con él en el campo.

Después de 15 meses en el club, Raphaël ya tiene mi completa admiración. Muy pocas veces vi antes a un jugador de su edad con tanta personalidad. Un mérito que se incrementa por lo ingrato de la posición de central, donde es difícil brillar y muy fácil errar. Y es que él está sabiendo hacer sencillo lo más difícil en el mundo del fútbol, que es no equivocarse y soportar la presión. Para ello cuenta con el mejor mentor posible, José Mourinho. Su gran valedor y el artífice, en gran medida, de los límites que alcance el jugador. Porque el portugués abandonará algún día el Real Madrid, pero seguramente lo haga dejando en el club a uno de los mejores centrales del mundo como legado: Varane.

lunes, 22 de octubre de 2012

Buscando a Carlos Suárez


Parece que ya ha pasado un mundo, pero hace solo dos veranos el baloncesto español vivió todo un culebrón con motivo del destino de Carlos Suárez. A sus 24 años recién cumplidos, el jugador había decidido cortar con los lazos que le unían a su club de toda la vida, el Estudiantes. Así, se ponía en el mercado una pieza extremadamente codiciada, pues el jugador pasaba por ser el mejor alero joven del baloncesto nacional. Madrid y Barcelona se pusieron manos a la obra por su fichaje, pero al final el equipo blanco se llevaría el 'gato al agua' gracias a la decisión del jugador de Aranjuez.

La operación se cifró en 1,3 millones de euros, mucho dinero para tratarse de un deportista de la canasta. Sin embargo, nadie dudaba entonces de que Suárez los valía. Era joven, prometedor y, para colmo, venía a ocupar una posición en la que el Real Madrid andaba bastante necesitado. El colegial redondeaba la mejor plantilla del club en los últimos años bajo las órdenes de uno de los técnicos más laureados del 'Viejo Continente', Ettore Messina.

Pero las cosas no marcharon como se esperaba y el Real Madrid vio cómo el italiano daba el portazo y dimitía en marzo de 2011. A cargo de la convulsa plantilla quedaba su ayudante Emanuele Molin, un entrenador casi sin currículum cuyo mayor éxito de ahí a final de campaña fue clasificar al equipo para su primera 'Final Four' en 16 años. En la ACB, sonoro fracaso al caer en semifinales por 1-3 ante el Bilbao Basket.

Todo ello influyó negativamente en Carlos Suárez, quien fue perdiendo poco a poco la frecura en su juego. La salida de su gran valedor en el Madrid le colocó en una situación complicada, de forma que el alero dejó de rendir a su mejor nivel. Sus inicios en el equipo habían sido más que positivos, pero todo cambió a comienzos del año pasado. Además, el club se reforzó en las posiciones exteriores con la llegada de jugadores como Pocius, Singler, Carroll o Rudy Fernández, de manera que Carlos empezó a perder minutos de forma evidente. De 822 en la Liga regular en la campaña 2010/11 pasó a 621 en la última. Es decir, de jugar 26 minutos con 15 de valoración por encuentro, a 19 minutos y 10 de valoración.

Y en la temporada actual va camino de seguir mermando sus estadísticas, pues en los cuatro primeros partidos su papel en el equipo ha sido claramente secundario. De momento acumula 18 minutos de media, con 5 puntos y 6 de valoración en cada choque. Aportación muy pobre para el octavo fichaje más caro del baloncesto patrio. Por bajar, hasta lo están haciendo sus porcentajes en el triple, ya que hace dos años exhibía desde la línea de 3 un 45%, el curso pasado cayó al 41% y ahora tiene un 36%. Se nota que el jugador tiene poca confianza y esto le lleva a entrar en una espiral donde su mal rendimiento se retroalimenta con sus pocos minutos en cancha.

Lo cierto es que le está tocando convivir en un equipo donde la gran mayor parte del potencial se concentra en el perímetro. Jugadores como Llull, Rudy, Carroll, Mirotic o Pocius han aumentado mucho la competencia en los últimos tiempos y el español está siendo el principal perjudicado. Sin embargo, no le queda otra que luchar, pues el madridismo y Pablo Laso saben que aún puede dar mucho más de sí.

El madrileño debe darse cuenta de que afronta un momento clave de su carrera, pues está muy cerca de entrar en la madurez profesional. Con 26 años le ha llegado el momento de dar un paso adelante y demostrar que él también está preparado para tirar del equipo. De momento los focos no le miran y eso tiene que ser una ventaja para su juego. Ya no tiene la presión de antaño en el Estudiantes o en el Madrid de Messina, por lo que su misión debe estar enfocada a aprovechar al máximo las oportunidades. Y, por qué no, a  centrar su baloncesto al poste, donde el equipo blanco tiene a estas alturas más carencias. Con el puesto de '2' y '3' bastante copado, quizás en el de '4' haya un hueco más amplio para él. No le queda otra que adaptarse para sacar lo mejor de sí mismo. Eso o seguir sembrando de incertidumbre su futuro.

lunes, 15 de octubre de 2012

El camino está lleno de trampas


Después de varios 'Clásicos' realmente tranquilos y ajenos a las polémicas dialécticas, en el del pasado día 7 de octubre el 'puente aéreo' volvió a enrarecerse un poco. Los sentimientos culés están siempre muy a flor de piel cuando Pepe está de por medio, por lo que unas palabras del portugués prendieron la mecha e iniciaron una persecución contra él que orquestó Tito Vilanova.

Todo empezó cuando al central le dio por decir una realidad, que hay varios jugadores culés a los que les gusta mucho el teatro. Afirmación que no es una opinión, sino una evidencia; pues hay multitud de ejemplos que demuestran que futbolistas como Busquets, Messi, Alves, Pedrito o Alexis han intentado en más de una ocasión engañar a los colegiados simulando. Una denuncia perfectamente entendible si no fuera porque, siendo realistas, estaba formulada por un hombre no exento de polémicas similares.

De hecho, se puede decir que el portugués es el blanco más fácil del Real Madrid. Con sus palabras solo abrió la veda y puso en bandeja que el barcelonismo le contestara. Y el primero en caer en la tentación fue Tito Vilanova, un hombre mucho más sincero y claro que su predecesor en estas lides. Porque lo más probable es que, en este caso, Guardiola hubiera regateado la cuestión con una sutil y retorcida indirecta. Pero como ahora manda su segundo la respuesta fue directa a la yugular: "Se podría hacer un vídeo con todas las faltas de Pepe".

Dicho y hecho. En cuestión de doce horas los dos principales medios barcelonistas habían recurrido a Youtube para criminalizar a Pepe. Como si el mundo del fútbol no supiera ya que se trata de un jugador duro. Lo que pasa es que, en esta ocasión y también a lo largo del último año, Pepe prácticamente no les ha dado carnaza en el terreno de juego. Porque una cosa es innegable: el '3' madridista lleva ya varios meses muy tranquilo, haciendo un esfuerzo de autocontrol para no dejarse llevar por la tensión y los nervios en los partidos. Un cambio de actitud con el que está ganando el Madrid y el propio jugador, pues cuando solo es protagonista por su fútbol se convierte en el mejor central del mundo (para mi gusto).

Por eso, esta vez los medios pro-culés han tenido que tirar de hemeroteca. Corren malos tiempos para la prensa azulgrana acostumbrada a vivir de Mourinho y sus referencias al Barcelona. Después de estar dos años masacrando al técnico por entrar en polémicas arbitrales y cruces dialécticos con el entorno barcelonista, ahora están algo descolocados por los tiempos de prudencia que corren en Concha Espina. Y es que, al igual que pasa con Pepe, el de Setúbal también lleva mucho tiempo viviendo a bajas pulsaciones. Donde antes dejaba grandes titulares, ahora hay silencios y frases pronunciadas a media voz. Más trabajo para la prensa azulgrana: en la actualidad tienen que rascar y descifrar, dar la vuelta a las palabras de Mourinho para encontrar su combustible, la declaración que sirva para motivar y enervar a sus jugadores y afición.

Los tiempos han cambiado y los nervios se han mudado de vecindario. Ahora el equipo a remolque del campeón es el Barcelona. La estabilidad se ha asentado en Madrid y la misión en la Ciudad Condal es intentar remover el vestuario blanco. Que si Mourinho se enfada con Özil, que si Ramos sale a defender al alemán, que si Casillas se lo cuenta todo a la prensa... Historias para no dormir con el objetivo de alterar los relajados biorritmos merengues. Algunos del sector culé quieren hiperbolizar las cosas y, cuando no pueden hacerlo, se dedican a tirar de hemeroteca para intentar justificar sus errores actuales con los antiguos del rival.

Todo trampas. A pesar que desde Barcelona se parapeten detrás de su manido 'seny' están deseosos por entrar a la gresca. Ven al Madrid muy fuerte y no van a dudar a la hora de buscarle los puntos débiles. Como Pepe. El portugués fue la excusa perfecta para que el lunes se hablase de él y no del mal juego barcelonista y de la superioridad puntual merengue en el partido. Porque, a pesar de sus 8 puntos de ventaja, saben que tienen enfrente al Madrid de los récords y que esto no ha hecho más que empezar. Y, para colmo, están más solos que nunca. Les falta su líder espiritual: Pep Guardiola. Cuya salida y ausencia, curiosamente, ha coincidido con los 'Clásicos' más pacíficos y tranquilos de los últimos cuatro años. ¿Casualidad?

lunes, 8 de octubre de 2012

Cuando la (mala) costumbre lleva a la distorsión

Dos días después del gran 'Clásico' del fútbol español quizás me tocaría hacer en estas líneas un análisis de lo que vi en el encuentro. Sin embargo, he preferido centrarme en un pequeño detalle que vengo apreciando en los últimos meses en un sector del madridismo y que me genera cierta inquietud. Se trata de la corriente crítica que está aflorando con los jugadores más simbólicos de la actual plantilla, aprovechando que su estado de forma no es el mejor en este comienzo de temporada.

Me refiero a dos futbolistas en concreto: Iker Casillas y Xabi Alonso. Se trata de un asunto que viene de lejos, de alguna que otra temporada atrás. Pero en la presente me está llamando la atención más que nunca y tras el partido del Camp Nou creo que la situación ha alcanzado unos extremos exagerados. Porque entre el domingo y el lunes he llegado a leer que Casillas hizo un mal partido en Barcelona. ¿Los argumentos? Que encajó dos goles. E, incluso, alguno le ha llegado a culpar de que no llegara a desviar el disparo de Montoya que se estrelló en el larguero. Un balón que, de haber entrado, hubiera sido un golazo espectacular e inevitable.

Viendo los dos tantos de Messi una y otra vez llego a la conclusión que Casillas estaba vendido en ambos. En el primero por tratarse de un error puntual de la defensa que le dejó en desventaja al caer el balón en las botas del argentino. Y el segundo por ser un lanzamiento de falta impepinable que entró por el palo de la barrera, el único lugar donde los porteros pueden alcanzar el perdón por encajar un gol así. Sin embargo, el diario 'As' tuvo la idea el lunes de comparar la jugada con la parada que hizo Palop al '10' culé hace una semana. Como si pudieran equipararse una y otra.

No seré yo el que niegue que el principio de temporada de Casillas está siendo muy discreto. Y el primero que lo sabe perfectamente es el propio Iker. En este comienzo de curso se le está viendo algo más apagado de lo habitual e incluso hasta distraído. Y ha cantado en alguna que otra ocasión, como en Ámsterdam o ante el City. Es más que evidente. Pero sus 'pecados' no deben sacarse de aquí. Errores humanos puntuales, productos de una mala racha propia de cualquier futbolista. Así que ir más allá es excederse, es olvidar quién es este jugador y lo que representa para el Real Madrid y la selección española.

Porque estamos hablando del mejor portero español de todos los tiempos. Sin discusión. Y, probablemente, de la historia. Aunque ahí puede que la haya, es cuestión de gustos. Pero si no fuera así, de lo que nunca se dudaría es de que es uno de los mejores de todos los tiempos. Su palmarés está ahí, a la vista de todos. Con solo 31 años. Aunque, por si esto fuera poco, el de Móstoles es el capitán del Real Madrid. El último gran símbolo de la cantera madridista. Un chaval que respira madridismo por los cuatro costados y del que nunca (digo bien: nunca) se puede dudar.

Intuyo que el problema está en que Iker nos ha mal acostumbrado a todos. La afición merengue ha estado años y años viendo como cada partido él salvaba al equipo de goles cantados. Porque ahora disfrutamos de la mejor defensa de la actualidad, pero hasta hace nada teníamos en la plantilla a zagueros que, sin desmerecerlos, no estaban al nivel actual de Pepe o Ramos. Véase Heinze, Miguel Torres, Pavón, Mejía, etc. Así, últimamente el papel de Casillas se está haciendo secundario, lo que le quita protagonismo y eleva sus errores (cuando los tiene) a la máxima potencia. La cuestión es que, al no ver tantos milagros suyos, algunos ya han dejado de creer y le quieren 'enterrar'.

A ello se suma el componente de la capitanía. Hay quien le critica que es mejor capitán con España que con el Real Madrid. Y así es. Pero por un matiz: con la selección no tiene la libertad de actuación que en su club. En el equipo blanco el único que manda en el vestuario es Mourinho y su papel es actuar de mediador más que de representante del plantel. En Valdebebas ha tenido que dar un paso atrás. Y cuando no lo ha hecho, como en la famosa llamada a Xavi, ha habido un conflicto interno evidente. En cambio, en España las cosas son muy diferentes. Del Bosque le da su espacio y él actúa como el gran capitán que es.

Que esto no se entienda como una crítica a Mourinho, nada más lejos de la realidad. Solo digo que el portugués tiene una filosofía distinta a la del seleccionador español. Cada técnico se comporta de distinta manera. Y es lo que lleva a Casillas a actuar de manera diferente en uno y otro sitio. Sin olvidar la presión mediática a la que lleva años sometido por su vida privada. El otro día recurrió a la ironía ante un nuevo episodio donde ciertos medios le tildaron de chivato. Uno más de los muchos que le han tenido como víctima. Sin ir más lejos, en el Mundial de Sudáfrica pagó el pato de la derrota ante Suiza y algunos con muy mala idea llegaron a decir que la causa de su mal partido había sido su novia. Un mes después le sacaba dos balones imposibles a Robben en la final. Dos acciones que ya son historia del fútbol español.

Con esto solo pretendo poner sobre la mesa de quién estamos hablando. Porque Casillas no es un jugador más. Como tampoco lo es Xabi Alonso, sobre el que también se escriben muchas críticas, en mi opinión injustas. El vasco es un hombre que tiene un mérito extraordinario por saber combinar el 'trabajo sucio' con la difícil tarea de iniciar el fútbol merengue. Sin embargo, no le faltan detractores cuando la situación le lleva a hacer de albañil para tapar las grietas del equipo.

Bajo mi punto de vista, son dos futbolistas únicos, de ésos de los que hay que sentirse orgullosos porque vistan la camiseta de nuestro equipo. Lo que no quita para que se pueda ser críticos con ellos en su justa medida cuando lo hagan mal. ¿Que Iker no está bien? Vale, digámoslo e intentemos que recupere su nivel habitual. Pero no le exijamos que haga milagros siempre ni le culpemos de todos los males del equipo. Porque el problema llega cuando el análisis se hace fuera de contexto y se lleva a niveles exagerados. Y es que se suele decir que uno nunca aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. Y algunos se darán cuenta de ello cuando tanto Iker como Xabi se retiren.

lunes, 1 de octubre de 2012

Sami Khedira, un jugador en la sombra


Sami Khedira es uno de esos futbolistas cuyo trabajo tiene poco eco en los medios de comunicación. Como mediocentro defensivo que es, su labor está en tierra de nadie, pues es de las más ingratas en este deporte. Él juega en el Real Madrid y en la mayoría de las ocasiones tiene que ver cómo sus compañeros son los que se llevan los focos mientras que él debe moverse entre las sombras, trabajando día a día para que el equipo no pierda el equilibrio tan necesario.

En sus dos años y pico en el club blanco, el alemán ha tenido que convivir con la crítica diaria. Como digo, se trata de un jugador que por su perfil no luce en los partidos. No tiene una gran calidad ni destaca por su pase, regate o gol. Por eso no llama la atención. Sin embargo, para José Mourinho su presencia en el equipo es innegociable. Salvo contadas excepciones para darle descanso, el portugués prácticamente no prescinde nunca del teutón, un futbolista al que considera indespensable por su labor incansable en el centro del campo.

La posición de mediocentro defensivo es, hoy en día, clave en el fútbol. Mucho se ha hablado de ella últimamente, pero ninguno de los técnicos 'gurús' del fútbol mundial prescinden de ella. Mourinho, Del Bosque o Guardiola siempre han tenido en este lugar a un hombre de su confianza, a un jugador que sea capaz de poner equilibrio en onces que parten de clara vocación ofensiva. Y, bajo este panorama, Sami Khedira es uno de los mejores del mundo. Un par de temporadas al máximo nivel en el Real Madrid le avalan, pues aunque no es un jugador que aparezca a menudo en los resúmenes con las mejores jugadas de un partido, tiene el don de cometer muy pocos errores.

El partido del pasado domingo fue uno de ésos en los que Khedira llamó especialmente la atención. Por su gran sentido de la anticipación e, incluso, por su capacidad para generar fútbol ofensivo. El propio Aitor Karanka lo alabó en la sala de prensa por encima de la dupla Modric-Özil, lo que ya es suficientemente meritorio. Probablemente jugó uno de sus mejores partidos desde que está en la capital de España, pero no fue el único. Porque el germano cumple siempre, haciendo su trabajo con máxima profesionalidad y una entrega fuera de toda duda.

La pasada Eurocopa dejó una imagen sorprendente del de Stuttgart, pues en Ucrania y Polonia se coronó como uno de los mejores centrocampistas del continente. El seleccionador Löw le dio más libertades y él contestó metarfoseándose en un jugador 'box to box', un futbolista con capacidad para destruir juego, construir y llegar al ataque con opciones. Un centrocampista total. Y el madrismo terminó el torneo con la sensación de que Sami estaba algo desaprovechado en el Madrid, de que tenía muchas más virtudes de las que mostraba cada semana en el Bernabéu.

Puede que así sea, que con Mourinho su deber sea sacrificarse para que el resto de compañeros luzcan más y mejor. Creo que en otro club se podría ver a un Khedira más peligroso, más completo. Con más jerarquía. Al fin y al cabo, en Concha Espina le toca ser un obrero para que otros sean las estrellas. De ahí que su nombre no esté mucho en boca de la afición y que, cuando lo está, la mayoría de las veces sea con una finalidad crítica. Es uno más de los muchos jugadores que, partido tras partido, viven eclipsados por los cracks de este deporte.

Khedira no venderá muchas camisetas ni tendrá a muchos niños que sueñen ser como él de mayores. Pero no me cabe duda de que su labor merece un reconocimiento por parte de todos. Porque él tiene sus tareas específicas y las acostumbra a solventar a la perfección. Sin brillantez, pero con trabajo y esfuerzo. Algunos partidos llamará más la atención y se llevará ciertos aplausos, como ante el Deportivo. En otros pasará desapercibido. Pero en todos su trabajo habrá sido esencial. Porque no hay gran equipo que no tenga un gran 'corazón' detrás.

martes, 25 de septiembre de 2012

El Madrid se gana el favoritismo


En lo que respecta al equipo de baloncesto del Real Madrid, he pasado el verano entre un sentimiento de inquietud y otro de ilusión. Inquietud por el hecho de que el club se hubiera desprendido de su mejor pívot, Ante Tomic, sin tener un recambio de primer nivel en su agenda. E ilusión porque, a pesar de ello, la vuelta de Rudy Fernández y la fulgurante pretemporada de Nikola Mirotic han dejado síntomas para la esperanza de hacer algo grande esta temporada.

Durante el último fin de semana las dudas se me han despejado prácticamente al completo. En gran parte, porque el equipo ha sido capaz de ganarle la Supercopa al Regal Barcelona con una suficiencia sorprendente. Casi tanta como en febrero pasado, cuando hizo lo propio para conquistar la Copa del Rey. En cuestión de siete meses Pablo Laso ha acabado de un plumazo con dos deudas de la historia con el madridismo y, de paso, ha conquistado un par de títulos que saben a gloria tras casi cinco años de sequía.
Por lo tanto, algo se está haciendo bien en el equipo. Y eso que el Madrid ha comenzado la temporada con una carencia prácticamente anémica, pues en el baloncesto el pívot es un jugador fundamental. Y hasta ahora, el equipo solo ha tenido en esta posición a Mirza Begic. Bien es cierto que el técnico ha paliado este vacío con el canterano Hernangómez, cuya labor estos días ha dejado detalles interesantes. Pero está claro que un club como el merengue no puede pretender afrontar una temporada tan dura con un chaval de 18 años como segundo hombre en las rotaciones.

Pasarán los días, las semanas y los meses y nunca entenderé cómo el club se deshizo de Ante Tomic para quedarse con el esloveno. Se podría decir que son dos jugadores muy similares, sí; ambos con sangre de horchata en las venas. Pero, para mi gusto, técnicamente no hay comparación entre los dos. El croata jugaba un rol en el equipo mucho más importante que su compañero, pero el Madrid ha preferido liberarle a él para quedarse con el suplente. Incomprensible. Por eso, ahora cada vez que veo a Tomic con la camiseta del Barcelona no puedo más que lamentarlo.

Sin embargo, lo que más me ha costado entender ha sido esta espera de dos meses para encontrarle sustituto. Es comprensible que la directiva se lo haya podido tomar con calma, pero el asunto se ha complicado tanto que hasta una semana antes del comienzo de la liga no hemos encontrado jugador. Por los pelos. El mismo parece que va a ser Hettsheimeir, un '5' que, por lo poco que le he visto, va a ser interesante para el equipo. Sin llegar a convertirse en la panacea, creo que puede aportarle mucho más al Madrid de lo que pueda parecer en un principio.

Y es que llevo varias semanas pensando que del fichaje de un pívot iban a depender las aspiraciones del equipo esta temporada. De una última pieza que complete un puzzle casi perfecto. Porque mo me cabe duda de que el juego exterior merengue es de lo más completo, variado y potente que hay en Europa. Llull, Carroll y Rudy Fernández son dinamita pura y sobre ellos se debe sustentar el potencial ofensivo del equipo, el cual promete un baloncesto de vértigo que acaparará jornada tras jornada las imágenes más espectaculares de la Liga Endesa.

Y a la ecuación hay que sumar a Nikola Mirotic. El montenegrino no ha parado de crecer en los últimos tres años y esta temporada su madurez ya está llamando a la puerta. Junto a Rudy puede ser el gran líder de este equipo, el jugador que desnivele los partidos y que impulse al Madrid a cotas inexploradas en los últimos años. Él se siente importante y tiene hambre de títulos. Sabe que su estancia en la capital de España será efímera, porque en Chicago ya le esperan con los brazos abiertos. Y como Pau en su momento, Nikola no se querrá ir sin llevarse en la maleta unos cuantos recuerdos en forma de títulos.

El primero, el de la Supercopa lograda el domingo. Al Barcelona le faltaban sus dos veteranos más peligrosos, Jasikevicius y Navarro. Sin embargo, sigo pensando que incluso con ellos el Real Madrid tiene más plantilla, más equipo. Jugando prácticamente sin pívot puro (Begic hizo solo dos puntos), la escuadra acribilló a su rival desde el perímetro. Jawai se puso las botas en la zona, es cierto; pero el juego exterior madridista fue demasiado para ellos. La sensación que quedó es que el Madrid de Laso tiene ganas y juventud; que su proyecto ya se ha hecho adulto. Equipo temible hasta estando descompensado. Un pequeño 'pero' que está en vías de solucionarse. Y cuando esto ocurra, será hora de empezar a plantearse las cosas con el favoritismo que otorga el trabajo bien hecho.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Esto es el Real Madrid

Hace unos días un amigo madridista me comentaba que en 1995 tuvo la oportunidad de vivir en el Santiago Bernabéu el histórico partido ante el Deportivo de la Coruña que dio la Liga al equipo blanco. Sin embargo, lo curioso de todo es que su mayor recuerdo del encuentro no era el del famoso gol de Zamorano que valió el título. Lo que más le marcó de entonces fue una jugada aislada en la que el respetable ovacionó a Martín Vázquez por salvar en el centro del campo un balón sin importancia que se perdía por la banda.

Se trata de una anécdota que viene a resumir brevemente la filosofía histórica del Real Madrid. Una razón de ser que José Mourinho ha asimilado desde el primer día, honrándola cada vez que le ha sido posible. Porque al de Setúbal se le puede acusar de muchas cosas, pero no de falta de implicación. Él se ha hecho tan grande en esta profesión por su capacidad de mimetizarse con el club en el que trabaja, de adaptarse rápidamente y asimilar los rasgos de cada institución. Y en Madrid no ha tardado en comprender las dimensiones universales del club, asumiéndolas como suyas y sembrándolas entre la plantilla para que los jugadores comprendan lo que supone portar este escudo.

Los últimos días han sido complicados, tanto para el club como para la afición. Ha sido como una montaña rusa de sensaciones, con más descensos que ascensos. La alegría de la Supercopa se ha visto eclipsada por el mal inicio en Liga y por la tristeza de Cristiano Ronaldo, por lo que se han generado dudas lógicas. A pesar de que el crédito de Mourinho es enorme. Porque la imagen que el Madrid dio en Sevilla fue muy mala, diría que de la peor en el último año y medio. No solo por el hecho de jugar mal, sino por la sensaciones de incapacidad y frustración que dieron los jugadores.

Han sido momentos de duda, sí. Y ante ellos, Mourinho ha cogido el decálogo madridista y le ha pedido a sus hombres que lo apliquen. Recientemente leía una frase de Santiago Bernabéu en la que decía que "la camiseta del Madrid es blanca, se puede manchar de barro, de sudor y hasta de sangre, pero nunca de vergüenza". Ley madridista. Palabra del hombre que hizo grande a este club, que sabía mejor que nadie lo que era y debía ser el Real Madrid. Porque aquí se puede jugar mejor o peor, ganar o perder, pero nunca dejar de luchar ni dar por perdido un balón, aunque éste se pierda por una banda a 40 metros de la portería.

Ésta es la diferencia entre este equipo y los demás. Nunca habrá nada igual al Madrid, porque nadie ha sido capaz de adoptar esta filosofía de la forma que se ha hecho en Concha Espina. Por eso, Mourinho dejó claro tras el Pizjuán que "no tenía equipo". Algunos han intentado malinterpretar sus palabras, como si el entrenador estuviera minusvalorando a sus hombres. Pero nada más lejos de la realidad. Solo quería espabilarles, darles a entender que vestir esta camiseta conlleva ciertas obligaciones.

Y ellos, listos como son, lo han entendido a la perfección. Ante el City dieron toda una exhibición de madridismo. De entrega. Dejaron claro que las catástrofes de Getafe o Sevilla no respondían a un problema de condición física, sino de mentalidad. De agotamiento psicológico o incluso de falta de ambición puntual. Porque el martes jugaron un partido magnífico, encerrando al campeón de la Premier en su campo, logrando que tardara una hora en tirar a puerta por primera vez. Y jugando bien al fútbol mal que les pese a algunos, gente incapaz de valorar positivamente este juego al no cumplir los cánones culés de estética.

Al acabar el partido no pude más que pensar que acababa de disfrutar del Real Madrid. Y eso son palabras mayores. De una noche mágica en el Bernabéu, como no había vivido en mi vida. Los jugadores se vaciaron a pesar de las adversidades y el madridismo conectó perfectamente con ellos, creando un ambiente único. Al final se ganó, pero como dijo Mourinho después del partido, si se hubiera perdido tampoco hubiera pasado nada. Porque la vergüenza del sábado había tornado en el orgullo del martes. Por fin, el equipo había recuperado la senda correcta, la que ha hecho de este club el mejor de la historia. Un camino donde la épica es lema y se pelea cada balón como si fuera el último. Porque es nuestra identidad, la que nos ha hecho grandes. Y, en estos casos, también la respuesta a nuestras dudas

martes, 11 de septiembre de 2012

Denis, un ejemplo de progresión

Durante el último año y medio he intentado seguir al Castilla con especial atención. En este tiempo he podido confirmar que el Real Madrid puede estar orgulloso de su cantera, porque tiene jugadores que en muy pocas temporadas estarán en Primera División, ya sea en el equipo blanco o en otros clubes. Los Morata, Jesé, Nacho, Álex o Juanfran más los que ya no están como Joselu o Carvajal deben ser motivo de satisfacción para todo aficionado madridista que se precie. Por su juego y por su entrega, pues la temporada pasada culminaron un impresionante ascenso a Segunda que estamos empezando a disfrutar en estos momentos.

En este tiempo he podido apreciar el juego de muchos chavales. Sin embargo, en ninguno he visto una progresión igual a la que está llevando Denis Cheryshev. El hispano-ruso ha pasado en un año de ser el duodécimo hombre del equipo en la Segunda B a ser un futbolista fundamental en los esquemas del nuevo Real Madrid Castilla en la División de Plata. A los 21 años, cerca ya de los 22, le ha llegado la hora de demostrar que puede entrar en los planes de José Mourinho para el futuro. Porque lleva ya varios meses llamando muy fuerte a la puerta del primer equipo, pidiendo lo que otros como Jesé, Morata o Álex ya han tenido. La oportunidad de debutar en partido oficial.

No sería la primera vez que se vestiría la camiseta del conjunto senior, pues el pasado mes de julio ya lo hizo en un amistoso disputado en Oviedo. Entonces solo tardó media hora en ver portería, pidiendo a gritos que Mourinho subrayara su nombre en su agenda. Sin embargo, el portugués no se lo llevó a la gira americana, dejando que Toril trabajara con él en beneficio del Real Madrid Castilla. Y ahí es donde Denis se está haciendo grande en estos días, cogiendo los galones que han dejado definitivamente Carvajal y Joselu y parcialmente Morata, Nacho y Jesús. En su ausencia el filial no ha tenido tiempo de sentirse huérfano, porque el extremo no se ha escondido y ha asumido responsabilidades.

Y lo ha hecho desde el primer momento, como en el amistoso ante el Albacete en el que inauguró el marcador. Desde el primer momento el ruso ha dejado claro que este año quiere ser importante. Tanto en su equipo como en la selección sub'21 de su país, donde ya es prácticamente una estrella. Le han bastado cinco partidos en el último año con el equipo, en los que ha marcado tres goles, para empezar a ser reclamado para la absoluta. No en vano, los dos últimos el pasado viernes ante Polonia son la mejor demostración de los cambios que está experimentando Denis.

El jugador se encuentra con confianza y pasa por un momento dulce, por lo que ya está llamando la atención de manera merecida. Su progresión reciente es innegable y modélica, ya que pocos canteranos pueden decir que hayan mejorado tanto en tan poco tiempo. Y lo más interesante de todo es que la Segunda División será el marco perfecto para que termine de tallar su evidente talento. En un equipo carente de delanteros centro como es el Castilla, el desborde, la velocidad y el remate de Denis van a ser fundamentales para que la temporada tenga un final feliz. Además, competencia no le va a faltar con compañeros como Jesé, Borja García o Jota. Pero bueno para él, para un jugador acostumbrado a ganarse cada partido los minutos a base de fútbol y esfuerzo.

Como sucede en estos casos, solo queda esperar para ver lo que le depara el futuro a este jugador. Pero no tengo dudas de que si sigue trabajando con este compromiso e ilusión, le acabará yendo muy bien. En el Madrid o en otro equipo. Ahora tiene toda una temporada en el Castilla, quizás la última, para demostrar que puede tener un hueco futuro en el ataque del equipo de los 121 goles. Pero seguramente la afronte como siempre, despacito y con buena letra. Con mucha paciencia y dedicación, consciente del peso que supone llevar esta camiseta. Algo que ha aprendido de su padre, Dmitri, un mito del sportinguismo. Garantía de que Denis es un jugador educado para tener los pies en la tierra. Y eso, a su edad, ya es tener mucho ganado...