miércoles, 12 de marzo de 2008

España cambia la zapatilla por la patilla

El baile del Chiki-chiki. Éste es el "prometedor" nombre de la canción que representará a España el próximo 24 de mayo en el Festival de Eurovisión que se celebrará en Belgrado. Su intérprete será Rodolfo Chikilicuatre, un personaje salido de la factoría Buenafuente que con su desenfadada puesta en escena y su letra políticamente incorrecta ha conseguido lo que buscaba Televisión Española: reanimar un certamen que en este país estaba prácticamente en situación de encefalograma plano. Aunque creo que no es exactamente lo que la cadena pública buscaba...

Este año, al ente no se le ocurrió otra cosa que la feliz idea de abrir la presentación de candidaturas a todos los ciudadanos españoles que se creyeran capaces de representar al país con sus dotes artísticas. Una apuesta muy arriesgada, porque en la era de la democracia digital los resultados son totalmente imprevisibles y en la mayoría de los casos, no son todo lo satisfactorios que se podría esperar.

La respuesta inmediata por parte del público fue masiva, ya que un total de 530 candidatos presentaron su propuesta en la web de myspace habilitada para tal fin. Ahora sólo quedaba lo aparentemente más fácil, que no era otra cosa que las votaciones del populacho. Pero, llegados a este punto, yo me pregunto ¿quién iba a ser el guapo/a que se viese todas las propuestas y emitiese un juicio posterior? Alguno habrá capaz de ello, hoy ya nada me sorprende. Pero insuficiente si lo que pretendes es obtener la mejor canción de todas, musicalmente hablando.

Con estas premisas, estaba cantado que el ganador de esta primera fase iba a ser aquél intérprete que supiera publicitarse de la mejor manera. En esto apareció Buenafuente y su productora (El Terrat), quienes decidieron valerse de su programa en La Sexta para torpedear las inocentes intenciones de TVE. De esta manera, bastó con explotar las posibilidades que les ofrecía uno de sus personajes humorísticos para crear una curiosa canción donde la melodía era lo de menos, porque lo verdaderamente importante era reírse del propio concurso.

Así pues, el apoyo de Buenafuente y de su público fue más que suficiente para crear una corriente mediática en favor de Rodolfo Chikilicuatre y su canción. Era cuestión de tiempo que su candidatura lograse el privilegio de representar a España en el Festival, por mucho que TVE lanzara sutiles indirectas a lo largo de toda la gala de selección. La cadena quería salvar el certamen y lo lograba, pero a costa de traicionar los principios básicos con los que éste nació allá por 1956. La transmisión y la difusión de la cultura popular musical de cada país ha acabado derivando en una competición donde lo que más se valora es llamar la atención.

Los tiempos han cambiado y con ellos los gustos e intereses de los ciudadanos. Lo que antes se valoraba como un gran espectáculo ahora aburre y todo porque vivimos en un mundo mucho más complejo. No hay sitio para lo común en estos inicios del siglo XXI y ahora más que nunca la expresión renovarse o morir cobra más fuerza que nunca.

Sin embargo, esta renovación no puede ni debe realizarse merced a un cheque en blanco. El ejemplo de Eurovisión no es más que un caso más de la preocupante tendencia que se comienza a vivir en este país: la primacía de la caspa y el frikismo frente al trabajo bien hecho y a la aportación constructiva. Y es que lo que se lleva ahora es reírse de todo y de todos, en un proceso de banalización que amenaza con convertirse en un leitmotiv para millones de jóvenes.

Creo que éste no es el camino a seguir. Tras más de veinticinco años de democracia este país había conseguido salir de esa inopia cultural en la que se vio inmerso durante todo el régimen y parecía que comenzaba a convertirse en un referente social para el resto del mundo. Por eso, no debemos cometer el error de retornar a la idea de simpleza que tanto tiempo atrás nos caracterizó y que constituyó una de nuestras grandes lacras hasta las décadas de los años 70 y 80.

Algo que no supone prescindir del humor ni de la parodia, pues si éste es inteligente y bienintencionado, bienvenido sea. Lo que únicamente pido es que mantengamos una actitud crítica y responsable que no nos deje caer en una corriente trivializadora que acabe por derivar en una filosofía de vida poco recomendable para las generaciones venideras. Porque si el Chiki-chiki es la imagen que todos queremos para España, señoras y señores, yo me bajo de ella.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin leer esa parrafada -cosa que ahora haré- te digo, Y EL CHIKI CHIKI SE BAILA ASÍ!

Anónimo dijo...

Siguiendo el post anterior:
1: El brikin dans
2: El crusaito....
q alguien lo siga

Anónimo dijo...

3: el maikeljason
4: el robocop

BAILA EL CHIKI CHIKI, BAILA EL CHIKI CHIKI

LO CANTA EL TIGRE PUMA, CON SU TRAJE A RAYAS, Y JUAN CARLOS LE DICE, ¿POR QUÉ NO TE CALLAS?

Wordsentinel dijo...

En el velatorio del Padre Damián,
pusieron el chiqui-chiqui y el muerto a bailar!

Y el chiqui-chiqui se baila así:
1! EL BREIKINDANCE!
2! EL CRUSAÍTO
3! EL MAIQUEL YASON
4! EL ROBOCOP!

Ale, cansinos, ya no se puede seguir, pq se ha acabao xDD