martes, 19 de julio de 2011

Un fichaje inesperado

Lo admito. Yo no vendería a Kaká esta temporada. Al menos, le daría una última oportunidad. Evidentemente, este verano su precio será mayor que el que viene, pues el jugador tiene 29 años y está en una evidente cuesta bajo de su carrera. Pero creo que todavía es recuperable. Aún hay posibilidades de que este brasileño demuestre que tiene mucho talento en sus piernas y que vino para triunfar en el Real Madrid.

Tras ver su debut ante Los Angeles Galaxy, me reafirmo un poquito más en esta opinión. Evidentemente, el partido del sábado no puede ser una gran vara de medir, pues se trataba del primer choque de pretemporada y enfrente estaba un equipo de nivel bajo. Pero aún así, Kaká evidenció que esta temporada podría ser distinta. Siempre y cuando las lesiones le respeten, claro. Si el brasileño consiguiese encadenar varios meses sin pasar por la enfermería la situación podría dar un vuelco. De pronto, el Madrid se encontraría con uno de los mejores jugadores del mundo. Con uno de esos que vale 65 millones de euros.

Al futbolista se le vio fresco, con recorrido, con desborde. Se pareció al jugador que impresionó al planeta en el Milan y que dio motivos al Madrid para que le fichara. Solo fueron 45 minutos, pero tiempo suficiente para recuperar las esperanzas en él. De hecho, su final de la pasada temporada no fue nada malo, pues el jugador realizó grandes partidos en plazas siempre complicadas como la de Mestalla o San Mamés. El mediapunta aprovechó los minutos que le dio Mourinho para reivindicarse a base de goles (7) y asistencias (5).
Por ello, paciencia con él. Su categoría (todavía) de estrella le hace bastante rentable a nivel económico, además de que su hipotética venta dejaría algo desprotegida la posición de mediapunta. Bien es cierto que el Madrid ya tiene ahí a Özil y podría situar en ese sitio a Sahin de vez en cuando, pero el único especialista para la posición junto al alemán es Kaká. Y es que, venderlo supondría, probablemente, fichar a un reemplazo.

Así que démosle una última oportunidad al brasileño. Dejemos que sea Mourinho el que se encargue de su recuperación y que Kaká evidencie que aún tiene mucho fútbol por dar. La apuesta tendrá riesgos, pero puede salir ganadora. Y si así fuera, el Real Madrid multiplicaría su potencial. Porque por una vez en tres años, el futbolista quiere demostrar que ha nacido para jugar en el Madrid. Porque Kaká quiere convertirse esta temporada en el mejor fichaje del club.


1 comentario:

jeronimojgr dijo...

Hay jugadores que cuajan en un equipo y otros que no. Yo creo que Kaká es uno de los que no encuadra en este equipo y además parece que se le ha apagado la chispa.
Jerónimo