Ancelotti tiene un reto: averiguar la forma de 'meterle mano' al Atlético de Simeone. La sensación que hay a día de hoy es que el Real Madrid no deja de chocarse con un muro cada vez que juega contra el actual campeón de Liga.
En el último año y medio los dos técnicos se han visto ya las caras en 9
partidos y aunque el balance está más o menos equilibrado (4 victorias
para el argentino y 3 para el italiano) lo cierto es que el conjunto
blanco prácticamente siempre ha tenido que jugar a lo que quería su
rival.
Desde la llegada del transalpino al banquillo el Madrid ha evolucionado mucho. Evidentemente a mejor. Sin embargo, cuando el rival es el Atlético de Madrid
el fútbol merengue sigue 'criogenizado'. No se percibe evolución
táctica, nuevas variantes, opciones y caminos en el planteamiento de Ancelotti para sortear la defensa numantina de los colchoneros. Simeone tiene
muy clara sus premisas a la hora de jugar contra el eterno rival:
líneas muy juntas, presión en campo contrario, contragolpe y
agresividad. Con esta receta está logrando maniatar al Madrid un partido sí y otro también, mientras que en el banquillo de al lado 'Carletto' no encuentra la tecla.
Son ya tres las derrotas esta temporada del Real Madrid ante
los colchoneros. Y tras cada uno de ellos las excusas que he podido
escuchar han sido muy similares. "No importa, el equipo estaba mal
físicamente", "sí, hemos perdido, pero en Lisboa el Madrid ganó el partido importante". Vale, es cierto que el conjunto blanco ganó la final de la Champions
a los atléticos y eso siempre quedará ahí. Pero en el fondo ese partido
no fue tan distinto de los últimos derbis que hemos podido ver. El
pasado 24 de mayo hubo un equipo bien plantado en el campo - el Atlético- que tuvo en su mano el título hasta el minuto 92:48; y otro que aunque mereció el gol - el Real Madrid- atacó con más corazón que cabeza y que no encontró soluciones futbolísticas hasta que el milagroso cabezazo de Ramos rompió la muralla rival.

Quizá el plan a partir de ahora deba ser pensar menos y chutar más a
puerta, desde donde sea. O abrir más el campo por bandas, aprovechando
la velocidad de jugadores como Carvajal, Bale o Jesé. O tratar de sacar más 'petróleo' de las jugadas a balón parado, un factor que ellos dominan pero del que el Madrid sólo pudo sacar partido en la final de Champions. Las soluciones son múltiples, pero la misión de Ancelotti
es dar con ellas, ya que por algo es el entrenador. El equipo no puede
ni debe seguir dejando pasar el tiempo para tropezar una y otra vez en
la misma piedra de Simeone. Hay que aprender a adaptarse y mutar, porque todavía quedan bastantes 'batallas' por librar ante los vecinos.
En el fútbol no todo es cohesionar piezas, incentivar al vestuario y
comprometer a los jugadores en el trabajo del día a día. También hay que
plantear estrategias sobre el terreno, saber anticiparse al entrenador
rival y buscar la sorpresa. Y en estas está Ancelotti. El técnico
tendrá ante el jueves un nuevo examen ante su 'alter ego' y el
madridismo espera de él algo distinto que sirva para darle la vuelta a
la eliminatoria. Es el momento de reaccionar y de demostrar que también
tiene 'cintura' para adaptarse las ecuaciones que le plantea Simeone. No ya sólo por la Copa, sino por la Liga y la Champions, donde el Atlético promete seguir dando mucha guerra. Todavía quedan derbis por vivir esta temporada y el Madrid no puede seguir dándose contra un muro, porque no siempre llegará un cabezazo salvador en el tiempo de descuento...
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