sábado, 3 de mayo de 2014

Cuando se desea lo mismo que el vecino

Para todo madrileño y español la posibilidad de ver una final en Lisboa entre el Real Madrid y el Atlético supondrá un motivo de alegría. Sin embargo, es probable que cualquier aficionado de estos dos equipos no esté muy contento de encontrarse el 24 de mayo con sus vecinos. Y los motivos seguramente sean diferentes, ya que las motivaciones de unos y otros serán distintas. Aunque lo que sí compartirán ambas aficiones será el enorme deseo de levantar la Champions dejando atrás a un 'rival' de toda la vida.

Desde la perspectiva del Real Madrid, el Atlético será uno de sus peores rivales posibles. No tanto por nombres o plantilla, sino por el estilo de los rojiblancos y por la motivación que supondrá para ellos medirse a su gran enemigo. El conjunto colchonero ha estado durante toda su historia a la sombra del mejor equipo del siglo XX, lo que en ocasiones ha impedido que se reconocieran sus méritos como merecía. Las portadas casi siempre han ido para el hermano mayor y eso es algo que ha generado un cierto complejo de inferioridad que ha colocado al Real Madrid en el centro de sus temores y de sus ansias de superación.

Por eso no cabe duda que el próximo 24 de mayo el Atlético de Madrid tendrá el partido más importante de su historia. Por lo que se jugará el equipo, con la vitrina aún virgen de Copas de Europa; y por el rival que tendrá enfrente, un club al que se le tiene muchas ganas desde siempre. No hay partido ni contexto que 'ponga' más a la afición atlética, por lo que el duelo de Portugal será el gran día de la mayoría de sus carreras deportivas. Circunstancia que, no olvidemos, hay que añadir a la fe ciega que la plantilla le tiene a su entrenador gracias al empalagoso discurso de la humildad y del 'partido a partido' que pregona Simeone.

El argentino ha logrado algo de mucho mérito y pocas visto en el fútbol. Ha resucitado en poco más de dos años al equipo, que ha pasado de caer en Copa del Rey ante el Albacete a ganar Liga Europa, Supercopa de Europa y Copa del Rey; además de tener ya media Liga en el bolsillo y la segunda final de Champions de su historia en el bolsillo. Sin duda es una transformación que se merece un aplauso, pero que tampoco debe descontextualizarse de los medios empleados para llegar hasta ahí.

Gareth BaleY es que el Atlético ha crecido desde el fútbol defensivo, aguerrido y rocoso. Desde el orden táctico, el sacrificio y la fe en las propias posibilidades. Su juego está lejos de ser vistoso, pero es efectivo y aprovecha al máximo los errores del rival minimizando los propios. Un estilo, al fin y al cabo, no demasiado alejado del de José Mourinho, un juego vilipendiado durante años por algunos que ahora aplauden el estilo del 'Cholo'. Pero el argentino ha ido un poco más allá, porque también se ha dedicado a jugar sus partidos en las ruedas de prensa, vendiendo una filosofía barata casi 'Guardiolesca' de humildad, sacrificio y de fútbol para el pueblo, como si fuera un 'Robin Hood' que hace jugar a sus hombres a beneficio del pueblo.

El entrenador ha sabido coger aspectos de Mourinho y Guardiola para montar un Atlético hecho a medida. Un conjunto de jugadores 'programados' para ejecutar las instrucciones con precisión casi matemática. Porque quizás el Atlético no tenga los mejores futbolistas del mundo, pero sus jugadores son capaces de unirse para lograr un equipo con mayúsculas. La fe en sus propias posibilidades es lo que les mueve y ése será el gran escollo que tendrá que superar el Real Madrid en Lisboa. Enfrente estará un finalista inferior técnicamente, pero con una cohesión moral y táctica que equilibrará totalmente la balanza.

La 'Décima' es un sueño de 12 años para el madridismo, mientras que la 'Primera' es una cuenta pendiente de 40 años en los colchoneros, con el recuerdo de Luis Aragonés por medio. Por eso, una de las claves del partido será que el Real Madrid sepa equilibrar la motivación atlética de cara a este partido,luchando todas las jugadas como lo harán los jugadores rojiblancos. El Atlético no dejará los espacios que el Bayern y peleará cada balón como si fuera el último. De ahí que el Real Madrid tenga que empezar a mentalizarse de que para acabar levantando la 'Décima' habrá que pasar antes por las 'trincheras'. Todo el mundo quiere la Champions, pero hay que quererla tanto como el vecino. Y si eso se consigue, no hay duda de que todo será mucho más fácil.

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