sábado, 26 de octubre de 2013

Bale responderá con fútbol

Ser el segundo jugador más caro del mundo no debe ser fácil. Si pertenecer al mejor club del mundo supone ya de por sí una presión añadida, el hecho de costar además 91 millones de euros lo debe complicar aún más. Por eso, Bale está descubriendo en las últimas semanas que su nueva condición de estrella del firmamento merengue tiene un lado oscuro al que se tendrá que acostumbrar poco a poco. El Tottenham está a años luz del impacto mediático que genera el conjunto blanco, por lo que este joven de Cardiff está obligado a acostumbrarse cuando antes a su nuevo estatus para no defraudar las expectativas.

El Real Madrid es un club que genera muchas envidias. Es lo que tiene haber sido el mejor equipo del siglo XX. Esto es algo que no decimos los madridistas, sino que está en los números y datos que refrendan organismos como la UEFA, la FIFA o la IFFHS. Se trata de un modelo y referente para el resto de conjuntos del mundo, independientemente de que haya ganado más o menos títulos en los últimos años. Por eso, el fichaje del futbolista galés ha originado una cierta corriente crítica en medios y aficionados con el objetivo de desestabilizar al futbolista y, por ende, al club.

Bale no lleva ni dos meses en el equipo, pero ya se escuchan juicios sobre su nulo rendimiento en el Madrid. En las últimas semanas el madridismo ha tenido que aguantar chanzas sobre sus lesiones musculares, además de una pequeña campaña de la prensa culé para colocarle el cartel de ‘piscinero’. Por si eso fuera poco, el programa de 'Tv3' 'Crackovia' ha decidido parodiarlo como si tuviera alguna discapacidad mental, al igual que el cinematográfico 'Forrest Gump'.El programa es muchas veces cómico y tampoco está mal reírse algunas veces de uno mismo, pero en este caso el límite se ha superado con creces.

Así, se puede decir que últimamente está de moda 'atizar' a Bale. Por lo visto hay críticos que afirman que el Real Madrid ha cometido un grave error al ficharle por ese precio. Pero lo cierto es que, sin contar el partido de ayer, el futbolista ha jugado solo 171 minutos repartidos en cinco partidos. Eso no hace dos encuentros completos. ¿Es realmente posible juzgar el rendimiento de un futbolista tras dos míseros choques? Evidentemente, no. Y menos si el jugador a analizar resulta que no ha tenido la oportunidad de hacer una pretemporada decente.

Bale llegó al Madrid a finales de agosto con cinco entrenamientos en las piernas, y mal contados. Solo pudo jugar unos minutos en un amistoso de pretemporada. Y se presentó en el Santiago Bernabéu tal cual. A partir de ahí, como es lógico, llegó la ansiedad por verle debutar. Pero ocurrió lo esperable, una concatenación de lesiones musculares producto de la tensión, los nervios y la mala preparación. Nada de importancia, hasta que llegó el asunto de la grave lesión en la espalda. Una historia rápidamente desmentida por el club, y que tornó en ridícula desde el momento en que todo el mundo empezó a averiguar que hoy en día lo raro es encontrar un deportista que no tenga una protrusión.

Recapitulemos: en menos de 60 días Bale ha sido tildado de jugador frágil y piscinero, se le ha atribuido falsamente una grave lesión de espalda, una lesión crónica y se le ha caricaturizado como una persona con una discapacidad mental. Casi nada. Pero es el plus extra que hay que pagar por ser el segundo jugador más caro del mundo. No queda otra que tener paciencia y ser consecuentes con la lógica del fútbol, la que invita a esperar a que vaya cogiendo una buena forma física, a que gane ritmo y se adapte a la nueva ciudad y a sus compañeros.

Hoy por hoy, es imposible pretender que salga cada partido y dé un rendimiento similar al de Cristiano Ronaldo, por mucho que hayan tenido un precio similar. Bale es un futbolista de carne y hueso como los demás que precisa de tiempo y confianza. Hay que tener claro que el club le fichó por seis años, no por tres meses. Y también que solo él es dueño de su propio destino. Por mucho que se escriba o se invente, el único que va a trazar su trayectoria en el Real Madrid va a ser él. Hasta ahora ha estado callado trabajando para salir de sus lesiones. Pero ha llegado el momento de que empiece a callar bocas en el campo. Solo con fútbol. 'Su' futbol.

domingo, 20 de octubre de 2013

Más allá de Xabi Alonso

En cuestión de mes y medio, poco más de 70 días, Xabi Alonso será un hombre libre para negociar su contrato. El 30 de junio finaliza su unión con el Real Madrid y hasta el momento no ha habido novedades sobre una supuesta intención de renovar. De hecho, el silencio de tolosarra da que pensar, pues todo apunta a que ya ha tomado la decisión de encaminar los últimos pasos de su carrera deportiva hacia otra ciudad y otro club. Él no es hombre de crear falsas expectativas o ilusiones, por lo que a estas alturas es probable que tenga ya bastante meditada su decisión final.

La situación que ha atravesado el futbolista la última campaña no ha sido fácil. Para cualquier otro jugador los casi 32 años que está a punto de cumplir no serían mucho, pero en este caso se trata de un hombre que ha sido exprimido al máximo durante su carrera deportiva. Xabi lleva diez años jugando prácticamente todo en sus equipos y eso le está pasando factura ahora.

Ha sido un jugador prácticamente imprescindible para la Real Sociedad, el Liverpool, el Real Madrid y la selección española, por lo que el cuerpo en este 2013 el cuerpo le ha pedido pausa. Primero con sus problemas de pubalgia, y luego con su fractura en el pie. Por eso a estas alturas todavía no ha tenido la oportunidad de debutar con el equipo blanco en esta temporada y quizás tenga que esperar dos o tres semanas para hacerlo. Lo que supone que hasta al menos mediados de diciembre no habrá recuperado el ritmo de competición que se le puede exigir a un titular en el centro del campo del club.

Quizás la intención de Xabi también sea la de examinarse en los próximos meses para saber si está capacitado para rendir a la altura de lo que necesita el Real Madrid. Él es un gran profesional y lo último que haría sería renovar a sabiendas de que va a seguir cobrando para ofrecer muy poco en el campo. Por eso, los próximos dos o tres meses serán claves en el futuro a medio y largo plazo del club, porque en ellos se decidirá (lo decidirá Xabi) si el equipo mantiene su 'cerebro' de las últimos temporadas o debe acelerar la búsqueda de uno. nuevo.

De momento en los dos meses que se llevan de campaña, el Madrid ya ha dejado claro que lo pasa mal sin el vasco de 'jefe'. Ya sucedió durante los últimos tres años y este parece que no va a ser menos. La plantilla tiene alternativas como Modric o Illarramendi, pero ninguno de ellos aporta la jerarquía de Xabi Alonso. Quizás no sea casualidad que estos momentos de duda del equipo sobre su fútbol hayan coincido precisamente con la larga ausencia del ex de la Real Sociedad. Porque él es uno de esos pocos futbolistas que, con su sola presencia en el campo, aporta un plus de juego.

Así pues, habrá que esperar con expectación para saber lo que finalmente acaba por ocurrir, lo que Xabi acaba por decidir. Florentino ya ha dejado claro que, si él quiere, renovará por el Madrid. Pero hay que prepararse para lo 'peor', pues hay síntomas que indican que está enfilando sus últimos meses como jugador merengue. Su silencio y sus continuas lesiones hacen pensar que él se decantará por el no, y en esta línea el club debe empezar a trabajar.

Porque renueve o no, está quedando bastante claro que el Real Madrid va a necesitar el año que viene un mediocentro organizador. Modric cumple a ratos ahí, mientras que Illarra y Casimiro parecen encajar más en el puesto de un Khedira que cada vez está más fuera del equipo. Y en este punto la solución al dilema parece bastante clara desde hace meses: Ilkay Gündogan. Joven, bueno y fácil de fichar. Las relaciones entre el Real Madrid y el Borussia son magníficas y no pinta a que el conjunto alemán vaya a poner muchas pegas para vendérselo a los blancos.

Y es que no se puede olvidar que el jugador acaba su contrato en junio de 2015, por lo que quizás el mejor momento para darle salida sea el próximo verano. Que Gündogan no haya renovado es sintomático y que decidiera quedarse un año más en Dortmund a pesar de las ofertas lo es más aún. Por eso, y aunque a día de hoy el futuro es realmente incierto, las piezas del puzzle cada vez van encajando mejor. Con Xabi o sin él la vida debe continuar y Gündogan será, desde luego, la solución más sencilla para este dolor de cabeza que se avecina.

domingo, 13 de octubre de 2013

Más que aspirantes, candidatos a todo

En estos días de dudas que vive el madridismo por el fútbol, el baloncesto asoma tal y como acabó la última temporada. El equipo de Laso ha tenido un arranque inmejorable al lograr la Supercopa de manera brillante. A día de hoy no cabe duda de que el Real Madrid es el mejor equipo de España en el deporte de la canasta, por lo que la nueva campaña permite aspirar a ganar los tres títulos que se pondrán en juego. Por delante hay un largo camino que recorrer, pero por lo pronto ya hay una cierta ventaja sobre un rival directo como el Barcelona.

El conjunto catalán terminó en junio pasado un ciclo. Quizás no de forma completa, pues todavía mantiene en su plantilla a jugadores que en los últimos años han marcado su identidad como Huertas, Sada, Navarro, Lorbek o Tomic. Pero sí parcialmente, pues los culés han cambiado prácticamente media plantilla con el objetivo de renovarse y poder limar las diferencias existentes con el Real Madrid. Y es que los blancos certificaron a principios de este 2013 que el gran dominador del baloncesto nacional son ellos, algo que no tenía lugar desde 2007.

Por primera vez en muchos años el Madrid tiene un proyecto estable y ganador. Laso acumula ya dos años en el banquillo, tiempo en el que ha conquistado cuatro títulos, un subcampeonato de Liga y un subcampeonato de Euroliga. La época de dudas sobre su labor ya ha pasado, pues el vitoriano ha demostrado que puede y sabe hacer crecer a un equipo grande para que aspire a todo. El campeonato de la ACB en junio fue el espaldarazo definitivo a su labor, por lo que ahora muy pocos se atreven a cuestionar sus méritos para ocupar el sitio donde se encuentra.

La premisa de trabajo de este verano ha sido la de mantener la columna vertebral del equipo y retocar justo su punto débil, el del juego interior. El esloveno Begic decidió irse por decisión propia, mientras que Hettsheimeir abandonó el equipo tras no contar prácticamente para el técnico. En su lugar han llegado dos jugadores que en conjunto podrán aportar bastante más que los que ya estaban: Bourousis y Mejri. El griego es un pívot veterano, de los mejores del continente, que promete dedicación en defensa, rebotes en las dos zonas y capacidad para atacar defensas en estático.

Por su parte, Mejri llega como una gran 'caja de sorpresas'. El tunecino fue la gran revelación de la temporada pasada y llega para aportar ilusión, intimidación, agilidad en la zona y facilidad para jugar sobre el aro. Sin embargo, su rendimiento dependerá del rol que le quiera otorgar Laso, entrenador muy dado a asignar papeles terciarios a determinados jugadores. Es pronto para saberlo, pero en la Supercopa se pudo leer entre líneas que Mejri será un complemento de la plantilla que tendrá minutos a ratos.

El tercer y último fichaje ha sido Dani Díez, alero de la cantera en el que el club ha decidido apostar. El madrileño es uno de los mejores jugadores españoles de su generación, por lo que tiene por delante una buena proyección. Sin embargo, una vez más el sistema de rotaciones de Laso hacen pensar que el club tendrá que afrontar muchos partidos importantes con Darden como único '3' puro. Y es que no cabe duda de que el puesto de alero alto será el punto más problemático para el equipo en esta temporada que está en sus albores.

Salvando este detalle, estamos ante el Madrid más completo y más compensado de las últimas décadas. Quizás la temporada pasada le llegó un poco pronto a este grupo, por lo que la inexperiencia le pasó factura en algunos momentos como la Final Four de Londres o el segundo partido de la final de la ACB. Pero la semana pasada en Vitoria ya no dio esos mismos síntomas, sino todo lo contrario. Se percibió un equipo más maduro, más experimentado y consciente de que este año está capacitado para cualquier cosa que se proponga. Y es que el capitán Felipe Reyes ya lo dijo hace unos días: ahora el gran objetivo es la Euroliga. Por primera vez en mucho tiempo, el Madrid en octubre no es aspirante, sino candidato a la 'Novena' y a todo lo que se le ponga por delante.

sábado, 5 de octubre de 2013

Sin Higuaín, Karim es menos Benzema

Puede parecer curioso, pero la venta de Gonzalo Higuaín está demostrando haber perjudicado a Karim Benzema. El francés ha comenzado la temporada apático, acumulando ‘conciertos’ de viento en el Santiago Bernabéu por su evidente desgana sobre el césped. La paciencia del madridismo se empieza a agotar al igual que sucedió hace ya meses con la afición francesa, pues en su propio país el delantero ya ha perdido la titularidad y en el equipo blanco solo le está salvando el hecho de tener más caché que el canterano Álvaro Morata.

El de Lyon está sumido en una espiral de insatisfacción donde su mal juego se ve retroalimentado por el mosqueo de los seguidores merengues. El futbolista está incómodo cuando juega en su propio estadio y eso se traduce en fallos evidentes y en un comportamiento que en ocasiones deja mucho que desear. Digamos que el entorno no ayuda y él tampoco es que parezca que esté poniendo mucho de su parte. Aún así, sus propios compañeros han logrado que la afición más exigente del mundo extienda su paciencia con él y de momento no se decante plenamente por los abucheos.

Karim aseguró a la finalización del partido ante el Copenhague que interpreta que el madridismo le pide que trabaje más en defensa. En efecto, lo mínimo que se le debe pedir a un jugador que viste esta camiseta es que lo deje todo por ella. Que se entregue y luche hasta el máximo de sus posibilidades. Pero necesita todavía más: fútbol y goles. Algo donde Benzema también tiene que mejorar mucho. En realidad no se le pide ningún imposible, sino que simplemente recupere el nivel que dio en la temporada 2011/12.

Él puede y sabe, otra cosa es que ahora mismo tenga la cabeza para ello. Actualmente tiene toda la presión sobre él. Hasta el curso pasado podía repartirla junto a su compañero en la delantera, Gonzalo Higuaín. Los dos tenían la misión de ser el '9' del Madrid y José Mourinho nunca se decantó por uno otro, pues se limitó a repartir los minutos según su estado de forma y el rival. En esta situación ninguno terminó de estar cómodo, ya que es muy complicado alcanzar una regularidad alternando el césped con el banquillo.

Aún así, este reparto de tareas permitió esconder las carencias de Benzema en el último año. Tanto el galo como el argentino se complementaban, se motivaban mutuamente y se 'tapaban' en los malos momentos del otro, cumpliendo con lo justo para lo que necesitaba el Real Madrid. Sin embargo, Higuaín optó por cambiar de aires y dejó a Karim con vía libre para hacerse con la titularidad. Con la presión y las obligaciones que eso conlleva.

Y en estas estamos, con el francés en la titularidad haciendo un partido bueno por cada tres malos. Insuficiente para un club como el Real Madrid, un equipo que necesita un delantero que esté a altura de las circunstancias. Por fortuna el conjunto blanco tiene a uno de los mayores goleadores de la historia, Cristiano Ronaldo, sin olvidar la eclosión anotadora de Isco. Con ello ha podido ir sacando adelante muchos de los partidos, aunque menos de lo que le hubiera gustado. Mientras tanto, Benzema sigue desaprovechando las oportunidades que tiene y Morata va comiéndole terreno sin ni siquiera necesitar goles, solo con su entrega.

Sin embargo, todavía no es tarde. Benzema todavía está a tiempo de reaccionar y de demostrar que es consciente de que el madridismo le pide entrega y presencia en el campo. Con eso debería ser suficiente para que lleguen los goles. El presidente Florentino comentó hace unos días que el club no tiene intención de fichar en el mercado invernal, pero seguramente sea una decisión que dependa del rendimiento del delantero. Por delante hay tres meses para testear a Karim. Si no está a la altura ya no tendrá a Higuaín a su lado para dispersar la atención y repartir las 'culpas'. Los focos le apuntan y es su última oportunidad: ahora o nunca, Benzema.