Está visto que la presente temporada va a estar llena de altibajos para el Real Madrid.
Como es lógico tras contratar a un nuevo entrenador, el equipo empezó
la campaña con cierta inseguridad, pero a principios de enero despegó y
demostró que esta plantilla tiene mucho fútbol para soñar con todo. Sin
embargo, la hora de la verdad ha llegado y las dudas han regresado. ¿Por
qué?
A mi modo
de ver, fundamentalmente porque ahora mismo las piernas no responden
igual a los jugadores. Ha habido un bajón físico evidente, perceptible
desde la semana del 10 al 17 de marzo. Fue una semana precisamente
tranquila, sin partido de Champions, pero Carlo Ancelotti
sometió a sus jugadores a unos entrenamientos especialmente intensos
para estar listos para lo que estaba por venir, que no eran otra cosa
que partidos sin descanso cada tres o cuatro días durante las próximas
semanas.
Después llegó el partido ante el Málaga y con él los primeros síntomas de agotamiento. Especialmente reveladora fue la imagen de Xabi Alonso en
un lance de la segunda mitad, tumbado sobre el césped tras hacer un
agotador esfuerzo por recuperar un balón. Estaba muy cansado. Aún así se
ganó, y el Madrid continúo su camino, con el Schalke como siguiente parada. Partido tranquilo, pero en el que Xabi volvió a tener minutos, así como Cristiano Ronaldo. Bastante incomprensible y poco necesario. Además, para colmo, se lesionó gravemente Jesé. Era el inicio de unos días 'negros' para el equipo.
Porque en el 'Clásico' la imagen fue mala. El Madrid
no dominó en ningún momento el encuentro. Tuvo errores defensivos
graves, impropios de este equipo. Solo tuvo a su placer al Barcelona en
cinco o diez minutos mágicos de frenesí, comandados por Benzema o Di María. Unicamente se aferró al partido gracias a chispazos de genialidad. Y aún así, a pesar de todo, el Barcelona necesitó del pésimo, malísimo, penoso arbitraje para ganar el encuentro. Porque sin la expulsión de Ramos,
la victoria estaba en el horizonte, al igual que el empate y la
derrota. Todo podría haber pasado. Sin embargo, de lo que no hay duda es
que, con roja o no, el partido se hubiera perdido desde el análisis
táctico.
Digo esto porque un simple vistazo al 'Clásico'
permite descubrir que la superioridad culé en el centro del campo fue
clave. Los azulgranas tuviero el balón y el Madrid demostró no estar
físicamente en condiciones para hacer la presión. El 4-3-3
de Ancelotti se resquebrajó, probablemente porque es una táctica con
riesgos, que necesita que todos los futbolistas de las dos líneas má
adelantadas estén bien físicamente para trabajar sin el balón. Pero
resutó que Xabi Alonso y Modric han bajado recientemente su nivel, mientras que Bale o Cristiano tampoco están precisamente en su mejor momento. El equipo fue débil, y lo fue porque no había mucha gasolina en sus depósitos.
Después llegó el partido de Sevilla,
y la confimación de todo lo dicho. La primera parte fue buena, pero el
Madrid sufrió mucho a la hora de correr hacia su portería cuando perdía
el balón. Las ayudas y coberturas de los tres del medio fueron
insuficientes y los centrales tampoco hicieron un buen partido. Dos
llegadas en contra, dos goles. Injusto, pero también hasta cierto punto
lógica consecuencia del momento que vive el equipo. El 4-3-3 se ha encallado porque es una táctica que exige disciplina táctica y
un despliegue físico de alta intensidad. Por eso, si los jugadores no
están bien en esta parcela, el manido 'equilibrio' salta por los aires.
Hoy por hoy el Madrid ha dejado de ser un conjunto compensado y está en
una situación que pide a gritos blindar el centro del campo, volviendo
quizás al antiguo 4-5-1.
La conclusión es que entre enero y principios de marzo este equipo
atravesó el mejor momento de la temporada. Lo difícil era aguantar el
nivel hasta finales de mayo. No se ha conseguido. Mientras el Barcelona y el Atlético han
hecho una preparación física con una curva de rendimiento ascendente
centrada en llegar perfectos a esta semanas, el equipo blanco enfocó la
suya al mes de febrero. Ahora ha llegado el 'bajón', pero esto no quiere
decir que sea definitivo. Hay esperanzas de que la plantilla merengue
tenga un nuevo repunte físico en la siguientes semanas. La cuestión es
si el mismo llegará a tiempo para la final de Copa, la parte clave de la Liga y la hora de la verdad en la Champions. Y para eso ocurra, este mal momento no puede ni debe prolongarse muchos días más.
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