El espectacular crecimiento futbolístico que ha experimentado el Real Madrid en los últimos tres meses ha tenido un pequeño perjudicado. Se trata de Isco Alarcón, futbolista que por sus características no encaja demasiado bien en e 4-3-3 que propone Ancelotti.
Y es que en este planteamiento es imprescindible y básico que los
centrocampistas hagan un especial sacrificio por el bien del equipo,
algo a lo que el malagueño no está muy acostumbrado.
Como muchos jugadores de talento, Isco tiene una cierta tendencia a la pereza en lo que respecta a correr detrás del balón.
Es un hombre acostumbrado a tener el esférico en los pies, no a
perseguirlo; y su constitución física tampoco le convierte en un
futbolista demasiado fuerte que le permita un gran despliegue por todo
el campo. Esto ha jugado en su contra en las últimas semanas, de forma
que el malagueño ha pasado a ser una solución de segundas partes para el
técnico Ancelotti. Y eso que su comienzo de temporada
fue realmente fulgurante, pues fue el jugador que más brilló en el
inicio discreto de curso que tuvo el nuevo Real Madrid.
Su bajón de fútbol llegó en el mes de diciembre y a partir de ahí
empezó a ser un habitual del banquillo. Sin contar el encuentro de ayer,
en los últimos tres meses Isco ha disputado menos de 300 minutos en la Liga. Un bagaje escaso para un futbolista de solo 21 años
que está justo en la etapa de su carrera en la que hay que tener
continuidad para que su progresión no frene. Y es que en este caso
estamos hablando del 'Golden Boy' de 2012, uno de los
mejores jóvenes talentos del mundo. Es un diamante en bruto que todavía
hay que pulir con mucho cuidado y tiento, sobre todo si se tiene en
cuenta que el Real Madrid pagó 30 millones por su fichaje.
Por lo tanto, la misión que tiene entre manos Ancelotti es compleja. En los últimos días el italiano ha comentado públicamente que ha puesto el reto a Isco de fijarse en Seedorf
para que aprenda a reciclarse hasta convertirse en un centrocampista
total. Una propuesta complicada dadas las diferencias entre el holandés y
el malagueño. Sin embargo, la idea que Isco debe captar es que el
Madrid necesita una adaptación por su parte. Su enorme talento no va a
bastarle para ser titular habitual en este equipo si no lo acompaña de
trabajo sin balón. Tiene que ser consciente de que sus compañeros necesitan que sea generoso en el esfuerzo y en la recuperación, tal y como ha demostrado saber hacer Modric.
Porque, más allá de la comparación con Seedorf, el mejor referente que puede tener Isco está en su propio vestuario. Modric
es un magnífico ejemplo de mediapunta reconvertido a mediocentro con
capacidad defensiva. Si por algo ha sorprendido el croata es por su
capacidad de sacrificio a la hora de defender, una característica que no
le impide ser a su vez un cerebro y motor de juego privilegiado. Haría bien Isco en ponérselo como referente, pues Luka partió también casi de cero en este club y ahora es un indiscutible en el 4-3-3 de Ancelotti.
Lo que está claro en todo este asunto es que Isco tiene que poner de su parte. Ser titular en el Real Madrid es,
posiblemente, uno de los mayores retos personales a los que se pude
enfrentar un jugador profesional. Isco lo tiene ahora mismo ante sí y
debe demostrar que además de uno de los mayores talentos de hoy en día
es también un chico listo que sabe responder a lo que le pide su
técnico. Aún es muy joven y tiene tiempo de sobra para ir moldeando su
estilo de fútbol. Si poco a poco demuestra que sabe hacerlo no me cabe ninguna duda de que Ancelotti encontrará la forma de conseguir que su carrera en el Real Madrid se convierta en un enorme éxito.
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