La temporada
acaba de entrar en el mes de abril, por lo que quedan menos de dos meses
para dirimir los campeones de todas las competiciones en liza. Es la
hora de la verdad, donde los fallos se penalizan y los aciertos se
convierten en oro. Unas semanas en las que las piernas no pueden fallar y
las cabezas deben estar lo suficientemente lúcidas como para poder
soportar el agotamiento y la presión acumuladas. En definitiva, un
momento donde el Real Madrid necesita más que nunca a futbolistas como Xabi Alonso o Cristiano Ronaldo.
Sin
embargo, es evidente que ninguno de estos dos jugadores llega en su
mejor momento a estas alturas de curso. ¿El motivo? Una irregular
dosificación de sus esfuerzos, ya que ambos han participado en partidos
hasta cierto punto intrascendentes en los que la compensada plantilla
del Real Madrid debería haber salido al rescate. Así, de primeras, se podrían mencionar los partidos ante el Schalke y el Rayo Vallecano, dos encuentros disputados en el Santiago Bernabéu, asequibles a priori y en los que tanto el vasco como el portugués fueron titulares sin necesidad. El resultado es que ahora Cristiano Ronaldo anda renqueante y se perdió ayer el vital partido de Anoeta, mientras que su compañero sigue haciendo lo que puede para mantener el tipo como comandante de la medular blanca.
Una de las reflexiones que se puede hacer de ello es que se ha jugado con fuego en la planificación deportiva del equipo para este final de temporada. Es más que evidente que Cristiano es fundamental y vital para que el Real Madrid consiga este año algún título. Sin él sobre el campo las opciones merengues de ganar finales o conquistar puntos se reducen considerablemente. Por ello es casi imperativo dosificarle, darle descanso y oxígeno de vez en cuando. Porque aunque parezca una máquina sobrehumana, no lo es. Y también va cumpliendo años. Ya son 29, una edad idónea para la práctica profesional del fútbol, pero fronteriza a la vez con la etapa final de cualquier carrera deportiva.
Que el luso haya jugado en casa ante el Rayo y se haya perdido el partido de San Sebastián no puede tomarse como otra cosa que como un fallo de planificación. Se puede entender que Cristiano siempre quiera jugarlo todo, pues el 'hambre' competitiva forma parte de su grandeza intrínseca. Pero la tarea del entrenador es hacerle ver las cosas en perspectiva, frenar sus ansias por su bien para que los récords personales que anhela acaben canjeándose por títulos. Y es que la labor del técnico muchas veces no es tan complicada por el hecho de tener que decidir un once tipo, sino por saber modificarlo amoldándose a los partidos y a las rotaciones físicas que reclama una plantilla semana a semana.
Desconozco cómo acabará la temporada Cristiano Ronaldo a nivel físico. O Xabi Alonso. Tampoco sé si el Real Madrid volverá a ser el de hace un mes. Realmente tengo la esperanza de que todo se trate de un simple bache. Pero a día de hoy lo que se aprecia es que este equipo está cansado. De su buena primera parte ante el Dortmund, se pasó a una segunda parte con un conjunto partido que no recibió ningún gol porque Pepe atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Se están corriendo riesgos justo cuando no debería ser así, porque por algo este año el club apostó por fichar bastante y bien en todas las líneas. Hay una plantilla compensada, aunque cabe preguntarse si Ancelotti confía por igual en todos y cada uno de sus hombres. Más que nada porque la temporada ha empezado a hacerse muy larga demasiado pronto y no puedo dejar de pensar las causas evitables que nos han llevado a ello.
Una de las reflexiones que se puede hacer de ello es que se ha jugado con fuego en la planificación deportiva del equipo para este final de temporada. Es más que evidente que Cristiano es fundamental y vital para que el Real Madrid consiga este año algún título. Sin él sobre el campo las opciones merengues de ganar finales o conquistar puntos se reducen considerablemente. Por ello es casi imperativo dosificarle, darle descanso y oxígeno de vez en cuando. Porque aunque parezca una máquina sobrehumana, no lo es. Y también va cumpliendo años. Ya son 29, una edad idónea para la práctica profesional del fútbol, pero fronteriza a la vez con la etapa final de cualquier carrera deportiva.
Que el luso haya jugado en casa ante el Rayo y se haya perdido el partido de San Sebastián no puede tomarse como otra cosa que como un fallo de planificación. Se puede entender que Cristiano siempre quiera jugarlo todo, pues el 'hambre' competitiva forma parte de su grandeza intrínseca. Pero la tarea del entrenador es hacerle ver las cosas en perspectiva, frenar sus ansias por su bien para que los récords personales que anhela acaben canjeándose por títulos. Y es que la labor del técnico muchas veces no es tan complicada por el hecho de tener que decidir un once tipo, sino por saber modificarlo amoldándose a los partidos y a las rotaciones físicas que reclama una plantilla semana a semana.
Desconozco cómo acabará la temporada Cristiano Ronaldo a nivel físico. O Xabi Alonso. Tampoco sé si el Real Madrid volverá a ser el de hace un mes. Realmente tengo la esperanza de que todo se trate de un simple bache. Pero a día de hoy lo que se aprecia es que este equipo está cansado. De su buena primera parte ante el Dortmund, se pasó a una segunda parte con un conjunto partido que no recibió ningún gol porque Pepe atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Se están corriendo riesgos justo cuando no debería ser así, porque por algo este año el club apostó por fichar bastante y bien en todas las líneas. Hay una plantilla compensada, aunque cabe preguntarse si Ancelotti confía por igual en todos y cada uno de sus hombres. Más que nada porque la temporada ha empezado a hacerse muy larga demasiado pronto y no puedo dejar de pensar las causas evitables que nos han llevado a ello.
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