La trayectoria de Fabio Coentrao en el Real Madrid está
siendo extraña y hasta cierto punto incómoda. El jugador nunca ha
evidenciado estar adaptado a un club como el merengue e incluso el
pasado verano llegó a comentar en su país que no se sentía querido por
la afición madridista. En su caso los 30 millones que
costó han sido una losa muy pesada que le han complicado bastante la
vida y que no le han permitido ser valorado por prensa y aficionados con
la suficiente justicia futbolística que merece.
Porque Coentrao
es un gran jugador. Quizás no sea el lateral zurdo más habilidoso del
mundo, el más rápido o uno de los más peligrosos en ataque, pero sí es
uno de esos pocos futbolistas existentes que es capaz de dominar
intangibles del juego como la táctica, la colocación o la anticipación.
Cuando el portugués está centrado y bien físicamente, pocos jugadores
aportan tanto equilibro y estabilidad a la banda izquierda de sus
equipos. El problema es que estas dos condiciones no se han dado muchas
veces en los tres años en los que lleva en el club, pues su trayectoria
en Concha Espina ha estado marcada más por los rumores, las polémicas y las lesiones que por lo que hacía en el terreno de juego.
Y si así ha sido es en parte porque el futbolista no ha puesto mucho de su parte. Cuando Coentrao fichó por el Real Madrid llegó como un prometedor futbolista de vida disoluta. Con anterioridad había probado suerte en Zaragoza, club en el que no cuajó y se ganó cierta fama de fiestero. Sin embargo, en el Benfica recuperó la confianza en sí mismo y logró que el Real Madrid (o más bien Mourinho) se
fijara en él. Tanto como para pagar 30 millones de euros por su
traspaso, una cifra poco habitual para un lateral izquierdo poco vistoso
pero muy efectivo.
La cifra no le hizo ningún favor y él tampoco lo puso fácil. En su
primer año alternó titularidades con suplencias. No en vano, su
situación no era sencilla por tener que compartir puesto con uno de los
mejores jugadores de banda izquierda, el brasileño Marcelo. Pero Mourinho
casi siempre recurrió a él en los partidos de gran exigencia para el
equipo, por lo que fue un habitual del once madridista en los partidos
de enjundia. Y prácticamente siempre cumplió en el campo, aunque fuera
de él también dejó algún que otro titular por un comportamiento no muy
profesional.
Su segundo año no fue muy diferente al primero, por lo que alternó
minutos con el equipo con estancias en el banquillo. Lo que no le
impidió ser hasta cierto punto protagonista al ganarse una sonada
expulsión en Getafe tras unas diferencias con el árbitro. El año no fue
bueno para prácticamente nadie en el equipo y él no fue menos. Así que
en verano se quedó sin su gran valedor en el Real Madrid, José Mourinho,
lo que le sumió en una crisis de dudas que derivó en su petición
expresa de abandonar el equipo y en varias negociaciones abiertas con
equipos de la Premier. Incluso el último día del mercado de fichajes llegó a ser jugador del Manchester United por
unas horas, aunque la operación no llegó cerrarse porque no hubo tiempo
para recortar los famosos 'flecos' dentro del plazo estipulado.
Ahora está en su tercera temporada en Madrid. Quizás
la peor de todas por estar su compañero Marcelo a pleno rendimiento y
por sus continuas lesiones. Se podría decir que ha sido el lateral
suplente del equipo, y eso cuando ha estado en condiciones de serlo. Sus
problemas musculares han sido muy habituales y le han impedido tener la
regularidad suficiente para poder competirle el puesto a Marcelo. Sin
embargo, el destino parece haberle dado una nueva oportunidad justo
cuando su tiempo en el equipo parecía agotarse. El brasileño se lesionó
hace unas semanas y Ancelotti ha tenido que recurrir a él en varios de
los partidos más importantes del curso: Borussia Dortmund, Barcelona y Bayern de Múnich.
Complicadas misiones todas ellas, pero las ha superado con magnífica nota. Ante el Bayern de Múnich fue
probablemente el mejor jugador del equipo y de sus botas nació el gol
de Benzema. Se le vio implicado, trabajador y en plena forma. Pletórico.
El mejor Coentrao desde que está en el Real Madrid justo
en el momento idóneo. Hasta hace poco días muchos le situaban fuera del
club el próximo verano. Quizás también el propia jugador. Pero sus
últimos partidos merecen una reflexión. Si Coentrao
quiere, puede. Con el portugués implicado difícilmente haya mejor
lateral que él para complementar el estilo alegre y ofensivo de Marcelo.
Se habla de Alberto Moreno o Siqueira, pero visto lo visto, el lateral del futuro Real Madrid
podría estar ahora mismo en la plantilla. Solo queda que él quiera
seguir siéndolo y que esté dispuesto a recuperar la ilusión. ¿Aceptas el
reto, Fabio?
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