lunes, 27 de junio de 2011

Higuaín, cuestión de madridismo

Un verano más, el madridismo lee en la prensa que el Real Madrid valora la posibilidad de vender a Gonzalo Higuaín. ¿Por qué? ¿Qué ha hecho mal el argentino para ser 'carne' de traspaso en este mercado de fichajes estival? ¿Acaso no ha demostrado en sus cuatro años en Madrid que es un futbolista que, como diría Florentino Pérez, ha nacido para jugar en este club? ¿Es necesario vender al titular de la selección argentina en el último Mundial para traer a su suplente (Agüero)? Muchas preguntas y tan sólo una certeza: el Real Madrid cometería un grave error si deja irse al 'Pipita'.

No dudo de la calidad de Agüero, desde luego. De hecho, es posible que el todavía rojiblanco sea mejor jugador que Gonzalo Higuaín. Pero el '20' merengue aporta algo que el Kun nunca tendrá: madridismo. Tan sencillo como eso. El 'Pipita' llegó a Madrid en diciembre de 2006 con 19 años recién cumplidos tras disputar un puñado de partidos en el River Plate. Su juventud no ayudó y sus primeros seis meses no fueron fáciles en la capital de España, pues solo logró marcar un par de goles. De hecho, se le llegó a acusar de fallar mucho de cara a la portería rival.

Pero con la llegada de Schuster al banquillo todo empezó a cambiar para el argentino. Poco a poco fue demostrando que tras la apariencia de un jugador frágil había un 'matador' de área, un futbolista con el gol en la sangre. Nueve, veinticuatro y veintinueve fueron la cifra de goles en sus siguientes temporadas. Números, sin duda, de crack. El problema era que, por muy bien que lo hiciera, Higuaín no tenía (ni tiene) el carisma de las grandes estrellas. No posee la personalidad de Raúl, ni el hambre casi obsesiva de Cristiano. Simplemente, él calla y trabaja. Responde con goles. Pero eso parece que no es suficiente.

No es suficiente porque hay un pequeño problema que reside en su fichaje. Higuaín fue una contratación de Ramón Calderón, del anterior presidente del club. Por ello, a Florentino le cuesta ver a Higuaín como suyo, tal y como hace con Benzema. El presidente considera al francés como una apuesta personal, tal y como se pudo apreciar con su celebración del gol marcado en Gerland. Higuaín, en cambio, es cosa de un proyecto previo, de un período del Real Madrid que a Florentino no le gusta recordar. De ahí que, año sí, año también, su futuro parezca estar en la cuerda floja.



Y esta temporada más, pues el delantero ha estado de baja durante varios meses tras operarse en diciembre de una hernia discal. Para el mes de abril Higuaín ya estaba listo, pero más allá del hat-trick en Mestalla, el argentino ha demostrado que no ha logrado ser el mismo de antes de la lesión. En las últimas semanas de temporada se le ha visto falto de chispa y ritmo, algo que se espera que demuestre tener ya en la próxima Copa América. Pero, mientras tanto, las dudas se cernirán sobre él y su futuro.

Sin embargo, la trayectoria de Higuaín en este club merece un respeto. No hay que olvidar que el albiceleste fue el protagonista de las dos últimas Ligas de este club, marcando goles muy importantes en ambas. Además, su garra y entrega en el campo, no exenta de calidad, son la mejor plasmación en el campo de los valores de este club. Por eso, por muy buenos que sean los delanteros que se quieren fichar, el Madrid debe asegurarle un sitio en su plantilla a jugadores como él. Porque Higuaín es patrimonio del madridismo y la afición lo tiene muy claro. El 'Pipita' no se vende.

martes, 21 de junio de 2011

Bale bien vale un esfuerzo

Pasan los días y el fichaje de Fabio Coentrao no termina de cerrarse. Algo que me hace pensar si realmente el Real Madrid está convencido de su fichaje o solo es Mourinho el que se empeña en el zurdo del Benfica. Y es que prácticamente día sí, día también, la prensa publica informaciones en las que se afirma que el conjunto merengue está negociando por el internacional luso. Pero de fumata blanca, nada de nada.

He de adimitir que la situación me parece inquietante, pues no es normal que un traspaso que lleve días muy cerca de cerrarse no se haya finiquitado ya. Intuyo que el problema es claramente económico, pues el Benfica se ha descolgado pidiendo prácticamente 30 millones de euros por un jugador que hasta hace dos días era un semi-desconocido en Europa. 5.000 millones de las antiguas pesetas, se dice pronto. Pero ser el Real Madrid tiene algunas ventajas y unas cuantas pegas, y entre estas últimas está la de pagar a precios inflados los fichajes y vender a bajo coste a sus jugadores. La ley del mercado que se aplica a los grandes, en definitiva.

Así que, dado que Mourinho está empeñado en forzar al club a cometer una locura por un jugador de banda izquierda, ¿por qué no hacerla a lo grande por un jugador más joven, de más progresión y mejor que Coentrao? Sí, estoy pensando en Gareth Bale. Teniendo en cuenta que el portugués podría costarle al Real Madrid 30 millones de euros, la contratación del galés 'solo' costaría del orden de 10 ó 15 millones de euros más, a lo sumo. Una diferencia asumible teniendo en cuenta lo que se gana con el británico, pues las diferencias entre Bale y Coentrao saltan a la vista.

Hay que tener en cuenta que, teniendo ya a Marcelo y tratándose Coentrao de un jugador joven, el fichaje del portugués sería la práctica renuncia a la llegada al club de Bale a medio plazo. Y esto me parecería un error imperdonable. A sus 22 años el galés ya es la estrella del Tottenham, pero pocos dudan de que el jugador no tardará en dar el salto definitivo a un grande en Europa. Su exhibición en Milan ante el Inter demostró de qué pasta está hecho este jugador y lo ha colocado como una de las grandes perlas europeas. Así que, si no es el Madrid, será otro el que se lo lleve: Barcelona, Chelsea, Manchester, Milan...

Ya le pasó algo así hace unas temporadas al Madrid con Dani Alves y al final el brasileño se lo llevó el eterno rival. Ahora, años después, su rendimiento en el conjunto culé está a la vista de todos. Porque no comprar a un jugador de la categoría de Bale es un error en dos direcciones. Una, porque no se disfruta de un futbolista de su nivel. Y dos, porque uno de tus grandes rivales sí que podría contar con él. Con lo que eso implica.

De esta forma, creo que el Madrid está aún a tiempo de pensarse muy bien lo que quiere y a quién quiere. No dudo de la calidad y del nivel de Coentrao, pero puestos a elegir, me parece que no hay color. Así lo entendemos algunos. Bale debe ser el hombre escogido, aunque su fichaje implique un esfuerzo económico aún mayor. Porque apostar por el jugador del Tottenham será hacerlo sobre seguro, pagando cada uno de los céntimos que vale. Algo que, con Fabio Coentrao, no tengo nada claro.

miércoles, 15 de junio de 2011

Una solución inútil

Ts cerrar una mediocre temporada en la sección de baloncesto del club, todo apunta a que Florentino Pérez ha tomado la decisión de rebajar el presupuesto que le tenía asignado. Así, las últimas informaciones hablan de que el Real Madrid pasará de los 28 millones de euros de los que contaba hasta ahora a cerca de 23, circunstancia que hace bastante inviable que el equipo consiga éxitos a medio plazo si no se cambia la forma y manera de trabajar en él.

En su regreso a la presidencia del Real Madrid, Florentino Pérez quiso reforzar el baloncesto ampliando la partida presupuestaria y fichando a Messina como técnico. Así, el club podía presumir de competir casi con los mismos recursos que el resto de grandes equipos de Europa como el Regal Barcelona, el Panathinaikos, el Maccabi o el Olympiakos. Pero solo dos temporadas después, el sueño parece que se ha esfumado. Y lo ha hecho con un balance estremecedor para todo madridista que se precie: cero títulos, un par de finales coperas y una Final Four.

En total, cerca de 55 millones de euros para prácticamente nada. Mientras tanto, su eterno rival ha seguido una trayectoria similar al conjunto de fútbol, pues ha sumado una Liga ACB, un par de Copas del Rey, una Euroliga... De nuevo esa sensación de fracaso ha rondado en el club y, lo que es peor, lo ha hecho en una sección cuestionada desde hace varias temporadas y que en las oficinas del Bernabéu se ha llegado a ver como hasta algo incómodo. Porque a estas alturas, a pocos les queda la duda de que a Florentino no le gusta demasiado el baloncesto.

Por tanto, es probable que sólo las ocho Copas de Europa del Madrid y la vitola de ser el mejor equipo FIBA de la historia han logrado mantener en pie esta sección. Por ello, el Real Madrid ha asumido los sangrantes gastos temporada tras temporada y por ello ha puesto ilusión con el deseo de volver a repetir las gestas que gente como Sabonis o Arlauckas consiguieran ahora hace 16 años. Pero ni siquiera 28 millones de euros han servido para desempolvar la sala de trofeos, porque el trabajo que se ha realizado en los despachos, y a las pruebas me remito, no ha sido bueno.
En los dos últimos años, dos han sido los pabellones donde ha jugado el equipo (Vistalegre y la Caja Mágica), dos han sido los directores de la sección (Maceiras y Sánchez Lázaro), dos los entrenadores (Messina y Molin) y 17 los jugadores. Cifras que cantan por sí solas y que son antónimas de la estabilidad que necesita el club. Mucho dinero, pero poca mano derecha y muy mala gestión deportiva e institucional. Porque esta sección ha sido un caos y el irregular juego que ha mostrado el equipo en la cancha ha sido la mejor plasmación de ello.

Por eso, la decisión de rebajar el presupuesto es una demostración de que Florentino ha perdido la confianza en la sección, de que ahora la ilusión solo la deja para el fútbol. Tras dos años de esfuerzo, ha optado por dejar de hacerlo o, al menos, realizarlo en menor escala. Porque ya no está dispuesto a seguir perdiendo el dinero para no lograr nada a cambio, como si se hubiera dado cuenta (por fin), de que los euros no aseguran títulos. Pero lo que no tengo tan claro es que el presidente haya apreciado que el problema no reside en el hecho de invertir más o menos dinero, sino que éste está en cómo se gestiona el mismo.

El Real Madrid debe preguntarse por qué gente como Morris, Mickeal, Teodosic, McCalebb o Pargo juegan en sus grandes rivales. O por qué Velickovic es un jugador que no contaba este año para Messina y Molin. El Madrid tiene que reflexionar y darse cuenta de que lo mejor para no seguir perdiendo dinero en balde con este equipo es ponerlo en manos de unos buenos gestores, de personas que sean capaces de crear un proyecto sólido y fuerte. Porque debilitar ahora el presupuesto mientras se sigue confiando en Herreros y Sánchez Lázaro significará seguir una línea continuista donde el dinero se perderá por las cañerías del baloncesto, mientras que el madridismo sigue mirando con añoranza las fotos de aquél abril de 1995 en el que se ganó la octava Copa de Europa en Zaragoza.

sábado, 11 de junio de 2011

Una cuestión de confianza

El pasado jueves leía una información publicada por unos compañeros que venía a confirmar algo que yo tenía en mente desde hace tiempo. Y es que, al parecer, el F.C. Barcelona se ha gastado 297 millones de euros en fichajes en las tres últimas temporadas, una cifra que expone muy a las claras que no todo es cantera en el club culé, como algunos pretenden vender. Es más, bajo la lectura de estas cifras, la anteposición de modelos "cantera barcelonista VS. cartera madridista" suena hasta insultante.

Es evidente que no se puede poner en duda el trabajo del conjunto azulgrana con su cantera y que muchos de los jugadores que acaban de ganar la última Champions proceden de su Masía. Sin embargo, convertir la cantera culé como la principal responsable de todo me parece injusto cuando el club se ha gastando verdaderas millonadas para completar su equipo. Jugadores como Villa, Mascherano, Dani Alves y Adriano de los de ahora e Ibrahimovic o Chygrynskiy de los de antes, desmuestran que en Can Barcelona el talonario también es vital para el éxito del club.

Sin embargo, esto no es óbice para que el Real Madrid reflexione sobre la estructura de fútbol base que tiene su eterno rival. El hecho de que en Barcelona tenga un modelo de juego impuesto desde las categorías más inferiores es algo que desde Valdebebas se debe valorar como primera piedra para el futuro. Y es que, mientras en Barcelona siempre han querido jugar de una misma manera, en el Santiago Bernabéu los modelos de fútbol han ido variando según las épocas, los jugadores y los entrenadores.

Aun así, no creo que el citado sea el mayor problema que tiene actualmente la 'Fábrica' merengue. Me parece que el mismo responde mejor a una cuestión de confianza. No cabe duda que en el Real Madrid de los últimos años no se ha creído en la cantera como herramienta de solución a los problemas deportivos que ha atravesado el club en su época reciente. Es más, desde la dirección ejecutiva y técnica se ha preferido antes, en caso de duda, apostar por un fichaje millonario antes que por un futbolista de la casa.

Esto a mi juicio responde a la ansiedad que se ha creado en torno al club en las últimas temporadas, producto de los malos resultados cosechados y de la escasez de títulos, patente desde que Vicente del Bosque abandonara el club en 2003. Fichar, por ejemplo, a un jugador como Gago no implica el mismo riesgo que subir a un centrocampista de la cantera. La apuesta foránea es más cara, sí, pero está refrendada por la fama internacional del futbolista. Así, si el mismo acaba fracasando, al menos habría llegado al club precedido de sus buenas actuaciones en otro conjunto y no sería por tratarse de una apuesta por un semi-desconocido de la cantera.

La idea que resume estos conceptos es que, generalmente, llena e ilusiona más un fichaje de otro club que ascender a un canterano. Gastarse millones de euros en un jugador protemetedor o que aporte experiencia es mucho más atractivo que no dejarse nada de dinero probando suerte con un chaval del filial. Y por otra parte, el coste de la inversión ayuda a confiar en el éxito del jugador contratado, mientras que el joven de la cantera no aporta el aval de haber valido varios millones de euros. Por tanto, en caso de nesidad, la filosofía madridista de los últimos años opta por buscar fuera lo que puede tener en casa.

Esto también se debe a que el club está obligado a ganar títulos a corto plazo. Y eso es más fácil de conseguir fichando nombres, no subiendo a promesas. El Real Madrid busca arriesgar lo mínimo posible porque no está para pruebas ni experimentos. La juventud generalmente es un lastre a la hora de competir, tal y como se pudo apreciar en la eliminatoria de ascenso a Segunda que disputó el Castilla ante el Alcoyano

De ahí que el club y sus técnico miren poco hacia abajo a la hora de jugarse las habichuelas. Esto es algo que muchos alaban de Guardiola, pero que realmente tiene su mérito en el equilibrio que el Barcelona ha logrado en la estructura de su equipo con gente como Xavi, Messi o Iniesta. Porque no es lo mismo crecer y progresar con la tranquilidad de hacerlo en un equipo ganador, como han hecho Pedro, Busquets o Thiago, que hacerlo en uno con necesidades históricas.

Así pues, todo apunta a que la próxima temporada el Real Madrid seguirá con la mismo filosofía. De esta forma, Altintop vestirá de blanco avalado por sus 28 años y su experiencia en el Bayern de Munich, mientras que jugadores del Castilla como Juanfran no tendrán su oportunidad. Gente como Morata o Sarabia tendrán que salir cedidos o quedarse un año más en Segunda B porque el club blanco no querrá arriesgar con su aparente talento ante la necesidad de títulos que tiene.  

"Mejor fichar a Agüero o Neymar, que todos saben que son muy buenos y además, tienen buena prensa" pensarán en los despachos del Bernabéu. Aunque, visto lo visto en las últimas temporadas del Madrid, quizás habría reflexionar sobre si, por una vez, no es el momento de arriesgar para encontrar al nuevo Raúl.

lunes, 6 de junio de 2011

Dos caminos para un mismo objetivo

A estas alturas creo que lo que muchos aficionados del Real Madrid tienen claro es que, entre jugar bien y ganar, la prioridas es lo segundo. Y así lo ha entendido José Mourinho, quien no ha dudado en tirar de oficio en su primera temporada como técnico del conjunto blanco para conseguir arañarle al Barcelona la Copa del Rey. De ahí que en los Clásicos ante los azulgranas el juego no haya sido precisamente brillante, aunque sí muy efectivo. De hecho, puede que en esta campaña no hubiera una forma mejor de plantarle cara a los culés, al menos si se quería ganar. Pero ahora, con todo el verano por delante, esta concepción está a tiempo de cambiarse.

Cabe destacar que en el curso que acabamos de cerrar el Real Madrid ha demostrado a ráfagas un juego atractivo. Siempre basado en la velocidad de sus delanteros y en un contragolpe letal, el fútbol del conjunto blanco ha vuelto a ilusionar en determinadas fases de la competición. Sin embargo, el mismo no ha tenido la continuidad deseada. Más que nada, porque duelos como los que se han vivido ante los culés no invitaban a Mourinho a hacer un alarde de fútbol control con la pelota. Porque, por mucho que algunos se empeñen, Xabi, Özil y Khedira eran insuficientes en el centro del campo ante gente como Busquets, Xavi, Iniesta y Messi, ya que no debían ni podían jugarles de tú a tú. Hay que ser realistas y darse cuenta que el conjunto que tiene mejores futbolistas para mover el balón es el catalán.

De haberle intentado discutir la posesión del esférico al Barça, la historia  probablemente hubiera acabado en una tragedia multiplicada por cuatro, una por cada Clásico reciente. Pero el técnico luso fue inteligente y al Barcelona le planteó los partidos como se debía, juego replegado y de trabajo, esperando las oportunidades para su momento justo. Así se consiguió la Copa y, quién sabe, quizás se hubiera logrado algo más de no ser por unos infames arbitrajes en semifinales de la Liga de Campeones

Pero todo eso ya es pasado, de poco sirve volver la vista atrás si no es para sacar algo productivo de cara al futuro. Por eso, el Madrid debe aclarar en junio cuál quiere que sea su política de cara a construir la nueva plantilla. Parece evidente que Florentino y Mourinho no quieren dejarse los deberes para última hora y están adelantando mucho trabajo. De hecho, sin que se haya abierto oficialmente el periodo veraniego de fichajes, tres son las incorporaciones oficiales para la plantilla (Sahin, Altintop y Callejón) y otra está en camino (Coentrao). Cuatro futbolistas de medio perfil, jóvenes y de futuro en su mayoría, que vendrán a terminar de darle solidez a una estructura que ya presentaba unos cimientos muy firmes.

Sin embargo, todo apunta a que Florentino quiere traer su tradicional galáctico. Algo que, de acabar por hacerse, deberá ser con la aprobación de Mourinho. Hasta el momento viene sonando el nombre del Kun Agüero, un jugador sin duda excepcional. Pero la duda que surge ante la posibilidad de fichar al argentino es si realmente es necesario para este equipo. Porque con Benzema, Higuaín, Morata y, quién sabe, Adebayor, la delantera no parece precisamente la zona más debil de esta plantilla. Su fichaje probablemente llevará aparejada la salida de Benzema e Higuaín, dos jugadores de un presente y futuro excepcionales y congraciados con la grada.

En consecuencia, el análisis de esta temporada pide otro tipo de fichaje. Ni un delantero, ni un defensa, sino un centrocampista. Ahí es dónde ha estado la ventaja diferencial que ha decantado el año a favor del Barcelona, que ha impedido que el Madrid compitiera cara a cara con los culés en cuanto a buen fútbol. Otro creador de juego, un tercer acompañante para Xabi Alonso en el mediocentro merengue. Porque, aunque Sahin ya ha firmado y promete hacer historia de blanco, con otro 'jugón' más Mourinho completaría la cuadratura del círculo.

Ahí el nombre que le viene a muchos a la cabeza es Cesc Fábregas. Fichaje muy complicado, por el precio que pide el Arsenal y por el pasado culé del jugador. Sin embargo, no sería el primero en tomar el puente aéreo con destino a Madrid tras jurarle amor eterno al Barcelona. Por eso no habría problema. La cuestión sería convencer al futbolista de hacerlo, algo que no sería tan complicado de lograr si el propio Cesc se diera cuenta de que en el Barça su futuro se vería eclipsado por gente como Xavi, Iniesta o Thiago.

Convencerle de que para el Madrid sería la pieza que completaría el engranaje de una máquina perfecta, de un sistema que, esta vez sí, podría jugarle bien al fútbol a los azulgranas pensando también en el resultado. Porque apostar por Agüero y por Fábregas no sería más que potenciar las virtudes vistas hasta ahora dejando de lado los defectos. Pero la llegada del capitán del Arsenal sería la demostración definitiva de que este equipo ha decidido apostar por el espectáculo como camino directo hacia la historia.

jueves, 2 de junio de 2011

El todo o nada de Mourinho... y Florentino

Mientras la prensa ocupa sus días en rumores e informaciones varias sobre hipotéticos fichajes del Real Madrid, en las oficinas de Concha Espina se trabaja con la mirada puesta en una temporada clave. Y es que la campaña 2011/12 promete ser aún más intensa y dura que la que acabamos de cerrar. No en vano, el futuro institucional y deportivo del club estará claramente en juego después de que, una vez más, el Barcelona se haya vuelto a proclamar como vencedor moral del año.

Bajo un análisis individual, parece evidente que la temporada desarrollada por el Real Madrid se puede calificar de positiva. Sin embargo, al tratarse del club que es, el desgrane de su participación nunca se debe ni se puede hacer aislado del que ha hecho su eterno rival, el F.C. Barcelona. O lo que es lo mismo, el valor de los resultados obtenidos por el club blanco siempre se ponderan y miden en base a los que ha obtenido el conjunto catalán. Y dado que en la Ciudad Condal están celebrando la Liga y la Champions, el balance no ha de ser excesivamente benigno.

Bien es cierto que se ha conseguido la Copa del Rey. Un trofeo que, más allá de su relevancia histórica, tiene el poder del simbolismo. La forma en la que se logró su consecución, arrebatándoselo al todopoderoso conjunto catalán en una final para el recuerdo, supone un punto de apoyo para la esperanza del club y su afición. Porque aunque es cierto que el Barcelona es el verdadero triunfador de la campaña, esta vez los de Guardiola han dejado entrever un punto de debilidad, una simple señal de que el cambio de orden en el fútbol español podría no estar tan lejos como parece.

Por tanto, la próxima temporada es la clave. Mourinho ha salvado su primer año en el Real Madrid con un título, acabando de esta forma con las urgencias más inmediatas que existían en el seno del club. Pero lo que de primeras vale y consuela, como la Copa del Rey, de segundas se convertiría en un botín escaso y decepcionante. El club de Chamartín está obligado a prosperar, a mantener su escalada y a recuperar el trono nacional y europeo. Porque tres años sin ganar la Liga y nueve sin hacer lo propio en la Champions es mucho tiempo.


Los que saben un poco de esto son conscientes de que armar un equipo competitivo en doce meses es una tarea hercúlea. Y más si se compite con un equipo como este Barcelona. Mourinho ha puesto las bases del Real Madrid que quiere, ha creado un equipo a su imagen y semejanza y lo ha hecho suyo con la connivencia de Florentino Pérez. Algo en lo que es experto, pues no hay que olvidar que en el Inter de Milan necesitó de dos temporadas para hacer a la escuadra italiana campeona de Europa 35 años después de la última vez. Es decir, el luso lleva más de un año sembrando para recoger los verdaderos frutos en mayo de 2012.

Lo que ha habido hasta ahora ha sido un mero ensamblaje de piezas, de futbolistas de gran calidad que han necesitado de meses para encontrar su sitio y conocer el club en el que juegan. Por ello, la época de prácticas ha finalizado y la máquina promete estar engrasada para la campaña 2011/12. El reto ha de ser máximo, terminar el trabajo empezado en a final de Mestalla de abril pasado, derrocando a un Barcelona aparentemente invencible pero realmente vulnerable.

En consecuencia, en juego estará el presente y el futuro del club, a nivel deportivo e institucional. Con el despido de Valdano, Florentino ha hecho un all in en toda regla en favor de Mourinho. Se trata de una apuesta a la vez arriesgada y fiable, pues jugar las cartas del portugués es apostar a ganador. El problema reside en que el rival juega también con una mano prácticamente inmejorable. Si todo sale bien, el Real Madrid podrá decir que ha logrado salir de uno de los peores baches de su historia, pero si sale mal, es posible que no haya una nueva oportunidad. El crédito del entrenador es grande, pero quizás el mismo no sobreviva a una campaña similar a la última. Por una vez, presidente y técnico van unidos de la mano y de lo que suceda en el campo dependerá que este club recuerde quién es y, lo más importante, descubra a dónde se dirige.