Mantener en una plantilla a un jugador que acaba contrato el verano
siguiente siempre es una decisión difícil. En el fútbol el compromiso
con un proyecto es un ingrediente clave para que un futbolista rinda al
máximo nivel, por lo que las dudas y las indecisiones no son buenas
acompañantes a la hora de centrarse en lo puramente deportivo. Por eso
la situación que atraviesa Sami Khedira en estos momentos no es nada sencilla tanto para el Real Madrid como para el jugador, pues aunque la lesión de Modric
le ha dado un papel más importante en la plantilla la realidad es que
el alemán sigue sin poder encadenar dos partidos seguidos jugando.
Los días, las semanas y los meses pasan y Sami Khedira sigue sin dar lo que el Real Madrid
espera de él. Mucho se está hablando esta temporada sobre el futuro del
alemán, pero por una causa o por otra el jugador sigue sin ganarse en
el campo una subida salarial que sea acorde a la que él reclama al club.
Cada vez que a Ancelotti se le pregunta sobre el tema en la sala de
prensa dice que la intención del club es renovarle, pero las sensaciones que desprender el club van en el sentido contrario, pues hace tiempo que la directiva planifica el futuro sin contar con la presencia del jugador.
Sin embargo, si Khedira no renueva no será por falta de
interés del club blanco. En el último año se le ha ofrecido ampliar su
contrato, pero él ha dado largas en todo momento. El futbolista no
termina de verse como un titular indiscutible y la idea de firmar un
contrato con otro gran club cobrando una gran prima de fichaje es una
opción muy tentadora. Por eso sus palabras de hace unas semanas
asegurando que no había descartado la renovación sonaron más como un
intento de quedar bien ante la afición que de un verdadero deseo de
continuar en la capital de España. Más que nada porque está bastante claro que si el teutón realmente quisiera seguir ya habría firmado su nuevo contrato.
Además, la 'Cadena Ser' reveló el pasado 20 de noviembre que el jugador tiene un precontrato con el Bayern de Múnich para la próxima temporada. De ser así no cabe duda de que el equipo de Guardiola
sería un magnífico destino para el campeón del mundo, quien además
podría regresar a su país de origen. Por ello su salida sería
perfectamente entendible, aunque hoy por hoy hay que pedirle y exigirle
al jugador el máximo compromiso mientras dure su vinculación con el Real Madrid.
Hasta ahora los números son claros, pues entre lesión y lesión Khedira acumula
solamente 157 minutos con el primer equipo en la presente temporada,
mientras que con su selección casi ha jugado lo mismo: 150 minutos.
Sumando todos equivalen casi a poco más de tres partidos, y el único
completo con el equipo blanco fue el intrascendente choque ante el Cornellà. Por eso el mes de diciembre debe ser clave a la hora de tomar una decisión respecto al futuro, pues el Madrid
debe plantearse si merece realmente la pena seguir contando con un
jugador que se ha puesto fecha de caducidad en el club y que está
demostrando estar fuera de forma y tener una gran fragilidad física.
En enero el mercado volverá a abrirse y con él la última oportunidad
para hacer negocio con el traspaso del jugador. No en vano, nuevas informaciones apuntaron hace unos días de que el Bayern
incluso podría llegar a ofrecer 8 'kilos' por hacerse ya con el
jugador. De ser así creo que no debería haber dudas sobre el camino a
seguir. La otra opción sería mantenerlo hasta junio para luego ver cómo
deja el club sin dejar un sólo euro en las arcas. Y si eso ocurriera
habría que ver qué rendimiento da en los seis primeros meses del año,
porque su inicio de temporada no está siendo muy alentador precisamente.
La apuesta no parece muy segura en estos momentos y la verdad es que él
tampoco está dando motivos para ganarse una cierta confianza.
Por todo ello la apuesta del club y del técnico para sustituir a Modric debería ser la de Illarra.
Jugador joven, con contrato y compromiso. Y a partir de ahí, plantearse
también la opción de incorporar otro centrocampista a corto plazo, bien
sea repescando a Casemiro u optando por contratar a Lucas Silva. En todos estos casos se trata de jugadores con gran futuro por delante y 'hambre' por comerse el mundo y agradar al Real Madrid, justo lo que no está demostrando tener Khedira. Así que quizá lo mejor quizá no sea esperar que Sami
nos deje tirados, sino anticiparnos a la situación y encontrar la
solución al problema antes de que este se produzca. Probablemente todos
-jugador, club y aficionados- saldríamos ganando si así fuera.
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