Tras lo visto el lunes en el sorteo de octavos de la Champions no se puede negar que el Real Madrid
lleva dos o tres años con la suerte de cara a la hora de establecer sus
cruces en la competición. Al menos en lo referente a las primeras
eliminatorias, porque tampoco se puede decir que el azar fuera generoso
la temporada pasada cuando decidió emparejar en semifinales a los
merengues con el campeón por entonces, el Bayern de Múnich de Pep Guardiola. Y es que el destino es así de caprichoso, pues por mucho que en Barcelona intenten ver 'manos negras' en este asunto la única realidad es que los bombos una veces favorecen a unos y otras veces a otros.
Mientras duró el lustro de 'oro' culé - en el que ganaron tres Champions- prácticamente nadie se quejó de los sorteos. Por entonces el Barcelona
jugaba y ganaba a prácticamente todos los rivales que se les cruzaban
por delante, así que no necesitaban recurrir a la excusa de la sospecha.
Pero ahora han cambiado las cosas. El Barça de Luis Enrique sufre ante cualquier rival de cierto nivel, por lo que la perspectiva de enfrentarse al Manchester City seguramente
les mortifique a menudo en los próximos dos meses, especialmente
después de cada partido en el que sean incapaces de lograr la victoria.
La Copa de Europa es una competición tan dura y compleja que pocas
veces acaba ganándola un equipo que no lo merece. Por eso si el
Barcelona quiere levantar su 'Quinta' no le quedará otra que salir al
campo y ganar a los mejores, sean el Manchester City, el Schalke 04 o el Bayern de Múnich.
Sin embargo, su problema actual es que tienen la autoestima tan baja
que ven muy complicado ganar al campeón inglés, por lo que optan por
lanzar al aire alocadas historias conspiranoicas como si ahora la UEFA y el Real Madrid fueran
uña y carne. Algo realmente difícil de creer a juzgar por el comunicado
que el club blanco publicó hace unos días criticando a Platini por haberse pronunciado en relación al Balón de Oro.
Pero dejemos ahí las quejas barcelonistas, porque no merecen más tiempo. En lo que respecta al Real Madrid el
sorteo se puede considerar como realmente satisfactorio, pues es todo
el cruce ante el Schalke supone un alivio a la hora de planificar los
primeros tres meses de 2015. El sorteo de Copa - ¿de ése no se quejan los culés?- ha planteado un mes de enero 'maquiavélico' para los de Ancelotti, pues el cruce ante el Atlético de Madrid es ya prácticamente una realidad y el propio Barcelona
asoma en el horizonte de los cuartos de final. O lo que es lo mismo, en
el mejor de los casos dos derbis y dos 'Clásicos' en prácticamente
cuatro semanas, todo ello aderezado con partidos de Liga todas las semanas.
La campaña pasada el Real Madrid llegó como un 'tiro' al mes
de enero y cuajó una racha verdaderamente espectacular. Ahora la buena
racha se extiende desde octubre y nadie sabe hasta donde llegará, pero
como es lógico acabará caducando más pronto que tarde. Lo que sí se
puede dar ya por hecho es que la 'cuesta de enero' será en 2015 más
cuesta que nunca y que tanto partido importante acabará desgastando a la
plantilla. Y por eso en este sentido era importante evitar en febrero
un rival de enjundia en los octavos de la Champions, de forma que el
equipo pudiera utilizar el final de febrero y el principio de marzo para
coger un poco de aire de cara al tramo final del curso.
Por fortuna el rival volverá a ser el Schalke. Un conjunto al
que evidentemente hay que respectar y al que tampoco se le puede dar por
eliminado sin jugar. Sin embargo, la lógica del fútbol y el precedente
del año pasado dan bastante tranquilidad al respecto. La defensa del
conjunto alemán es una de las más frágiles de los dieciséis equipos
clasificados y a poco que la 'BBC' esté medianamente acertada el pase a cuartos no debe peligrar. El objetivo será volver a sentenciar en el partido de ida del Veltins Arena,
al igual que ocurriera el pasado curso, de manera que el de vuelta se
convierta en un duelo intrascendente para dar descanso a los titulares
habituales.
Así que tras el sorteo del lunes es inevitable respirar algo aliviados. Evidentemente que este Madrid está capacitado para ganar a cualquiera de los quince equipos con los que comparte ronda en la Champions,
pero si en octavos espera uno de los menos exigentes mejor que mejor.
No ya por la propia eliminatoria en sí, sino por el desgaste de cara a
los últimos meses de temporada. El curso pasado el equipo tuvo que dejar
en un segundo plano la Liga para centrarse en la Champions porque la gasolina no le daba lo suficientemente de sí. En esta ocasión no debe repetirse la historia, porque este Real Madrid
puede y debe aspirar a ganar todo. Y tener unos octavos menos exigentes
ayudará a ello a la larga. Así que queda claro que esta vez el azar ha
echado al equipo una mano, compensando la zancadilla que le puso con los
cruces de la Copa del Rey. Porque como antes he comentado, la suerte unas veces te da y otras te quita y el Madrid no es ni será nunca una excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario