Puede parecer
curioso, pero la venta de Gonzalo Higuaín está demostrando haber
perjudicado a Karim Benzema. El francés ha comenzado la temporada
apático, acumulando ‘conciertos’ de viento en el Santiago Bernabéu por
su evidente desgana sobre el césped. La paciencia del madridismo se
empieza a agotar al igual que sucedió hace ya meses con la afición
francesa, pues en su propio país el delantero ya ha perdido la
titularidad y en el equipo blanco solo le está salvando el hecho de
tener más caché que el canterano Álvaro Morata.
El de Lyon está sumido en una espiral de insatisfacción
donde su mal juego se ve retroalimentado por el mosqueo de los
seguidores merengues. El futbolista está incómodo cuando juega en su
propio estadio y eso se traduce en fallos evidentes y en un
comportamiento que en ocasiones deja mucho que desear. Digamos que el
entorno no ayuda y él tampoco es que parezca que esté poniendo mucho de
su parte. Aún así, sus propios compañeros han logrado que la afición más exigente del mundo extienda su paciencia con él y de momento no se decante plenamente por los abucheos.
Karim aseguró a la finalización del partido ante el Copenhague que interpreta que el madridismo le pide que trabaje más en defensa. En efecto, lo mínimo que se le debe pedir a un jugador que viste esta camiseta es que lo deje todo por ella.
Que se entregue y luche hasta el máximo de sus posibilidades. Pero
necesita todavía más: fútbol y goles. Algo donde Benzema también tiene
que mejorar mucho. En realidad no se le pide ningún imposible, sino que simplemente recupere el nivel que dio en la temporada 2011/12.
Él puede y sabe, otra cosa es que ahora mismo tenga la cabeza para ello. Actualmente tiene toda la presión sobre él. Hasta el curso pasado podía repartirla junto a su compañero en la delantera, Gonzalo Higuaín.
Los dos tenían la misión de ser el '9' del Madrid y José Mourinho nunca
se decantó por uno otro, pues se limitó a repartir los minutos según su
estado de forma y el rival. En esta situación ninguno terminó de estar
cómodo, ya que es muy complicado alcanzar una regularidad alternando el césped con el banquillo.
Aún así, este reparto de tareas permitió esconder las carencias de
Benzema en el último año. Tanto el galo como el argentino se
complementaban, se motivaban mutuamente y se 'tapaban' en los malos momentos del otro, cumpliendo con lo justo para lo que necesitaba el Real Madrid. Sin embargo, Higuaín optó por cambiar de aires y dejó a Karim con vía libre para hacerse con la titularidad. Con la presión y las obligaciones que eso conlleva.
Y en estas estamos, con el francés en la titularidad haciendo un partido bueno por cada tres malos.
Insuficiente para un club como el Real Madrid, un equipo que necesita
un delantero que esté a altura de las circunstancias. Por fortuna el
conjunto blanco tiene a uno de los mayores goleadores de la historia,
Cristiano Ronaldo, sin olvidar la eclosión anotadora de Isco. Con ello ha podido ir sacando adelante muchos de los partidos, aunque menos de lo que le hubiera gustado. Mientras tanto, Benzema sigue desaprovechando las oportunidades que tiene y Morata va comiéndole terreno sin ni siquiera necesitar goles, solo con su entrega.
Sin embargo, todavía no es tarde. Benzema todavía
está a tiempo de reaccionar y de demostrar que es consciente de que el
madridismo le pide entrega y presencia en el campo. Con eso debería ser
suficiente para que lleguen los goles. El presidente Florentino comentó hace unos días que el club no tiene intención de fichar en el mercado invernal, pero seguramente sea una decisión que dependa del rendimiento del delantero. Por delante hay tres meses para testear a Karim.
Si no está a la altura ya no tendrá a Higuaín a su lado para dispersar
la atención y repartir las 'culpas'. Los focos le apuntan y es su última
oportunidad: ahora o nunca, Benzema.
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