Quizás no sea el mejor momento para hablar de fichajes para la
próxima temporada. Pero el mes de marzo es uno de los mejores meses para
ir adelantando trabajo de cara al verano. Y el nombre de Gareth Bale
empieza a no ser el de un cualquiera. El galés está explotando
definitivamente este año y mucho tendrían que cambiar las cosas para que
en julio no salga del Tottenham para firmar un contrato con uno de los
grandes de Europa. Por eso, el Real Madrid haría bien en moverse en esta
dirección.
Nos encontramos en año de elecciones en el Real Madrid.
Sin embargo, la calma es evidente en estos momentos. El club tiene
muchos frentes abiertos por definir antes de que sus socios acudan a las
urnas y de ellos quizás dependa que Florentino Pérez vaya a tener
competencia o no para ampliar su mandato. A día de hoy parece que no será así y que el empresario madrileño recibirá la renovación de la confianza del madridismo.
Por ello, es muy probable que esta vez no haga ni falta que presente un
nuevo proyecto deportivo cargado de nuevos nombres para ilusionar a la
afición.
Algo a lo que hay que añadir las dudas sobre el futuro de José
Mourinho. En los próximos cuatro meses se decidirá el rumbo que sigue la
institución y eso es algo que, indudablemente, frenará un poco la
planificación deportiva. De hecho, la misma también dependerá en gran
medida de cómo acabe el curso presente. Y es que ya se sabe que el fracaso suele ser sinónimo de revolución, mientras que el éxito lo es de la estabilidad. De ahí que ahora solo podamos especular y hacer cábalas respecto a cómo nos gustaría que fuera el Madrid del futuro.
Sin embargo, con Bale se puede hacer una excepción.
El galés gusta al club, aunque no parece que sea su prioridad. Más que
nada porque la banda izquierda está más que asegurada con tres jugadores
de nivel como Coentrao, Marcelo y Di María. Reforzar otras posiciones
como el lateral derecho o el mediocentro parece bastante más necesario.
Sin olvidar que los 70 millones de euros que podría valer el zurdo del Tottenham tampoco ayudan demasiado a comenzar las negociaciones. El tema es que, en mi opinión, Bale es uno de los pocos jugadores que podría valer este dinero. Y el momento para ficharlo es éste.
El jugador cumplirá 24 años el próximo mes de julio y ya se le ve hecho. Suena a estrella emergente, a futbolista llamado a pugnar con Messi y Cristiano por el reinado del fútbol mundial.
Evidentemente tiene mucho que demostrar aún en un equipo grande, pero
sus condiciones son inmensas. Es un futbolista polivalente, aunque en
los últimos tiempos su poderío ofensivo le ha terminado de alejar del
lateral. Pero, principalmente, es un jugador fuerte, rápido y potente. Me recuerda bastante a Cristiano Ronaldo, aunque con bastante menos gol. Hombre desequilibrante y de los pocos capaces de ganar partidos prácticamente él solo.
De todas formas, todavía hay algo más importante. Y es que Bale es madridista.
Se 'muere' por compartir vestuario con su ídolo, Cristiano Ronaldo. Si
el club blanco le dice 'ven', él apretará al máximo para que el
Tottenham se lo facilite. La experiencia con Modric demuestra que en
Londres son muy duros a la hora de negociar, pero el papel del galés
puede ser fundamental. En este sentido, la operación se facilitaría mucho.
La cuestión es si el club estará dispuesto a hacer una inversión
brutal por reforzar una posición donde el Real Madrid no está pasando
'hambre'. Su fichaje no es, ni mucho menos, imperioso o
necesario en este equipo casi redondo. Y se está hablando de mucho
dinero. Demasiado. Pero empieza a ser momento de decidir.
Oportunidades como estas se presentan una vez en la vida, con mucha
suerte en dos. Si no es el Madrid, a Bale se lo llevará otro (gran)
equipo. Y lo más probable es que el madridismo tenga que 'sufrirlo' en
sus carnes. Porque algo me dice que este jugador dará mucho que hablar
en el futuro, esté donde esté. Así que, por lo que a mí respecta, hace dos años ya lo dije y lo vuelvo a decir ahora: Bale bien vale un esfuerzo.
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