Es el año más
difícil que le recuerdo al Madrid. Como club más importante que es,
está siempre condenado a vivir en una marejada constante. Sin embargo,
nada como lo que está sucediendo esta temporada. Bien es cierto que los
dos primeros años de Mourinho tampoco fueron precisamente fáciles, pero
esta vez se ha sumado el ingrediente definitivo: una mala trayectoria en
Liga que ha envalentonando a sus detractores y les ha dado vía libre
para que se lancen a su cuello.
Es un tema
ya redundante, pero que no por ello se puede dejar de lado. A lo largo
de la historia se ha dicho que la prensa es el cuarto poder y
últimamente se está comprobando que su papel en el día a día del club es
muy importante. Tanto como forzar a un presidente como
Florentino Pérez a comparecer públicamente para desmentir la portada de
un diario deportivo. Inaudito, pero necesario. Porque esa información de 'Marca'
era un torpedo contra la línea de flotación merengue. Justo el día
después de lograr uno de los mayores éxitos de lo que llevamos de
temporada, la clasificación para las semifinales de la Copa del Rey.
En las últimas horas los acontecimientos se han ido precipitando. La conclusión que saco de todo ello es que el deseo y el ansia de que la información fuera cierta ha llevado a la precipitación.
Vivimos tiempos donde la inmediatez provocada por Internet está
haciéndole mucho daño al periodismo. Hoy en día la competencia es feroz,
todos los medios tienen acceso instantáneo a la información. Y, en este
punto, la distinción se consigue sacando algo novedoso y único antes
que nadie.
El problema de ello es que muchas veces esta situación invita a no
contrastar las fuentes ni a cerciorarse de la veracidad de la
información. Como bien dijo Florentino, nadie de las cuatro personas que
estuvo en esa comida fue llamado para confirmar que los datos eran
ciertos. A partir de ahí, todas las demás fuentes son externas y, por tanto, mucho menos fiables. La gravedad de todo esto se cimenta en que ha sido una tercera persona la que ha filtrado (¡vía whattsapp!)
algunos contenidos de la reunión con los capitanes y que, para colmo,
el propio diario se ha tomado unas licencias con el fin de ganar
sensacionalismo y llamar más la atención. En resumen, la portada del miércoles distaba mucho de lo que había sucedido en realidad.
A ello también hay que sumar un aspecto muy importante. Hay un sector
de la prensa que no puede ni ver a Mourinho. ¿Por qué? Porque es
áspero, incómodo, incorregible. Con él los medios de comunicación no pueden trabajar cómodos ni campar a sus anchas.
Le encanta la polémica, sabe cómo tratar a la prensa para que hable
solo de lo que él quiere. Es inteligente, en definitiva. Por eso, de él
se ha dicho de todo. En muchos casos se ha llevado a extremos
injustificables, con insultos y ataques realmente brutales. Algo que solo se paliaba hasta ahora con el buen rendimiento del equipo.
Pero justo cuando las cosas han empezado a ir mal en la Liga, este
sector de la prensa se ha empezado a frotar las manos. Mourinho se las
'iba a pagar'. Por mucho que ahora se escuden en la información y en que
su intención es contar lo que hay. Siempre he pensado que la objetividad no existe, como mucho se pude aspirar a ser honrado y lo más neutro posible. Pero la condición humana siempre está contaminada por los sentimientos. Y he aquí la prueba: el vestuario del Madrid seguramente no sea un lugar idílico. Pero es que no hay ninguno en el mundo que lo sea. Como todo grupo humano, hay sus roces y sus buenos momentos. Y el matiz reside en cómo enfocar este asunto.
El problema está en cómo se interpretan y se publican las
'informaciones' (algunas veces ni eso) que llegan sobre lo que sucede
ahí dentro. Se puede hacer una lectura positiva o negativa. Dar importancia a algo común o valorarlo como tal. Por ejemplo, la discusión entre Mourinho y Cristiano.
Como ella habrá habido decenas en estos tres años. Pero si un diario la
saca en portada y la magnifica lo hace porque tiene algún interés
detrás. En los últimos meses la prensa no ha dejado de decir que el portugués se iba a ir. Cada año prácticamente ha habido una novela con capítulos donde compraba una casa en Londres o matriculaba a sus hijos lejos de Madrid.
Por suerte, el único dueño de su destino es el Madrid. Su vestuario.
Hay que aislarse del contexto. Aunque, como dijo el presidente, haya
algunos interesados en desestabilizar al club porque no quieren ver más
ni en pintura a Mourinho. De hecho, la portada de 'Marca' se podría
aplicar a la prensa: "Presidente, Mourinho o nosotros". O se va el luso o mantienen la guerra contra el Madrid.
Veremos si lo consiguen, aunque yo sospecho que esto solo va a servir
para unir más al Real Madrid. Cuanto más difíciles sean las cosas, más
habrá que pelear. Toca responder en el campo. Por eso, estoy seguro de
que un éxito esta temporada sabría mejor que nunca. El mejor calmante
para curar las injustas heridas que ha sufrido este club.
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