La verdad es que lamento profundamente tener que escribir cada pocos meses en favor de Gonzalo Higuaín. Pero una y otra vez me veo en la obligación de hacerlo, porque parece que los innumerables méritos del bravo argentino vuelan siempre para perderse en la memoria de sus detractores. Basta con que el jugador pase una mala racha de tres o cuatro partidos, la típica de cualquier delantero, para que algunos vuelvan con la eterna cantinela de que, supuestamente, no es un jugador para el Madrid y de que bien haría el club en venderlo. Una opinión que, por cierto, me escandaliza ante lo injusto de su planteamiento.
Hace escasos meses se publicó un vídeo en el que aparecía Higuaín con once o doce años. En él, Gonzalo hablaba como una joven promesa argentina y comentaba sus sueños para el futuro. Y entre ellos mencionaba sin dudar un nombre: "Real Madrid". Sí, porque el 'Pipa' ya era madridista antes de fichar por este club con 19 años recién cumplidos. Su objetivo desde un principio era triunfar de blanco en Europa. Él lo tenía claro y solo tuvo que esperar unos cuantos años para conseguirlo ver hecho realidad. Se lo propuso y lo logró recién alcanzada la mayoría de edad, lo que da buena muestra de su carácter y su fortaleza mental.
Comento esto porque creo que muy pocos jugadores pueden decir que sean madridistas de corazón, y menos si son extranjeros. Más allá de los canteranos, el mundo del fútbol ha hecho que los futbolistas vengan y se vayan, se pongan camisetas pero no asuman los sentimientos que conlleva defender este escudo. No es algo criticable, es una circunstancia lógica. Por eso, el caso de Higuaín tiene más mérito. Porque siendo un niño argentino ya se había fijado en el Real Madrid, su sueño ya era jugar en el Bernabéu. Éso, no me cabe duda, es madridismo.
Comento esto porque creo que muy pocos jugadores pueden decir que sean madridistas de corazón, y menos si son extranjeros. Más allá de los canteranos, el mundo del fútbol ha hecho que los futbolistas vengan y se vayan, se pongan camisetas pero no asuman los sentimientos que conlleva defender este escudo. No es algo criticable, es una circunstancia lógica. Por eso, el caso de Higuaín tiene más mérito. Porque siendo un niño argentino ya se había fijado en el Real Madrid, su sueño ya era jugar en el Bernabéu. Éso, no me cabe duda, es madridismo.
Pero este aspecto no es más que la base de mi argumentación. Porque también tengo muchas razones deportivas para defender a Gonzalo. Siempre he dicho que Higuaín tiene que hacer el doble para que se le reconozca la mitad. Para él bajar de rendimiento, por razones humanas, durante unos pocos partidos es perder todo lo que se ha ganado en meses anteriores de goles y entrega. El argentino marcó su último tanto el pasado 14 de enero en Mallorca. Un gol, que por cierto, fue básico para remontar un partido que empezaba a ponerse imposible desde entonces. Pues bien, en este tiempo sus méritos se han esfumado para unos cuantos críticos y parece que es momento de venderle con la excusa de que no rinde en las grandes citas.
Yo soy el primero que digo que esta temporada Benzema está jugando mejor que Higuaín. Que el francés se merece ser titular y que es más jugador que Gonzalo. Por 'jugador' me refiero a futbolista con capacidad para asociarse y crear fútbol. En esto me parece más completo el francés, más amplio en sus características. Sin embargo, Karim no tiene el gol de Higuaín y, ni mucho menos, su entrega, su fe. Puede que sea inferior técnicamente, pero el argentino suple esta carencia con algo innato, con su capacidad para ver antes y mejor lo que nadie aprecia. Exactamente lo mismo que Raúl, de cuyo '7' creo que el 'Pipa' es heredero emocional, a pesar de que lo porte Cristiano Ronaldo.
No hay más que ver cómo logró robarle el balón a un rival en el gol del portugués ante el CSKA. O una acción posterior en la que le quitó la pelota a uno de los hermanos Berezutsky, generando una ocasión donde antes no había nada. Por no recordar el gol que le hizo al Atlético tras arrebatarle el balón a Godín, o el tanto al Málaga en los octavos de final de Copa del Rey. Ejemplos como éstos hay decenas. Higuaín es listo, habilidoso y tiene fe. Nunca da un balón por perdido y éso es lo que le diferencia del resto de grandes jugadores.
Aún así, estamos ante un futbolista con una tremenda calidad, letal en el uno contra uno, rápido y con mucho remate. Sus casi 100 goles en los cinco años y medio que lleva en el Madrid no son casualidad. De hecho, los ha hecho de todos los colores: de pillo, desde fuera del área, en el uno contra uno, de hábil remate en el área, de cabeza, de penalti... Un goleador, sin duda. Aunque, como digo, muchos se escudan defendiendo que no aparece en las grandes citas. Parece que ese palo a portería vacía ante el Olympique de Lyon en 2010 le va a pesar toda su carrera. Porque, más allá de ese partido, ¿cuántas grandes citas ha podido disputar el bueno de Higuaín? No será que, en los años previos, más que él, el que no estuvo a la altura de las circunstancias fue todo el equipo?
Esperémosle. Deseemos llegar este año a la final de la Champions y veremos qué es capaz de hacer. Los resultados del club no le han acompañado mucho en estos años, es evidente. Pero yo tengo claro que, si Higuaín jugase en otro equipo y rindiese en él como hace aquí, yo estaría deseando ficharle para el Madrid. Tiene 24 años, conoce y siente el club, es el titular con Argentina y marca más de 20 goles por temporada. Así que me pregunto y pregunto, una y otra vez ¿qué necesidad hay de ser injustos con él? ¿realmente Higuaín no se merece estar en esta plantilla y ser uno de sus delanteros? ¿Por qué mirar fuera con lo que tenemos aquí?
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