jueves, 27 de octubre de 2011

Encontrando a un equipo inolvidable

Mi primer recuerdo futbolístico, algo borroso ya en mi memoria, data de 1993. En concreto, de la final de Copa del Rey de por aquél entonces, la cual muchos madridistas (yo incluido) veían con añoranza hasta hace pocos meses. Fue el último trofeo del K.O. para el club hasta que el gol de Cristiano Ronaldo en la final del pasado mes de abril le devolvió la gloria en la competición. Desde ese recuerdo han pasado19 años, un largo periodo de tiempo que, a la vez, abarca mis conocimientos directos sobre el Real Madrid.

Son casi dos décadas en las que me he empapado de lo que supone este club. Ante mis ojos han pasado las felinas paradas de Paco Buyo, los goles imposibles de Hugo Sánchez, los centros de Míchel, el talento de Butragueño, los cabezazos de Zamorano, los pases mirando al tendido de Laudrup, la imponencia de Redondo, la inteligencia de Raúl, la danza de Zidane, los desbordes de Figo, las galopadas de Ronaldo, las faltas de Roberto Carlos, el trabajo de Beckham, la entrega de Higuaín, las paradas imposibles de Casillas, el hambre voraz de Cristiano Ronaldo o la magia de Özil, entre una multitud de nombres. Mucho fútbol, en definitiva, pero no el suficiente para alguien que ama este deporte.

Por eso, lo que yo pude apreciar el pasado miércoles en el Real Madrid - Villarreal se debe medir desde sus propios límites y desde la propia subjetividad de la que surge. Tras los diez primeros minutos ante el 'submarino amarillo', quizás quince, me pasó por la cabeza una reflexión. Nunca había visto a este equipo empezar de manera más impactante. Era el mejor éxtasis futbolístico del Real Madrid en mis casi 20 años de aficionado. Intensidad, presión, velocidad, técnica, remate, fuerza... son algunos de los términos que lo describían. Pero la realidad es que, a día de hoy, aún sigo sin las palabras idóneas para expresar lo ocurrido en esos cerca de 1.000 segundos.

Luego, el ritmo bajó y el Madrid durmió. Los deberes estaban hechos, porque había bastado un rato inolvidable para cerrar un partido complicado. El equipo ni se había despeinado. En un visto y no visto, un 2-0 que pudo ser un 5-0, un 6-0. Una apisonadora, un equipo mucho más intenso y frenético que el último Real Madrid que admiro de verdad. El de Vicente del Bosque de 2003. Ha llovido ya. Ocho años sin que mi equipo me embelesara de verdad.

En las manos de Mourinho y de esta plantilla esté que el actual Madrid se grabe en mis recuerdos y se convierta en un conjunto digno de que rememore toda mi vida. De momento tengo un puñado de partidos recientes que, poco a poco, van compactando un perfil reconocible, digno de ser exaltado. La tarea más difícil no es llegar arriba, sino mantenerse y eso es lo que tiene por delante este conjunto. Porque, seamos realistas, no dejamos de estar en el mes de octubre y los títulos se ganan en abril y mayo. El mérito es jugar bien durante meses y años, no durante un puñado de semanas. Y ése debe ser el reto del Real.

Se trata de una cuestión sobre la que soy optimista. Motivos tengo para ello. Lo digo porque este conjunto es una versión mejorada del que la temporada pasada ya gustó en muchos partidos. Es el Real Madrid 2.0. de Mourinho, un conjunto plenamente engrasado que tiene los automatismos propios de los equipos trabajados. Y con una gran ventaja diferencial respecto a su versión previa: ahora no hay solo once o doce jugadores aportando, ahora suman todos. Higuaín y Kaká no han sido fichajes de esta temporada, pero como si lo fueran. Ambos han sido recuperados para la causa y eso es hablar de dos de los mejores jugadores del mundo.

A ellos, sumémosle los verdaderos fichajes: Coentrao, Altintop, Varane, Callejón y Sahin. Que aunque están en un segundo plano, le dan empaque a la plantilla. Y la aparición fulgurante de Benzema en la delantera, así como el renacer de Ramos como central. O el impresionante nivel que ha alcanzado Xabi Alonso. O lo centrado que parece Pepe últimamente. O el nivelazo que está ofreciendo Marcelo. O... Son muchos detalles que la escuadra de Mourinho ha conseguido limar y que hacen mucho mejor a este equipo que el que logró la Copa del Rey la temporada pasada. Algo que me dice que este equipo no va a ser uno más en las lagunas de mi memoria. Sino que va a suponer un antes y un después en mi manera de recordar al Real Madrid.

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