Después de
varios 'Clásicos' realmente tranquilos y ajenos a las polémicas
dialécticas, en el del pasado día 7 de octubre el 'puente aéreo' volvió a
enrarecerse un poco. Los sentimientos culés están siempre muy a flor de
piel cuando Pepe está de por medio, por lo que unas palabras del
portugués prendieron la mecha e iniciaron una persecución contra él que
orquestó Tito Vilanova.
Todo empezó cuando al central le dio por decir una realidad,
que hay varios jugadores culés a los que les gusta mucho el teatro.
Afirmación que no es una opinión, sino una evidencia; pues hay multitud
de ejemplos que demuestran que futbolistas como Busquets, Messi, Alves, Pedrito o Alexis
han intentado en más de una ocasión engañar a los colegiados simulando.
Una denuncia perfectamente entendible si no fuera porque, siendo
realistas, estaba formulada por un hombre no exento de polémicas
similares.
De hecho, se puede decir que el portugués es el blanco más fácil del Real Madrid. Con sus palabras solo abrió la veda y puso en bandeja que el barcelonismo le contestara.
Y el primero en caer en la tentación fue Tito Vilanova, un hombre mucho
más sincero y claro que su predecesor en estas lides. Porque lo más
probable es que, en este caso, Guardiola hubiera regateado la cuestión
con una sutil y retorcida indirecta. Pero como ahora manda su segundo la respuesta fue directa a la yugular: "Se podría hacer un vídeo con todas las faltas de Pepe".
Dicho y hecho. En cuestión de doce horas los dos principales medios barcelonistas habían recurrido a Youtube para criminalizar a Pepe.
Como si el mundo del fútbol no supiera ya que se trata de un jugador
duro. Lo que pasa es que, en esta ocasión y también a lo largo del
último año, Pepe prácticamente no les ha dado carnaza en el terreno de
juego. Porque una cosa es innegable: el '3' madridista lleva ya
varios meses muy tranquilo, haciendo un esfuerzo de autocontrol para no
dejarse llevar por la tensión y los nervios en los partidos. Un
cambio de actitud con el que está ganando el Madrid y el propio
jugador, pues cuando solo es protagonista por su fútbol se convierte en
el mejor central del mundo (para mi gusto).
Por eso, esta vez los medios pro-culés han tenido que tirar de hemeroteca. Corren malos tiempos para la prensa azulgrana acostumbrada a vivir de Mourinho y sus referencias al Barcelona.
Después de estar dos años masacrando al técnico por entrar en polémicas
arbitrales y cruces dialécticos con el entorno barcelonista, ahora
están algo descolocados por los tiempos de prudencia que corren en
Concha Espina. Y es que, al igual que pasa con Pepe, el de Setúbal
también lleva mucho tiempo viviendo a bajas pulsaciones. Donde antes
dejaba grandes titulares, ahora hay silencios y frases pronunciadas a
media voz. Más trabajo para la prensa azulgrana: en la actualidad tienen
que rascar y descifrar, dar la vuelta a las palabras de Mourinho para encontrar su combustible, la declaración que sirva para motivar y enervar a sus jugadores y afición.
Los tiempos han cambiado y los nervios se han mudado de vecindario.
Ahora el equipo a remolque del campeón es el Barcelona. La estabilidad
se ha asentado en Madrid y la misión en la Ciudad Condal es intentar
remover el vestuario blanco. Que si Mourinho se enfada con Özil, que si Ramos sale a defender al alemán, que si Casillas se lo cuenta todo a la prensa... Historias para no dormir con el objetivo de alterar los relajados biorritmos merengues. Algunos del sector culé quieren hiperbolizar las cosas y, cuando no pueden hacerlo, se dedican a tirar de hemeroteca para intentar justificar sus errores actuales con los antiguos del rival.
Todo trampas. A pesar que desde Barcelona se parapeten detrás de su
manido 'seny' están deseosos por entrar a la gresca. Ven al Madrid muy
fuerte y no van a dudar a la hora de buscarle los puntos débiles. Como
Pepe. El portugués fue la excusa perfecta
para que el lunes se hablase de él y no del mal juego barcelonista y de
la superioridad puntual merengue en el partido. Porque, a pesar de sus 8
puntos de ventaja, saben que tienen enfrente al Madrid de los récords y
que esto no ha hecho más que empezar. Y, para colmo, están más solos
que nunca. Les falta su líder espiritual: Pep Guardiola. Cuya
salida y ausencia, curiosamente, ha coincidido con los 'Clásicos' más
pacíficos y tranquilos de los últimos cuatro años. ¿Casualidad?
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