Durante el
último año y medio he intentado seguir al Castilla con especial
atención. En este tiempo he podido confirmar que el Real Madrid puede
estar orgulloso de su cantera, porque tiene jugadores que en muy pocas
temporadas estarán en Primera División, ya sea en el equipo blanco o en
otros clubes. Los Morata, Jesé, Nacho, Álex o Juanfran más los que ya no
están como Joselu o Carvajal deben ser motivo de satisfacción para todo
aficionado madridista que se precie. Por su juego y por su entrega,
pues la temporada pasada culminaron un impresionante ascenso a Segunda
que estamos empezando a disfrutar en estos momentos.
En este tiempo he podido apreciar el juego de muchos chavales. Sin embargo, en ninguno he visto una progresión igual a la que está llevando Denis Cheryshev.
El hispano-ruso ha pasado en un año de ser el duodécimo hombre del
equipo en la Segunda B a ser un futbolista fundamental en los esquemas
del nuevo Real Madrid Castilla en la División de Plata. A los 21 años, cerca ya de los 22, le ha llegado la hora de demostrar que puede entrar en los planes de José Mourinho para el futuro.
Porque lleva ya varios meses llamando muy fuerte a la puerta del primer
equipo, pidiendo lo que otros como Jesé, Morata o Álex ya han tenido.
La oportunidad de debutar en partido oficial.
No sería la primera vez que se vestiría la camiseta del conjunto senior, pues el pasado mes de julio ya lo hizo en un amistoso disputado en Oviedo.
Entonces solo tardó media hora en ver portería, pidiendo a gritos que
Mourinho subrayara su nombre en su agenda. Sin embargo, el portugués no
se lo llevó a la gira americana, dejando que Toril trabajara con él en beneficio del Real Madrid Castilla.
Y ahí es donde Denis se está haciendo grande en estos días, cogiendo
los galones que han dejado definitivamente Carvajal y Joselu y
parcialmente Morata, Nacho y Jesús. En su ausencia el filial no
ha tenido tiempo de sentirse huérfano, porque el extremo no se ha
escondido y ha asumido responsabilidades.
Y lo ha hecho desde el primer momento, como en el amistoso ante el Albacete en el que inauguró el marcador.
Desde el primer momento el ruso ha dejado claro que este año quiere ser
importante. Tanto en su equipo como en la selección sub'21 de su país,
donde ya es prácticamente una estrella. Le han bastado cinco partidos en el último año con el equipo, en los que ha marcado tres goles, para empezar a ser reclamado para la absoluta. No en vano, los dos últimos el pasado viernes ante Polonia son la mejor demostración de los cambios que está experimentando Denis.
El jugador se encuentra con confianza y pasa por un momento dulce, por lo que ya está llamando la atención de manera merecida. Su progresión reciente es innegable y modélica, ya que pocos canteranos pueden decir que hayan mejorado tanto en tan poco tiempo.
Y lo más interesante de todo es que la Segunda División será el marco
perfecto para que termine de tallar su evidente talento. En un equipo
carente de delanteros centro como es el Castilla, el desborde, la velocidad y el remate de Denis van a ser fundamentales para que la temporada tenga un final feliz. Además, competencia no le va a faltar con compañeros como Jesé, Borja García o Jota. Pero bueno para él, para un jugador acostumbrado a ganarse cada partido los minutos a base de fútbol y esfuerzo.
Como sucede en estos casos, solo queda esperar para ver lo que le depara el futuro a este jugador. Pero no tengo dudas de que si sigue trabajando con este compromiso e ilusión, le acabará yendo muy bien.
En el Madrid o en otro equipo. Ahora tiene toda una temporada en el
Castilla, quizás la última, para demostrar que puede tener un hueco
futuro en el ataque del equipo de los 121 goles. Pero seguramente la afronte como siempre, despacito y con buena letra.
Con mucha paciencia y dedicación, consciente del peso que supone llevar
esta camiseta. Algo que ha aprendido de su padre, Dmitri, un mito del sportinguismo. Garantía de que Denis es un jugador educado para tener los pies en la tierra. Y eso, a su edad, ya es tener mucho ganado...
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