El comienzo
de temporada del Real Madrid ha sido de todo menos tranquilo. Una
montaña rusa en la que el equipo se ha dejado cinco puntos por el
camino, pero en la que también ha conquistado la Supercopa ante el
eterno rival. Sensación agridulce por tanto en estas dos primeras
semanas que, sin embargo, no debe propiciar ningún tipo de
intranquilidad entre el madridismo. Y es que lo de empezar de manera
irregular no es algo que le sea extraño al Madrid de Mourinho.
No hay más
que irse a la temporada pasada, cuando los blancos se dejaron los mismos
puntos que ahora (5) en una semana con sendas visitas al Ciudad de
Valencia y el Sardinero. Entonces el equipo perdió por 1-0 ante el Levante y empató a cero con el Racing,
dos serios tropiezos que llegaron en la cuarta y la quinta jornada,
respectivamente. Bien es cierto que por entonces el inicio liguero sí
fue fulgurante, con dos triunfos espectaculares ante el Zaragoza (0-6) y
el Getafe (4-2); pero los hechos indican que los pinchazos llegaron igual que ahora, solo que con un par de semanas de retraso.
Y si se hace balance de estos primeros 12 días de curso
realmente no se puede decir que ahora se esté peor que hace exactamente
un año. La victoria del pasado miércoles en la Supercopa supuso
el primer título de la temporada y, de paso, vengó la derrota sufrida
ante el mismo rival la campaña pasada. En este aspecto se ha mejorado el
rendimiento, así que solo se puede poner la pega de que en el 2012 el
equipo ya tenía seis de seis puntos en su haber, mientras que ahora solo
dispone de uno.
Pero nada irrecuperable ni irreversible, porque el equipo tiene por delante dos partidos
ante el Granada en casa y el Sevilla en el Pizjuán que, de ganar, le
colocarían exactamente en la misma situación que el año pasado: con 7
puntos tras cuatro partidos de Liga disputados. Y ya sabemos cómo acabo la historia por entonces: con 100 puntos, 121 goles y un buen puñado de récords logrados en la Liga más espectacular que se le recuerda a ningún equipo.
Lo difícil será emular esa semi-perfección lograda por entonces en las
34 jornadas restantes, aunque si hay un equipo capaz de conseguirlo es
precisamente éste.
En consecuencia, hay que darle un gran voto de confianza al Real Madrid de Mourinho.
Las cosas en la Liga no han empezado como se esperaban, pero el inicio
temprano del campeonato no ha ayudado en nada. Los jugadores han notado
el esfuerzo físico y han evidenciado un cierto cansancio en las segundas
partes de los partidos. El estilo de juego que practica el equipo
precisa de una buena condición, de una chispa que les ha faltado en
estos primeros días. Pero cuando la tienen, no hay escuadra en el mundo que pueda tener su intensidad, ni siquiera el Barcelona.
El miércoles se pudo ver, con un Madrid sublime en la primera hora
que arrasó a su rival mientras le duró el oxígeno. Solo su falta de
puntería les privó de conseguir una goleada de escándalo. Después llegó
el cansancio y el encuentro de igualó. En consecuencia, el poso
que dejó el partido es que solo es cuestión de tiempo que la apisonadora
merengue vuelva a poner sus engranajes a punto. Cuando lo haga, volverá
el equipo imparable de contragolpes vertiginosos y el fútbol
espectacular. Así que tengamos paciencia y sigamos subidos en el barco de Ramos, porque los títulos ni se ganan ni se pierden en agosto.
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