El pasado sábado el Real Madrid cerró su pretemporada con una nueva goleada ante el Tianjin. Atrás quedaban cuatro semanas de preparación, más de 50.000 kilómetros recorridos y siete triunfos en otros tantos partidos. Un pleno que hacía 24 años que el Madrid no conseguía y que invita al moderado optimismo. Más que nada porque las pretemporadas nunca deben utilizarse como vara de medir, pues su única finalidad es rodar a los equipos.
Y menos en este caso, pues la preparación madridista ha sido poco exigente en el plano deportivo, que no en el físico. De los siete rivales que se han enfrentado al Real Madrid, tres pertenecen a ligas de segunda fila como la estadounidense y mexicana (Galaxy, Union y Chivas), dos a un campeonato de tercer nivel (los dos conjuntos chinos), uno es un equipo de Championship en Inglaterra (Leicester) y el otro es un recién ascendido a la Bundesliga (Hertha). En definitiva, siete rivales netamente inferiores a los madridistas.
Sin embargo, esto no quita para que el aficionado madridista pueda empezar a ilusionarse con lo visto. Más que por los triunfos, por las sensaciones que ha dejado el equipo en sus encuentros. Así, el nuevo Madrid de Mourinho ha dado la impresión de ser un equipo con más costuras que el de la temporada pasada, profundo y de más recursos. A falta de la llegada casi sabida de Adebayor, el equipo tiene una plantilla de un nivel brutal, de las mejores de toda la historia del club. Y eso es mucho decir.
De hecho, jugadores como Sahin o Altintop todavía no han debutado, pero aún así el Madrid no ha notado carencias ni problemas en el centro del campo. Es decir, las bajas que se vayan presentando esta temporada por sanciones o lesiones no deben ser nunca una excusa ni una justificación, porque el club ha trabajado para tener recursos suficientes con los que solventar estos contratiempos. Hay polivalencia y calidad y ahora solo falta que Mourinho lo gestione con inteligencia.
De ello depende en gran medida el futuro del equipo en Liga. Sospecho que el pasado campeonato nacional se le escapó al Madrid porque Mourinho no quiso o no pudo rotar cuando debía. El Madrid afrontó partidos como los de Almería, Coruña o Pamplona con la gran mayoría de sus titulares; inmersos como estaban también en la lucha por la Champions y la Copa. Y el resultado de los mismos lo conocemos todos.
Pero volviendo a la pretemporada, el verano también nos ha dejado otros detalles interesantes. Desde la buena adaptación del 'multiusos' Coentrao, a los visos de eclosión de Karim Benzema. El francés apunta muy alto esta campaña y podría ser el año de su confirmación como megacrack mundial. Aunque eso sí, todos los visos esperanzadores del galo se ven complementados en negativo con el bajo estado de forma que presenta Higuaín, el cual me preocupa bastante. Desde su vuelta en marzo de su lesión no le he visto rendir al nivel que tuvo anteriormente y eso es algo que me deja dudas de cara al futuro.
Así que, visto lo visto en esta pretemporada, me quedo con la impresión de que este equipo es más y mejor que el que hace un año se preparaba para debutar en Mallorca. Ahora las piezas parecen estar más ensambladas y hay más fondo de armario. Pero esto es algo que hay que confirmar a la hora de la verdad, es decir, en los próximos nueve meses. Porque el hecho de golear a un par de equipos chinos no puede dejar certezas, pero al menos da licencia para ser optimista.
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