El pasado jueves leía una información publicada por unos compañeros que venía a confirmar algo que yo tenía en mente desde hace tiempo. Y es que, al parecer, el F.C. Barcelona se ha gastado 297 millones de euros en fichajes en las tres últimas temporadas, una cifra que expone muy a las claras que no todo es cantera en el club culé, como algunos pretenden vender. Es más, bajo la lectura de estas cifras, la anteposición de modelos "cantera barcelonista VS. cartera madridista" suena hasta insultante.
Es evidente que no se puede poner en duda el trabajo del conjunto azulgrana con su cantera y que muchos de los jugadores que acaban de ganar la última Champions proceden de su Masía. Sin embargo, convertir la cantera culé como la principal responsable de todo me parece injusto cuando el club se ha gastando verdaderas millonadas para completar su equipo. Jugadores como Villa, Mascherano, Dani Alves y Adriano de los de ahora e Ibrahimovic o Chygrynskiy de los de antes, desmuestran que en Can Barcelona el talonario también es vital para el éxito del club.
Sin embargo, esto no es óbice para que el Real Madrid reflexione sobre la estructura de fútbol base que tiene su eterno rival. El hecho de que en Barcelona tenga un modelo de juego impuesto desde las categorías más inferiores es algo que desde Valdebebas se debe valorar como primera piedra para el futuro. Y es que, mientras en Barcelona siempre han querido jugar de una misma manera, en el Santiago Bernabéu los modelos de fútbol han ido variando según las épocas, los jugadores y los entrenadores.
Aun así, no creo que el citado sea el mayor problema que tiene actualmente la 'Fábrica' merengue. Me parece que el mismo responde mejor a una cuestión de confianza. No cabe duda que en el Real Madrid de los últimos años no se ha creído en la cantera como herramienta de solución a los problemas deportivos que ha atravesado el club en su época reciente. Es más, desde la dirección ejecutiva y técnica se ha preferido antes, en caso de duda, apostar por un fichaje millonario antes que por un futbolista de la casa.
Esto a mi juicio responde a la ansiedad que se ha creado en torno al club en las últimas temporadas, producto de los malos resultados cosechados y de la escasez de títulos, patente desde que Vicente del Bosque abandonara el club en 2003. Fichar, por ejemplo, a un jugador como Gago no implica el mismo riesgo que subir a un centrocampista de la cantera. La apuesta foránea es más cara, sí, pero está refrendada por la fama internacional del futbolista. Así, si el mismo acaba fracasando, al menos habría llegado al club precedido de sus buenas actuaciones en otro conjunto y no sería por tratarse de una apuesta por un semi-desconocido de la cantera.
La idea que resume estos conceptos es que, generalmente, llena e ilusiona más un fichaje de otro club que ascender a un canterano. Gastarse millones de euros en un jugador protemetedor o que aporte experiencia es mucho más atractivo que no dejarse nada de dinero probando suerte con un chaval del filial. Y por otra parte, el coste de la inversión ayuda a confiar en el éxito del jugador contratado, mientras que el joven de la cantera no aporta el aval de haber valido varios millones de euros. Por tanto, en caso de nesidad, la filosofía madridista de los últimos años opta por buscar fuera lo que puede tener en casa.
Esto también se debe a que el club está obligado a ganar títulos a corto plazo. Y eso es más fácil de conseguir fichando nombres, no subiendo a promesas. El Real Madrid busca arriesgar lo mínimo posible porque no está para pruebas ni experimentos. La juventud generalmente es un lastre a la hora de competir, tal y como se pudo apreciar en la eliminatoria de ascenso a Segunda que disputó el Castilla ante el Alcoyano.
De ahí que el club y sus técnico miren poco hacia abajo a la hora de jugarse las habichuelas. Esto es algo que muchos alaban de Guardiola, pero que realmente tiene su mérito en el equilibrio que el Barcelona ha logrado en la estructura de su equipo con gente como Xavi, Messi o Iniesta. Porque no es lo mismo crecer y progresar con la tranquilidad de hacerlo en un equipo ganador, como han hecho Pedro, Busquets o Thiago, que hacerlo en uno con necesidades históricas.
Así pues, todo apunta a que la próxima temporada el Real Madrid seguirá con la mismo filosofía. De esta forma, Altintop vestirá de blanco avalado por sus 28 años y su experiencia en el Bayern de Munich, mientras que jugadores del Castilla como Juanfran no tendrán su oportunidad. Gente como Morata o Sarabia tendrán que salir cedidos o quedarse un año más en Segunda B porque el club blanco no querrá arriesgar con su aparente talento ante la necesidad de títulos que tiene.
"Mejor fichar a Agüero o Neymar, que todos saben que son muy buenos y además, tienen buena prensa" pensarán en los despachos del Bernabéu. Aunque, visto lo visto en las últimas temporadas del Madrid, quizás habría reflexionar sobre si, por una vez, no es el momento de arriesgar para encontrar al nuevo Raúl.
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