Y Mourinho lo hizo. Nueve meses después de fichar por el Real Madrid, el técnico luso convirtió la utopía en realidad. El conjunto blanco ganó este miércoles su primer título después de casi tres años de sequía y lo hizo dando un recital de juego, su fútbol, ante el equipo por todos considerado como mejor del mundo. Solo un puñado de equipos ha logrado poner en los últimos años a este Barcelona contra las cuerdas y, curiosamente, dos de ellos han sido dirigidos por 'The Special One'.
Mucho se habló y se criticó al Madrid en los días recientes por su juego rácano y efectivo en el 'Clásico' liguero. Como si el camino del buen fútbol únicamente fuera uno, numerosos detractores del técnico portugués pusieron al Real Madrid a los pies de los caballos por ser inteligente. Por plantearle al Barcelona un partido correoso, incómodo, de trincheras, en el que los jugadores debían de pringarse de barro para salir victoriosos de la contienda. El "antifútbol" lo llamaron algunos. Pero su único pecado era no hacer ejercicio de un juego abusivo de la pelota, de no prodigar el tiqui-taca. Algo que, por otra parte, el Madrid no hacía por gusto, sino porque no puede ni sabe.
El partido desarrollado por todos y cada uno de los jugadores este miércoles fue encomiable. Entre todos, cabe destacar especialmente a Di María. El argentino se ha convertido en un jugador barato aún bajo su, inicialmente, desorbitado precio. A pesar de su constitución física aparentemente frágil, el extremo dio todo un recital de entrega que anuló a Alves y culminó con la asistencia del gol de Cristiano. Pero sería injusto señalar únicamente al albiceleste. Gente como Khedira, Casillas, Cristiano, Carvalho o Alonso dieron un recital de fútbol. Del de corazón. De madridismo.
Así pues, la consecución de la Copa en Mestalla evidencia que este equipo tiene raíces. Hay plantilla, ha entrenador, hay actitud. Y lo mejor de todo: se ha vuelto a creer. Porque solo han pasado cinco meses desde ese 5-0 en el Camp Nou y el madridismo lo ha digerido de una manera encomiable y ahora, en abril, se ha tomado cumplida venganza a su manera. En apenas 150 días el Real Madrid se ha levantado del golpe y ha equilibrado una balanza desnivelada brutalmente desde hace mucho tiempo. Ahora ya pocos dudan de que este equipo está al nivel del Barça y de que la eliminatoria de Champions estará al 50%.
De todas formas, pase lo que pase, la temporada ya está satisfecha, pues Cibeles ha vuelto a recibir a su gente tras años de soledad. Lo que hasta el pasado 20 de abril era una caída sin red, se ha convertido en un salto al vacío con paracaídas. Aún queda la prueba más importante del año, sí, la que volverá a desnivelar la balanza entre los dos mejores equipos del mundo. Pero se desarrollará con un Real Madrid renovado y crecido en su competición, en su terreno. Habrá muchísimo en juego, pero por fin se afrontará con la estabilidad que se llevaba buscando sin fortuna durante una década y que se ha encontrado con José Mourinho al frente.
1 comentario:
exelente manera de plasmar cada momento de este partido tan significativo
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