Se veía venir. Es lo primero que pensé cuando vi como el romanista Taddei anotaba el 0-1 en el Bernabéu merced a un colocado testarazo a la escuadra de Íker Casillas. Corría el minuto 72 del Madrid - Roma (1-2) y el conjunto local apenas había dispuesto de un par de ocasiones de gol para remontar la eliminatoria, un pobre bagaje para el equipo más laureado en la historia de Europa. Enfrente tenía a un equipo ordenado y tácticamente sobresaliente, que, apoyado en un espléndido Totti, había sabido hasta entonces manejar los tempos de un partido soporífero, indigno de lo que estaba en juego.
De poco serviría el postrero gol del omnipresente Raúl y el posterior arreón final, porque la eliminatoria ya estaba cerrada desde el minuto 70. En ese momento Pepe se autoexpulsó de manera estúpida tras ver la segunda amarilla por una falta a la altura de la línea de fondo. El Madrid se había quedado con diez jugadores, precisamente en el punto en el que más necesitaba de todos sus futbolistas, en el momento en el que el fútbol suele sustituirse por la épica.
Sin embargo, dudo mucho que con los once en el campo hubiera podido ofrecer mucho más en esos instantes finales. La primera hora de juego del encuentro se podría describir como un encefalograma plano madridista, sustentado en un juego axfisiado y carente de ideas en el que los únicos capaces de brillar fueron Gago y Baptista. El primero es un jugador que día a día se afianza en el mediocentro merengue y que con confianza puede convertirse en una nueva referencia para el equipo, como lo fueron en su momento Ulrich Stielike o Ricardo Gallego. El chaval tiene jerarquía y además ofrece trabajo y brega, algo sin duda muy apreciable. Pero no nos engañemos, no es el nuevo Redondo como muchos lo han intentado vender, porque carece de un último pase destacable. Lo suyo es robar e iniciar el juego, otorgándole a sus compañeros la responsabilidad de poner la magia .
Por su parte, Baptista hizo lo que pudo, es decir, un par de tiros lejanos. El primero de ellos apenas puso en apuros al meta Doni, mientras que el segundo hizo temblar la escuadra romanista. Pero nada más. El brasileño es un portento físico aderezado con grandes dosis de técnica, lo que no es suficiente para considerarle un buen delantero. Es cierto que en el Sevilla marcó 50 goles durante sus dos temporadas en el conjunto hispalense, pero lo hizo siempre como segunda referencia ofensiva e incluso en ocasiones como tercera. Conclusión, no es un nueve.
Como tampoco lo es Raúl. El siete nunca debe jugar como jugador más adelantado del equipo, porque ése no es su lugar. Por sus características e inteligencia en el campo el madrileño siempre ha anotado goles, pero lo ha hecho a la sombra de un delantero referencia que lo acompañe. Y es que cuando Raúl está en el área contraria crea preocupación en la zaga contraria, pero nunca miedo. Situarle como único punta apoyado en un segundo delantero como Baptista es prácticamente renunciar a una intensidad ofensiva tan necesaria en este encuentro.
Las bajas y algo más
Se echó en falta, pues, a Van Nistelrooy. El holandés es quizás uno de los tres mejores delanteros del mundo, lo que ha llevado al Madrid a depender mucho de él. De hecho, la crisis de resultados del club de Concha Espina ha llegado coincidiendo con el bajón físico del ariete, lo que es muy preocupante. Un problema que se agrava de manera voluntaria por la actuación de Schuster, quien prácticamente se niega a alinear a su recambio más claro dentro de la plantilla, Roberto Soldado. Parece que el rubio entrenador le tiene fobia a todo aquello que huela a nuevo y proceda de la cantera, sobretodo si no se ha fogueado en el Real Madrid durante más de seis meses.
Se echó en falta, pues, a Van Nistelrooy. El holandés es quizás uno de los tres mejores delanteros del mundo, lo que ha llevado al Madrid a depender mucho de él. De hecho, la crisis de resultados del club de Concha Espina ha llegado coincidiendo con el bajón físico del ariete, lo que es muy preocupante. Un problema que se agrava de manera voluntaria por la actuación de Schuster, quien prácticamente se niega a alinear a su recambio más claro dentro de la plantilla, Roberto Soldado. Parece que el rubio entrenador le tiene fobia a todo aquello que huela a nuevo y proceda de la cantera, sobretodo si no se ha fogueado en el Real Madrid durante más de seis meses.
Es el caso del valenciano, quien se quedó esta temporada en el Madrid bajo falsas promesas. Soldado es un delantero que a mí personalmente me parece perfectamente válido para el equipo, porque posee todas las características que necesita un jugador para su posición: es bueno técnicamente, remata notablemente tanto con el pie como con la cabeza, tiene multitud de recursos ofensivos, no se desmarca mal y además, tiene gol. Todo a los casi 23 años y con ya una internacionalidad a sus espaldas. ¿Qué más quieres, Bernardo?
Para completar la lista de errores, el colmo del despropósito táctico llegó con el planteamiento que ayer presentó el Madrid. Alineó un centro del campo con el manido y temido trivote, con Gago y Diarra en las tareas de recuperación y Guti en la organización. El malí es hoy por hoy un jugador que resta más que suma y que tras la Copa de África debería haber perdido la titularidad en favor de un jugador de banda. Por eso, a la Roma le bastó con atar al torrejonero, porque con Diarra desaparecido y con Gago aplicándose en tareas defensivas, el conjunto blanco fue incapaz de darle la salida al balón. Algo que se cumplimentó trágicamente con el hecho de que apenas había jugadores que se les moviesen por delante: las bandas estaban totalmente huérfanas, mientras que Robinho acusaba su lesión y prefería intentar la guerra por su cuenta entrando por el centro.
Como excusa, es verdad que junto a Van the Man faltaban otros jugadores importantes para el equipo, como son Robben, Sneijder, Metzelder, Saviola y Ramos. Éste último se echó especialmente en falta ayer, porque era junto a Raúl el único capaz de ponerle una marcha más al encuentro, justo lo que el equipo necesitaba. Y es que los diarios deportivos habían apelado mucho en las horas previas a la manida frase de Juanito de Noventa minuti in Bernabéu son molto longo. Pero la realidad es que durante toda esta temporada, y especialmente ayer, el Madrid dio síntomas de haber perdido la garra y entrega que siempre le han caracterizado; y que en junio le permitió ganar una Liga de manera casi milagrosa.
Este no es mi Real. No hay que olvidar que este curso el equipo ha tenido la posibilidad de remontar tres eliminatorias en el Santiago Bernabéu (Sevilla en la Supercopa, Mallorca en Copa y Roma en Champions) y en las tres ha acabado saliendo escaldado. Ni siquiera ha sido capaz de dominar los partidos, ni siquiera ha sido capaz de hacer creer al público en la remontada. Y el Bernabéu necesita mucho eso de la fe, porque es un estadio que depende en gran medida de la temperatura a la que se encuentren las camisetas merengues. Si no hay entrega en el campo, el aficionado madridista no se entrega en la grada. Pero como vea que sus jugadores se dejan la piel, pobre del rival...
Benito, Camacho, Pirri, Gento, Hierro, Raúl, Ramos... la historia blanca ha estado repleta de jugadores que ponían todo en el terreno de juego, que no daban nunca un balón por perdido. Ayer eso no se vio, y el resultado fue un partido anodino en el que parecía que el equipo no se jugaba nada. Poco a poco parece que el espíritu de garra que le implantó Capello al conjunto se ha ido perdiendo en detrimento de un equipo sin referentes que ayer naufragó por el terreno de juego sin un atisbo de entrega.
Y es que puede que la calidad como única receta sea suficiente para ganar una Liga como la nuestra, pero visto lo visto, es insuficiente para campeonar en Europa. Para ganar la Champions se necesita algo más. ¿El qué? Busquen en los libros de historia merengues...
2 comentarios:
Eso, busquen en los libros de historia merengue. En ellos podrán encontrar un manual de instrucciones titulado: "Cómo ser el mejor equipo del mundo robando a grandes y pequeños y encima presumir de ello". Buen consejo para los madridistas, buen consejo, seguid así.
Sólo una cosa más... el delincuente no vive siempre, lleváis mal camino y algún día se hará justicia y el Madrid ganará sí, seguirá ganando, pero sin los robos esas victorias bajaran muuuucho en número.
Veamos, 42 minutos, 16 páginas vistas, y todo ello desde el curro...joder, Krasto, te has quedao a gusto, no? xDDD
Como se entere cintora te va a poner el sobaco en toda la jeta, así que procura que no te pille.
En fin, que nada, que me alegro de que te empapes de madridismo con este blog.
Venga, que pronto nos veremos las caras xD.
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