Hemos llegado al mes de noviembre con todo noticias positivas para el Real Madrid.
Son tantas las buenas sensaciones que desprende el club -tanto en
fútbol como en baloncesto- que hasta puede llegar a preocupar, pues es
bastante extraño que todo marque viento en popa a toda vela sin que haya
aún alguna 'pega'. Y es que en esto del deporte es casi imposible que
todo salga casi perfecto durante toda una temporada, por lo que no cabe
duda de que en algún momento del curso llegará el instante en que
aparezcan las curvas con baches y la conducción no sea tan plácida como
lo es ahora.
Carlo Ancelotti es un hombre bastante curtido en estas 'lides' y la semana pasada lo avisó
en rueda de prensa: "lo que más me preocupa es que el equipo esté
recibiendo ahora tantos elogios, porque eso significa que cuando
perdamos nos lloverán las críticas". Tiene toda la razón, porque si algo
caracteriza a la prensa deportiva es que no sabe de 'grises'. Lo que
vende periódicos es el debate y el morbo, por lo que la polaridad y los
extremos son los principales ingredientes de sus páginas. En el fútbol
no suele haber términos medios porque lo templado interesa a muy pocos.
Por eso ahora estamos en una época en la que el Real Madrid está en un altar mientras el Barcelona está en el purgatorio, paso previo a un particular 'infierno' en caso de que se descuiden.
Durante años los papeles han estado invertidos, por lo que al
madridismo ahora le toca disfrutar de la cresta de la ola que marca el
nuevo ciclo del fútbol español y europeo. Pero ojo, porque aquí lo más
complicado no es llegar, sino mantenerse. La historia es clara en este
aspecto, pues desde que la Copa de Europa es Champions League
ningún equipo ha logrado ganar dos ediciones consecutivas esta
competición. En la era moderna no ha habido un club que haya marcado una
era en Europa, ni siquiera el Barcelona de Guardiola, el cual siempre tendrá el lunar en su historia de haber sido frenados por el Inter de Mourinho. Y es que sin el portugués lo mismo ahora estaríamos hablando de tres Champions seguidas de los culés.
El asunto es que el reto de la 'Undécima' es doble. Por una lado está el deseo eterno del madridismo de ganar la Champions de
la temporada y por otro el de ser los primeros en conseguir ganar dos
consecutivas. Pero para llegar a las puertas de conseguirlo aún falta un
mundo. Siete meses en fútbol es casi una eternidad, así que de muy poco
sirve ahora estar arrasando en la Liga y en Europa si luego en febrero o marzo no se mantiene esta regularidad y se pierden partidos. Por eso hace bien Ancelotti
en mandar ahora un mensaje de prudencia, pues este es el momento idóneo
para pararse y echar un vistazo al calendario que le espera al Madrid
en los próximos meses, ya que en breve cada paso que dé el equipo tendrá
que darse con mucho cuidado y tiento.
En este sentido el mes de noviembre todavía es benigno para los intereses merengues, con salidas a priori asequibles a Eibar, Málaga o Suiza. Pero a mediados de diciembre llegará la hora de la verdad. El Mundial de Marruecos
será el pistoletazo de salida para una vorágine de encuentros que casi
convertirá en una broma el calendario que tuvo el equipo los años
anteriores. Y es que además de los viajes del mes que viene a África o Dubai - para un amistoso ante el Milan-, en enero la Liga y la Copa prometen estar en máxima ebullición. Si todo sale conforme a lo esperado y el Madrid avanza rondas en la competición del K.O., podría haber un doble derbi y un doble 'Clásico' en sólo unas semanas. Toda una locura, paso previo a la recta final de temporada que se iniciará en febrero con la Champions en el horizonte.
La idea es que en sólo un mes el Madrid iniciará su verdadero
camino de baches. Habrá cuatro competiciones en juego y de poco servirá
llegar como un tiro si se tropieza por el camino en algunos de ellos. La
misión de Ancelotti será compleja, pues por un lado deberá
mantener frescos a sus futbolistas con rotaciones y por otro tendrá que
hacer trabajo psicológico para evitar el desgaste que provoca haber
satisfecho muchas expectativas a principios de noviembre. La temporada
pasada el equipo llegó a mayo con las opciones abiertas en la Liga y Champions y
tuvo que rechazar una de ellas para poder ganar la otra. Así que nadie
quiere que este año se repita la historia porque la sensación que hay es
que este Real Madrid va muy en serio y puede y debe aspirar a ganar todo.
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