En las últimas horas el fichaje de Gareth Bale se ha vuelto a
enfangar. Justo cuando parecía que la operación se iba a desatascar con
una reunión entre Florentino Pérez y Daniel Levy resulta que es cuando
se ha vuelto a complicar. Pero hoy por hoy no hay nada por lo que
preocuparse, pues todos estos movimientos son el resultado de las
planificadas estrategias que están siguiendo los dos clubes.
A estas
alturas es evidente que el Tottenham se ha descolgado pidiendo más de
100 millones de euros por su estrella. Un precio exagerado y desorbitado
que, como es lógico, el Madrid no desea pagar. En Concha Espina están
hartos de tener que abonar prácticamente siempre cifras infladas por el
simple hecho de ser el club más rico del mundo, por lo que también han
empezado a jugar sus bazas. Las recientes palabras de Florentino para la 'ESPN' no han sido casualidad, pues con ellas el mandatario merengue ha mandado un mensaje con mucho estilo que viene a decir que el negocio siempre es cosa de dos y que no pasarán completamente por el 'aro' de Daniel Levy.
En este caso, como en muchos otros, el Madrid sabe que juega con cartas ganadoras. La clave de todo este asunto es siempre el futbolista. Y Bale quiere jugar en el Real Madrid. Lo desea. Y parece dispuesto a llegar bastante lejos para conseguirlo. Por lo pronto lleva un par de semanas aquejado de unas extrañas lesiones que no le han permitido estar en el trabajo diario junto a su equipo. Sin llegar a ser un acto de rebeldía es evidente que el galés prefiere estar apartado estos días. Sabe que su futuro no está en Londres y no quiere perder más tiempo trabajando junto a Villas-Boas.
Todavía quedan tres semanas para el cierre del mercado. Eso es mucho
tiempo en el mundo del fútbol, y más si hablamos de fichajes. Por lo tanto, aquí nadie tiene prisa.
Salvo, quizás, el propio jugador. Pero el Madrid seguramente va a dejar
pasar el tiempo de forma inteligente, pues sabe que cada día que pasa
el problema de Bale se le hace más grande al Tottenham. Los precedentes
han demostrado que un jugador a disgusto siempre acaba siendo vendido
por su club. Y con Bale debe repetirse la historia. Los 'Spurs'
están obligados a vender y, cuanto menos quede para el cierre del
mercado, menos estrictos tendrán que ser en el precio.
Las horas y los días pasan y la lesión de Bale cada vez tiene menos
sustento. El inicio de la Premier está a la vuelta de la esquina y el Tottenham no debe permitirse comenzarla sin su máxima estrella, supuestamente aquejada de una lesión bastante trivial. Ante eso no le queda otra que escuchar al Real Madrid y negociar. Y lo que ahora son 115 millones de euros en una semana podrían ser 105 y en dos 100 millones. Un precio que seguirá siendo exagerado, pero que el conjunto blanco estará dispuesto a pagar. Florentino ya dijo durante su campaña electoral que "los jugadores nunca son caros o baratos". Para él son rentables o no lo son. Y Bale es de los primeros.
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