Cada pretemporada el Real Madrid tiene complicado superarse en lo que a ilusión respecta y este año el listón estaba realmente alto tras la conquista de la 'Décima'. Sin embargo, Florentino está haciendo los deberes de manera perfecta y todo hace pensar que en septiembre tendrá una matrícula de honor por
sus fichajes veraniegos. Aunque para ello será necesario mantener el
equilibro en la plantilla y no obviar la importancia de contar con
jugadores de contención para sostener al Madrid más talentoso desde la 'era galáctica'.
Más allá de la necesidad o no de James Rodríguez, de la que ya hablé en estas líneas
hace varias semanas, el fichaje del colombiano es una gran operación.
Tanto a nivel deportivo, por tratarse de una estrella en ciernes, como a
nivel económico y mercantil. Y de Kroos se puede decir
más de lo mismo. Son dos grandes jugadores que vendrán para incrementar
aún más el talento del centro del campo merengue y que multiplicarán
las opciones ofensivas de las que dispondrá Carlo Ancelotti.
Porque no cabe duda de que son dos futbolistas de claro perfil atacante
que terminará jugando en posiciones más o menos avanzadas.
Queda claro, por tanto, que el club está apostando por
centrocampistas atacantes. Pero mientras tanto se habla mucho de la
posible salida de Sami Khedira, al mismo tiempo que Casemiro ya entrena en el Oporto tras cerrar su cesión por un año. El alemán está jugando sus bazas, que no son otras que los 11 meses de contrato que le restan con el Real Madrid.
El club le ha ofrecido renovar un par de veces, pero el campeón del
mundo está dilatando la decisión para olfatear el ambiente y ver si en
enero algún club le podría por un suculento contrato a sumar a una
atractiva prima de fichaje.
La de Khedira es una situación a la vez peligrosa y
delicada. Peligrosa porque el alemán es uno de los tres centrocampistas
de corte defensivo (junto a Illarra y Xabi) que ahora
mismo dan equilibrio a la plantilla. Y delicada porque con buena lógica
el Real Madrid no está muy dispuesto a dejar que Khedira
caduque su contrato sin renovarle. Si el futbolista quiere dejar el
club este verano es el momento, pues podrá sacar poco más de 20 millones de euros por
su venta. Por lo tanto, en este asunto urge tomar una decisión
inmediata, a ser posible en la primera quincena de agosto, una vez que
el teutón se reincorpore de sus vacaciones.
Hace justo un año Carlo Ancelotti llegó al Real Madrid
con la palabra "equilibrio" en la boca. Y la utilizó como premisa para
confeccionar su equipo. Lo consiguió porque el conjunto blanco logró la 'Décima' y la Copa del Rey. Sin embargo, los fichajes de Kroos y James y la baja de Casemiro ha descompensado un poco la balanza hacia el ataque. Por eso el papel de Khedira es
fundamental. O en su defecto, si el alemán saliera, de un jugador de su
mismo perfil. En este contexto no se puede olvidar que también está
previsto que salga Di María, un jugador que precisamente era clave por su capacidad de estar arriba y abajo en cada momento. De ahí que el Real Madrid
no deba permitirse la venta del argentino y el alemán sin plantearse la
llegada de, al menos, un recambio para el centro del campo.
La 'era galáctica' de principios de siglo no llegó demasiado lejos precisamente por eso: Makelele fue uno de los pocos sostenes que tenía el centro del campo de semejante constelación de estrellas. Porque ese Real Madrid
fue uno de los mejores conjuntos jugador por jugador de todos los
tiempos, pero no tenía mucho de 'equipo'. La prueba es que cuando el
congoleño se marchó todo empezó a caer como un castillo de naipes.
Ahora, en cambio, Ancelotti cuenta con estrellas ensambladas en un
'equipo'. Es el matiz diferenciador. No me cabe ninguna duda de que el Real Madrid de hoy está mucho más preparado y completo que el de Roberto Carlos, Zidane, Beckham, Figo, Raúl o Ronaldo. Pero para seguir así no puede renunciar a contar con 'obreros' como Khedira o Illarra.
Así que por mucho que guste mirar hacia delante, no nos olvidemos de
mirar también hacia atrás, no nos vayamos a dejar por el camino el
equilibrio que tanto nos costó conseguir.
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