El Real Madrid
lleva varios años en los que no tiene suerte con las lesiones. Pero al
fin y al cabo, son acontecimientos normales en el fútbol y en cualquier
otro deporte, por lo que sólo queda prepararse para cuando estas
lleguen. Y en el caso del club blanco no hay duda de que Carlo Ancelotti cuenta
con una plantilla lo suficientemente potente y profunda como para
lograr minimizar en las próximas semanas la ausencia de jugadores tan
importantes como James Rodríguez o Sergio Ramos.
La llegada en el mercado invernal de Lucas Silva y Odegaard ha servido para pulir las pocas 'aristas' estructurales que tenía este equipo. La salida de Xabi Alonso
en los últimos días de agosto debilitó claramente la medular, aunque el
técnico intentó paliar esta importantísima baja 'incrustando' a James en el puesto de interior. Así, el colombiano pasó de ser un claro mediapunta a un centrocampista de recorrido, lo que obligó a Kroos
a retrasar su posición para ocupar el puesto que había dejado libre el
tolosarra. Fue una decisión inteligente que el tiempo reveló como
acertada, pero que al mismo tiempo resultó tan eficiente que Ancelotti no quiso despegarse de ella.
El efecto de este apego fue una 'sobreexposición' de los tres centrocampistas - Modric, Kroos y James
-, por lo que no tardaron en notar los efectos del cansancio. De hecho,
casualidades o no, a principios de febrero se puede decir que dos de
ellos han sufrido dos lesiones importantes. Así que al entrenador, poco
amigo de las rotaciones, no le está quedando más remedio que recurrir a
ellas para solucionar sus problemas. Y en este punto es donde la
profundidad de plantilla ganada hace unas semanas con Lucas Silva y Odegaard puede venir muy bien al equipo.
Lo curioso del caso es que durante semanas hemos estado especulando con quién podría ser el 'sacrificado' cuando regresara Modric
de su lesión, pero ahora ya lo sabemos. La solución se ha presentado de
forma anticipada y por obligación, si bien todavía habrá que esperar
algunas semanas para volver a disfrutar del juego croata. Así que a Ancelotti
no le va a quedar otra que recurrir al banquillo para que el equipo
siga progresando de forma satisfactoria durante estas semanas y a la
espera de que James vuelva a estar listo.
Pero no hay problema. O no debería haberlo, porque el Real Madrid ha
confeccionado con inteligencia la plantilla. El 'míster' tiene a su
disposición tres centrocampistas - Illarra, Khedira y Lucas Silva
- que en teoría no parten con la vitola de ser titulares, pero que
deben aportar en las próximas semanas. Lógicamente no están entre los
mejores futbolistas del plantel, pero tienen categoría y nivel
suficiente para hacer que el equipo no baje su nivel cuando ellos estén
en el once. En el caso de los dos primeros así lo demostraron el pasado
miércoles en el partido ante el Sevilla, pues tanto el vasco como el alemán cumplieron en los minutos que estuvieron sobre el césped.
La clave de su rendimiento estará en la confianza que les dé su
entrenador. Los jugadores necesitan minutos y estabilidad para rendir a
su máximo nivel, por lo que la misión de 'Carletto' debe ser encontrar el sustituto ideal de James que sea capaz de hacer de 'puente' en el equipo hasta que regrese Modric. Más allá de la eliminatoria de Champions
el calendario del equipo no será muy exigente en el próximo mes y
medio, de forma que los próximos partidos serán una buena prueba para
que el entrenador experimente con nuevas fórmulas y combinaciones en el
centro del campo.
Por fortuna el problema de James no debería irse más allá de los dos meses y medio, mientras que a Modric
se le espera en el plazo de un mes máximo. Así que si el infortunio no
vuelve a cruzarse con el equipo en lo que resta de temporada - crucemos
los dedos - el Madrid podría tener de nuevo su
plantilla más o menos al completo y en buen estado de forma para el mes
de mayo. Justo en el momento en el que se empezarán a decidir los dos
títulos en juego, por lo que ahora toca centrarse en pasar el 'trago' de
estas bajas con lo que hay en el vestuario, que es tanto y tan bueno
que estos infortunios nunca deben acabar siendo una justificación si al
final el fracaso acaba llamando a la puerta del Real Madrid.
viernes, 6 de febrero de 2015
Ante tanta lesión... plantilla
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Wordsentinel
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domingo, 1 de febrero de 2015
El Madrid empieza a invertir en el éxito del mañana
Para el Real Madrid
la cantera siempre ha sido un pilar básico. Formar a jugadores jóvenes
es prácticamente una obligación para cualquier club que presuma de estar
entre los más grandes del mundo, por lo que a lo largo de su historia
el conjunto blanco ha ido cumpliendo con ella con mayor o menor éxito.
Aunque, todo hay que decirlo, en los últimos años la sensación era de
que había un cierto desinterés en lo que podían ofrecer los filiales al
primer equipo, porque en caso de duda los responsables deportivos e
institucionales siempre se decantaban antes por el jugador foráneo que
por el de la casa.
No se puede negar que hasta hace un par de años la cantera del Real Madrid
ha pintado bastante poco a la hora de confeccionar la primera
plantilla. La filosofía del club en las últimas temporadas ha sido más
la de buscar fuera jugadores que podían dar un rendimiento inmediato que
intentar encontrar en Valdebebas a futbolistas que necesitaban
paciencia y tiempo para explotar. Era una política que se resumía en
gastar grandes cantidades de dinero por nombres puntuales mientras que
los mejores jugadores del Castilla se dispersaban por toda la geografía
europea ante la falta de oportunidades en el equipo más exigente del
planeta.
Pavón, Raúl Bravo, Miñambres, Palanca, Balboa, Negredo, Jurado, Soldado, Borja Valero, Callejón...
son jugadores que llegaron, pero no se quedaron. Todos ellos tuvieron
que buscarse las oportunidades fuera y la mayoría acabaron demostrando
que tenían un nivel adecuado para estar en equipos importantes. Por eso
hoy la 'Fábrica' sigue siendo una de las dos o tres canteras más
productivas del fútbol mundial, aunque realmente eso al Real Madrid no le ha dado muchos réditos al no poder nutrirse de ellos.
Así pues, el Madrid ha cometido errores en su
política de cantera, aunque en su defensa hay que decir que sus últimos
15 años han sido muy convulsos. Se podría decir que demasiado, pues en
este tiempo no se han ganado muchos títulos y el juego del equipo no ha
sido brillante salvo épocas puntuales. Algo que ha sido todavía más
difícil de llevar si se tiene en cuenta que mientras tanto el Barcelona lograba casi del 'tirón' tres de sus cuatro copas de Europa, además de otros muchos logros. Por eso es comprensible que el Madrid no
tuviera ni tiempo ni paciencia para arriesgar con sus jugadores jóvenes
y prefiriera tirar de chequera en su ansiedad por lograr resultados
inmediatos.
Pero esta época ya ha acabado. La 'Décima' ha traído estabilidad y tranquilidad.
Ya no ha prisas ni precipitación, pues por fin hay un proyecto y una
base ganadora. El club ha dado con la tecla y ha abierto los ojos. En
Concha Espina se han dado cuenta de que la juventud es el camino y que
se puede conjugar en una sola esa doble política de 'Zidanes y Pavones'
de la que tanto hablaba el presidente la década pasada. Ahora la nueva
estrategia es traer 'cracks' jóvenes para formarlos en la mejor Ciudad
Deportiva del mundo y, después, en función de cada caso, cederlos a
otros clubes o directamente aprovecharlos para el primer equipo.
En consecuencia, el Madrid se ha dado cuenta que
probablemente sea mejor fichar a diez grandes promesas por 3 millones de
euros cada una que a un gran jugador por 30 millones de euros.
Porque a poco que dos o tres de esos jóvenes jugadores le salgan bien
se amortizará con seguridad el total invertido. Así que este está siendo
el camino a seguir con jugadores como Abner, Peeters, Asensio u Odegaard.
En el club se han propuesto que varios de los mejores futbolistas
sub'21 del mundo sean del Real Madrid y en ello está. Se ha pasado de
fichar a los Balones de Oro a querer fabricarlos y esa es una estrategia
que por sí sola llena de ilusión a la afición.
Por eso es inevitable no pensar que las cosas se están empezando a
hacer mejor que bien. No hay más que ver la primera plantilla del equipo
blanco para darse cuenta de que es una de las mejores de su historia y
de que está plagada de jugadores jóvenes. Kroos, Varane, Carvajal, Marcelo, Lucas Silva, Jesé, Bale, Isco o Benzema
garantizan un mínimo de 5 años - y en algunos casos de 10 - de gran
rendimiento. Todos son grandes representantes de su generación, aunque
el Madrid no se conforma con ello y ya trabaja en la siguiente.
Al club le ha costado mucho tiempo regresar a la cima del fútbol
mundial, así que es lógico que ahora ya no quiera volver a abandonarla. Y
qué mejor que asentar los cimientos de su trono contratando ya a las
mejores estrellas del futuro. Porque si estos jugadores salen mal
siempre habrá tiempo para traspasarlos para recuperar al menos la
inversión inicial, pero si salen bien el fútbol mundial promete ser
blanco durante un ciclo muy largo. De manera que no deja de ser una apuesta acertada y perfectamente asumible, ya que las opciones de éxito son muy elevadas y el riesgo existente es prácticamente nulo.
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domingo, 25 de enero de 2015
Illarra, el único jugador 'inconcluso' de Ancelotti
Hace unos días Carlo Ancelotti señalaba en una entrevista para 'Marca' que "este mes no habrá fichajes. Nuestro fichaje será Modric, pero sin prisa". Pues bien, antes de que la semana haya acabado Lucas Silva ya está en Madrid tras
cerrarse una operación que se ha precipitado en los últimos días por
unos motivos que, por una cosa u otra, el club prefiere mantener lejos
de la prensa. Sin embargo, no hace falta ser muy avispado para entender
que tras esta maniobra hay una evidente intención de mandarle un claro
mensaje a los dos grandes perjudicados por el fichaje, Asier Illarramendi y Khedira.
En el caso
del jugador alemán no cabe duda de que su deseo de renovar ha llegado
demasiado tarde. El centrocampista decidió demorar tanto sus
negociaciones con el conjunto blanco que se ha acabado encontrando que
ahora, cuando él quiere seguir, es el club el que no tiene ninguna
intención de que así sea. Su tren pasó hasta en un par de ocasiones el
año pasado cuando el Madrid le planteó una oferta de
renovación acorde a su irregular rendimiento, pero el campeón del mundo
prefirió 'apretarle las tuercas' al club apurando el tiempo. Pero con lo
que no contaba era con tener un rendimiento tan pobre en el inicio de
temporada, el cual le ha acabado sentenciando como integrante de la
plantilla.
Con Khedira más fuera que dentro el otro jugador señalado ha sido Illarramendi. El Real Madrid
hizo una de sus apuestas más arriesgadas de los últimos años
fichándole. En el verano de 2013 el vasco era simplemente un buen
jugador, un futbolista que apuntaba maneras en la Real que se acababa de clasificar para la Champions y que además acababa de deslumbrar en el Europeo sub'21.
Pero a pesar de todo ello, su precio no era ni de lejos los casi 40
millones de euros que pagó el club. Quizá lo justo hubiera sido abonar
la mitad, o poco más. Pero Florentino, tan acostumbrado a pagar sobreprecios por el simple hecho de ser el Real Madrid, aceptó la situación y abonó la cláusula por el de Mutriku.
El jugador llegó a Chamartín con la vitola de ser el supuesto sucesor de Xabi Alonso, pero desde el primer momento se comprobó que no tenía ni el carácter ni la jerarquía de su paisano. Triunfar en el Real Madrid es realmente complicado y la suerte tiene que acompañar. Pero en el caso de Illarramendi
la suma de factores no se le hizo fácil de llevar y lo acabó pagando en
momentos concretos. Especialmente llamativo fue su error en Dortmund,
tras el cual Ancelotti no se cansó de decir que seguía contando con su
confianza. Sin embargo, a la hora de la verdad en la final de Lisboa el futbolista que cubrió la baja de Xabi fue Khedira, quien acababa de salir de una lesión.
La justificación del técnico entonces fue que prefería al alemán
porque es más alto y fuerte para defender las acciones a balón parado
del Atlético de Madrid. Eso fue lo que dijo, aunque
probablemente lo que pensaba iba un poco más allá. Porque como hemos
podido comprobar en este año y medio que lleva en el club, una cosa es
lo que dice en público Ancelotti y otra lo que piensa. A
la hora de hablar en público piensa como hombre de club, por mucho que
su discurso luego contradiga los hechos. Por eso el italiano siempre ha
intentado defender a Illarramendi, aunque luego a la hora de la verdad prácticamente no le haya dado su confianza.
A los hechos hay que remitirse, pues el futbolista no está
triunfando. Y no lo está haciendo porque sencillamente está jugando muy
poco. Cuando lo ha hecho no lo ha hecho mal, e incluso se podría decir
que ha tenido buenos partidos. Pero en ningún momento se ha echado el
equipo a la espalda ni ha demostrado la personalidad que todo jugador
que quiera triunfar en el Madrid debe tener. Quizá por
no sentir una verdadera confianza del entrenador, quizá por tener
implícitas esas características en su forma de ser. Probablemente todo
no sea más que una 'pescadilla' que se muerde la cola y que ha dejado a Asier dentro de un círculo vicioso que le está empezando a sacar del club.
Es una pena, porque Illarramendi no es mal jugador y
si se va lo va a hacer dejando la sensación de que se ha dejado mucho
en el tintero. Sus trazas han sido de futbolista aprovechable, pero que Ancelotti parece
haber dejado por imposible. Algo raro en un técnico cuya gran facultad
es la de 'moldear' jugadores para hacerlos aprovechables para sus
planes. Di María, Isco o James son resultado de su gran
mano diestra para sacar petróleo de sus hombres; por lo que llama la
atención que con el vasco no lo haya podido conseguir. Él está siendo su
única 'obra' inconclusa en el equipo, la única excepción en su
magnífica gestión del vestuario.
Así pues, ahora vendrá Lucas Silva y en julio probablemente lo haga Casemiro, por lo que Illarramendi
tendrá que buscarse las 'habichuelas' en otro equipo. No será más que
cambiar una decepción por una nueva ilusión, aunque es inevitable tener
un par de dudas razonables: ¿el brasileño realmente es mejor jugador que
el vasco? ¿Dará este nuevo fichaje mejor rendimiento que un futbolista
que conoce la Liga, el club y que ya está adaptado al equipo? Yo desde
luego las tengo, si bien esperaré para ver lo que Ancelotti consigue sacar de Silva. Aunque pase lo que pase, nunca podré evitar la sensación de que con Illarra se ha perdido la paciencia muy pronto y de forma injusta.
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domingo, 18 de enero de 2015
Cuando la persona eclipsa al entrenador
Hace tiempo que Carlo Ancelotti me recuerda a Del Bosque. El
italiano es un magnífico gestor de vestuarios y de egos, pero a la hora
de demostrar dotes de estratega a pie de campo se le notan costuras. Y
el técnico que más fácilmente destaca estas carencias es el 'Cholo' Simeone,
un hombre que una y otra vez es capaz de desesperar al rival de la
capital y que por ello se está ganando con todo merecimiento ser la
némesis del entrenador del Real Madrid.
Digo que 'Carletto' me recuerda al salmantino porque es raro
escuchar a un jugador de los que ha entrenado que hable mal de él. El
secreto de su éxito en su primer año en el Madrid ha sido básicamente
reconstruir el vestuario tras el legado dejado por Mourinho. Hace
un par de años muchos se atrevieron a decir que tras el paso del
portugués no iba a crecer ni la hierba en el club por un tiempo, como si
se tratase del Atila del fútbol. Pero nada más lejos de la realidad, pues hubo dos aspectos claves: uno, el de Setúbal dejó hecha y cimentada la estructura de un equipo joven y ganador; y dos, Ancelotti fue
el mejor 'míster' posible para volver a cohesionar anímicamente un
vestuario que había acabado dinamitado tras la temporada 2012/13.
Antes que entrenador Ancelotti ha resultado ser una buena
persona. Y eso en ocasiones es suficiente para que la mejor plantilla
del mundo tenga la estabilidad necesaria para encontrarse cómoda y pueda
rendir a su máximo nivel. Sin embargo y como todo en la vida, el exceso
tampoco es positivo y este entrenador abusa en ocasiones de un cierto
'buenismo', como a la hora de hacer las alineaciones. Sólo así se puede
entender que un partido tras otro siga empeñado en mantener el mismo
once fijo, sea cual sea la entidad del rival. La temporada pasada el
equipo ya acabó pagando el cansancio y se vio obligado a 'tirar' la Liga
para llegar decentemente a la final de la Champions. Y esta temporada ha vuelto a tener que elegir y descartar la Copa del Rey para poder ir a por Liga y Copa de Europa con opciones de ganar ambas.
Estamos hablando del Real Madrid. No se trata de un equipo más, pues su deber es ganar todo. Hasta ahora nunca ha logrado el triplete - Liga, Copa y Champions
- y este año tampoco se conseguirá, a pesar de tener posiblemente la
mejor plantilla de su historia. Por eso duele que año tras año toque
elegir y poner en un segundo plano alguna de las otras tres para aspirar
verdaderamente a ganar algo. En esta ocasión había equipo para intentar
la hazaña y al final no ha podido ser porque los jugadores han llegado
bastante 'fundidos' al tramo de partidos de enero. Lo cual, por otra
parte, es responsabilidad del entrenador, a quien parece que le cuesta
mucho sentar a las estrellas del equipo aunque el rival sea teóricamente
asequible.
Lo cierto es que no entiendo el empecinamiento de Ancelotti en negar la evidencia de que el equipo ha pegado un importante 'bajón' físico. Kroos dijo hace ya más de un mes que estaba agotado, pero aún así sigue jugando sin parar. Mientras tanto, James no es ni mucho menos el de hace dos meses y Benzema
también atraviesa un preocupante estado de forma. Las sensaciones no
son buenas a día de hoy y el único consuelo que viene es resultado del
disgusto copero, porque sin ella el equipo tendrá varias semanas para
descansar.
No dudo que una vez que regrese Modric y los teóricos titulares recuperen su pico de forma el Madrid volverá a jugar bien, a ganar y a aspirar a la Liga y a la Champions. Pero el entrenador no puede vivir permanentemente 'casado' con un once y con un planteamiento táctico. Bien es cierto que Ancelotti ha dado con la tecla logrando encajar a jugadores como James, Kroos o Isco en
el centro del campo; pero también es verdad que su pecado empieza a ser
su empecinamiento en mantener este planteamiento contra viento y marea.
Hay vida más allá del once tipo y no se puede aspirar a todo teniendo
prácticamente olvidados a jugadores como Varane, Illarramendi, Khedira, Jesé o Chicharito. Ellos también forman parte de la plantilla y no utilizarlos puede acabar costándole caro al Madrid.
Así pues, es inevitable que tenga la sensación de que el Real Madrid está empeñado ahora mismo en afrontar la temporada sólo con la fórmula que le ha llevado a lograr el récord de 22 victorias consecutivas. Como la misma ha funcionado de maravilla durante dos meses toca estirarla como un 'chicle' para
ver hasta donde llega. Pero es de sobra conocido que todo se 'gasta'
tras un uso continuado. No se puede negar el mérito de Ancelotti
de haber encontrado el camino del buen juego y de las victorias, pero al
italiano le está gustando tanto su descubrimiento que puede terminar
por 'cargárselo'. Y todo por no querer - o no saber - aplicar nuevas
soluciones para el equipo en partidos puntuales. El fútbol también es
adaptarse y saber tener 'cintura' para idear cosas nuevas. Justo un
aspecto donde a 'Carletto' no se le ve suelto, quizá por no
alterar el ecosistema de las ambiciones y los egos del vestuario. Y
cuando esto pasa es cuando el entrenador empieza a correr el riesgo de
ser eclipsado por la persona, exactamente lo mismo que ha caracterizado
la carrera de Vicente del Bosque.
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domingo, 11 de enero de 2015
La muralla de Simeone exige a Ancelotti un 'plan B'
Ancelotti tiene un reto: averiguar la forma de 'meterle mano' al Atlético de Simeone. La sensación que hay a día de hoy es que el Real Madrid no deja de chocarse con un muro cada vez que juega contra el actual campeón de Liga.
En el último año y medio los dos técnicos se han visto ya las caras en 9
partidos y aunque el balance está más o menos equilibrado (4 victorias
para el argentino y 3 para el italiano) lo cierto es que el conjunto
blanco prácticamente siempre ha tenido que jugar a lo que quería su
rival.
Desde la llegada del transalpino al banquillo el Madrid ha evolucionado mucho. Evidentemente a mejor. Sin embargo, cuando el rival es el Atlético de Madrid
el fútbol merengue sigue 'criogenizado'. No se percibe evolución
táctica, nuevas variantes, opciones y caminos en el planteamiento de Ancelotti para sortear la defensa numantina de los colchoneros. Simeone tiene
muy clara sus premisas a la hora de jugar contra el eterno rival:
líneas muy juntas, presión en campo contrario, contragolpe y
agresividad. Con esta receta está logrando maniatar al Madrid un partido sí y otro también, mientras que en el banquillo de al lado 'Carletto' no encuentra la tecla.
Son ya tres las derrotas esta temporada del Real Madrid ante
los colchoneros. Y tras cada uno de ellos las excusas que he podido
escuchar han sido muy similares. "No importa, el equipo estaba mal
físicamente", "sí, hemos perdido, pero en Lisboa el Madrid ganó el partido importante". Vale, es cierto que el conjunto blanco ganó la final de la Champions
a los atléticos y eso siempre quedará ahí. Pero en el fondo ese partido
no fue tan distinto de los últimos derbis que hemos podido ver. El
pasado 24 de mayo hubo un equipo bien plantado en el campo - el Atlético- que tuvo en su mano el título hasta el minuto 92:48; y otro que aunque mereció el gol - el Real Madrid- atacó con más corazón que cabeza y que no encontró soluciones futbolísticas hasta que el milagroso cabezazo de Ramos rompió la muralla rival.
Simeone le ha ganado casi siempre la partida a Ancelotti
cuando ambos se han enfrentado. Y también ocurrió en Lisboa, por mucho
que el resultado diga ahora otra cosa. La única excepción fue quizá el
partido de semifinales de Copa del Rey del año pasado en el que
los blancos golearon a los atléticos por 3-0. ¿Y cómo lo lograron?
Fácil, practicando un juego muy directo. Dos de los goles de esa noche
llegaron a partir de disparos lejanos - desde fuera del área- que
entraron en la portería de Courtois antes de entrar. Una
estrategia muy poco explotada por los blancos en los últimos derbis,
pues casi siempre el equipo se ha empeñado en tocar, tocar, y tocar para
intentar entrar en el área rojiblanca con el balón controlado.
Quizá el plan a partir de ahora deba ser pensar menos y chutar más a
puerta, desde donde sea. O abrir más el campo por bandas, aprovechando
la velocidad de jugadores como Carvajal, Bale o Jesé. O tratar de sacar más 'petróleo' de las jugadas a balón parado, un factor que ellos dominan pero del que el Madrid sólo pudo sacar partido en la final de Champions. Las soluciones son múltiples, pero la misión de Ancelotti
es dar con ellas, ya que por algo es el entrenador. El equipo no puede
ni debe seguir dejando pasar el tiempo para tropezar una y otra vez en
la misma piedra de Simeone. Hay que aprender a adaptarse y mutar, porque todavía quedan bastantes 'batallas' por librar ante los vecinos.
En el fútbol no todo es cohesionar piezas, incentivar al vestuario y
comprometer a los jugadores en el trabajo del día a día. También hay que
plantear estrategias sobre el terreno, saber anticiparse al entrenador
rival y buscar la sorpresa. Y en estas está Ancelotti. El técnico
tendrá ante el jueves un nuevo examen ante su 'alter ego' y el
madridismo espera de él algo distinto que sirva para darle la vuelta a
la eliminatoria. Es el momento de reaccionar y de demostrar que también
tiene 'cintura' para adaptarse las ecuaciones que le plantea Simeone. No ya sólo por la Copa, sino por la Liga y la Champions, donde el Atlético promete seguir dando mucha guerra. Todavía quedan derbis por vivir esta temporada y el Madrid no puede seguir dándose contra un muro, porque no siempre llegará un cabezazo salvador en el tiempo de descuento...
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Wordsentinel
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