sábado, 26 de abril de 2014

Coentrao se gana el beneficio de la duda


La trayectoria de Fabio Coentrao en el Real Madrid está siendo extraña y hasta cierto punto incómoda. El jugador nunca ha evidenciado estar adaptado a un club como el merengue e incluso el pasado verano llegó a comentar en su país que no se sentía querido por la afición madridista. En su caso los 30 millones que costó han sido una losa muy pesada que le han complicado bastante la vida y que no le han permitido ser valorado por prensa y aficionados con la suficiente justicia futbolística que merece.

Porque Coentrao es un gran jugador. Quizás no sea el lateral zurdo más habilidoso del mundo, el más rápido o uno de los más peligrosos en ataque, pero sí es uno de esos pocos futbolistas existentes que es capaz de dominar intangibles del juego como la táctica, la colocación o la anticipación. Cuando el portugués está centrado y bien físicamente, pocos jugadores aportan tanto equilibro y estabilidad a la banda izquierda de sus equipos. El problema es que estas dos condiciones no se han dado muchas veces en los tres años en los que lleva en el club, pues su trayectoria en Concha Espina ha estado marcada más por los rumores, las polémicas y las lesiones que por lo que hacía en el terreno de juego.

Y si así ha sido es en parte porque el futbolista no ha puesto mucho de su parte. Cuando Coentrao fichó por el Real Madrid llegó como un prometedor futbolista de vida disoluta. Con anterioridad había probado suerte en Zaragoza, club en el que no cuajó y se ganó cierta fama de fiestero. Sin embargo, en el Benfica recuperó la confianza en sí mismo y logró que el Real Madrid (o más bien Mourinho) se fijara en él. Tanto como para pagar 30 millones de euros por su traspaso, una cifra poco habitual para un lateral izquierdo poco vistoso pero muy efectivo.

La cifra no le hizo ningún favor y él tampoco lo puso fácil. En su primer año alternó titularidades con suplencias. No en vano, su situación no era sencilla por tener que compartir puesto con uno de los mejores jugadores de banda izquierda, el brasileño Marcelo. Pero Mourinho casi siempre recurrió a él en los partidos de gran exigencia para el equipo, por lo que fue un habitual del once madridista en los partidos de enjundia. Y prácticamente siempre cumplió en el campo, aunque fuera de él también dejó algún que otro titular por un comportamiento no muy profesional.

Fabio CoentraoSu segundo año no fue muy diferente al primero, por lo que alternó minutos con el equipo con estancias en el banquillo. Lo que no le impidió ser hasta cierto punto protagonista al ganarse una sonada expulsión en Getafe tras unas diferencias con el árbitro. El año no fue bueno para prácticamente nadie en el equipo y él no fue menos. Así que en verano se quedó sin su gran valedor en el Real Madrid, José Mourinho, lo que le sumió en una crisis de dudas que derivó en su petición expresa de abandonar el equipo y en varias negociaciones abiertas con equipos de la Premier. Incluso el último día del mercado de fichajes llegó a ser jugador del Manchester United por unas horas, aunque la operación no llegó cerrarse porque no hubo tiempo para recortar los famosos 'flecos' dentro del plazo estipulado.

Ahora está en su tercera temporada en Madrid. Quizás la peor de todas por estar su compañero Marcelo a pleno rendimiento y por sus continuas lesiones. Se podría decir que ha sido el lateral suplente del equipo, y eso cuando ha estado en condiciones de serlo. Sus problemas musculares han sido muy habituales y le han impedido tener la regularidad suficiente para poder competirle el puesto a Marcelo. Sin embargo, el destino parece haberle dado una nueva oportunidad justo cuando su tiempo en el equipo parecía agotarse. El brasileño se lesionó hace unas semanas y Ancelotti ha tenido que recurrir a él en varios de los partidos más importantes del curso: Borussia Dortmund, Barcelona y Bayern de Múnich.

Complicadas misiones todas ellas, pero las ha superado con magnífica nota. Ante el Bayern de Múnich fue probablemente el mejor jugador del equipo y de sus botas nació el gol de Benzema. Se le vio implicado, trabajador y en plena forma. Pletórico. El mejor Coentrao desde que está en el Real Madrid justo en el momento idóneo. Hasta hace poco días muchos le situaban fuera del club el próximo verano. Quizás también el propia jugador. Pero sus últimos partidos merecen una reflexión. Si Coentrao quiere, puede. Con el portugués implicado difícilmente haya mejor lateral que él para complementar el estilo alegre y ofensivo de Marcelo. Se habla de Alberto Moreno o Siqueira, pero visto lo visto, el lateral del futuro Real Madrid podría estar ahora mismo en la plantilla. Solo queda que él quiera seguir siéndolo y que esté dispuesto a recuperar la ilusión. ¿Aceptas el reto, Fabio?

domingo, 20 de abril de 2014

La Copa del Rey marca el camino a seguir

Cada temporada el valor de la Copa del Rey es objeto de debate. Se podría decir que es la menos importante de las más importantes competiciones que cada año disputa el Real Madrid. Un título relevante pero que, si se le compara con el palmarés histórico del club, se queda en un simple valor secundario. Sin embargo, la conquista del título del pasado miércoles adquiere un especial valor por lo que puede suponer de cara al final de temporada del Real Madrid.

Hay varios factores que hacen especial la Copa del Rey conquistada en Mestalla. El factor primordial es el espaldarazo moral que supone vencer al eterno rival en un partido que vale un título, sobre todo después de haber caído con él en los dos duelos directos disputados en la Liga. Este año se dicho muchas veces que al Real Madrid le faltaba ganar un partido grande contra un rival de enjundia y lo cierto es que así ha sido hasta el pasado 16 de abril. Entonces el equipo blanco se quitó una enorme espina y demostró que puede ganar a cualquiera en los momentos de la verdad. Sin duda, el título del K.O servirá para demostrar a la plantilla y al cuerpo técnico de que están en un buen camino después de las dudas generadas hace unas semanas en los funestos partidos ante el Barça y el Sevilla.

Además, el triunfo sirvió para dejar patente que no hay 'Cristianodependencia' en este Madrid. Puede resultar una locura, pero la ausencia del portugués mejora el fútbol del equipo. Es hasta cierto punto lógico si se tiene en cuenta que con la falta del luso se pierde al mejor delantero del mundo, pero al mismo tiempo se gana un centrocampista más para la creación. Se juega más y mejor sin Cristiano, pero a la hora de marcar los goles no es lo mismo. Un problema que tampoco es de gravedad gracias a la presencia de jugadores como Bale, Benzema o Isco, capaces de resolver un partido con sus genialidades. La conclusión es que Cristiano debe jugar siempre que pueda, pero su ausencia no constituye ningún drama porque este Real Madrid tiene mucho 'fondo de armario'.

Luego está Bale. El galés tuvo su gran bautismo en Mestalla y demostró que ya es un 'crack' que puede liderar la dinastía madridista 'post-Cristiano'. El galés llegó el pasado verano a Madrid con poca experiencia internacional, por lo que ha necesitado algo de tiempo para ir aprendiendo y madurando en el equipo. Pero no le asustan los retos y la presión no va con él. Bale tiene la suficiente calma como para triunfar de blanco y su golazo en Mestalla servirá para terminar de aposentarle en el equipo. El zurdo ha 'caído' de pie y únicamente tiene que pulir un detalle para ser un potencial Balón de Oro: levantar más la cabeza. El día que pase más el balón y evite acabar él casi todas las galopadas será mejor jugador. Algo que ya aprendió Cristiano y que el Real Madrid también acabará enseñando al galés.

Y por último está la tranquilidad que da un título para afrontar el último mes y diez días de competición. La Liga no está en la mano del Real Madrid, sino en la del Atlético. Pero los títulos hay que 'rematarlos' y eso no es fácil hacerlo para un club que lleva 18 años sin ganar una competición tan importante. Así que el deber del equipo blanco debe ser presionar desde atrás. Y en Champions el reto es mayúsculo: eliminar al mejor equipo de la actualidad y actual campeón de la competición.

El Real Madrid no será favorito ante el Bayern de Múnich, pero eso no será malo. Creo que este equipo sube sus prestaciones cuando se siente inferior a su rival. Ante los alemanes tocará jugar y luchar desde la humildad, como ya se hizo el miércoles frente al Barcelona. Y es que se podría decir que la Copa del Rey nos ha marcado la línea a seguir. Más que nada porque este título nos ha demostrado que con orden táctico e ideas claras el Real Madrid puede ganar a cualquiera.

sábado, 12 de abril de 2014

La final de las dudas

A estas alturas de temporada lo normal sería que tanto el Real Madrid como el Barcelona estuvieran en su punto más álgido. Sin embargo, nada de esto es así. El equipo blanco no está precisamente para tirar cohetes con su fútbol, mientras que el Barcelona acaba de sufrir uno de los varapalos más duros de su historia reciente con su eliminación europea. Por ello, la final de Copa de Mestalla del próximo miércoles tendrá muy pocas certezas y muchas dudas.

Una de sus pocas evidencias es que el Real Madrid no ha logrado este año ganarle al Barcelona en sus dos enfrentamientos directos. En ambos jugó peor que su rival y, sobre todo, fue inferior en el aspecto táctico. En el partido de Liga del Camp Nou Ancelotti regaló 45 minutos empeñándose en utilizar a Sergio Ramos como mediocentro, mientras que en el del Santiago Bernabéu no alteró su frágil 4-3-3 a pesar de que los culés tenían una evidente superioridad en el centro del campo. Todo ello se resume en que el Madrid jugó los dos partidos presa de un evidente complejo de inferioridad y fue incapaz de dominar los tiempos salvo tramos breves de ambos.

No cabe duda que la táctica volverá a ser un elemento decisivo en el tercer partido (y último) de este curso. Hasta ahora Ancelotti se ha mostrado bastante reacio a alterar su esquema natural, pero la previsible ausencia por lesión de Cristiano Ronaldo no le deja excusas posibles. Ante la baja del portugués la situación pide reforzar el centro del campo con un jugador más, quizás Isco como acompañante de Modric, Xabi y Di María. Tanto el malagueño como el argentino son hombres que en un momento dado pueden ayudar a Bale y Benzema en ataque, por lo que con ellos el Madrid no andaría justo de poder ofensivo.

Isco AlarcónTodo sea por evitar que el Barcelona monopolice el balón, o que al menos lo mueva cómodamente como ocurrió en el Bernabéu. El Madrid no puede dejar que el equipo catalán piense y tenga espacios. El Atlético ha demostrado que con una buena presión y con las líneas juntas atrás el equipo del Tata Martino tiende a cortocircuitarse. La final de Copa será un día donde el trabajo sin el balón, la agresividad y la velocidad tendrán que estar presentes para que el Real Madrid sea superior a su rival. Y para conseguirlo será básico equilibrar las fuerzas en la medular y no permitir que Xabi, Modric y Di María tengan que perseguir impotentes el esférico.

Si esto se consigue todo será más fácil, porque el Madrid podrá robar el balón y generar peligro en contragolpes e incluso recurriendo al juego directo. En este sentido el equipo blanco no necesitará complicarse demasiado, porque para eso ya se complica la defensa del Barcelona. La zaga culé es una feria este año y las previsibles bajas de Piqué y Puyol facilitarán aún más las cosas. En el último partido de Liga los de Ancelotti hicieron tres goles y pudieron marcar otros dos o tres más sin necesidad de hacer una brillante actuación. Y en la final de Copa no debería cambiar mucho la historia.

Por lo tanto, el Real Madrid debe cambiar algunas cosas si quiere levantar el primer título de la temporada. Tiene que aprender de sus errores y encarar el 'Clásico' sin miedo ni complejos, yendo a por su rival desde el primer momento y buscando igualar la 'batalla' del centro del campo. El miércoles el Barcelona será un equipo herido y con dudas y lo peor que puede hacer el conjunto merengue es ponerle las cosas fáciles por estar inmerso, a su vez, en sus propias cuitas. Un título estará en juego y con él, una carga de moral enorme de cara a la Liga y la Liga de Campeones.

sábado, 5 de abril de 2014

Los títulos necesitan oxígeno

La temporada acaba de entrar en el mes de abril, por lo que quedan menos de dos meses para dirimir los campeones de todas las competiciones en liza. Es la hora de la verdad, donde los fallos se penalizan y los aciertos se convierten en oro. Unas semanas en las que las piernas no pueden fallar y las cabezas deben estar lo suficientemente lúcidas como para poder soportar el agotamiento y la presión acumuladas. En definitiva, un momento donde el Real Madrid necesita más que nunca a futbolistas como Xabi Alonso o Cristiano Ronaldo.

Sin embargo, es evidente que ninguno de estos dos jugadores llega en su mejor momento a estas alturas de curso. ¿El motivo? Una irregular dosificación de sus esfuerzos, ya que ambos han participado en partidos hasta cierto punto intrascendentes en los que la compensada plantilla del Real Madrid debería haber salido al rescate. Así, de primeras, se podrían mencionar los partidos ante el Schalke y el Rayo Vallecano, dos encuentros disputados en el Santiago Bernabéu, asequibles a priori y en los que tanto el vasco como el portugués fueron titulares sin necesidad. El resultado es que ahora Cristiano Ronaldo anda renqueante y se perdió ayer el vital partido de Anoeta, mientras que su compañero sigue haciendo lo que puede para mantener el tipo como comandante de la medular blanca.

Una de las reflexiones que se puede hacer de ello es que se ha jugado con fuego en la planificación deportiva del equipo para este final de temporada. Es más que evidente que Cristiano es fundamental y vital para que el Real Madrid consiga este año algún título. Sin él sobre el campo las opciones merengues de ganar finales o conquistar puntos se reducen considerablemente. Por ello es casi imperativo dosificarle, darle descanso y oxígeno de vez en cuando. Porque aunque parezca una máquina sobrehumana, no lo es. Y también va cumpliendo años. Ya son 29, una edad idónea para la práctica profesional del fútbol, pero fronteriza a la vez con la etapa final de cualquier carrera deportiva.

Que el luso haya jugado en casa ante el Rayo y se haya perdido el partido de San Sebastián no puede tomarse como otra cosa que como un fallo de planificación. Se puede entender que Cristiano siempre quiera jugarlo todo, pues el 'hambre' competitiva forma parte de su grandeza intrínseca. Pero la tarea del entrenador es hacerle ver las cosas en perspectiva, frenar sus ansias por su bien para que los récords personales que anhela acaben canjeándose por títulos. Y es que la labor del técnico muchas veces no es tan complicada por el hecho de tener que decidir un once tipo, sino por saber modificarlo amoldándose a los partidos y a las rotaciones físicas que reclama una plantilla semana a semana.

Desconozco cómo acabará la temporada Cristiano Ronaldo a nivel físico. O Xabi Alonso. Tampoco sé si el Real Madrid volverá a ser el de hace un mes. Realmente tengo la esperanza de que todo se trate de un simple bache. Pero a día de hoy lo que se aprecia es que este equipo está cansado. De su buena primera parte ante el Dortmund, se pasó a una segunda parte con un conjunto partido que no recibió ningún gol porque Pepe atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Se están corriendo riesgos justo cuando no debería ser así, porque por algo este año el club apostó por fichar bastante y bien en todas las líneas. Hay una plantilla compensada, aunque cabe preguntarse si Ancelotti confía por igual en todos y cada uno de sus hombres. Más que nada porque la temporada ha empezado a hacerse muy larga demasiado pronto y no puedo dejar de pensar las causas evitables que nos han llevado a ello.