domingo, 30 de marzo de 2014

4-3-3, una táctica sin red


Está visto que la presente temporada va a estar llena de altibajos para el Real Madrid. Como es lógico tras contratar a un nuevo entrenador, el equipo empezó la campaña con cierta inseguridad, pero a principios de enero despegó y demostró que esta plantilla tiene mucho fútbol para soñar con todo. Sin embargo, la hora de la verdad ha llegado y las dudas han regresado. ¿Por qué?

A mi modo de ver, fundamentalmente porque ahora mismo las piernas no responden igual a los jugadores. Ha habido un bajón físico evidente, perceptible desde la semana del 10 al 17 de marzo. Fue una semana precisamente tranquila, sin partido de Champions, pero Carlo Ancelotti sometió a sus jugadores a unos entrenamientos especialmente intensos para estar listos para lo que estaba por venir, que no eran otra cosa que partidos sin descanso cada tres o cuatro días durante las próximas semanas.

Después llegó el partido ante el Málaga y con él los primeros síntomas de agotamiento. Especialmente reveladora fue la imagen de Xabi Alonso en un lance de la segunda mitad, tumbado sobre el césped tras hacer un agotador esfuerzo por recuperar un balón. Estaba muy cansado. Aún así se ganó, y el Madrid continúo su camino, con el Schalke como siguiente parada. Partido tranquilo, pero en el que Xabi volvió a tener minutos, así como Cristiano Ronaldo. Bastante incomprensible y poco necesario. Además, para colmo, se lesionó gravemente Jesé. Era el inicio de unos días 'negros' para el equipo.

Porque en el 'Clásico' la imagen fue mala. El Madrid no dominó en ningún momento el encuentro. Tuvo errores defensivos graves, impropios de este equipo. Solo tuvo a su placer al Barcelona en cinco o diez minutos mágicos de frenesí, comandados por Benzema o Di María. Unicamente se aferró al partido gracias a chispazos de genialidad. Y aún así, a pesar de todo, el Barcelona necesitó del pésimo, malísimo, penoso arbitraje para ganar el encuentro. Porque sin la expulsión de Ramos, la victoria estaba en el horizonte, al igual que el empate y la derrota. Todo podría haber pasado. Sin embargo, de lo que no hay duda es que, con roja o no, el partido se hubiera perdido desde el análisis táctico.

Digo esto porque un simple vistazo al 'Clásico' permite descubrir que la superioridad culé en el centro del campo fue clave. Los azulgranas tuviero el balón y el Madrid demostró no estar físicamente en condiciones para hacer la presión. El 4-3-3 de Ancelotti se resquebrajó, probablemente porque es una táctica con riesgos, que necesita que todos los futbolistas de las dos líneas má adelantadas estén bien físicamente para trabajar sin el balón. Pero resutó que Xabi Alonso y Modric han bajado recientemente su nivel, mientras que Bale o Cristiano tampoco están precisamente en su mejor momento. El equipo fue débil, y lo fue porque no había mucha gasolina en sus depósitos.

Después llegó el partido de Sevilla, y la confimación de todo lo dicho. La primera parte fue buena, pero el Madrid sufrió mucho a la hora de correr hacia su portería cuando perdía el balón. Las ayudas y coberturas de los tres del medio fueron insuficientes y los centrales tampoco hicieron un buen partido. Dos llegadas en contra, dos goles. Injusto, pero también hasta cierto punto lógica consecuencia del momento que vive el equipo. El 4-3-3 se ha encallado porque es una táctica que exige disciplina táctica y un despliegue físico de alta intensidad. Por eso, si los jugadores no están bien en esta parcela, el manido 'equilibrio' salta por los aires. Hoy por hoy el Madrid ha dejado de ser un conjunto compensado y está en una situación que pide a gritos blindar el centro del campo, volviendo quizás al antiguo 4-5-1.

La conclusión es que entre enero y principios de marzo este equipo atravesó el mejor momento de la temporada. Lo difícil era aguantar el nivel hasta finales de mayo. No se ha conseguido. Mientras el Barcelona y el Atlético han hecho una preparación física con una curva de rendimiento ascendente centrada en llegar perfectos a esta semanas, el equipo blanco enfocó la suya al mes de febrero. Ahora ha llegado el 'bajón', pero esto no quiere decir que sea definitivo. Hay esperanzas de que la plantilla merengue tenga un nuevo repunte físico en la siguientes semanas. La cuestión es si el mismo llegará a tiempo para la final de Copa, la parte clave de la Liga y la hora de la verdad en la Champions. Y para eso ocurra, este mal momento no puede ni debe prolongarse muchos días más.

viernes, 21 de marzo de 2014

El Santiago Bernabéu, la mejor forma de enfriar el Signal Iduna Park

Aunque no se puede hablar realmente de suerte con los siete rivales que había este viernes en el bombo de cuartos de la Champions, el Real Madrid tiene motivos para ser optimista. El azar ha decidido que los de Ancelotti se midan a un viejo rival, el Borussia de Dortmund, un equipo que mete miedo de forma inversamente proporcional al número de bajas que tendrá en este doble duelo europeo.

Porque aunque enfrenté estará el meritorio último subcampeón de Europa, bastante han cambiado las cosas en estos poco más de 300 días que separan los cuartos de final del presente con las semifinales de abril pasado. Y la mayoría de ellas se pueden catalogar como malas noticias para los alemanes y buenas para los españoles. Vayamos por partes. Para empezar, el Real Madrid es hoy un equipo muy distinto tras haber mutado de forma satisfactoria hacia el modelo de juego de Ancelotti. Hace un año esta plantilla ya hacía tiempo que le había dado la espalda a Mourinho y que jugaba con el piloto automático puesto. Nada que ver con lo que hay ahora, pues estamos ante un vestuario implicado y que cree en Ancelotti, un entrenador que ha reestablecido el equilibrio y el buen ambiente.

Esto hará que seguramente el Madrid afronte su eliminatoria ante el Dortmund de distinta forma que su versión portuguesa. Por lo pronto, ahora el partido de ida se jugará en el Santiago Bernabéu, lo que llevará a un esfuerzo extra para no encajar gol en casa y llevarse un mínimo de dos tantos de renta. En 2013 el Madrid de Mourinho afrontó el choque de ida en Alemania con timidez, y ahora tocará todo lo contrario. En esta ocasión la vuelta será fuera de casa en un feudo que trae escalofríos a cualquier madridista que se precie, por lo que ahora más que nunca habrá que despejar los fantasmas a las primeras de cambio minimizando al Dortmund en la ida.

Junto a ello estará el aspecto mental. Ahora el Real Madrid está más 'enchufado' que nunca y tiene la moral por las nubes. Todo lo contrario que el Dortmund, pues los de Klopp hace tiempo que perdieron sus opciones en la Bundesliga y vienen de perder en casa por 1-2 ante el Zenit. Si nos referimos únicamente a las sensaciones que dejan unos y otros, los teutones van cuesta abajo y sin frenos, mientras que los madrileños escalan día a día con paso firme y siguen creciendo como equipo en todos los aspectos. Por tanto, nadie duda de quién será favorito esta vez, por mucho que el año pasado el Dortmund se convirtiera por méritos propios en la nueva 'bestia negra' de los merengues.

Y por último habrá un tercer factor clave. La plantilla del Dortmund es lo más parecido a un solar en estos momentos. Su mejor jugador, Lewandowski, se perderá la dia por sanción. Una magnífica noticia para la defensa madridista, que todavía tiene pesadillas con los cuatro goles que marcó el polaco en la ida de semifinales de 2013.  En el centro del campo tampoco estará Gündogan, inédito todo el curso por sus problemas de espalda, ni su acompañante habitual Bender, también lesionado. En banda también faltará Blaszczykovski, de baja hasta el verano. Y en defensa Subotic y Schmelzer están en las mismas. Sin olvidarnos tampoco de Götze, hombre clave hace doce meses y ahora en las filas del Bayern de Múnich.

Es decir, que en esta eliminatoria faltarán hasta 6 ó 7 jugadores titulares y claves en las victorias del Dortmund el año pasado ante el Real Madrid. Suficiente como para tener más bajo su listón de juego; mientras que los blancos han subido el suyo uno o dos niveles. Pero aún así seguirán siendo un hueso duro de roer, tanto por su estilo de fútbol alegre y combinativo; así como el casi pánico que provoca Alemania en el imaginario colectivo madridista. Así, será clave conseguir una buena renta en casa, y para ello habrá que emular el ambiente que se vivió en el Bernabéu en las última semifinales. Entonces la atmósfera hizo que el Borussia de disolviera como un azucarillo en agua y esta vez debe repetirse la historia. Todo sea por tener un tranquilo partido de vuelta, sin Lewandowski que valga.

sábado, 15 de marzo de 2014

Buscando un lugar para Isco

El espectacular crecimiento futbolístico que ha experimentado el Real Madrid en los últimos tres meses ha tenido un pequeño perjudicado. Se trata de Isco Alarcón, futbolista que por sus características no encaja demasiado bien en e 4-3-3 que propone Ancelotti. Y es que en este planteamiento es imprescindible y básico que los centrocampistas hagan un especial sacrificio por el bien del equipo, algo a lo que el malagueño no está muy acostumbrado.

Como muchos jugadores de talento, Isco tiene una cierta tendencia a la pereza en lo que respecta a correr detrás del balón. Es un hombre acostumbrado a tener el esférico en los pies, no a perseguirlo; y su constitución física tampoco le convierte en un futbolista demasiado fuerte que le permita un gran despliegue por todo el campo. Esto ha jugado en su contra en las últimas semanas, de forma que el malagueño ha pasado a ser una solución de segundas partes para el técnico Ancelotti. Y eso que su comienzo de temporada fue realmente fulgurante, pues fue el jugador que más brilló en el inicio discreto de curso que tuvo el nuevo Real Madrid

Su bajón de fútbol llegó en el mes de diciembre y a partir de ahí empezó a ser un habitual del banquillo. Sin contar el encuentro de ayer, en los últimos tres meses Isco ha disputado menos de 300 minutos en la Liga. Un bagaje escaso para un futbolista de solo 21 años que está justo en la etapa de su carrera en la que hay que tener continuidad para que su progresión no frene. Y es que en este caso estamos hablando del 'Golden Boy' de 2012, uno de los mejores jóvenes talentos del mundo. Es un diamante en bruto que todavía hay que pulir con mucho cuidado y tiento, sobre todo si se tiene en cuenta que el Real Madrid pagó 30 millones por su fichaje.

Por lo tanto, la misión que tiene entre manos Ancelotti es compleja. En los últimos días el italiano ha comentado públicamente que ha puesto el reto a Isco de fijarse en Seedorf para que aprenda a reciclarse hasta convertirse en un centrocampista total. Una propuesta complicada dadas las diferencias entre el holandés y el malagueño. Sin embargo, la idea que Isco debe captar es que el Madrid necesita una adaptación por su parte. Su enorme talento no va a bastarle para ser titular habitual en este equipo si no lo acompaña de trabajo sin balón. Tiene que ser consciente de que sus compañeros necesitan que sea generoso en el esfuerzo y en la recuperación, tal y como ha demostrado saber hacer Modric

Porque, más allá de la comparación con Seedorf, el mejor referente que puede tener Isco está en su propio vestuario. Modric es un magnífico ejemplo de mediapunta reconvertido a mediocentro con capacidad defensiva. Si por algo ha sorprendido el croata es por su capacidad de sacrificio a la hora de defender, una característica que no le impide ser a su vez un cerebro y motor de juego privilegiado. Haría bien Isco en ponérselo como referente, pues Luka partió también casi de cero en este club y ahora es un indiscutible en el 4-3-3 de Ancelotti.

Lo que está claro en todo este asunto es que Isco tiene que poner de su parte. Ser titular en el Real Madrid es, posiblemente, uno de los mayores retos personales a los que se pude enfrentar un jugador profesional. Isco lo tiene ahora mismo ante sí y debe demostrar que además de uno de los mayores talentos de hoy en día es también un chico listo que sabe responder a lo que le pide su técnico. Aún es muy joven y tiene tiempo de sobra para ir moldeando su estilo de fútbol. Si poco a poco demuestra que sabe hacerlo no me cabe ninguna duda de que Ancelotti encontrará la forma de conseguir que su carrera en el Real Madrid se convierta en un enorme éxito.

sábado, 8 de marzo de 2014

El Madrid de Laso, con derecho a la distracción


Tras la disputa de la Copa del Rey, la temporada de baloncesto se encuentra en un impás para el Real Madrid. El equipo blanco ya tiene en el bolsillo los dos títulos disputados hasta el momento, mientras que la Liga Endesa la tiene muy encaminada en lo que respecta a su fase regular. Esto hace que la Euroliga sea en estos momentos la prioridad del equipo para conseguir un cruce de cuartos lo suficientemente benigno como para poder estar en la Final Four de Milán sin ningún tipo de sobresalto. 

Sin embargo, la lógica ha empezado a hacer acto de presencia, pues las lesiones son un aspecto con el que todos los equipos deben lidiar cada temporada. En el caso del Real Madrid los problemas físicos se han cebado con los hombres exteriores, por lo que Laso se ha encontrado con la situación de no poder contar con Draper y Carroll al mismo tiempo. Se trata de dos ausencias de dos hombres importantes dentro del engranaje merengue, a pesar de que ninguno de los dos es titular sobre el papel. Sin embargo, el técnico ha optado esta vez por no acudir al mercado en busca de 'parches' de emergencia, cruzando los dedos para que los dos norteamericanos estén listos a principios de abril, cuando la Euroliga empezará a decidirse de verdad.

A pesar de estos contratiempos, por ahora el equipo está afrontando bien el reto de acortar sus rotaciones. Lo cual tiene aún más mérito si se consulta el sibilino calendario que se le ha impuesto, del que la Euroliga es en gran parte responsable. Y es que, sistemáticamente, casi semana tras semana, el Real Madrid tiene que jugar viernes en Europa y domingo en la Liga Endesa, con una distancia temporal en algunos casos de poco más de 40 horas entre cada encuentro. Hasta cuatro veces ha tenido el equipo que disputar en este top 16 sus partidos en viernes, de los nueve choques que lleva jugados hasta ahora. Y, curiosamente, tres de ellos se han disputado los últimos, justo cuando más 'justo' anda el Madrid de recursos.

Por fortuna esta 'cuesta' arriba promete equilibrarse en los próximos días, pues de los cinco partidos que quedan en esta ronda únicamente uno se disputará en viernes. El resto de ellos se jugarán en jueves, en un reparto mucho más equilibrado y justo de los esfuerzos al haber duelos cada 72 horas, no cada 48 como viene siendo habitual.

Sin embargo, la situación sigue dejando un planteamiento para la reflexión por parte de la organización de la Euroliga en los próximos meses. Y es que ya se sabe que los intereses económicos andan detrás de todas estas decisiones y que no se puede competir cara a cara con la Champions, pero los mejores equipos de la competición no merecen este trato, en el que al final el perjudicado es el espectáculo. Y el Madrid es el mejor ejemplo de ello, pues a pesar de seguir ganando de forma clara, hace semanas que perdió su chispa de principios de temporada.

Por ahora al equipo de Laso solo le queda seguir en pie a pesar del vendaval que tiene a su alrededor. Por fortuna la inmaculada trayectoria del equipo en la Liga Endesa permite alguna que otra distracción para poner el ojo en Europa, donde en cuestión de dos meses ya se estará decidiendo todo. A partir de ahora va a mandar el objetivo de la 'Novena' y el conjunto blanco se podrá permitir un traspiés, dos o hasta incluso tres en el campeonato nacional y sin ningún tipo de consecuencia para los play-offs. Aunque, conociendo a Laso y sus chicos, lo más probable es que nadie afloje en ningún partido. Y es que, además de para conquistar todo, este equipo juega también desde hace tiempo con la cabeza puesta en los récords que puede dejar vigentes cuando acabe la temporada.

sábado, 1 de marzo de 2014

El gran acomodo de Di María, un éxito de Ancelotti


Poco a poco Ancelotti sigue acercándose al cumplimiento de su gran promesa, la de hacer un fútbol espectacular. El gran cambio se produjo con la entrada del nuevo año, pues desdes el  bastante mediocre partido ante el Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu el equipo no ha dejado de crecer. Una de las claves en esta metamorfosis está siendo el esquema táctico que está utilizando el técnico, el 4-3-3 que tanto le gusta por su capacidad para equilibrar el equipo en todos los aspectos.

Durante lo que llevamos de temporada el italiano ha hecho numerosas pruebas entre su 4-3-3 y el 4-2-3-1 que solía usar Mourinho y al que estaba más acostumbrada la plantilla. Al principio del curso pareció decantarse por el primer sistema, con Khedira haciendo las funciones de interior. Costó que el Madrid se adaptara a él, pero todo empezó a ir mejor en noviembre, tal y como demostró la goleada ante la Real Sociedad. Sin embargo, Khedira se lesionó en un amistoso con su selección y eso trastocó los planes del entrenador, por lo que durante unas semanas regresó al 4-2-3-1 con resultados también positivos.

En estas estaba el Madrid cuando se produjo una situación incómoda con Di María como protagonista. Fue un 'acomodo' que causó gran polémica y que dejó al argentino en una complicada situación dentro del club. En esos momentos el argentino parecía más fuera que dentro y en el entorno merengue se hablaba más de ese asunto que de fútbol. Fueron unos días complicados, de los más difíciles de Ancelotti en el equipo blanco. Pero el italiano supo lidiar con mano diestra y, en lugar de retirar la confianza al jugador, hizo todo lo contrario: le dio más aún.

Hasta entonces no había duda de que Di María no estaba cómodo. Bale le había quitado el sitio; mitad por su evidente calidad, mitad por su estratosférico precio. Pero al galés la cuesta de enero se le hizo presente en forma de lesiones y el argentino continuó jugando habitualmente. Y lo hizo bien, tanto como para que Ancelotti poco a poco le fuera encajando en el equipo hasta dar con la tecla, como si se tratara de un reloj suizo: el argentino no iba a ser mediapunta o extremo en este Madrid. Iba a ser un sorprendente interior, escudero y compañero infatigable de la dupla cerebral Modric-Xabi.

Y de pronto, todo empezó a funcionar de maravilla. El entrenador encontró su piedra filosofal y halló un centro del campo que lo tenía todo: talento, pase, organización, capacidad de sacrificio y recuperación de balón. Xabi-Modric-Di María. Los tres pilares merengues en la búsqueda del equilibrio. Porque, curiosamente, el Madrid más compensando en todos sus aspectos ha llegado con un once que tiene dos delanteros (Benzema y Cristiano) y y tres jugadores con 'alma' de mediapunta o extremo (Bale, Di María, Modric). Puro talento ofensivo, pero con un concepto muy interiorizado en sus cabezas: sin trabajo defensivo, sin intensidad y sin constante movilidad no hay éxito posible.

Por eso, se puede decir que la 'rehabilitación' de Di María ha sido el mayor éxito hasta el momento de Ancelotti. Porque el italiano ha logrado recuperar a un jugador descontento y lo ha convertido en menos de dos meses en la pieza maestra del equipo que ahora mismo enamora a toda Europa. Donde antes todo el mundo veía un hombre de ataque, el 'míster' ha encontrado un trabajador con piernas para correr y trabajar para sus compañeros. Sin duda, toda una lección de que en el fútbol la diferencia la marcan los que consiguen recursos donde los demás no ven nada.