domingo, 30 de junio de 2013

Necesidad contra paciencia

Probablemente nadie lo esperaba, por eso sorprendió tanto. Carlo Ancelotti hizo una declaración de intenciones el pasado miércoles al asegurar que su deseo es que el Real Madrid haga un fútbol espectacular con él al mando. Pero para ello este verano hay que dar con la tecla correcta, pues es evidente que el equipo necesita algún que otro refuerzo en la línea de medular que haga encajar todas las piezas para convertir al Madrid en una verdadera orquesta sinfónica del balón.

Justo antes de la confirmación de Ancelotti como nuevo técnico merengue, Florentino Pérez ya anticipó en una de las muchas entrevistas que ha concedido estos días que el cuerpo técnico ha pedido refuerzos en el centro del campo. Después de lo ocurrido la temporada pasada, en el club se han dado cuenta de que Xabi Alonso va cumpliendo poco a poco años y de que Modric no puede ser el hombre que supla siempre al vasco en el mediocentro. Y es que el ex del Tottenham es un futbolista con alma de mediapunta cuyo rendimiento mejora cuanto más lejos está de su propia área.

La realidad es que Alonso llegó agotado a los partidos claves ante el Borussia Dortmund y el equipo se resintió. Modric lo hizo bien y terminó a un nivel espectacular, pero no fue suficiente para que el Madrid tuviera el empuje necesario en la semifinal europea y en la final de la Copa del Rey. Por lo tanto, la intención es que esto no se vuelva a repetir y que el club en el futuro no vea disminuir sus opciones por no tener un 'cerebro' capaz de echarse al equipo a las espaldas.

Bajo esta premisa, hablar de jugadores de perfil defensivo no me parece demasiado lógico. La plantilla cuenta ya con Khedira y con Casemiro, luego la posición de mediocentro 'tapón' ya está más que cubierta. Hay un titular, Khedira, quien ya ha demostrado su valía en el club y en la selección alemana. Y hay un suplente, Casemiro, un jugador que promete mucho y que debe ir progresando poco a poco. En este aspecto no se necesita mucho más. Por eso no me encaja el interés por Kondogbia, aunque tampoco sería mala opción 'atarlo' ahora para dejarlo un año como cedido en Sevilla. La cuestión es que el francés no tiene mucho hueco en el Madrid a día de hoy.

A mi modo de ver, el motivo de preocupación del centro del campo debe ser, única y exclusivamente, el del mediocentro creativo. Se precisa de un jugador con talento y capacidad para aglutinar las labores de destrucción y de creación, especialmente estas últimas. Y por desgracía, este perfil de futbolista está en vías de extinción en el fútbol mundial. Al menos, en lo que respecta al máximo nivel. Las opciones se reducen a un puñado de nombres: Verratti, Gündogan, Illarramendi, Thiago. Y la mayoría de ellos suenan más a utopía que a opción real. Los tres primeros no parecen desear salir de sus clubes esta temporada, mientras que el último es 'fruto prohibido' por vestir la camiseta del eterno rival.

Por experiencia internacional y por valía contrastada, el nombre que más interesante me parece es el de Gündogan. La única pega es que el futbolista pide un año para salir del Dortmund, pues el club no quiere debilitarse tras la venta de Götze al Bayern. Ante ello, la gran cuestión que surge es si el Madrid puede tener la tranquilidad para dejar pasar un año más a la espera de que Gündogan esté dispuesto a dar el sí. ¿Necesidad o paciencia? Porque si el club deja esta temporada solucionado el asunto del relevo de Xabi con otro nombre, el tren del alemán podría no volver a pasar nunca.

Y esta lectura se podría aplicar también con Verratti o Illarramendi. El Madrid no quiere molestar más al 'PSG' por ahora, mientras que el de la Real sueña con jugar la Champions con el club de su vida. Solo Thiago parece un fichaje más factible para ser ejecutado de forma inmediata. Y además, su precio es el más barato: 18 millones de euros. Sin duda, la opción idónea si el club decide arreglar su 'problema' ya mismo. Pocas veces el Madrid tendrá a 'tiro' a un futbolista de tanta calidad y proyección a tan bajo precio. ¿Pero será capaz de dar el paso para arrebatárselo al Barcelona? Ahí está la cuestión. El club debe tomar una decisión: ir ya a por Thiago o esperar un año para asegurarse la llegada de alguno de los otros tres nombres. Difícil elección.

sábado, 22 de junio de 2013

El verano más misterioso de Florentino

Piano, piano. Ésta parece ser la consigna que el Real Madrid se ha dado en los despachos para este verano. En estos días se cumple prácticamente un mes desde la finalización de la Liga y desde que el club blanco hiciera el anuncio de la salida de Mourinho, pero aún no se ha dado oficialidad a la contratación de su relevo, Carlo Ancelotti. Algo que provoca la sensación de que las cosas están paradas en las oficinas del Santiago Bernabéu, pero nada más lejos de la realidad.

La realidad es que Florentino Pérez y su directiva llevan trabajando varias semanas con la máxima intensidad para que a partir de julio se empiecen a ver los frutos. Que Ancelotti aún no haya firmado no es incompatible con que lleve varios días de ardua labor para planificar el nuevo Madrid. Y es que el conjunto blanco prefiere llevar las cosas con calma y en bastante silencio para luego sorprender a sus aficionados. La consecuencia de ello es que los medios de comunicación se están viendo obligados a especular más de lo habitual en estas fechas, que ya es decir.

Por todo ello estamos ante uno de los veranos más intrigantes en el club de las dos etapas de Florentino Pérez. En otras ocasiones los objetivos estuvieron muy claros casi desde el principio: Zidane, Ronaldo, Beckham... Pero ahora hay muchos nombres sobre la mesa y multitud de dudas. Ni siquiera la opción de Bale está asegurada, toda vez que el Tottenham tiene previsto descolgarse con unas peticiones económicas que sonarán exageradas. Evidentemente, el galés es el hombre a fichar,  pero Florentino Pérez tiene claro que no se dejará tomar el pelo en esta operación.

Más. ¿Fichará el Real Madrid un delantero? A saber. Benzema tiene su puesto asegurado y Morata, ídem después de la brutal progresión que ha demostrado en este final de temporada. Son dos '9', aunque ninguno de los dos está en condiciones de asegurar los 35-40 goles por año que el Madrid le debe pedir a su ariete titular. Cavani gusta, pero una vez más Florentino no hará locuras por él ni se gastará los 63 'kilos' de su cláusula. Y antes hay que dejar salir a Higuaín para hacer caja. Así que este tema también puede quedar para definirse en el mes de agosto.

En el centro del campo el hombre inmediato podría ser Isco. El Madrid ha 'apretado' por él más por cuestión de talento que por necesidad. Con Özil, Modric o Kaká su posición está bien cubierta. Pero la realidad es que el club no se puede permitir que semejante talento salga con destino a Inglaterra. Es el mejor jugador de Europa a su edad y es español. Así que su fichaje sería siempre una buena compra. Aunque no sea vital contar con él, pide a gritos un hueco. Y así debe ser.

Pero en la medular hay más dudas. ¿Fichará el Madrid a un centrocampista organizador como Verratti o Gündogan o lo dejará la para la temporada próxima? Para mi gusto debería hacerlo de forma inmediata, pero es también de lo más complicado. Ninguno de estos dos hombres parecen decididos a cambiar de aires este verano y lo más probable es que haya que tener paciencia y dejar todo para el 2014. Para entonces quizás sí que sea imperiosa su contratación, toda vez que Xabi Alonso tiene su renovación en el aire.

Y en defensa veremos si Ancelotti hace alguna petición, aunque todo hace pensar que el Madrid se quedará con lo que ya tenía más Carvajal. Sin Carvalho es posible que Albiol siga una temporada más, por lo que el equipo conservaría a cuatro centrales y a Nacho. El canterano podría ser el comodín idóneo para paliar la baja de Coentrao en el caso del que el luso se vaya este verano. Pero no descartemos sorpresas tanto en esta posición como en las demás. Este verano promete ser el más misterioso en el Real Madrid en mucho tiempo. Florentino ha hablado poco de nombres en los últimos días y ha trabajado mucho. Así que seguro que no defrauda a nadie del madridismo, fiel a su costumbre.

domingo, 16 de junio de 2013

Un título contra la impaciencia

A día de hoy todavía sigo notando una corriente crítica contra Pablo Laso y su gestión. A pesar de todo el buen trabajo que ha hecho en los últimos (casi) dos años. Quizás la clave de todo esté en que al vitoriano le falte por ganar un gran título para espantar de una vez a todos esos fantasmas que se empeñan en decir, una y otra vez, que no vale para entrenar a un grande como el Real Madrid. Un título que, por cierto, desde el viernes está a un solo triunfo. Y que podría levantarse esta misma noche.

Una Copa del Rey (la primera en 19 años), una Supercopa, dos finales de Liga Endesa ACB y un subcampeonato de Europa. Este es el balance de Laso desde que llegara al banquillo del Real Madrid en el verano de 2011 para recomponer y reconstruir a un equipo que estaba hecho jirones. Messina había arrasado con todo a su paso por Madrid y había dejado a un vestuario muy tocado en lo anímico. Por entonces el equipo había sido eliminado en las semifinales de la ACB por el Bilbao Basket tras un sorprendente 3-1. Por enésima vez, la sección de baloncesto había tocado fondo.

Laso vino para poner todo en orden desde la humildad. E impuso su peculiar estilo, un juego que debe gustar a todo aficionado al baloncesto: el ataque y la velocidad sobre todo lo demás. El club le apoyó como buenos fichajes desde los despachos, pues por fin parecía que el Madrid se había dado cuenta de que el baloncesto merengue no merecía penar de esta manera por las canchas. La Copa del Rey y la final en la Liga fueron un premio inicial y un primer paso para indicar que el equipo estaba en la línea correcta. Bien es cierto que podía saber a poco y así era, pero al menos Laso y sus hombres habían hecho una declaración de intenciones.

Y esta temporada se ha seguido mejorando. La Supercopa se ganó por fin después de muchos intentos fallidos, y en la Euroliga el Madrid ilusionó a su gente como hacía casi 20 años que no pasaba. La final se perdió por detalles varios, desde la inferioridad física y la mental hasta un arbitraje demasiado permisivo con la agresividad de los griegos. Pero como dice el dicho, lo que no mata te hace más fuerte. En la Copa se falló claramente, sí. Pero una vez más fue por detalles y por mala suerte; pues tras dos prórrogas ante el Barcelona salió cruz. Nada que no fuera totalmente asumible.

En cuanto a la Liga, el equipo está haciendo una de sus mejores temporadas desde que prima el formato ACB. Es indudable. Y en estos momentos está a un triunfo de llevarse el título, con dos 'match balls' para rematarlo. Queda lo más difícil, hacerlo. Pero si se consigue, Laso se habrá quitado un enorme peso de encima. El de la duda constante, el de no haber ganado aún ningún título grande con el equipo: Liga o Euroliga. Es la diferencia, el salto, que hay entre estar ahí y ser un conjunto ganador. Un matiz que en gran medida viene dado por la madurez y la experiencia del equipo, ya que estos dos años hay que tomárselos como una fase de aprendizaje para los jugadores.

Porque el Madrid es un equipo muy joven. Rudy, Suárez, Sergio Rodríguez, Llull, Slaughter, Mirotic, Begic... Son jugadores que no pasan de los 28 años y que en muchos casos no han acostumbrado a estar en finales. Puede parecer soprendente, pero Rudy está jugando su primera final de la Liga Endesa. Por eso, hay que tener paciencia con este equipo y mirar al futuro. Este Real lleva dos años compitiendo y llegando a finales. Conociéndose. Ha perdido más de las que ha ganado, aunque siempre hay tiempo para cambiar esta tendencia. Desde hoy podemos empezar a hacerlo. Pero, pase lo que pase, sigamos confiando en Laso y no dejemos que nos domine la impaciencia. No olvidemos dónde estábamos hace dos años y dónde estamos ahora.

domingo, 9 de junio de 2013

Higuaín, historia de un desencanto mutuo

Siempre he defendido a Higuaín. Hasta hace un par de meses. Poco a poco me he ido dando cuenta de que tenía los días contados en el club, de que que no iba a haber otra oportunidad. Él mismo así lo ha querido, y quizás también el club, aunque ahora se esfuercen en aparentar que no es así. Gonzalo siempre lo ha dado todo por el Real Madrid, eso es más que evidente. Pero en el último año lo ha hecho sin ilusión y eso ha precipitado un triste final que un madridista así no merece.

Tras lo ocurrido el año pasado, en el presente tenía que haber varios cambios para que el jugador renovara sus ilusiones con el club. Mucho se habló tras ganar la Liga de la camiseta que llevó Higuaín en la celebración en la Cibeles, toda llena de firmas de sus compañeros. Sonaba a despedida. Sin embargo, Mourinho se reunió con su padre y agente y el 'Pipa' decidió quedarse un año más. La versión de su entorno es que le prometieron felicidad y una jugosa renovación para que continuara muchos años más en el club de su vida.

Sin embargo, la misma nunca llegó. La temporada empezó mal para el equipo y su competencia con Benzema no fue idílica como había ocurrido la temporada pasada. El juego de Higuaín fue discreto, como el del resto del equipo. Y su rendimiento no fue el suficiente como para que el Real Madrid se animara a dar el paso de coger el teléfono para llamar a su representante. Bien es cierto que el jugador cumplió con cierta regularidad en la Liga, pero todo el mundo sabía que era la última oportunidad que tenía para convencer a todo el mundo y a sí mismo que era el delantero del presente y el futuro del Real Madrid. Y eso no ocurrió.

Quizás fue por una mezcla de situaciones, principalmente por la de no saberse respaldado por el club y no haber renovado su contrato. Higuaín no sintió la confianza que necesitaba por parte del Real Madrid, lo que hizo que él no se la ganara tampoco en el campo. Una cosa llevó a otra o la otra a la una. A saber. La cuestión es que llegó el mes de abril con Higuaín como titular ante el mal estado de forma que atravesaba Benzema. La hora de la verdad tras siete años en el club.

 Eliminatoria ante el Borussia de Dortmund, en los dos partidos como titular. El momento de demostrar que sus 9 goles en 46 partidos de Champions no eran por falta de instinto asesino en las grandes noches.
En Alemania destacó por su lucha e incluso fue básico para rebañar y servirle en bandeja a Cristiano el gol del equipo. Pero acabó naufragando como todo el equipo. Y en la vuelta su historia de amor con el Bernabéu acabó de la forma más abrupta posible. Mano a mano ante Weidenfeller antes del minuto 10 que acabó con un disparo al 'muñeco'. El madridismo no le pasó más. De adorado a pitado en poco más de 10 meses. Y es que toda paciencia tiene un límite e Higuaín había cubierto el cupo. Era otro fallo clave, uno más de muchos.

Ahí él entendió que su trayectoria en el Madrid había acabado. El club no le había mostrado su cariño institucional y una parte amplia de la afición se lo había perdido. El clima no era el mejor para que, un año más, volviera a intentar terminar con sus 'fantasmas'. Por eso a nadie le sorprendió que dijera que quiere irse este verano. Desde hace tiempo se palpaba en el ambiente que ya no habría un mañana con Higuaín vistiendo de blanco. Es una historia donde todas las partes han perdido la ilusión, donde el desencanto ha acabado con todo.

Es cuestión de días, de semanas, que Higuaín firme por la Juventus, el Arsenal o el club que quiera. Atrás dejará 7 años de momentos buenos y malos. Pero fundamentalmente, de madridismo. Porque el argentino se podrá ir con la cabeza bien alta. No hay ni un ápice de duda de que se ha dejado todo en el campo por este club, el de su vida. Bien es cierto que ha ilusionado y ha decepcionado a partes iguales. Pero siempre ha peleado sin rendirse, aunque las cosas le hayan venido mal dadas. La suya es una historia de superación en la que se ha demostrado que el corazón no siempre es suficiente para llegar a un final feliz en el Real Madrid. Aunque al menos sí lo es para llevarse un aplauso de reconocimiento y un "gracias por todo, 'Pipa'".

sábado, 1 de junio de 2013

Heynckes, una apuesta sin riesgo

La temporada ya se ha acabado. Mourinho es historia. Así que es momento de cambiar. El Madrid ha estado 'atado' en los últimos días a la espera de conocer si algún candidato iba a presentar oposición a Florentino Pérez en las elecciones, pero los plazos se han cumplido y el madrileño renovará en las próximas horas su mandato por cuatro temporadas más. Así que es momento de remangarse y de decidir durante la próxima semana quién será el patrón del lujoso barco merengue.

El Real Madrid no puede esperar más a tomar esta decisión. Florentino ya ha decidido que Zidane sea su hombre fuerte en la parcela deportiva y ahora solo queda encontrar su complemento para empezar a planificar la próxima temporada. En las últimas semanas se viene hablando muchísimo de Carlo Ancelotti y según han ido pasando los días su llegada se ha ido complicando más. Todo porque el PSG se ha encontrado con que casi todos los grandes entrenadores tienen ya equipo para el año próximo o no están dispuestos a ponerse al frente de su banquillo.

La gran pregunta es si el equipo francés dejará que el italiano se vaya a 'coste 0' tras un pacto de caballeros o preferirá forzar la situación y pedirá una compensación económica. Desde luego, si lo hace, estará en su pleno derecho. Pero esto automáticamente cambiaría todo el panorama, pues el Real Madrid no parece dispuesto a gastarse ni un euro como compensación para traer a su nuevo entrenador. El hombre que venga debe hacerlo con la carta de libertad bajo el brazo, pues este verano el dinero (mucho) se va a tener que destinar a los jugadores.

Florentino es un hombre muy dado a manejar encuestas entre sus socios. Y a estas alturas seguramente ya sepa que Ancelotti gusta menos que Heynckes entre el madridismo. Algo que me parece lógico, pues hay claras diferencias entre ambos que los convierten en apuestas muy diversas. Para empezar, en contra del primero juega que sea italiano, pues normalmente se asocia su nacionalidad con un estilo de juego defensivo y conservador. Sin embargo, Ancelotti se sale de este patrón. Este hombre no ha ganado dos Champions y las ligas italiana, inglesa o francesa por casualidad. Es un gran entrenador, pero en España es bastante menos conocido que Heynckes.

A ello hay que sumar lo ya comentado, que su fichaje por el Real Madrid seguramente implicase un desembolso económico. Pagar 7,5 millones de euros por un entrenador no gusta a nadie. Es la lógica del fútbol, el dinero solo ilusiona cuando se gasta para contratar a grandes cracks. Y ya es un punto a favor de Heynckes, porque el alemán vendría gratis y traería la Champions en su maleta. La que ganó la semana pasada en Wembley. En el fútbol la memoria siempre es frágil y lo último que tienen ahora mismo en su mente los aficionados es la apisonadora que este año ha ganado la Copa de Europa. El Bayern de Jupp. El hombre que ha dejado claro que diría "sí" sin pensar a una hipotética oferta del Real Madrid.

Por un lado tenemos a Ancelotti. Italiano, joven, ganador; pero fichaje complicado y probablemente caro. Por otro, está Heynckes. Alemán, veterano, ganador también; fichaje fácil y gratis. Ah, y conocedor de la casa. Fue el hombre que le dio la 'séptima' al club después de 32 años de larga sequía. Solo aguantó ese año, porque no pudo con un vestuario que se le subió a las barbas. Pero ahora han pasado 15 años y Heynckes ha madurado y ha aprendido a gestionar equipos complicados. Sin ir más lejos, el Bayern, un equipo donde no ha habido precisamente paz en los últimos tiempos. Robben y Ribery son el mejor ejemplo, liados a 'tortas' hace un año.

El Madrid ahora necesita paz deportiva e institucional. Tras el 'huracán' Mourinho el club precisa de unos meses para reposar con tranquilidad. Tanto Ancelotti como Heynckes encajarían en ese perfil, pues los dos son hombres moderados que intentan no destacar por encima de sus jugadores. Sin embargo, creo que el alemán sería mejor recibido por los jugadores. Su edad (68 años) llama más al respeto, al igual que su precedente en el club y su temporada prácticamente perfecta en Múnich. Su estilo se amoldaría muy bien a las gestión de las secuelas dejadas por Mou.

Así que por mi parte tengo clara la apuesta que haría. La más sencilla y, a la vez, la que menos riesgos tendría. Porque, en el futuro, pase lo que pase, nadie podría echar en cara nada al club si se decanta por Heynckes. La llegada del alemán garantizaría discreción, trabajo y mano diestra sin desembolso para incorporarlo. Y eso ya es mucho. El Madrid no puede obviar que ahora mismo tiene al mejor entrenador de la última temporada esperando su llamada. Un honor y un privilegio que no debe quedarse en un simple 'Plan B'. El momento de Heynckes es ahora, mientras que el tren de Ancelotti puede pasar un par de veces más en los años venideros. Así que yo no me lo pensaría más.