sábado, 25 de mayo de 2013

Y ahora, a retocar con cabeza

La Liga no ha acabado, pero para el madridismo es como si ya lo hubiera hecho. El verano promete ser muy largo este año, pues llevamos varios días siendo bombardeados con rumores sobre hipotéticos jugadores que podrían reforzar el equipo para la próxima campaña. Algo lógico si se tiene en cuenta que esta vez tocará llenar de nombres la actualidad del club para tapar que el balance del curso ha sido decepcionante.

A día de hoy está por ver si habrá elecciones o no. De momento solo han surgido rumores de algunos interesados en intentar competir por el sillón presidencial con Florentino Pérez. Pero del deseo al hecho hay un trecho, por lo que lo más probable es que el actual mandatario merengue renueve su estancia en el club otros cuatro años más. Sin embargo, la ausencia de competencia no va a influir en la calidad del proyecto deportivo que va a ofrecer a sus socios, pues Florentino sabe que el verano de 2013 será momento de renovar las ilusiones. La etapa de Mourinho va a acabar y tocará hacerle un lavado de cara al fútbol blanco.

La llegada de Ancelotti se da prácticamente por hecha. Y lo primero que tendrá que plantearse el italiano es cómo quiere que juegue su Real Madrid. Lo normal es que apueste por una línea continuista, aprovechando el estilo que le ha impregnado Mourinho en estos tres años. Es decir, el de fútbol vertical, veloz y directo. El equipo tiene muchos jugadores para ello, y la mayoría jóvenes. Así que no sería lógico intentar levantar otra idea totalmente diferente sin remover los cimientos. Y este equipo no necesita una limpieza a fondo, sino solo grandes retoques.

Vayamos por posiciones. En la portería no debería haber novedades. Se habla últimamente de que Diego López podría estar planteándose su salida, pero no sería lo lógico. La temporada que viene competirá con Casillas en igualdad de condiciones, aunque lo normal es que el de Móstoles empiece siendo el titular. Aún así, seguro que el gallego contará con muchos minutos a lo largo de las tres competiciones. Si algo ha demostrado en estos meses es que está capacitado para ser el titular de este Real Madrid. Y se ha ganado a pulso el respeto de toda la afición.

En defensa no debería haber muchas modificaciones. Es imperioso traer a un lateral derecho, y ahí la mejor opción es Carvajal. Por madridismo, precio, juventud y proyección. Y también estaría bien fichar un central, sobre todo si Carvalho y Albiol dejan el equipo. En cambio considero a Pepe como primordial, pues el portugués es un peso pesado del vestuario y en el último año ha moderado su estilo de juego en el campo. Es uno de los mejores zagueros del mundo y como tal debe estar en este club. Y en el lateral izquierdo habrá que ver qué pasa con Coentrao, pero si él sale otro tendrá que entrar. Por simple equilibrio.

En el centro del campo el Madrid debería enfocar todo a fichar fútbol. Que el equipo se vaya a regenerar sobre la idea de un juego directo no tiene por qué ser incompatible con traer hombres de toque, principalmente mediocentros. Verratti o Gündogan son futbolistas jóvenes que dan el perfil y a buen precio. Es imperioso traer a un hombre que sea capaz de hacer la función de Xabi Alonso para darle descanso y acompañarle. Sin olvidar que Essien se irá, por lo que también habrá que traer un jugador de perfil defensivo. En la mediapunta, no creo que haga falta nadie. Modric y Özil ocupan un puesto donde Isco suena, pero no por verdadera necesidad.

Y llegamos a Bale. El hombre, el fichaje. Quizás no sea el más necesario por posición y características, pero sí es el hombre llamado a marcar las diferencias en el Real Madrid junto a Cristiano. Casi un 'clon' del luso, un futbolista que se amoldaría como un guante al estilo de juego del equipo. Hay que hacer un esfuerzo por él, el penúltimo. Porque todavía quedaría fichar un delantero que supla a Higuaín. Con dolor he llegado a la conclusión de que el 'Pipa' ha agotado sus oportunidades en el equipo. La paciencia se acabó y es el momento de caras nuevas. Cavani o Lewandowski, he ahí la cuestión.

Son muchas posibilidades y mucho dinero a ingresar en bajas e invertir en fichajes. Sin embargo, el Madrid no debe olvidar que la columna del equipo está ya edificada: Casillas, Ramos, Varane, Modric, Özil, Cristiano y Benzema. Alrededor suyo hay que regenerar al equipo, pero con cabeza. Hay que pensar qué es lo que verdaderamente se precisa, sin caer en el recurrente error de contratar a nombres, solo porque llenen la vista. Por ejemplo, Neymar. El brasileño es muy bueno, pero este club no le necesita. Suena más a capricho que a utilidad. Así que no volvamos a caer en el error de otras veces: pensemos en hacer un equipo de fútbol, no en un equipo de estrellas.

domingo, 19 de mayo de 2013

La vida seguirá sin Mourinho

Ya basta. El Madrid no merece seguir en esta situación ni un minuto más. Habrá que aguantar hasta el final de temporada, pero a partir de ahí tocará hacer borrón y cuenta nueva. Ha sido una pena que el proyecto de Mourinho no haya tenido final feliz, pero no le han dejado. Ha sido imposible. Y en cierto modo ha perdido, pero se podrá ir con la cabeza alta como alguien que ha hecho el trabajo sucio de este club de manera digna y profesional. Más allá de todas sus polémicas y sus salidas de tono, que no han sido pocas.

Hasta hace unos días pensaba que la historia entre Mourinho y el Madrid podía no haber acabado. Pero la pitada que sufrió ante el Málaga me confirmó que todo había llegado a su final. C'est fini. El club no puede continuar en esta situación, roto y desgastado por un entorno mediático cruel y lleno de viles intereses. Y Mourinho no puede seguir. Es el mejor entrenador del mundo y ha sido el hombre que ha espabilado al club de su aturdimiento en los últimos años. Pero por el camino ha cometido errores y ha perdido el control del vestuario. Pepe ha pasado de abrazarse con él en octubre pasado a criticarle de forma pública. Muchas cosas han sucedido de por medio, y pocas buenas.

El resultado de todo ello ha sido que Pepe va a terminar la temporada castigado. Ni siquiera la lesión de Varane ha hecho que el entrenador le perdonara por el bien del equipo. En su lugar la final la jugó Albiol, un buen futbolista, pero sin rodaje ni la jerarquía del portugués. En este punto Mourinho ha antepuesto sus cuitas personales al interés del propio equipo. Ha aireado sus diferencias con Casillas, con Ramos, hasta con Cristiano. Y ahí es donde ha dado el paso definitivo hacia el abismo. Ha perdido su sustento, su razón de ser. Al vestuario. Así que el Madrid ha terminado siendo la casa de los líos, donde los jugadores y el cuerpo técnico han hecho la guerra por su cuenta durante muchos meses.

Una de las cosas que más critiqué de Pellegrini en su momento es que en el 'alcorconazo' casi ni se movió en el banquillo. El viernes vi a un Mourinho con un comportamiento similar. Estuvo apático y no demostró 'feeling' con los jugadores. Aunque sorprendentemente fui expulsado cuando guardó las formas mucho más que su rival y compañero Simeone. Una prueba más de que al luso se le trata de forma diferente. El mundo está contra él salvo unos cuantos madridistas y su gente, los que en Oporto, Londres y Milán todavía le agradecen lo que hizo por ellos. Los que de verdad entienden por qué es 'The Special One'.

Hay que elegir entre la continuidad de Mourinho o cambiar a medio vestuario y perpetuar la división en el madridismo. Yo lo tengo claro, muy a mi pesar. Es el momento de variar el rumbo, de renovar el optimismo. El club necesita paz y tranquilidad durante un tiempo. Cordura, en definitiva. Es duro ser consciente de que el entorno mediático ha conseguido lo que quería, pero tampoco podemos perder la perspectiva de lo conseguido. Con el portugués el Madrid ha vuelto a jugar finales de Copa, ha frenado al mejor Barcelona de la historia y ha regresado a la nobleza europea. Él ha hecho lo más difícil y eso es algo que nunca le podrán quitar. Nunca.

En la 1996/97 el club vivió algo parecido. El año anterior Capello llegó y reconstruyó al equipo. Illgner, Roberto Carlos, Mijatovic, Seedorf, Suker... El italiano levantó a un Madrid convulso y creó las bases para que al año siguiente Heynckes ganara la Séptima. Pues bien, ése debe ser el camino a seguir. Hay que aprovechar el trabajo hecho por Mourinho, pero sin él. Quizás de nuevo con Heynckes. O quizás con Ancelotti. Alguien con el que los jugadores vuelvan a implicarse y con el que la prensa no esté de uñas.

Es año de elecciones y Florentino trabajará bien para crear un nuevo proyecto. Pero la clave estará en tener presente, una y otra vez, que los títulos no solo se ganan solo con estrellas. A este equipo le faltan varios retoques. El centro del campo vuelve a ser primordial, pues Xabi Alonso ya no está para jugar 60 partidos por año. Y arriba el Madrid necesita un delantero centro al que no se le encoja la portería en las grandes noches. Detalles, pero de importancia. El objetivo es saber valorar el legado de Mourinho y no despreciarlo. Hay quien dice que el portugués dejará un solar cuando se vaya. Pero estoy seguro de que se equivocan. Hay plantilla para años y tenemos el derecho de ilusionarnos aunque él no esté. El madridismo está obligado a hacerlo.

sábado, 11 de mayo de 2013

Todo empezó, aquí, en el Olimpo

El Real Madrid ya está de vuelta. Han tenido que pasar 18 años para que el equipo blanco vuelva a pisar un territorio donde históricamente ha sido el mejor: el de la final de la Copa de Europa. En este tiempo los sinsabores han sido innumerables, aunque también hubo momentos puntuales de alegría con triunfos varios a nivel nacional y una única victoria en el Viejo Continente (la Copa ULEB en la 2006/07). Insuficientes para un club rey en el baloncesto internacional que durante mucho tiempo ha sido incapaz de encontrar el camino del equilibrio.

En los últimos años ha habido aficionados que incluso han llegado a plantearse el cierre de la sección. Una idea casi insultante, pues no estamos hablando de un equipo cualquiera. Es el Real Madrid. Un conjunto que ha sabido estar a la altura de la grandeza de los logros conseguidos en el fútbol y que dominó este deporte en Europa durante los años 60 y 70. Después el club vivió años más complicados, pero aún así logró mantener su competitividad hasta mediados de los 90. Y a partir de ahí, su pujanza internacional se esfumó.

¿Por qué? Desde luego que muchas cosas se hicieron mal. Y tampoco hubo suerte en muchos momentos. El club dejó en segundo plano la sección y la inversión que se hizo en el baloncesto no estaba a la altura de los otros grandes equipos del continente. Digamos que el Real Madrid mantenía vivo al equipo de baloncesto más por su grandeza de antaño que por verdadero interés en su presente. Sin embargo, el equipo logró dos Ligas ACB y una Copa ULEB en la primera década del presente siglo.

Pero había que cambiar muchas cosas. Florentino intentó apostar definitivamente por el equipo en su regreso a la presidencia y optó por un gran nombre, Messina. Pero salió rana, pues el italiano intentó encorsetar a la plantilla en base a una exigencia desmedida. Y todo estalló. Aún así, el Madrid volvió a la Final Four 16 años después de la última. Los dos partidos acabaron en paliza, pero el primer paso ya estaba dado. Se estaba cimentando un futuro prometedor.

Laso cogió las riendas del equipo. Un hombre de perfil bajo, justo lo contrario que el transalpino. Pero encajó a la perfección en el club y marcó un estilo definido. Velocidad, juego ofensivo y una sólida defensa. Construyó un equipo joven y ambicioso aprovechando que la directiva por fin había decidido inyectar un presupuesto acorde a las expectativas. El equipo necesitaba un 'crack', un líder, y llegó Rudy Fernandez. Y se le rodeó de magníficos jugadores, muy acordes a lo que necesitaba el entrenador. Carroll, Pocius, Slaughter, Draper, Begic... Por fin el equipo se construía pensando en el juego, no en la calidad individual. Y las cosas empezaron a ir cada vez mejor.

Primero la Copa, luego la derrota en la final de la ACB por un 'maldito' triple de Huertas. La Supercopa también llegó y el Madrid empezó arransando la nueva temporada en España y en Europa. Sin embargo, la derrota en la Copa de Vitoria pilló por sorpresa. Pero vino bien para espabilar. El equipo atravesó en febrero y marzo un bache que se podría considerar como lógico, aunque para abril ya estaba recuperado. Justo a tiempo para afrontar los dos últimos meses a un magnífico nivel.

El resultado es que hoy el Madrid disputará su primera final de Copa de Europa en 18 años. Contra el Barcelona poco importó que los blancos fueran un conjunto ciclotímico que jugó a rachas. Ganó porque agotó a su rival. Y ni siquiera hizo falta que Rudy o Carroll aparecieran. En este equipo cualquier jugador te gana partidos. Es su grandeza. No suele defender al máximo nivel más que 15 minutos por partido, pero le suele bastar. Aquí todos aportan y tienen las ideas claras. Ha encontrado su particular camino hacia el éxito.

Esta noche podrá ganar cualquiera. El Olympiacos es un equipo con mayúsculas, aunque desde luego que no tiene las individualidades del CSKA. Que pase lo que tenga que pasar. Porque lo más difícil está hecho y podemos estar satisfechos. Como si de una maldición se tratara, el Real Madrid va a cerrar hoy su ciclo de 18 años. Una mayoría de edad que se cumplirá ante el mismo rival con el que se inició esta época de tiempos oscuros. En 1995 la 'octava' se ganó ante el Olympiakos. En 2013 intentaremos hacer lo propio con la 'novena'. Pero, ganemos o no, desde mañana podremos mirar al futuro sin ataduras. Hemos tardado mucho, pero de nuevo estamos en el Olimpo.

sábado, 4 de mayo de 2013

Un triste final para una historia feliz

A día de hoy no puedo evitar tener un pequeño sentimiento de decepción. Todo parece indicar que José Mourinho terminará este mes su etapa al frente del Real Madrid. Tres años del mejor entrenador del mundo en el mejor club del mundo. Y el saldo va a ser aceptable, pero quizás escaso si se tiene en cuenta el potencial que tenía esta sinergia. El portugués vino para traernos la Champions de vuelta a casa y posiblemente se vaya sin haberlo hecho, dejando los deberes a medias. Lo que, ni mucho menos, será poco.

En los últimos días el técnico se está esforzando en desmentir lo que todo el mundo da por hecho: que tiene pensado irse al Chelsea de Londres. Escuchando sus palabras y conociéndole un poco tampoco se puede descartar que a última hora decida dar un giro a los acontecimientos y se quede. A saber. Más que nada porque si el 30 de junio coge la puerta y se va a Inglaterra, lo hará cerrando una etapa irregular en el Madrid en la que solo habrá triunfado a nivel nacional, con la asignatura pendiente de Europa.

Lo cierto es que han sido tres temporadas de lo más convulsas. Tanto por el técnico, que así lo ha provocado, como por los medios, deseosos de hacerle la vida imposible porque se toparon con un portugués sarcástico y protestón. Pero, más allá de eso, también ha sido una época feliz, de esperanza. El madridismo se ha vuelto a reencontrar con su equipo y ha visto cómo el Real se ha vuelto a hacer competitivo después de más de un lustro haciendo prácticamente el ridículo en la Liga de Campeones.

Porque Mourinho ha sido el hombre que le ha devuelto la personalidad al Real Madrid, que ha hecho que se mire al escudo del pecho y se dé cuenta de su propia grandeza, la cual ya empezaba a marchitarse. Ha vuelto a poner al club en el lugar de donde no se debió ir. Tres semifinales de Champions demuestran que los blancos han vuelto a pertenecer a la nobleza continental. Y es un trabajo que merece admiración y respeto, porque no era fácil coger al equipo en 2009 después de haber atravesado una de sus mayores crisis deportivas e institucionales de los últimos años.

Por lo tanto, a Mourinho hay que reconocerle todos sus méritos. Como dijo el viernes pasado en rueda de prensa, la 'Liga de los récords' es suya y así debe ser reconocida. Él también ha logrado derrocar al Barcelona de Guardiola, pues ha igualado la balanza en los duelos directos contra los culés y, si se va ahora, se podrá decir que lo hará dejando al equipo blanco por encima de su eterno rival. Por mucho que los barcelonistas vayan a ganar la Liga, pues sin quitarle méritos, no cabe duda que es el título más descafeinado de los últimos tiempos. No han tenido rival y así ha sido porque el Madrid se ha 'borrado' desde el principio.

Sin embargo, más allá de todo ello, mi poso de decepción viene dado por la incapacidad del equipo de llegar más lejos en Europa y de estar a la altura en Liga y Champions en esta temporada. Quizás la trayectoria del portugués se salde con un recorrido capicúa, ganando la Copa al igual que se hizo en su primer año. Una Liga, ¿dos? Copas y una Supercopa. Suficiente para el aprobado. Pero no para mucho más. No cabe duda que su manejo del vestuario ha dejado que desear, quizás también por los envenenamientos que venían desde la prensa. El entorno le ha hecho la vida casi imposible y eso ha sido un elemento muy importante a la hora de quedarse a medias en algunos de los objetivos.

A día de hoy aún guardo una mínima esperanza de que Mourinho recapacite y decida seguir. Más que nada porque estoy seguro de que si mira atrás, se dará cuenta de que no haber ganado aquí la 'Décima' será un pequeño borrón en su currículum. Se podrá ir con la cabeza alta y satisfecho en cierta medida, no cabe duda, pero lo hará sin un broche de oro para su etapa en el proyecto más ambicioso que ha tenido a su cargo. Él, que sacó de las sombras al Inter de Milán y le llevó a reinar en Europa, se irá de Madrid sin hacer lo propio. Será como una pequeña 'espinita clavada', tanto para para Mourinho como para la afición. Una tarea pendiente, en definitiva. Por eso, tampoco se puede descartar que cuando se vaya lo haga dejando la puerta abierta.