miércoles, 22 de febrero de 2012

La eterna injusticia del '20'

La verdad es que lamento profundamente tener que escribir cada pocos meses en favor de Gonzalo Higuaín. Pero una y otra vez me veo en la obligación de hacerlo, porque parece que los innumerables méritos del bravo argentino vuelan siempre para perderse en la memoria de sus detractores. Basta con que el jugador pase una mala racha de tres o cuatro partidos, la típica de cualquier delantero, para que algunos vuelvan con la eterna cantinela de que, supuestamente, no es un jugador para el Madrid y de que bien haría el club en venderlo. Una opinión que, por cierto, me escandaliza ante lo injusto de su planteamiento.

Hace escasos meses se publicó un vídeo en el que aparecía Higuaín con once o doce años. En él, Gonzalo hablaba como una joven promesa argentina y comentaba sus sueños para el futuro. Y entre ellos mencionaba sin dudar un nombre: "Real Madrid". Sí, porque el 'Pipa' ya era madridista antes de fichar por este club con 19 años recién cumplidos. Su objetivo desde un principio era triunfar de blanco en Europa. Él lo tenía claro y solo tuvo que esperar unos cuantos años para conseguirlo ver hecho realidad. Se lo propuso y lo logró recién alcanzada la mayoría de edad, lo que da buena muestra de su carácter y su fortaleza mental.

Comento esto porque creo que muy pocos jugadores pueden decir que sean madridistas de corazón, y menos si son extranjeros. Más allá de los canteranos, el mundo del fútbol ha hecho que los futbolistas vengan y se vayan, se pongan camisetas pero no asuman los sentimientos que conlleva defender este escudo. No es algo criticable, es una circunstancia lógica. Por eso, el caso de Higuaín tiene más mérito. Porque siendo un niño argentino ya se había fijado en el Real Madrid, su sueño ya era jugar en el Bernabéu. Éso, no me cabe duda, es madridismo.
 

Pero este aspecto no es más que la base de mi argumentación. Porque también tengo muchas razones deportivas para defender a Gonzalo. Siempre he dicho que Higuaín tiene que hacer el doble para que se le reconozca la mitad. Para él bajar de rendimiento, por razones humanas, durante unos pocos partidos es perder todo lo que se ha ganado en meses anteriores de goles y entrega. El argentino marcó su último tanto el pasado 14 de enero en Mallorca. Un gol, que por cierto, fue básico para remontar un partido que empezaba a ponerse imposible desde entonces. Pues bien, en este tiempo sus méritos se han esfumado para unos cuantos críticos y parece que es momento de venderle con la excusa de que no rinde en las grandes citas.

Yo soy el primero que digo que esta temporada Benzema está jugando mejor que Higuaín
. Que el francés se merece ser titular y que es más jugador que Gonzalo. Por 'jugador' me refiero a futbolista con capacidad para asociarse y crear fútbol. En esto me parece más completo el francés, más amplio en sus características. Sin embargo, Karim no tiene el gol de Higuaín y, ni mucho menos, su entrega, su fe. Puede que sea inferior técnicamente, pero el argentino suple esta carencia con algo innato, con su capacidad para ver antes y mejor lo que nadie aprecia. Exactamente lo mismo que Raúl, de cuyo '7' creo que el 'Pipa' es heredero emocional, a pesar de que lo porte Cristiano Ronaldo.

No hay más que ver cómo logró robarle el balón a un rival en el gol del portugués ante el CSKA. O una acción posterior en la que le quitó la pelota a uno de los hermanos Berezutsky, generando una ocasión donde antes no había nada. Por no recordar el gol que le hizo al Atlético tras arrebatarle el balón a Godín, o el tanto al Málaga en los octavos de final de Copa del Rey. Ejemplos como éstos hay decenas. Higuaín es listo, habilidoso y tiene fe. Nunca da un balón por perdido y éso es lo que le diferencia del resto de grandes jugadores.
 
Aún así, estamos ante un futbolista con una tremenda calidad, letal en el uno contra uno, rápido y con mucho remate. Sus casi 100 goles en los cinco años y medio que lleva en el Madrid no son casualidad. De hecho, los ha hecho de todos los colores: de pillo, desde fuera del área, en el uno contra uno, de hábil remate en el área, de cabeza, de penalti... Un goleador, sin duda. Aunque, como digo, muchos se escudan defendiendo que no aparece en las grandes citas. Parece que ese palo a portería vacía ante el Olympique de Lyon en 2010 le va a pesar toda su carrera. Porque, más allá de ese partido, ¿cuántas grandes citas ha podido disputar el bueno de Higuaín? No será que, en los años previos, más que él, el que no estuvo a la altura de las circunstancias fue todo el equipo?

Esperémosle. Deseemos llegar este año a la final de la Champions y veremos qué es capaz de hacer. Los resultados del club no le han acompañado mucho en estos años, es evidente. Pero yo tengo claro que, si Higuaín jugase en otro equipo y rindiese en él como hace aquí, yo estaría deseando ficharle para el Madrid. Tiene 24 años, conoce y siente el club, es el titular con Argentina y marca más de 20 goles por temporada. Así que me pregunto y pregunto, una y otra vez ¿qué necesidad hay de ser injustos con él? ¿realmente Higuaín no se merece estar en esta plantilla y ser uno de sus delanteros? ¿Por qué mirar fuera con lo que tenemos aquí?

sábado, 18 de febrero de 2012

"Si Casillas tiene una debilidad, no la muestra muy bien"

ENTREVISTA A LAUTARO ACOSTA


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Lautaro Acosta (Glew, Buenos Aires; 14 de marzo de 1988) comenzó su carrera en el Club Atlético Lanús, conjunto en el que debutó en la máxima categoría argentina en 2006 con apenas 18 años. En 2007 viviría el primer éxito de su carrera al proclamarse campeón del Apertura, lo cual le catapultó a la fama y le convirtió en una de las mayores promesas de Sudámerica y le permitió proclamarse campeón del mundo Sub-20. No sería más que el paso previo al gran éxito de su carrera deportiva, la medalla de oro en los JJ.OO de Pekín con el combinado albiceleste. El éxito había llamado a su puerta con los 20 recién cumplidos, de manera que el Sevilla se apresuró a hacerle un contrato ese mismo verano. Sin embargo, en España las lesiones han sido su gran lastre, impidiéndole brillar en el conjunto hispalense. Por eso, el club le cedió el pasado verano al Racing de Santander, donde el jugador lucha ahora por demostrar todo el talento que atesora en sus botas.


¿Cómo ve al equipo en estos momentos?
Bien, veo al Racing bien y con muchas ganas, es un equipo que poco a poco va levantando el nivel. El sábado tenemos un partido dificilísmo con el Madrid en el Bernabéu e iremos allí con muchas ganas para hacerlo lo mejor que podamos.

El pasado fin de semana su compañero Toño hizo un partidazo ante el Atlético ¿su buen estado de forma os da más opciones de cara al partido del sábado?Sí, creo que tanto la actuación de Toño como la de todo el equipo va a ser fundamental para sacar un buen resultado o ganar el partido. Creo que será muy complicado y pienso que no solo con una buena actuación suya nos alcanzaría para sacar un buen resultado allí. Tendremos que hacer todos un buen partido para conseguirlo.

El Racing es un conjunto experimentado a la hora de evitar el descenso, ¿podría ser eso una ventaja a la hora de la verdad?
"Desviarnos del objetivo de la salvación sería un error, hacerlo podría llevarnos a la equivocación. Por eso creo que hay que buscar un objetivo tranquilo"
Será importante todo, más allá de la experiencia que tiene el equipo en estas situaciones, también será importante la actitud que estamos teniendo en los últimos partidos. Tenemos que mantener la intensidad de últimamente y jugar los partidos como una final. Creo que éso será lo que nos sacará de esa zona, por lo que, si estamos todos juntos, pienso que ésa será la manera de sacar todo adelante.

Ahora mismo están a solo dos puntos de la salvación, pero Europa está a ocho puntos, ¿todavía piensan que es posible acabar en la zona media-alta de la tabla?
No, solo estamos centrados en salvarnos. Creo que desviarnos del objetivo de la salvación sería un error, hacerlo podría llevarnos a la equivocación. Por eso creo que hay que buscar un objetivo tranquilo que es mantener la categoría e ir poco a poco, de manera que una vez que lo consigamos podamos ir viendo qué más se puede conseguir.


A pesar de la clasificación del equipo, el Racing es el cuarto equipo menos goleado ¿el problema está quizás en la falta de gol que tiene el equipo? ¿Siendo uno de los delanteros, dónde cree que reside esa sequía goleadora?
Bueno, creo que más allá de no marcar muchos goles, creo que la clave también es conseguir que no nos los hagan. Tanto la defensa como el ataque es cosa de todo el equipo y no creo que la falta de gol sea un tema solo de la delantera. Para un equipo como el Racing es difícil generar situaciones claras y convertir goles, pero eso también nos lleva a ser sólidos atrás y ser uno de los que menos tantos encajan.

¿Cómo es la experiencia de tener tres técnicos (Juanjo González, Pablo Pinillos y Fede Castaños)?
Es una buena experiencia, pues el triunvirato se complementa muy bien. Saben transmitir lo que quieren y creo que éso es muy importante. Lo bueno es que se está reflejando en los resultados, las cosas nos están yendo bien y estamos muy contentos con ellos y captamos el mensaje que quieren darnos.

¿Que sean tres amplía los puntos de vista a la hora de analizar y preparar los partidos?
"Por algo al Madrid solo se le han sacado por ahora tres buenos resultados en todo el año. Creo que es un gran equipo, uno de los mejores del mundo"
Sí, puede ser. En todo hacen las cosas muy bien, eso se ve reflejado en los resultados que estamos teniendo. Analizan muy bien al rival y hacen que el equipo juegue mucho mejor. Lo que cuenta es su buen trabajo con el equipo.

¿Qué diferencias ha notado respecto a Cúper?
No se si lo hace mejor mejor o peor, son diferentes. Este triunvirato le resultó bueno al equipo porque estábamos metidos en una mala dinámica con Héctor Cúper, así que con su salida se descomprimió un poco todo, cambió la dinámica y al equipo le vino muy bien. Por eso vinieron los buenos resultados, aunque no quiere decir que Cúper sea un mal técnico, ni mucho menos.

El Racing es uno de los tres únicos equipos que esta temporada ha conseguido ganarle algún punto al Madrid. ¿Hay alguna clave o fórmula para conseguirlo?
No, no hay ninguna fórmula. En el partido de la primera vuelta tuvimos un buen día y pudimos sacar un empate, pero no creo que exista algo para pararles. Por algo al Madrid solo se le han sacado por ahora tres buenos resultados en todo el año. Creo que es un gran equipo, uno de los mejores del mundo. Tendremos que tener un poco de suerte y hacer un muy buen partido para sacar un buen resultado.

De todas formas, al Madrid últimamente le marcan muchos goles en jugadas de estrategia, ¿han trabajado ese aspecto de manera especial esta semana?
No, todavía no hemos valorado puntualmente eso. Estamos trabajando en general los aspectos del Real Madrid y ya en el momento de la charla valoraremos si el equipo tiene algún punto débil.


El Madrid últimamente sale muy frío a sus partidos en casa y acostumbra a acabar remontando, ¿es esto un plus para salir con más motivación todavía?
No creo que haya ningún plus diferente al ya existente de jugar contra el Madrid en el Bernabéu. Nosotros nos jugamos la vida, con eso de disputar este partido será suficiente para estar motivado. Luego ya se verá si se puede saltar mejor al campo y van saliendo bien las cosas.

¿Cree que les perjudicaría adelantarse pronto en el marcador? ¿o les vendría mejor aguantar el empate y decidir el partido en la segunda mitad, marcando en los últimos minutos?
"La Liga no está decidida, esto es fútbol. Como todo el mundo sabe, pueden pasar muchísimas cosas y no creo que haya nada sentenciado ni nada dicho"
(Risas) Ojalá pudiésemos elegir el momento en el que hacer el gol. Es complicado, así que mientras sea un gol y nos pongamos en ventaja en el Bernabéu, bienvenido sea en cualquier minuto. Obviamente si lo conseguimos en el último minuto y no tienen tiempo de reacción, será mejor para nosotros. Pero como no se elige, bienvenido sea cuando toque.

El Madrid juega el próximo martes en Moscú, ¿piensan que es posible que el Madrid se relaje al tener la Liga prácticamente ganada y así os den más facilidades?
No, creo que para el Madrid con el Bernabéu lleno, vestir esa camiseta y salir a ganar el partido de manera obligada les alcanza y les sobra. No creo que salgan relajados, será un partido complicado. Ellos tienen que mantener una diferencia y están jugando muy bien, así que creo que será duro desde el primer minuto.

¿Cómo ve la Liga por la parte alta? ¿Considera que está ya sentenciada?
No, esto es fútbol. Como todo el mundo sabe, pueden pasar muchísimas cosas y no creo que haya nada sentenciado ni nada dicho. Aunque es muy difícil que el Barcelona le descuente al Madrid como está esa cantidad de puntos, pienso que no es imposible y todo puede pasar. Así que hay que esperar hasta el final.

¿A quién ve favorito en la Champions?
En la Champions hay grandes equipos. El miércoles ya se vio como el Milan ganó a su manera con un 4-0 tan contundente a un equipo como el Arsenal. No hay que ir confiados, en Europa hay muchos más equipos y además de la manera de jugar del Madrid y el Barça creo que hay grandes conjuntos y ya se verá a medida que vayan avanzando las fases de la competición.

A nivel personal, su llegada al fútbol español no ha sido fácil por las lesiones, ¿cómo se encuentra en este momento?
Ahora gracias a Dios ya estoy bien, hace poco salí de una lesión de rodilla y antes tuve un época complicada en el Sevilla. Ahora estoy mejor y con muchísimas ganas de tener esa continuidad que no he logrado y poder volver a mi nivel.

¿Ve al Racing como un trampolín para progresar en tu carrera y regresar con opciones al Sevilla?
Es muy difícil pensar en el futuro sabiendo lo que nos estamos jugando ahora con el Racing. Solo tengo la mente puesta aquí, en la salvación, ya que es un objetivo difícilisimo. Yo creo que cumplirlo nos va a hacer bien a todos, así que estoy tranquilo y pensando solo en el equipo y con muchas ganas de lograr la salvación.

La temporada pasada ya tuvo la oportunidad de jugar en el Bernabéu, ¿qué supone para usted jugar en este estadio?
Supone muchísimo, teniendo en cuenta lo que significa el Real Madrid a nivel mundial. El solo hecho de jugar contra este equipo en el Bernabéu es una gran motivación y espero que salga todo muy bien.

¿Qué opina de Casillas, a quien tendrá enfrente este sábado? ¿Cuál cree que es su punto débil?
La verdad es que si Casillas tiene algún punto débil no lo muestra muy bien (risas). Por algo es uno de los mejores porteros del mundo y de la historia y lo demuestra cada fin de semana. Tengo una gran admiración por él y espero que lo podamos vencer el sábado y hacerle algún gol, aunque sabemos que es muy difícil.

Para acabar, háganos un pronóstico para el partido del sábado...
Ojalá que saquemos un buen resultado en el partido, aunque no sabría decir cuánto. Un empate no estaría nada mal...

viernes, 17 de febrero de 2012

A partir de ahora, que mande la Champions

Diez puntos son muchos. Tantos como para poder caer en confianzas o relajaciones. Sin embargo, pueden ser renta suficiente con la que especular sin necesidad de correr innecesarios riesgos a largo plazo. Porque, tal y como ya dijo Mourinho, esta distancia da un margen de error que tranquiliza y que hace que se pueda cometer un fallo, dos a lo sumo. Es decir, hay un colchón que permite que estas semanas la plantilla pueda desviar un poco la mirada de la Liga, más en concreto a lo que debe ser el gran objetivo de la temporada madridista: la Champions.

El título de Liga está muy bien. Es la competición de la regularidad y la que más esfuerzo cuesta tras 38 duras jornadas. Sin embargo, para mí no hay nada como ganar la Liga de Campeones. Hay algo especial en su formato, en su historia, en la manera de conseguirla. Será porque salir victorioso en ella es menos habitual, será porque para alzarla hay que superar rondas eliminatorias y una final donde todo el mundo está pendiente. Pero lo cierto es que la ‘orejona’ da un plus. Porque dentro de unos años todo el mundo recordará al que ganó la ‘Décima’ y seguramente únicamente unos cuantos lo hagan con los que consigan la 32ª Liga.

Como digo, no es ánimo de despreciar el campeonato nacional, que tiene un valor inmenso. Mi enfoque se dirige en la línea de dosificar los esfuerzos. Cuando el Madrid cayó eliminado en la Copa del Rey no me preocupé demasiado. Es más, lo valoré como positivo. Bien es cierto que siempre duele hacerlo contra el Barcelona y de la forma que se hizo, siendo mejor en la vuelta. Pero era consciente de que desechar esta competición era aumentar las opciones de hacer algo grande en los otros dos restantes torneos.

Y el tiempo me está dando a la razón, porque el Barcelona sigue en las tres competiciones, pero la Liga la tiene prácticamente imposible. Jugar la final de Copa le ha costado cederle prácticamente el título al Real Madrid, resultado de su pésima configuración de plantilla en esta temporada. No se si será prepotencia o ingenuidad, pero lo cierto es que Guardiola y los suyos se pensaban que iban a poder a repetir los dificilísimos éxitos del pasado tirando simplemente de cantera. Y al final, el experimento les ha estallado en las manos.

Así, el Barcelona renunció a luchar definitivamente por la Liga en Pamplona. El propio entrenador culé admitió en rueda de prensa mirar solo a la final de Copa y a la Champions. La diferencia de 10 puntos solo sería improbablemente remontable con la fe y la lucha del perseguidor y parece que éste no está por la labor. Lo lógico sería que el conjunto catalán siguiera perdiendo puntos en las próximas semanas, así que quizás sea el momento de que el Madrid concentre los esfuerzos en el verdadero reto que le queda por delante.Esto no quiere decir que deje de ir a por todos los partidos que le queden o que se relaje en exceso.

Simplemente es una llamada a la tranquilidad, a no tomar riesgos innecesarios ni forzar la maquinaria. La semana que viene la Champions vuelve al Madrid con un peligroso partido en Moscú, más por las bajas temperaturas en la capital rusa que por el poco preparado CSKA. Por eso, quizás sea momento de las rotaciones, de utilizar a jugadores de la plantilla con menos minutos y perfectamente capacitados para mantener prudencialmente la distancia con el Barcelona.

El primero que no va a permitir confianzas será Mourinho, por lo que dudo que se corran riesgos haciendo una buena gestión en esta línea. No estaría mal plantearse que gente como Sahin, Callejón, Albiol, Varane, Kaká o incluso Altintop empiecen a tener desde ya algo más de protagonismo en la Liga, permitiendo que los teóricos titulares estén más descansados para el último gran reto de la temporada, la Champions. Incluso puede bastar con que esto se haga principalmente en los partidos en el Santiago Bernabéu. La cuestión es repartir minutos y esfuerzos, para que en ese 19 de mayo en Munich el Madrid tuviese la ventaja diferencial de jugar sin el cansancio acumulado propio de una dura temporada. Porque ya se sabe que en estos casos, los pequeños detalles son los que ganan las finales…

sábado, 11 de febrero de 2012

Reservado el derecho de admisión

En los últimos días vengo asistiendo entre sorprendido y curioso a todo lo que se viene hablando y escribiendo sobre el lugar en el que se jugará la Copa del Rey. Desde Barcelona y Bilbao parecen empeñados en querer disputarla en el Santiago Bernabéu, aunque intuyo que del sentimiento de la afición vasca está ausente el morbo que le daría a los culés el levantar un trofeo en el palco del estadio madridista. No se puede negar a estas alturas que entre el barcelonismo gustaría mucho conseguir esta foto para la historia, algo que parece totalmente lógico entendido desde la eterna rivalidad existente entre los dos clubes. Pero, al mismo tiempo, ésta es una circunstancia que justifica precisamente que el madridismo quiera evitársela por idénticas razones.

Una vez clasificado el Barcelona para la final, tuve la oportunidad de ver algún que otro reportaje televisivo en el que se entrevistaba a seguidores culés sobre el tema y algunos de ellos no negaban su deseo de ganar el título en el Bernabéu para poder presumir ante el madridismo e, incluso, silbar el himno español y escuchar el suyo propio en el coliseo merengue. Es curioso que algunos de los mismos que quieren ganar el título por otro lado estén dispuestos a no respetar sus valores y fundamentos. Pero, más allá de ello, lo que me resulta incómodo del tema es la predisposición que tiene un sector de aficionados a comportarse indebidamente y perder la educación en el citado partido, incrementando incluso sus hostilidades hacia la competición y su parafernalia (en el buen sentido del término) si se disputara en el Santiago Bernabéu.

La cuestión es que, para mí, el derecho a la hospitalidad del madridismo puede quedar reservado desde el momento en que no haya garantías de que el comportamiento de un sector de los aficionados vaya a estar a la altura de la cita. Porque no habría problemas en abrir las puertas generosamente de uno de los campos más importantes de la historia si el objetivo fuera disfrutar de una fiesta del fútbol. Pero el panorama cambia a sabiendas de que es posible que la actitud de unos cuentos lleve a una imagen similar a la bochornosa que ya se vivió en la final entre estos dos equipos en el año 2009. Con el agregado de que a nadie le gusta que el eterno rival presuma en tu propia casa de un éxito.

De todas formas, en Barcelona y Bilbao se escudan en que el principal motivo para disputar la final de Copa en el Bernabéu es que es "el estadio de mayor aforo después del Camp Nou, de manera que entrarán más aficionados de los dos equipos". Lógico, claro. Pero una perspectiva que, si se repasa la historia, pocas veces ha sido tenida en cuenta. Se viene hablando mucho que el estadio barcelonista es el más grande, pero nadie dice que solo ¡tres veces! ha albergado una final de Copa y una única en los últimos 40 años (la de 2010). Aunque diré más. En los últimos 20 años, el Bernabéu solo ha disfrutado del partido seis veces, a pesar de que el Real Madrid la jugó en este tiempo en únicamente cinco ocasiones. O lo que es lo mismo, solo el 35% de las finales de estas dos mencionadas décadas se jugó en uno de los dos principales estadios de España.

Por ejemplo, la final de 1996 entre el Atlético de Madrid y el Barcelona se disputó en La Romareda, mientras que la de 1999 entre los rojiblancos y el Valencia fue en La Cartuja, o la de 2004 entre Real Madrid y Real Zaragoza se puso en liza en el Lluís Companys precisamente porque el Barcelona no quiso ver a su rival jugándola en el Camp Nou. Grandes partidos entre equipos con aficiones numerosas y disputadas en campos de tamaños medios. Con ello quiero decir que el argumento de la capacidad del estadio tiene sentido, pero prácticamente nunca ha sido clave a la hora de tomar la decisión.

De ahí que no me valga como motivo de peso para obligar al madridismo a ceder su principal patrimonio para una cita que está llamada a ser la fiesta del fútbol, pero que unos pocos parecen interesados en pervertir. Al entendimiento y a las concesiones se puede llegar desde las buenas intenciones y la confianza existente, pero en este caso el madridismo no tiene asegurado que un sector de aficionados asistentes no aproveche la ocasión para burlarse del sentimiento merengue. Así que en este caso, más allá de las obras que va a realizar el club en sus instalaciones en esas fechas, la situación invita a que el Real Madrid se reserve el derecho de admisión. Porque una cosa es ser amables, y otra, pecar de cándidos.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Cine de pura fibra

El buen cine se diferencia del resto porque cada uno de sus planos, secuencias, escenas... tiene un porqué. En él, cada instante del metraje está cuidado y tiene sentido, y aunque a primera vista parezca que es de ejecución simple, lo cierto es que un análisis minucioso permitirá descubrir que está tejido con hilo muy fino. Drive es de esas películas. Desde el primer segundo uno se da cuenta de que está ante algo especial, manufacturado con un material de alta calidad aunque el envoltorio que lo rodea no sea el del cine comercial. Es un producto fruto del buen trabajo, de una claridad de ideas que permite que el espectador se encuentre con una de las grandes sorpresas que nos ha dejado el 2011.

El filme nos narra la historia de uno de los personajes más fascinantes que nos ha dado el mundo del celuloide en los últimos años. Drive (Ryan Gosling), un hombre que se gana la vida en un taller de automóviles mientras hace sus pinitos como doble de acción en películas y que por la noche es chófer de criminales. Profesiones que le convierten en sobrio, preciso, inteligente, reflexivo y sobre todo, silencioso. Porque Drive se sale de los parámetros habituales del héroe. Él no necesita las palabras para expresar lo que siente. Le basta con mirar, con actuar. Es ahí donde el actor canadiense doma al personaje de manera excepcional. Se limita a expresar sin excesos, sin adornos; y comunica con todos los recursos que otorga la interpretación. Poco importa que el protagonista sea un hombre de pasado y presente oscuro, bajo eterna presión. Su mondadientes le basta para canalizar su torrente emocional y el resto es cuestión del juego mudo, pero rico, que practica.

Pero más allá de ello, hay que reseñar que la cinta nos deja una primera hora visualmente deliciosa. Maravillosa. En los diez minutos iniciales nos presenta excepcionalmente al hombre de la cazadora de escorpión, sumergiéndonos de lleno y sin avisar en su vida. Pero no es más que un amago, porque pronto Nicolas Winding Refn nos deja claro que estamos ante un fábula, ante un cuento disfrazado de historia de acción en Los Ángeles. No hay más que escuchar esa densa música, escrutar la oscuridad de la noche bajo las luces de neón, visualizar ese coche por autovías interminables o apreciar esos toques ochenteros para encontrarnos, de pronto, envueltos por una atmósfera hipnótica. Ensoñadora. Magnífica.


La brutal puesta en escena sirve como guía para llevarnos en este primera parte de la película a una espléndida historia de amor. El tipo solitario y duro demuestra tener corazón al conocer a su vecina Irene (Carey Mulligan), una madre con problemas familiares. A partir de ahí, los sentimientos afloran poco a poco a través de la pantalla, pero de una manera diferente. Porque esto no es un amor rimbombante, de  excesos en las palabras y los comportamientos. Es una amor perceptible en el aire, de silencios, de pausas, de miradas. Aquí, los hechos son los que hablan. Y eso es suficiente. Es el cine en su máxima expresión.

Todo se complicará con el regreso de Standard (Óscar Isaac), el marido de Irene, después de pasar un tiempo en la cárcel. A partir de ahí, la historia dará un giro y el suave tacto inicial del filme pasa a convertirse en rugoso, áspero. Porque la segunda parte de la película es oscura, marcado por la contradictoria y explosiva escena del ascensor donde por primera y única vez el protagonista deja que sus sentimientos entren en ebullición para desencadenar su futuro.Todo cambia a partir de ese instante, pues en esa escena confluyen lo mejor y lo peor de Drive. Será el interruptor que desatará la cacería, digna exponente del mejor cine negro.

Pero en este punto es donde precisamente peca Drive. El amor lleva a la violencia y ésta se reproduce de manera excesiva. El director no se corta y deja varios planos innecesarios, gratuitos, cercanos al mal gusto. El argumento se anuda sobre sí mismo y deriva en una historia del perro y el gato en la que el guión hace aguas por momentos y deja situaciones rayantes con lo absurdo. Pero no lo olvidemos: estamos ante una fábula y en ella lo real se entremezcla con las licencias que otorga lo onírico, lo emocional. Lo importante no es la historia en sí, sino lo que nos quiere decir con ella y cómo lo hace.

Así pues, a pesar de sus defectos, estamos ante una cinta diferente, especial. Los errores en el remate no esconden una excepcional historia dramática, con unas actuaciones de primer nivel capaces de llevar el mensaje de la película a límites insospechados.Verla es un ejercicio de disfrute visual y mental, es vivir las sensaciones que solo son capaces de dejar el buen cine. Son 100 minutos de los que dejan huella, de los que atrapan y se quedan impregnados en el cerebro. Un terreno donde los Oscars, las academias y los críticos moralistas no tienen palabra. Cine que toca la fibra.

Nota: 8,5 / 10


lunes, 6 de febrero de 2012

A Mou le queda mucha tela que cortar

Ahora que en los últimos días parece que las aguas han vuelto a su cauce en el Real Madrid, me gustaría hacer una reflexión sobre todo lo que se ha venido hablando en los últimos días. La derrota en la ida de la Copa ante el Barcelona generó un pequeño terremoto informativo en el club cuyo epicentro estuvo, sorprendentemente, en Madrid. De pronto, la prensa de la capital empezó a cargar contra Mourinho, aprovechando que el portugués estaba en una situación de ligera debilidad al haber equivocado su planteamiento en el partido.


El punto crítico llegó en la noche del domingo 22 de enero, cuando José Mourinho fue pitado por un sector considerable del Bernabéu en el partido ante el Athletic y compareció después en la rueda de prensa con cara de circunstancias. Un par de horas después, el periodista Siro López informaba de que Mourinho tenía la intención de abandonar el club el próximo mes de julio, ganara o no un título. Desde entonces, el rendimiento deportivo del equipo ha mejorado ostensiblemente, impulsado por el brutal partido jugado en el Camp Nou la semana siguiente. Pero lo cierto es que, en este tiempo, Mourinho ha intentado evitar a la prensa, colocándose al margen y cediendo en ocasiones el asiento a su segundo Aitor Karanka.

Interpreto que el técnico portugués está esperando a que amaine la tempestad mientras rumia su incomodidad con los medios de comunicación que se le han saltado al cuello en cuanto han podido. En cierto sentido, este cambio de actitud de algunas cabeceras ha venido a ser una respuesta al hecho de que Mourinho no haya dado prácticamente concesiones a la prensa en este año y medio que lleva en el club. El luso no ve a los periodistas como unos aliados, más bien como a unos trabajadores con unos intereses muy distintos a los suyos. Ya lo dijo en abril de 2011: "Como mi amigo Messina, tengo dudas de que la Prensa de Madrid quiera que ganemos, pero los aficionados no están ciegos. Están con el equipo".

Y lo cierto es que si no se comportaba así antes, la actitud distante del entrenador ha terminado por confirmar sus palabras. Como en la reflexión eterna y disparatada de si fue antes el huevo o la gallina, la realidad es que todo esto se ha convertido en una espiral donde la prensa no deja de buscarle las cosquillas al club y Mourinho se vuelve más hermético cada día que pasa. Algo poco relevante si se analiza desde la posición de que los medios son agentes externos respecto al Madrid, pero preocupante desde el momento en que los mismos son poderosos generadores de opinión, capaces de redireccionar, en algunos casos, los sentimientos de los seguidores.

Por eso, la situación se complicó en el momento en que hubo pitos hacia Mourinho. La grandeza del Real Madrid como club también le ha llevado a tener la afición más exigente del mundo. El Bernabéu sabe mucho de fútbol, tanto que tiene un paladar exquisito y no perdona a nada ni nadie si no le gusta lo que ve. En Chamartín son conscientes de que este club es lo más grande y que, si hay alguien que no cumple con sus exigencias, merece recibir un toque de atención. Sin embargo, esto no impide que el aficionado madridista sepa perdonar, valorando el esfuerzo por mejorar después de las críticas. Y es que el público de este equipo es muy duro, pero al mismo tiempo muy justo. Por eso, un sector de la prensa no ha tenido que hacer mucho hasta conseguir tocar la fibra sensible de una parte del madridismo.

Viene quedando claro que el técnico y el madridismo coinciden en su mentalidad ganadora, pero divergen en detalles que han provocado el último desencuentro entre ellos. Las palabras del portugués de que "entiendo a los aficionados, pero no los escucho" fueron quizás sacadas algo de contexto. Seguramente no fue un desprecio hacia el seguidor del equipo, al que el entrenador valora mucho. Simplemente fue una manera de decir que ha sido puesto en el club para entrenar al Madrid con plenos poderes y que no se deja influenciar por el entorno, ni para bien ni para mal. Al fin y al cabo, la responsabilidad es suya si vienen mal dadas ("las derrotas solo tienen un padre") y, como tal, no debe dejarse arrastrar por la corriente de cada momento.

La coincidencia de que los pitos llegaran en un momento tan crítico probablemente ha llevado a Mourinho a ver a la prensa como la culpable de todo este movimiento que se ha generado contra él. Una incomodidad ante la que ha reaccionado quitándose de los focos, evitando que los medios sigan analizando de manera enfermiza cada una de sus palabras, cada gesto. Simplemente, ha dado lugar a la especulación sobre su futuro, lo mismo con la intención de que el aficionado le valore en su medida justo en el momento en que tema que puede perderlo. Porque uno realmente no aprecia lo que posee hasta que no lo tiene.

Por eso, soy escéptico sobre que el entrenador no vaya a continuar en junio. "Lo mejor de esta plantilla está por llegar y no me lo quiero perder. Estoy muy a gusto, tengo el enorme orgullo de ser el entrenador del Real Madrid y no veo el momento de marcharme ni me quiero marchar" dijo en una entrevista hace solo 37 días. Y Mourinho es un hombre con las ideas claras, no es de los que cambien de parecer rápidamente. Y menos si tiene el reto por delante de demostrar su valía y categoría. Diría incluso que solo teniendo grandes éxitos la presente temporada habría más opciones de que el entrenador no siguiera, pues en ese caso seguramente sentiría que su misión está cumplida en Madrid y tendría una ocasión única de dejar con un palmo de narices a sus críticos.

Pero, a pesar que digo todo esto, me parece realmente absurdo intentar averiguar sobre qué hará de aquí a medio plazo. Le quedan dos años y medio de contrato y solo estamos a principios del mes de febrero de 2012. Quedan cuatro meses para que acabe la temporada y esto es mucho tiempo en el mundo del fútbol. En estas semanas pueden pasar muchísimas cosas. Tantas, como para cambiar el panorama 180º. Por eso, dejemos que Mourinho trabaje tranquilo y no hagamos quinielas sin sentido, porque la única respuesto a ello la tienen el propio entrenador y el club. Y la misma estará condicionada por algo que aún está por suceder.