martes, 26 de febrero de 2008

Cuestión de perspectivas


Una de las ideas fundamentales del periodismo es que la objetividad no existe. El ser humano es, por naturaleza, un animal con sentimientos y emociones, lo que le impide ser plenamente neutral a la hora de expresarse. Y es que desde el mismo momento en que alguien dice algo, simplemente por la forma en que lo hace, ya está marcando las fronteras de su propia personalidad. Vamos, que como dice la conocida expresión española, las opiniones son como los culos, cada uno tiene el suyo.

Todo esto me ha venido a la cabeza tras observar las consecuencias que ha tenido el manido debate entre Zapatero y Rajoy. Hoy, un día después de celebrarse, los periódicos nos hacen el recuento de la batalla en función de lo que más les conviene. Para los medios de derechas, el claro ganador ha sido Rajoy; mientras que los de izquierdas opinan que el actual presidente dominó la situación. Vamos, nada que no se pudiese prever horas antes de la celebración de ese cara a cara.

¿Y qué dicen los sondeos realizados posteriormente entre los ciudadanos? Pues todos dan una ligera ventaja para Zapatero, algo que más que alegrar al PSOE debería preocuparles. La clave de esta aparente contradicción reside en lo que algunos analistas televisivos ya se apresuraron a comentar anoche, en que el presidente contó con el apoyo de gran parte del sector de la izquierda, el evidentemente mayoritario en todo el país. Es lo que tiene el reducir las elecciones a un sistema bipartidista, que haces un debate y sólo puedes escoger entre blanco y negro.

Pues bien, el hecho de que Zapatero gane con escasa diferencia es revelador. Como digo, ya se sabía que pasara lo que pasara iba a salir triunfante en el recuento, pero lo que no se esperaba es que la diferencia fuese tan corta. Así que la lectura que se le puede sacar a ello es que Rajoy lo hizo bien, o cuanto menos, algo mejor que su rival político, quien a mi juicio tenía poco que ganar y mucho que perder.

El debate dependía en gran medida de lo que pudiese aportar Rajoy. Sólo él podía ganarlo o perderlo, de manera que el gallego optó por jugarse un órdago a grande que le salió bastante bien. No llegó a barrer a Zapatero, algo sin duda muy complicado, pero consiguió recuperarle parte del terreno perdido desde el 2004. Y eso que no empezó nada bien, con una presentación ante cámara considerablemente desaliñada (chaqueta abierta) y un comienzo de discurso dubitativo.

Conforme fue entrando en calor, el candidato del PP adquirió confianza en sí mismo y decidió pasar directamente al ataque. Bajo una apariencia convincente e incluso diría que hasta dicharachera (se permitió el lujo de bromear en respuesta a algunas intervenciones de Zapatero), Rajoy mostró tener las ideas bastante claras, tanto que en algunos momentos pecó en exceso. De ahí vienieron sus tres grandes errores a mi juicio:
  • La defensa de una política fuerte y cerrada en materia de inmigración, llegando incluso a asociar este fenómeno con el aumento de la delincuencia. Sin duda, un discurso extremista que a Zapatero le sirvió en bandeja la posibilidad de responder con un simple y efectivo acto de demagogia: saludar a todos los inmigrantes presentes en España.

  • Achacar a Zapatero una "agresión" a las víctimas del terrorismo. Por suerte, el castellano es una lengua muy rica, y aquí seguramente Rajoy se excedió en su afán de polemizar. Aunque pensándolo bien, ZP tampoco se puede quejar mucho, porque ¿acaso no quería tensión?

  • El pasteloso discurso final. Que si una niña, que si quiere el mejor futuro para ella, que si su partido trabajará por su bien... Muy bonito, pero el momento requería palabras firmes, no metáforas.

Por su parte, opino que Zapatero no estuvo a la altura de la situación. Quizás se creía ganador a priori, no hay más que recordar su confiado comentario a Gabilondo tras su entrevista en Cuatro. Esto le podría haber llevado a no digerir bien el agresivo comienzo de Rajoy, lo que desde un primer momento le situó a la defensiva; justo la situación contraria en la que debe encontrarse un candidato que es el actual presidente del Gobierno.

El debate pedía que fuera Zapatero el que llevase las riendas, pero la situación se invirtió desde el principio. El resultado de todo ello fue un cara a cara interesante y atractivo, más que por lo que se dijo (apenas hubo mención a las propuestas electorales) por cómo se dijo. Esta vez la diferencia se puede medir en la actitud de los dos candidatos y bajo este análisis, Rajoy fue de menos a más durante la noche, mientras que Zapatero fue incapaz de progresar en la línea que se impuso desde el principio, quedándose en una postura anodina y anclada en el 11-M.

viernes, 22 de febrero de 2008

Grandes Momentos del Cine: "Lady Halcón"

La verdad es que no se cuantas veces habré visto esta película en mi vida. Tantas que he perdido la cuenta, pero no me canso de hacerlo. Y es que Ladyhawke es un filme de esos que si lo ves de niño te encanta, porque posee todos los ingredientes de los cuentos de caballeros y damas, de las historias de héroes y leyendas; aderezado con música ochentera y unos magníficos actores que se encontraban en la cúspide de su carrera.

De hecho, no hay más que ver las actuaciones del espléndido Rutger Hauer, de la bellísima Michelle Pfeiffer y del principiante Matthew Broderick. Los tres bordan su papel y le dan a la historia la consistencia necesaria para que se haya convertido en uno de los grandes clásicos del cine de aventuras. Lástima que películas como estas ya no se destilen, porque sin duda el filme tiene magia, un aire fresco que viene apoyado en una bonita historia de amor imposible, por una espléndida fotografía y por una magnífica banda sonora.

De hecho, por esta BSO habría que hacerle un monumento a Andrew Powell, ya que si bien su trabajo fue muy criticado por no tener mucha relación aparente con la temática del filme, consigue impregnarlo de una ambientación épica que a mí personalmente me ha marcado. Melodías pegadizas y con ritmo muy propias de los años 80, que le otorgan a la película un toque distintivo y un estilo ágil y juvenil; justo lo que pide este tipo de historia.

Para esta ocasión he seleccionado dos de las escenas que más me gustan de la película. La primera de ellas pertenece a su inicio, e incluye los títulos de crédito y el tema principal; en un momento que para mí ya se ha convertido en un clásico. Y la otra forma parte de la escena final, en la que el protagonista se bate en duelo contra el caballero enemigo y protector del obispo (el verdadero antagonista de este cuento medieval). Atención a esta última porque es una verdadera maravilla apreciar el despliegue cinematográfico realizado en el interior de la catedral: espléndidos juegos de luces, una fotografía preciosa, planos contrapicados y subjetivos al servicio de la narración, alteraciones temporales, música extradiegética acorde con lo que sucede... un verdadero placer para los sentidos, sin duda.


Lady Halcón (1), Richard Donner (1985)

Lady Halcón (2), Richard Donner (1985)

miércoles, 20 de febrero de 2008

Eterno Raúl

La Champions ha vuelto y lo ha hecho a lo grande para el Real Madrid. No por el resultado, que fue un 2-1 injusto según lo visto en el terreno de juego, sino por la intensidad y el buen partido realizado por el conjunto merengue. La máxima competición europea le pone al Madrid, siempre lo ha hecho; y eso que en los últimos tres años se había convertido en un equipo vulgar incapaz de pasar de octavos. Esta vez el marcador no ha sido bueno, pero si nos atenemos al juego, se puede ser ligeramente optimista.

Digo ligeramente porque este Madrid está dando muestras recientemente de ser un equipo endeble en defensa, justo la impresión contraria que nos dejaba la escuadra que dirigía Capello la temporada pasada. Es curioso, pero parece que los resultados que consigue el conjunto capitalino son inversamente proporcionales al juego desplegado: cuando mejor se juega, peores resultados se consiguen. Cuanto más se dispara a puerta, más cuesta marcar. Y cuanto menos les tiran, más goles les meten.

Será cosa de la mala suerte, que es un recurso muy manido para las situaciones como ésta en las que se da al palo en dos partidos consecutivos. O será problema de las lesiones que asolan al equipo durante casi toda la temporada, porque bajas como las de Pepe, Sneijder, Robinho o Metzelder pasan factura, sobre todo a estas alturas de temporada.

Sin embargo, no creo que sea un aspecto físico. Es cierto que los equipos de Schuster suelen tener un bajón que les afecta a partir del mes de febrero, pero el Real Madrid ayer no dio la sensación de ser un equipo fundido. Incluso me atrevería a decir todo lo contrario, ya que acabó el partido manejando la pelota y acosando a su rival. Y si profundizamos un poquito más y nos centramos en algunos de los jugadores, podemos apreciar que algunos como Gago, Ramos, Guti o Cannavaro están en una gran forma.

Pero independientemente de los motivos que nos han llevado a perder los últimos tres partidos que hemos jugado fuera, como digo el Madrid ha dado muestras que indican que ha sacrificado esa seriedad capelliana por el estilo alegre y desenfadado de Schuster. Esto implica una mejora considerable en el juego, pero al mismo tiempo también supone la pérdida de esa ventaja de disponer de todo bajo control. Con el italiano teníamos un equipo feo pero efectivo, que dominaba todos los aspectos tácticos del partido. Ahora el Real es un conjunto mucho más alegre y vistoso, pero no es fiable.

El resultado de ello es que es el líder de la Primera División con cinco puntos de ventaja, mientras que en la Champions las cosas están pendientes de remontada y en la Copa ya está eliminado. Resultados que si los comparamos con los del año pasado son mucho mejores en la actualidad, pero al mismo tiempo engañosos: el equipo de Capello era una máquina que a estas alturas empezaba a engrasarse a la perfección, mientras que el Madrid actual tiene un margen de mejora menor. De hecho, me atrevería a decir que nos iban tan bien las cosas que era casi imposible mejorarlas, así que puede que este equipo haya estado cerca de tocar techo en cuanto a sus posibilidades.

No querría acabar este artículo sin hacer mención de Raúl, quien merece que me detenga en su figura próximamente. El capitán blanco anotó anoche su gol 60 en la Champions, marcando un nuevo récord en la competición. Como en él suele ser habitual, la estética del tanto no fue destacable, porque se limitó a desviar un disparo frontal de un irregular Guti. Pero fue un gol de pillo, de los de Raúl. Y es que puede ser que el madrileño haya perdido ésa frescura que tenía hace seis o siete años, pero sigue siendo uno de los grandes cracks mundiales. Le basta con entregar todo lo que tiene en cada partido y con conservar ese instinto innato para desmarcarse mejor que nadie y estar siempre en el lugar adecuado. Tú te lo pierdes, Luis...

viernes, 15 de febrero de 2008

Venciendo las leyes de la física

Todavía me pregunto si lo que hace el balón es físicamente posible...

Cristiano Ronaldo, Manchester United VS. Porstmouth, 30-1-2008

miércoles, 13 de febrero de 2008

Sobre lágrimas, promesas y precampaña

Esta mañana he tenido la suerte (o desgracia, según se mire) de toparme por la calle con los nuevos carteles electorales de campaña del PSOE. En ellos, varios Zapateros gigantescos me sonreían con aparante despreocupación, es más, díría que hasta con optimismo. A estas fotos de qué bella es la vida las acompañaban diversos eslóganes, a cual, claro, más optimista y prometedor. Que si están comprometidos con la igualdad, que si lo están consiguiendo, que si sueñan con los pies en la tierra, que si son (somos) la octava potencia económica y la primera en derechos sociales...un momento. ¿De verdad pretende vendernos ZP que las cuentas nos salen?

La crisis internacional de la Bolsa es un hecho patente. El precio de barril de petróleo comienza a alcanzar cotas históricas, mientras que la mala situación de las hipotecas estadounidenses condiciona seriamente el devenir del resto de mercados mundiales. En España, por su parte, el paso del tiempo comienza a dejar huella y los insostenibles precios de los inmuebles comienzan a bajar, dejando un panorama caótico para el sector de la construcción: crisis inmobiliaria, con su correspondiente aumento de los índices de paro, alcanzando la segunda peor tasa de la OCDE.

Malos augurios que parecen anteceder una época para apretarse el cinturón. Sin embargo, son tiempos de elecciones, y Zapatero no está dispuesto a eliminar la sonrisa de la cara con la que sale en las fotos. De hecho, se ha propuesto alegrarle también el mes al ciudadano, o más bien al votante potencial. Como hacen todos, por otra parte.

Y es que aunque una de las leyes básicas de esta vida sea que nadie da duros a cuatro pesetas, parece que el PSOE está dispuesto a reducir 400 euros anuales en el IRPF de los asalariados y pensionistas. Una medida que favorece a 13 millones de personas que hacen anualmente la declaración de la renta, pero que se olvida de los 7 millones restantes que no pagan nada, por el simple hecho de que tienen unos ingresos muy bajos. Es decir, la medida favorece a los que tienen dinero y contribuyen, mientras que olvida a los desfavorecidos, a aquellos que más la necesitan. En total, cerca de 11.000 millones de euros menos para la arcas públicas, pero eso sí, con mucha gente contenta.

Sin embargo, Zapatero por lo menos sonríe, porque Rajoy ni eso. Mientras el PSOE sigue apostando por dorarle la píldora a la masa social, el PP no sabe por dónde ir. Que si eliminará el canon digital, que si habrá dentista gratis para todos, que si plantará 500 millones de árboles... Esto último me sorprende, porque supone que Rajoy ha apostado por incluir el cambio climático en su oferta electoral, supongo que so pena de no hacerle caso a su primo el catedrático.

Palabras, promesas, palabras; como siempre en política. Algo insuficiente, desde luego, si se quiere salir victorioso de unos comicios como éstos. Pero es que parece que en el PP se queda ahí la cosa, porque empiezo a tener la sensación de que en el aspecto publicitario su campaña electoral parte con desventaja. No hay más que ver los mencionados cartelitos de Zapatero, o el ya famoso gesto que Sabina y compañía han puesto casi tan de moda como el "¿Por qué no te callas?". Será que Rajoy no tiene carisma, o que los responsables de márketing electoral del partido se conforman con explotar uno de los defectos del gallego: su mala vocalización. Y es que echo en falta algo más...

Zapatero sonríe, a Rajoy no se le ve, y Hillary llora. O lloraba, porque en los últimos días no ha repetido el numerito que realizó en New Hampshire. Por aquél entonces, Obama apretaba en Iowa y la ex primera dama optaba por llorar un poco para enternecer a un empático pueblo norteamericano. El resultado: sorpresivo triunfo en New Hampshire y de nuevo a encabezar las apuestas sobre el liderazgo del Partido Demócrata. Una ventaja efímera, porque ahora Obama ha recuperado terreno y vuelve a ser un rival peligroso. Ante eso, sólo queda preguntarse: ¿Volverá Hillary a llorar, esta vez con más motivos que antes?


domingo, 10 de febrero de 2008

martes, 5 de febrero de 2008

"Roma vale la vida de un hombre bueno... Una vez lo creímos, creámoslo de nuevo... Él era un soldado de Roma. ¡Honradle!"

(Lucila - Connie Nielsen
, Gladiator/2000)